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TUS HIJOS PUEDEN SER GANADOS
Los siguientes relatos de la suerte de dos familias revela algunos contrastes conmovedores:
Max Jukes vivía en el Estado de Nueva York. No creía en la educación cristiana, y se casó con una muchacha de carácter semejante. Desde esta unión se han estudiado a 1026 descendientes y se ha encontrado que trescientos de ellos murieron prematuramente; cien fueron enviados a la penitenciaría por un promedio de trece años cada uno; ciento noventa de las mujeres fueron prostitutas; cien fueron borrachos y en total la familia ha costado al estado un millón doscientos mil dólares. Esta familia no ha hecho ninguna contribución a la sociedad.
Jonatán Edwards vivía en el mismo estado. Creía en la preparación cristiana y se casó con una muchacha del mismo carácter. Desde esta unión se han estudiado 719 descendientes y se ha encontrado que de esta familia han procedido 300 predicadores; 65 profesores universitarios, 13 presidentes de universidad, 60 autores de buenos libros, tres diputados al Congreso de los Estados Unidos, y un vicepresidente de los Estados Unidos; y fuera de Aarón Burr, nieto de Edwards, que se casó con una persona discutible, esta familia no ha costado ni un solo dólar al estado. La diferencia entre estas dos familias está en la preparación en la juventud y la conversión de corazón.
Un poeta dijo que hay niños que van por un camino alto mientras otros siguen el de abajo, y que la madre puede determinar el camino de su hijo.
La Biblia dice muy claro: "Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él" (Proverbios 22:6). ¿Cuál es tu responsabilidad? Instruirlo, y la promesa de Dios es que él lo guardará en el camino recto.
Un bien conocido hombre de negocios y escritor dice: "Hay ahora mil veces más tentaciones para nuestros hijos que las que tuvimos hace 25 años."
"Nuestros hijos pelean la mayor batalla de todos los tiempos ... La juventud está siendo explotada por fuerzas del mal por todos lados, y la delincuencia juvenil crece ... Crimen, comunismo, ateísmo, influencias inmorales y malvadas, todas operan constantemente, tratando de destrozar toda nuestra vida familiar."
¿Cuál es la causa de esta confusión moral? La respuesta es conmovedoramente sencilla: la delincuencia de los adultos. David D. Allen resume el problema en estas palabras:
Millones de almas perdidas se levantarán frente al Gran Trono Blanco y, al oír su condenación, histéricamente gritarán: "Acuso a mis padres."
Hay millares de padres que han dado a sus hijos todo, excepto a Dios. Los han provisto de nutritivos alimentos, de vestidos calientes y de educación liberal ... pero no del Salvador. Los han cubierto de dádivas y los han protegido de daños.., pero no les han proporcionado un altar familiar.
Les han leído de Dick Tracy y de Superman, pero no la Biblia. Los han llevado al cinematógrafo pero no a la escuela dominical. Han maldecido delante de sus hijos, pero nunca han orado. Así que millares de niños han vivido maldiciendo a sus padres por traerlos al mundo y criarlos sin Cristo.
La delincuencia juvenil no es sino el producto de la delincuencia de los adultos. El hijo no será mejor que su padre, ni la hija mejor que su madre. Un padre borracho sin Dios, sin Biblia, producirá un hijo igualmente indigno. Una madre callejera, fumadora y bebedora de cerveza, producirá una hija de vida disoluta y amante de plcaeres.
CÓMO GANAR A TU FAMILIA PARA CRISTO
POR NATANAEL OLSON
CASA BAUTISTA DE PUBLICACIONES
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