jueves, 30 de marzo de 2017

LAS HIJAS DE ADAN- LIBRO DE LOS JUBILEOS

LAS HIJAS DE ADAN- LIBRO DE LOS JUBILEOS
Institución del sábado
17 El Señor nos dio como gran señal el día del sábado, para que trabajemos durante seis días y descansemos el séptimo de todo trabajo. 18 A todos los ángeles de la faz y a todos los ángeles santos, estas dos grandes clases, nos ordenó que descansáramos con él en el cielo y la tierra, 19 y
nos dijo:
-Me escogeré un pueblo entre todos los pueblos. También ellos observarán el sábado, los consagraré como mi pueblo y los bendeciré. Como santifiqué el día del sábado, así me los santificaré y bendeciré; serán mi pueblo, y yo seré su Dios. 20 He escogido a la estirpe de Jacob de cuantos he visto, y me lo he designado como hijo primogénito, santificándomelo por toda la eternidad: les enseñaré el sábado, para que en él descansen de todo trabajo.
21 Ese día lo creó el Señor como señal para que también ellos descansen con nosotros en el día séptimo. Que coman, beban y bendigan al que creó todo, así como bendijo y santificó para sí a un pueblo que sobresale por encima de todos los pueblos, para que observe el sábado juntamente
con nosotros. 22 y su voluntad dispuso que ascendiera buen aroma aceptable ante él siempre.
23 Veintidós patriarcas hay de Adán a Jacob, y veintidós especies de obras fueron hechas hasta el día séptimo: éste es bendito y santo, y aquél también es bendito y santo. Uno y otro existen para santidad y bendición, 24 y a éste le fue dado ser santificado y bendito como lo fue el séptimo
día en todos los días benditos y santos de la revelación y ley primera.
25 El Señor creó los cielos y la tierra, y todo lo que creó lo realizó en seis días, e hizo el día séptimo santo para toda su obra. Por eso ordenó que todo el que en él haga cualquier trabajo muera, y quien lo profane muera ciertamente.
26 Ordena tú a los hijos de Israel que guarden este día, santificándolo y no haciendo en él ningún trabajo; que no lo profanen, pues es más santo que todos los demás días. 27 Todo el que lo mancille muera sin remedio. Quien haga en él cualquier trabajo muera por siempre, de modo que
los hijos de Israel guarden este día por todas sus generaciones y no sean desarraigados de la tierra, pues es un día santo y bendito. 28 Todo hombre que lo guarde y descanse en él de todo trabajo será siempre santo y bendito como nosotros. 29 Comunica a los hijos de Israel la sentencia sobre este día: que descansen en él y no lo descuiden por error de sus corazones no sea que se hagan en él acciones que no deban ser, obrando en él conforme a su propia voluntad. Que no preparen en él nada que vayan a comer o beber, ni saquen agua, ni metan o saquen cualquier objeto transportable por sus puertas que ellos no hubiesen dejado preparado para hacer en sus moradas el día sexto. 30 No metan ni saquen nada de casa a casa en ese día, pues es más santo y bendito que todos los días jubilares.
En él descansamos en los cielos desde antes de que se enseñara a todo mortal en la tierra a descansar en él. 31 El Creador de todo bendijo el sábado, pero no santificó a todo pueblo y nación con su observancia, sino sólo a Israel: sólo a él lo dio para que coman, beban y descansen sobre la tierra. 32 El Creador de todo dispuso este día para bendición.
santidad y gloria, entre todos los días. 33 Esta ley y revelación fue dada a los hijos de Israel como ley eterna para todas sus generaciones.
3 1 En los seis días de la segunda semana llevamos a Adán, por orden del Señor, todas las bestias, animales, aves, reptiles y seres acuáticos, según sus especies y formas. En el primer día, a las bestias; a los animales, en el segundo; a las aves, en el tercero; a todos los reptiles, en el
cuarto a los seres acuáticos, en el quinto. 2 Adán dio nombre a cada uno: tal como los llamó, así fue su nombre. 3 En estos cinco días estuvo viendo Adán que todos ellos, toda especie de la tierra, eran macho y hembra, mientras él estaba solo y no hallaba compañero semejante a él que le ayudase. 4 El Señor nos dijo:

Creación de Eva. Purificaciones de la mujer
-No es bueno que esté el hombre solo: hagámosle un auxiliar como él.
5 Y el Señor nuestro Dios, le infundió un sopor, de manera que se durmió. Tomó para formar a la mujer uno de sus huesos. Y así lo hizo:
aquella costilla es el origen de la mujer. Y arregló con carne su lugar tras formar a la mujer.
6 El Señor despertó a Adán de su sueño. Este se levantó, en el día sexto, y Dios le trajo su mujer. Adán la vió y exclamó:
-Esto es, pues, hueso de mi hueso y carne de mi carne: ésta será llamada hembra, pues de hombre fue tomada. 7 Por esto serán el hombre y la mujer uno; por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a la mujer, y serán una sola carne.
8 En la primera semana fue creado Adán y la costilla que habría de ser su mujer; en la segunda semana se la mostró: por eso se dio orden de guardar una semana por varón, y dos por hembra, en la impureza de ellas.
9 Cuando Adán hubo pasado cuarenta días en la tierra donde fue creado, lo llevamos al Jardín del Edén, para que lo labrara y guardara, y a su mujer, a los ochenta días, tras los cuales entró en el Jardín del Edén.
Por esto se escribió un mandamiento en las tablas celestiales sobre la parturienta: «Si da a luz un varón, permanecerá en su impureza una semana, los siete días primeros, y treinta y tres días luego en sangre de purificación, sin tocar nada sagrado, ni entrar en el templo, hasta que se cumplan estos días por varón. 11 Y por hembra, permanecerá en su impureza dos semanas, los catorce primeros días, y sesenta y seis días luego en sangre de purificación, siendo el total ochenta días». 12 Tras cumplir estos ochenta días la hicimos entrar en el Jardín del Edén, pues es más santo que toda la tierra, y todos los árboles en él plantados son santos.
13 Por eso se fijó a la que pare varón y hembra su norma de estos días:
-«No toque nada sagrado ni entre en el templo hasta cumplirse estos días por el varón y por la hembra». 14 Esta es la ley y revelación que fue escrita a los hijos de Israel: guárdenla perpetuamente.

El Paraíso
15 Durante el primer septenario del primer jubileo estuvieron Adán y su mujer en el Jardín del Edén, labrando y guardándolo, pues le dimos labor y le enseñábamos a hacer cuanto es propio del trabajo. 16 Estuvo trabajando desnudo, sin darse cuenta ni avergonzarse, guardando el jardín de las aves, las bestias y los animales, recogiendo sus frutos, comiendo y dejando un resto para él y su mujer: dejaba lo que había de guardarse.

La tentación
17 Al final de los siete años que pasó allí, siete años exactos, el diecisiete del segundo mes, llegó la serpiente, se acercó a la mujer y le dijo:
-¿El Señor os ha ordenado no comer ningún fruto de los árboles del jardín?
18 Ella respondió:
-De todos los frutos de los árboles del jardín nos ha dicho el Señor:
«Comed»; pero del fruto del árbol que está en medio del jardín nos ha dicho: «No comáis, ni lo toquéis, no sea que muráis».
19 Dijo la serpiente a la mujer:
-No es que vayáis a morir, sino que sabe el Señor que, el día en que comáis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conociendo el bien y el mal.
20 Viendo la mujer que el árbol era placentero y agradable a la vista, y sus frutos buenos de comer, tomó de ellos y comió. 21 Luego cubrió sus partes verendas con hojas tempranas de higuera y dio a Adán, que comió, abriéndosele los ojos y viendo que estaba desnudo. 22 Cogió, entonces, hojas de higuera y, cosiéndoselas, se hizo un ceñidor y cubrió sus vergüenzas.
23 El Señor maldijo a la serpiente y se enojó con ella perpetuamente.
También se enojó contra la mujer, pues había escuchado la voz de la serpiente y comido. Le dijo:
24 -Ciertamente multiplicaré tus dolores y congojas: con dolor parirás hijos, de tu marido dependerás, y él te gobernará.
25 y a Adán le dijo:
-Porque has escuchado la voz de tu mujer y has comido de este árbol, del que te ordené no comer, será maldita la tierra por tu causa, produciéndote espinas y abrojos. Y comerás tu pan con el sudor de tu rostro, hasta que vuelvas a la tierra de donde fuiste tomado, pues tierra eres y a la tierra volverás.

Expulsión del Edén
26 Luego les hizo vestidos de piel, se los puso y los echó del Jardín del Edén. 27 Y el día en que salió del Jardín, ofreció Adán un buen aroma, aroma de incienso, gálbano, mirra y nardo, por la mañana cuando salía el sol, el día en que cubrió sus vergüenzas. 28 En aquel día quedaron mudas
las bocas de todas las bestias,
animales, pájaros, sabandijas y reptiles, pues hablaban todos, unos con otros, en un mismo lenguaje e idioma.
29 Dios expulsó del Jardín del Edén a todo mortal que allí había: todos fueron dispersados, según sus especies y naturaleza, hacia e1 lugar que se les había creado. 30 Pero sólo a Adán permitió cubrir sus vergüenzas entre todas las bestias y animales. 31 Por eso fue ordenado en las tablas celestiales a cuantos conocen el temor de la ley que cubran sus vergüenzas y no se descubran, como hacen los gentiles. 32 A primeros del cuarto mes salieron Adán y su mujer del Jardín del Edén y moraron en la tierra de Elda, su país de origen. 33 Adán puso a su mujer el nombre de Eva. 34 No tuvieron hijos durante el primer jubileo, tras el cua1 1a conoció. 35 Y él trabajaba la tierra como había aprendido en el Jardín del Edén.
Caín y Abel

4 1 En el tercer septenario del segundo jubileo, parió Eva a Caín, y en el cuarto a Abel, y en el quinto a su hija Awan. 2 A comienzos del tercer jubileo, Caín mató a Abe1, porque Dios aceptaba la ofrenda de sus manos, pero no su sacrificio. 3 Lo mató en el campo, y su sangre clamó de la tierra al cielo, quejándose por el muerto. 4 El Señor reprendió a Caín a causa de Abel, por haberlo matado. Lo hizo errante sobre la tierra a causa de la sangre de su hermano y lo maldijo. 5 Por eso se escribió en las tablas celestiales: «Maldito sea quien hiera a otro con maldad». Y dijeron cuantos lo vieron y oyeron: «Así sea; y el hombre que lo vea y no lo diga, sea también maldito». 6 Por eso vamos a comunicar al Señor, nuestro Dios, todo pecado que haya en el cielo y la tierra, en luz y tiniebla, y en todo. 7 Adán y su mujer estuvieron en duelo por Abel cuatro septenarios. Pero al cuarto año del quinto septenario se alegraron, y conoció nuevamente a su mujer, que le parió un hijo al que puso de nombre Set, pues dijo: «Nos ha suscitado el Señor otra semilla sobre la tierra, en lugar de Abel, ya que lo mató Caín». 8 En el sexto septenario engendro a su hija Azura. 9 Caín tomó por mujer a su hermana Awan, que le parió a Henoc al final del cuarto jubileo. En el año primero del primer septenario del quinto jubileo se construyeron casas en la tierra, y Caín construyó una ciudad a la que dio el nombre de su hijo Henoc.

Otros hijos de Adán y Eva
10 Adán conoció a Eva, su mujer, que le parió todavía nueve hijos.
11 En el quinto septenario del quinto jubileo tomó Set a su hermana Azura como mujer, y en el cuarto le parió a Enós. 12 Este fue el primero en invocar el nombre de Dios sobre la tierra. 13 En el séptimo jubileo, en el tercer septenario, tomó Enós a su hermana Noam por mujer, la cual le
parió un hijo en el año tercero del quinto septenario, al que llamó Cainán. 14 Al concluir el octavo jubileo, Cainán tomó por mujer a su hermana Mualet, que le parió un hijo en el noveno jubileo, en el primer septenario, en el tercer año, al cual llamó Malaleel. 15 En el segundo septenario décimo jubileo, Malaleel tomó por mujer suya a Dina, hija de Baraquiel, prima suya. Esta le parió un hijo en el tercer septenario, en el año sexto, al que llamó de nombre Jared, pues en sus días bajaron los ángeles del Señor a la tierra, los llamados «custodios», a enseñar al género humano a hacer leyes y justicia sobre la tierra.
16 En el jubileo undécimo, en el cuarto septenario, Jared tomó por esposa a una mujer llamada Baraca, hija de Rasuel, prima suya, quien le parió un hijo en el quinto septenario, en el año cuarto, del jubileo, al que puso de nombre Henoc. 17 Este fue el primero del género humano nacido sobre la tierra que aprendió la escritura, la doctrina y la sabiduría, y escribió en un libro las señales del cielo, según el orden de sus meses, para que conocieran los hombres las estaciones de los años, según su orden, por sus meses. 18 El fue el primero que escribió una revelación y dio testimonio al género humano en la estirpe terrenal. Narró los septenarios de los jubileos, dio a conocer los días de los años, estableció los meses y refirió las semanas de años, como le mostramos. 19 Vio en visión nocturna, en sueño, lo acontecido y lo que sucederá, y qué ocurrirá al género humano en sus generaciones hasta el día del juicio. Vio y conoció todo, y escribió su testimonio, dejándolo como tal sobre la tierra para todo el género humano y sus generaciones. 20 Y en el duodécimo jubileo, en su séptimo septenario, tomó por esposa a una mujer llamada Edni, hija de Daniel, su prima, que en el año sexto, en este septenario, le parió un hijo, al que llamó Matusalén.

Henoc
21 Henoc estuvo con los ángeles del Señor seis años jubilares. Ellos le mostraron cuanto hay en la tierra, en los cielos y el poder del sol, y lo escribió todo. 22 Exhortó a los «custodios» que habían prevaricado con las hijas de los hombres, pues habían comenzado a unirse con las hijas de
la tierra, c
ometiendo abominación, y dio testimonio contra todos ellos.

23 Fue elevado de entre los hijos del género humano, y lo enviamos al Jardín del Edén para gloria y honor. Y allí esta, escribiendo sentencia y juicio eternos y toda la maldad de los hijos de los hombres.24 Por ello hizo el Señor llegar el agua del diluvio sobre toda la tierra del Edén, pues allí fue puesto él como señal y para que diera testimonio contra todos los hijos de los hombres, narrando todas sus acciones hasta el día del juicio.
25 Y él quemó aromas del templo, agradables al Señor, en el monte meridional.
26 Pues cuatro sitios en la tierra son del Señor: el Jardín del Edén, el monte oriental, este monte en que estás hoy, el monte Sinaí, y el monte Sión, que será santificado en la nueva. creación para santidad de la tierra. A causa de éste será santificada la tierra de toda iniquidad e Impureza para siempre.





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