LA BÚSQUEDA FINAL
Rick Joyner
1997
LAS HORDAS DEL INFIERNO ESTÁN MARCHANDO
Los prisioneros
Siguiendo tras las primeras divisiones estaba una multitud de cristianos, quienes eran prisioneros del ejército. Todos ellos estaban heridos y eran vigilados por pequeños demonios del temor. Parecía que había más prisioneros que demonios en el ejército. Sorprendentemente, estos prisioneros tenían sus lanzas y sus escudos, pero no los usaban. Era impresionante ver que muchos eran mantenidos cautivos por unos pocos y pequeños demonios de temor muy pequeños
y escasos. Si los cristianos solo hubieran usado sus armas, fácilmente hubiesen podido librarse y, probablemente, hacerle daño a la hueste entera del mal. Por el contrario, marchaban sumisos.
Encima de los prisioneros, el cielo estaba negro de buitres, llamados Depresión. Ocasionalmente estos aterrizaban sobre los hombros del prisionero y vomitaban sobre él. El vómito era Condenación.
Cuando el vómito caía sobre un prisionero este se ponía de pie y marchaba un poco más recto por un tiempo; luego se doblaba con mayor debilidad que antes. Nuevamente, me preguntaba por qué los prisioneros no mataban a estos buitres con sus lanzas, lo cual hubieran podido hacer fácilmente.
Ocasionalmente, los prisioneros más débiles tropezaban y caían. Tan pronto golpeaban el piso, los otros prisioneros comenzaban a enterrarles sus espadas y al mismo tiempo los despreciaban.
Los buitres venían y comenzaban a devorar a aquellos que habían caído, incluso antes que estuviesen muertos. Los demás prisioneros cristianos se paraban a su lado mirando esto con aprobación y punzando ocasionalmente con sus espadas a los caídos.
A medida que observaba me di cuenta que estos prisioneros pensaban que el vómito de la condenación era verdad de Dios. ¡Luego comprendí que los prisioneros realmente creían que estaban
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LA BÚSQUEDA FINAL
marchando en el ejército de Dios! Este es el motivo por el cual no mataban a los pequeños demonios de temor, ni a los buitres; ¡pensaban que estos eran mensajeros de Dios! La oscuridad de la nube ocasionada por los buitres tornaba difícil que los prisioneros vieran que estaban aceptando ingenuamente todo lo que les sucedía, como si viniese del Señor. Creían que aquellos que se tropezaban estaban bajo el juicio de Dios, motivo por el cual los atacaban así. ¡Creían estar ayudando a Dios!
El único alimento provisto para estos prisioneros era el vómito de los buitres. Aquellos que se rehusaban a comerlo simplemente se debilitaban hasta caer. Los que lo comían eran fortalecidos durante un tiempo, con la fortaleza del maligno. Luego se debilitaban, a menos que tomaran de las aguas de Amargura que continuamente se les ofrecía.
Después de tomar de las aguas amargas comenzaban a vomitar sobre otros.
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