DULCE ORACIÓN
Entre Marzo/Abril del año 2016, después de estar a un solo paso de perder mi vida, me fue compartida una hoja con un texto de un canto.
Me gusto tanto y especialmente me impactó mucho la siguiente estrofa
Hasta el momento en que veré
francas las puertas de Sión;
entonces me despediré
feliz de ti dulce oración.
Hoy , Viernes 30 de Junio, Dios me permite compartirlo en este blog, y al investigar el autor para darle el crédito, ya que en la hoja , no aparece autor me encontré con la siguiente información en internet.
“Señor quien le regaló a la humanidad un canto que reivindica el poder de la oración
Thomas Salmon, un pastor americano, conoció en Inglaterra en 1842 a un predicador ciego, llamado William W. Walford, quien acababa de terminar un poema sobre la oración en su mente. Entonces, como en un misterio sin resolver, este le preguntó a Salmon si podía escribirlo en un papel. Pese a que Salmon, tres años más tarde, logró publicar la oda en el diario estadounidense "New York Observer", jamás hasta el día de hoy se comprobó la existencia de algún seguidor de Cristo llamado William W. Walford.
la canción en un libro de himnos, sólo con palabras, se produjo en 1859 en una edición de melodías evangélicas compilada por los autores Robert Turnbull y Thomas Hastings. Posteriormente, en 1861, el texto llegó a manos del compositor norteamericano William Bradbury Batchelder y alcanzó su formato definitivo con una bella y armónica melodía.
De allí en más, como un diestro alpinista, "Dulce Oración" escaló hasta el techo de la popularidad y se revistió con la notoriedad.
Después, cuando logró renombre, el tema fue investigado por un sinfín de himnólogos.
Sin embargo, pese a los denodados esfuerzos de los estudiosos que analizaron su origen, nadie pudo localizar en Inglaterra las huellas de su supuesto autor: el pastor invidente Walford. Apenas se recabaron vagas referencias y el enigma jamás fue resuelto. Pero eso no evitó que el himno siguiera moviéndose por el camino del prestigio y que, con el correr del tiempo, adquiriera talla mundial gracias a su masiva difusión”
DULCE ORACIÓN
Dulce oración, dulce oración,
de toda influencia mundanal
elevas tu mi
corazón
al tierno Padre celestial.
¡Oh cuántas veces tuve en ti
auxilio en ruda tentación!
¡Y cuántos bienes recibí
mediante ti, dulce oración!
Dulce oración, dulce oración,
al trono excelso de bondad
tú llevarás mi petición
a Dios, que escucha con piedad.
Por fe espero recibir
la gran divina bendición,
y siempre a mi Señor servir
Por tu virtud, dulce oración.
Dulce oración, dulce oración,
Que aliento y gozo al alma das;
en esta tierra de aflicción
consuelo siempre me serás.
Hasta el momento en que
veré
francas las puertas de Sión;
entonces me despediré
feliz de ti dulce oración.
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