CREACIÓN, TIEMPO Y ETERNIDAD*SECRIST* 189-191

 CREACIÓN, TIEMPO Y ETERNIDAD

Por J. S. SECRIST

DEDICADO A LA GLORIA DE DIOS Y A LA SALVACIÓN DEL HOMBRE

CREACIÓN, TIEMPO Y ETERNIDAD*SECRIST* 189-191

CAPÍTULO 20.

 Ciclos del Tiempo en la Creación, Tiempo y Eternidad. Siete, el Número Perfecto. Un Día en la Profecía—Siete, la Unidad de Tiempo—El Comienzo del Tiempo con Israel—Tipo del Pan Sin Levadura—Diagrama n.° 12, de la Unidad de Tiempo—Diagrama n.° 13 — Las Siete Semanas—Pentecostés, el Primer Día. Ciclo.—Un ciclo de años, o período de tiempo en el que el mismo curso de eventos se reanuda: un espacio de tiempo periódico; como el ciclo de las estaciones, o el ciclo de los eclipses lunares, un período de dieciocho años y once días, etc

Todo estudiante de la Biblia se ha familiarizado con los usos frecuentes del número siete, que se encuentra en todas partes en sus páginas.

 En el principio, encontramos el período creativo dividido en siete períodos de tiempo. En el momento del diluvio, encontramos su uso libre de nuevo en los repetidos siete días de espera. Gén. 8:10-12. Los siete animales limpios introducidos en el arca. Gén. 7:2. De nuevo, después del cruce del Jordán, se le ordenó a Israel rodear Jericó con siete sacerdotes y siete cuernos durante siete días; y en el séptimo día debían rodearla unas siete veces. Esto se erige como un símbolo conmemorativo de la victoria absoluta del pueblo de Dios sobre sus enemigos por la fe. Heb. 11:30. Conquistaron siete naciones en la tierra prometida, más grandes y fuertes que ellos. Deut. 7: 1.

 Así, encontramos que esta cifra siete se mantiene tan prominentemente hasta el último libro de la Biblia, el Apocalipsis, donde abunda en figuras proféticas, símbolos y ciclos de tiempo.

 El hecho de que a los judíos se les ordenara guardar el séptimo día como sabbat y trabajar los otros seis días, y que Dios hubiera terminado toda su obra en seis días y descansado el séptimo, conlleva el peso y la sanción de un tipo y una sombra divinos, al igual que todas las figuras, tipos y sombras similares en otras partes de las leyes que dio a Israel.

 Mientras que el ciclo del año está hecho y regido por el período solar, y el del mes por el lunar, el siete es estrictamente significativo. .

 Es el número divino elegido para un propósito estrictamente sagrado; representa la perfección de Dios; es la llave divina que desvela los misterios de la Creación, el Tiempo y la Eternidad.

 Jesucristo, el poderoso Creador, lo usó por primera vez en la división del tiempo, mucho antes de que el sol o la luna participaran en el establecimiento de lo que hoy conocemos como día, mes o año; pues estos se usaron por primera vez para la división del tiempo tal como lo conocemos hoy, en el cuarto día creativo. El escritor de hebreos usa esto en su verdadero sentido cuando lo aplica al descanso final de los cristianos después de que esta vida de servicio haya terminado. Hebreos 4.

Encontramos que siete es siempre la unidad de tiempo utilizada en todas las fiestas señaladas de Jehová. Los días, las semanas, los meses y los años, en todas sus fiestas y la división de los ciclos de tiempo, se resolvían en sietes, o siete veces siete; mientras que en la profecía la palabra día a menudo representa un año. Véase Daniel 8:14; 12:11, 12.

 El mismo uso se hace de nuevo para la palabra día en Apocalipsis 11:3, mientras que en el versículo anterior la palabra mes se usa para denotar 1260 años, o lo mismo que se dice en días en el versículo 3, que también significa el mismo período de tiempo. Lo mismo se afirma de nuevo en Apocalipsis 12:6; 13:5. De nuevo, en Daniel 9:24-27 tenemos una clara profecía del tiempo, desde el decreto de Ciro para reconstruir el templo de Jerusalén hasta la destrucción de Jerusalén. Véase también la propia interpretación de Jesús de esta escritura en Mateo 24:15. En ella se usa el término semanas. Al multiplicar las 70 semanas por siete, se obtiene el número de días que contienen. Y, de nuevo, para calcular el tiempo desde el decreto de Ciro, rey de Persia, para construir el templo hasta la destrucción de Jerusalén por los romanos, simplemente tomamos un día por año, y salvo errores en la fecha a partir de la cual calculamos, tenemos el tiempo preciso de la profecía de Daniel. Pedro añade su testimonio sobre el uso que el Señor hace del término día. Escribe sobre la segunda venida de Cristo y el juicio final del mundo cuando dice: «Pero amados, no olvidéis esto: que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día». 2 Pedro 3:8.