MARIGUANA: DESTRUCTORA DEL ADN
MARIGUANA-DESTRUCTORA
DE IDENTIDADES
POR PEGGY MANN
SELECCIONES DEL READERS DIGEST
publicó en junio de 1981 dos informes sobre la mariguana. El primero describía
sus consecuencias sobre el cerebro y el sistema reproductor; el segundo, sus efectos
sobre los pulmones, el corazón y el sistema inmunitario.
Ahora, SELECCIONES analiza las numerosas derivaciones nocivas de la "yerba"
sobre las
células, y la manera en que arruina los aspectos más preciados de la
vida humana, como son la mente, la personalidad, el espíritu.
EN 1978, la doctora griega Marietta Issidorides, una de las biólogas de
mayor prestigio en Europa, dirigió una investigación con microscopio electrónico
en torno a los glóbulos blancos de 40 fumadores consuetudinarios de hachís.
"Descubrimos", informó, "que el consumo prolongadó de la Cannabis indica
(planta de la que se obtienen la mariguana y el hachís) deteriora una buena parte de estas células, impidiéndoles
proteger convenientemente el organismo contra las infecciones".
Dos años después, el doctor Akira Morishima, de la Universidad de Columbia en
la Ciudad de Nueva York, examinó los leucocitos de veinticinco jóvenes de
aspecto saludable, pero que llevaban cuatro años fumando mariguana al menos dos veces por
semana; y encontró que la
tercera parte de las células de estos muchachos contenían sólo de cinco a treinta cromosomas, cuando lo
normal es que tengan 46.
Los cromosomas son estructuras del núcleo celular que trasmiten la información genética de generación en generación.
"En los veinte años que he
dedicado a la investigación", declara Morishima, "'jamas
he visto una droga tan dañina al ADN ( ácido desoxirribonucleico) como la
mariguana".
A principios de este año se comprobó la relación existente entre mariguana y cáncer. El doctor Josel Szepsenwol, del Departamento
de Ciencias Biológicas de la Universidad Internacional de Florida, inyectó
una vez por semana pequeñas dosis de
canabinol o de delta-9-tetrahidrocanabinol ( dos de los 61 canabinoides, sustancias propias de la Cannabis) -disueltas en aceite
de ajonjolí, a 216 ratones, más
de la mitad de los cuales contrajeron cáncer.
En cambio, de otro grupo de roedores a los que sólo inyectó aceite de ajonjolí,
únicamente el cuatro por ciento contrajo el mal (porcentaje normal en su
especie).
DESGASTE VITAL. Estos datos son apenas unos cuantos botones de muestra del daño que la
yerba inflige a los procesos fundamentales de la vida. De
1975 a la fecha, se han divulgado en revistas científicas unas 300
investigaciones acerca de los efectos nocivos de la Cannabis sobre las células humanas y
animales.
Mencionaremos algunos: división defectuosa, crecimiento lento, núcleos de tamaño anormal, trastornos en la producción de proteínas y daños a espermatozoides, óvulos y células nerviosas y del tejido conectivo.
El doctor Gabriel Nahas, precursor de la investigación sobre la mariguana, afirma: "Los estudios que se han efectuado en torno al daño que la Cannabis causa a las células, nos ayudan a entender los efectos perniciosos de la droga en los pulmones, los órganos sexuales, el cerebro y el sistema inmunitario. Cabría afirmar que el deterioro celular ocasionado a lo largo de los años por la mariguana, es, de hecho, un lento desgaste vital".
De ordinario, los síntomas psicológicos no tardan en aparecer, tanto más si el fumador es joven. Cuantos recurren a la droga y hacen de ella un hábito, tienden a parecerse asombrosamente entre sí, con rasgos comunes bien definidos.
PERSONALIDAD "MARIGUANA". "No todos los chicos adictos muestran todos los síntomas", manifiesta el doctor Dean Parmelee, director del Servicio de Internamiento de Adolescentes en el Hospital Charles River, que depende de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston, en Massachusetts. "En realidad, hay muchachos talentosos y de carácter extravertido que mantienen durante algunos años las calificaciones y las actividades de siempre; pero poco a poco —tanto los jóvenes como los adultos— van comprometiendo sus aptitudes, sus actividades, su modo de vida ... hasta acabar aplastados por todos, o casi todos, los síntomas de lo que se ha dado en llamar personalidad mariguana".
En los últimos ocho años, el doctor Harold Voth, de la Escuela de Psiquiatría Menninger, de Topeka, Kansas, ha estudiado a fondo la psicopatología de este narcótico.
A él pertenece la siguiente descripción de la personalidad mariguana:
"El consumo crónico de yerba perjudica, sobre todo, al área del síndrome cerebral orgánico (sco), y se manifiesta en el deterioro de la memoria reciente, en la apatía y en el llamado síndrome de abulia o de abandono, que afecta igualmente a las actividades deportivas, a la escuela y a la familia".
Voth menciona otros indicios propios del sco: "Disminuye la fuerza de
voluntad, la claridad mental, la tolerancia ante la frustración, la
capacidad de concentrarse, de atender problemas abstractos o complejos, se
entorpece la capacidad de juicio; se
presenta una cierta hostilidad a la autoridad, y una tendencia a rechazar por las pruebas médicas de qué la mariguana arruina tanto física como psíquicamente al fumador".
También señala Voth que hace falta beber intensamente durante varios años para
alcanzar el mismo grado de menoscabo
psíquico que la mariguana provoca en cuestión de meses, de modo especial
en los muy jóvenes.
Graves trastornos. A diferencia del bebedor
empedernido, quien por lo general recupera el control de sí mismo cuando está
sobrio, la estructura fundamental de la personalidad del fumador crónico de
mariguana parece alterarse. El doctor
John Meeks, director médico del Instituto Psiquiátrico del Distrito de
Montgomery, en Maryland, explica que si alguien fuma dos veces por semana o más,
bajo ningún concepto recuperará la sobriedad; y que aun cuando no esté "en onda", permanece en un estado de intoxicación subaguda,
las más de las veces sin siquiera reconocerlo".
Mientras que el alcohol, por ser soluble en agua, se elimina del organismo en
unas cuantas horas, los
canabinoídes, por ser solubles en las grasas, se acumulan en las partes
grasosas de la célula
y en los órganos grasos ( una tercera parte del
cerebro es grasa ). Estas sustancias regresan muy
paulatinamente al torrente sanguíneo, único recurso para ser transformadas y
expulsadas del cuerpo. Por eso intoxican sutil y constantemente al organismo,
como si fueran cápsulas de liberación lenta.
Gracias a los estudios que el neurólogo y psiquiatra Robert Heath ha efectuado
en monos Rhesus, conocemos mejor las causas celulares de los síntomas psicológicos.
Durante cinco días a la semana y por seis meses, expuso a estos primates al
humo de dos o tres cigarrillos de mariguana "en dosis para mono"
(o sea, la cuarta parte de un cigarrillo normal).
Con ayuda del microscopio electrónico examinó varios millares de células de 42
áreas cerebrales de cada animal. Aunque había alteraciones en todos los sitios
inspeccíonados, ninguna
región sufrió tantos daños como las relacionadas directamente con la apatía y
la indiferencia, síntomas típicos del consumo de mariguana. También había lesiones considerables en las
zonas relacionadas con los sentimientos de
agresión y temor, síntomas claros de paranoia provocada por la yerba.
"No conozco
ninguna otra droga, ni siquiera el alcohol", opina Heath, "que origine una gama tan amplia de alteraciones
cerebrales como las que vimos en esas células". ¡Y pensar que, en la actualidad, miles y miles de muchachos fuman a diario cantidades de
mariguana mucho mayores en proporción que las que administramos a los
monos!"
Síntomas
de senilidad. En marzo de 1980, el psicogeriatra
Adam Sulskowski publicó el primer informe científico que daba a conocer las
semejanzas entre la senilidad y los síntomas psíquicos derivados de la canabinomanía.
En julio de 1981, los
doctores Stephen Williams, psicólogo, y Jason Baron, psiquiatra, encontraron
también varios síntomas de senilidad en 60
adolescentes que fumaban mariguana a diario. Los
médicos les aplicaron pruebas psicológicas antes y después de seis semanas de
abstinencia en el hospital.
"Al principio", refiere Williams, "los muchachos daban muestras de preocupación irrazonable por la salud, de tendencias obsesivo-compulsívas y de inflexibilidad mental, indícios todos estos característicos de un anciano. Luego que la droga salió de su organismo, los síntomas disminuyeron notablemente.
"La depresión", continúa, "es quizá el rasgo psíquico más común entre los ancianos. Suele asociarse con los sentimientos de pérdida, bien sea de los seres queridos, de la salud, etcétera. La principal fuente de depresión entre nuestros adolescentes era también una pérdida: la tremenda pérdida de la propia estimación. Un chico de 16 años, apuesto y bien vestido, decía: Soy como un cascarón vacío. Nada queda en mí que me agrade. Y fue por la mariguana".
Otra semejanza es la Inmaduros regresiva. El psiquiatra Mitchell Rosenthal opina: "Precisamente cuando los chicos necesitan madurar más que nunca en el terreno psíquico, el ensimismamiento y el deseo de obtener gratificación inmediata los arrastran hacía el infantilismo. Cuando más necesitan aprender a luchar contra las tormentas emocionales de la adolescencia, claudican y disipan sus problemas en el humo de la mariguana".
Rosenthal predice: "Muchos jóvenes de hoy no madurarán como deberían. Por ello abundarán los adultos inmaduros e ímpreparados, algunos de los cuales no podrán vivir sin asistencia económica, social o clínica".
Riesgo de recaídas. En agosto de 1981, el doctor Mark Gold terminó un estudio de 100 "mariguanos", es decir, de 100 fumadores crónicos que están psíquica, funcional y socialmente incapacitados.
"Nuestra investigación", afirma Gold, "ha demostrado que si un adolescente deja por completo la droga durante un promedio de seis meses, recupera su capacidad de concentración, atención y memoria.
"Pero no ocurre lo mismo con los pacientes de mayor edad, quienes en ocasiones nunca se restablecen del todo en cuanto a la memoria reciente. Por otra parte, como estos casi siempre llevan más tiempo fumando, han sufrido ya en su vida ciertos cambios' sutiles, difíciles de resarcir. Por ejemplo, buscan empleos que no exigen especial esfuerzo".
Además, Gold descubrió que, al igual que los alcohólicos, los mariguanos
corren siempre el riesgo de reincidir. "Aunque dejaran la droga durante un
año", explica, "uno o dos
cigarrrillos serían suficientes para echar todo por los suelos y
volver a las andadas.Lo que es peor aunque hayan necesitado dos años
para alcanzar el estado de gravedad anterior, basta que vuelvan a fumar la yerba para
regresar a la misma situación".
Lejos de toda duda está que, a menos que los actuales hábitos de consumo de
mariguana se reduzcan radicalmente, esta
droga acarreará a largo plazo terribles
consecuencias para la salud física y mental de nuestros jóvenes y,
dada su
generalización, para el futuro de
nuestra sociedad.
SELECCIONES DEL READER'S DIGEST
No hay comentarios:
Publicar un comentario