miércoles, 16 de noviembre de 2022

EL CIELO ES TAN REAL CHOO THOMAS Parte 27

 EL CIELO ES TAN REAL

CHOO THOMAS Parte 27

UN NUEVO COMIENZO

Había escuchado antes de la Iglesia Betel, pero nunca había sentido el deseo de ir allí, o a ninguna otra iglesia, porque el Señor me había ordenado permanecer donde estábamos hasta el momento que Él nos impulsó a salir.

El 16 de mayo de 1991, supe que nunca volvería a la iglesia que asistíamos, y creí que el Señor nos dirigiría a otra. Mi mente comenzó a pensar en Betel, y durante el tiempo de oración antes de la comida, el Señor me susurró: "Betel".

Eso lo confirmó, y mi corazón comenzó a desear ir allí para adorar. La noche que asistimos a un servicio en Betel, experimenté una tibia y maravillosa unción. La unción era tan intensa que mi traje se empapó de sudor.

El 23 de mayo, asistimos al servicio del domingo en Betel, pero habíamos entendido mal la hora del servicio. Llegamos treinta minutos tarde, pero al minuto de haberme sentado, la intensa unción del Espíritu Santo de Dios cayó sobre mí una vez más. La unción era incontrolable, a pesar de que no tuve la oportunidad de orar y danzar antes del servicio. Para el Señor, esa media hora de oración en lenguas antes de la adoración, es extremadamente importante.

El 30 de mayo de 1999, fui al servicio en Betel otra vez, y esta vez dancé libremente durante el servicio de adoración. Antes, al danzar al frente en mi iglesia anterior, me había sentido incómoda. El Señor me explicó que hubo una gran discusión acerca de mis danzas al frente del grupo de adoración en esa iglesia. Estoy segura que en esas ocasiones, mi incomodidad había venido del Espíritu Santo. El Señor me recordó: "Cualquier iglesia que no permita al Espíritu Santo moverse con libertad, no puede ser bendecida. Planeo derramar una unción mucho más poderosa sobre la Iglesia antes de mi regreso, y las iglesias deben estar preparadas para ella".

El Señor me dijo que Él hablaría conmigo después del servicio de adoración acerca de cosas muy importantes. Él me dijo que hablara con el escritor acerca del libro. Me pidió que enviara el manuscrito del trabajo de mi cuerpo e hiciera una lista de todas las visiones celestiales que me había dado durante los pasados tres años de entrenamiento. A pesar que yo mencionaba con frecuencia el libro al Señor, Él siempre me decía que tendría cuidado de todo en su tiempo, y que no debía preocuparme por nada. Ahora el Señor me estaba dando cierta libertad con relación al libro, y yo me sentía muy emocionada.

También me dijo que le diera una lista de mis visiones celestiales, y que compartiera mis experiencias espirituales con mi nuevo pastor, el pastor Wolfson.

Después de tres años y medio con el Señor, me daba cuenta de que mis pensamientos y acciones ya no eran mías. Mi vida entera le pertenecía a Dios. Mis pensamientos, mis sentimientos y mi comporta­miento, todo había cambiado. Siento tanta compasión por los perdidos y las almas necesitadas, que mi corazón se conduele por todo aquel que no conoce al Señor

Ahora sé que cuando le agrado a mi Señor y le pongo a Él primero, todo en mi vida obra para bien. Mi maravilloso Señor me ha trans­formado de adentro hacia fuera, y Él me ha enseñado muchas cosas asombrosas acerca de sus caminos. Ya nadie puede hacerme enojar, porque el gran amor del Señor en mí me capacita para perdonar.

"Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, y seré salvo de mis enemigos" (Salmo 18:1-3).

TERCERA PARTE

Tres años de
entrenamiento ministerial
El, TIEMPO ES CORTO

Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas,
ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos
las cosas que deben suceder pronto.

APOCALIPSIS 22:6 (ÉNFASIS AÑADIDO)

El 11 de agosto de 1999, después de mi tiempo de oración antes de acostarme, sentí una unción muy especial y la presencia del Señor vino sobre mí. De mis adentros salió un hermoso cántico celestial con palabras maravillosas.

Entonces, el Señor me habló al instante, la voz sobrenatural surgió de mí, y mis ojos contemplaron la presencia del Señor. Él llevaba la corona y túnica doradas y se paró frente a mí.

Mi cuerpo se sintió más fuerte, y una sensación de poder asombro­so vino sobre mí. El Señor me dio instrucciones de extender mis manos hacia Él, y, al hacerlo, mis manos se movieron hacia Él bajo su poder. Vi que Él sostenía una gran llave dorada. Entonces dijo: «Te estoy dando esta llave dorada para tu trabajo de milagros".

Cuando puso la llave en mis manos, mi cuerpo comenzó a brincar y temblar. Me faltaba la respiración a causa de la unción, y comencé a llorar. Entonces mi mano se cerró. Mis manos se juntaron y volvieron a reposarse en mi pecho por un momento. Luego, mis manos comen­zaron a temblar sin control durante varios minutos.

El Señor se cambió a su vestimenta habitual, y me dijo que cada una de sus promesas estaban siendo liberadas. Me dijo: “La llave que t edi es la última de todas. Serás una sorpresa para el mundo, y eres mi muy bendecida hi¡a".

El 8 de diciembre de 1999, cuando terminé de orar para acostar­me, el Señor comenzó a hablarme. Él usualmente habla acerca de m. trabajo, sus planes para mí, y cuán pronto Él comenzará el trabajo para el cual me ha preparado, pero en esta ocasión me explicó la razón por la que iba a publicar el libro pronto. Él dijo: El cielo es tan real' será, la última oportunidad para que las personas comprendan cuán pronto regresaré por mi pueblo ».

También dijo: "Si los desobedientes no despiertan, no escucharán el sonar de la trompeta, y tendrán que pasar por la tribulación". Entonces continuó explicándome que Él ha estado advirtiendo a la gente a tra­vés de eventos relacionados con los niños, pero que nosotros le hemos temido sólo por un corto tiempo y luego volvemos a nuestra vieja manera de vivir.

Continuó diciendo: “Les he estado dando muchas señales para que la oración vuelva a las escuelas, pero la gente realmente no están haciende nada por eso. Nunca obligaré a nadie. Sólo puedo darles señales para que sepan lo que deseo que hagan.

"He dado suficiente aviso a mi pueblo para que sepan lo que he desea­do que hagan por tanto tiempo. No puedo esperar por aquellos que no desean estar listos para mí. Vendré por aquellos que estén preparados pan, mi regreso, y esto sucederá antes de lo que ellos esperan. '>

El Señor me dijo que debía poner estas palabras en el libro.

GOZO INDESCRIPTIBLE

En la noche de la Navidad de 1999, después de haber orado para acos­tarme, la presencia del Señor se hizo real. Después de hablar por unos momentos, sentí súbitamente una ardiente unción que vino sobre toda mi cuerpo. Esto fue seguido por mi voz inusual, y vi al Señor parada delante de mí con su corona y túnica de Navidad. Él dijo: "Amada, me siento feliz de celebrar mi cumpleaños contigo".

Al instante de Él haber dicho estas palabras, las canciones celestiales salieron de mí, y comencé a danzar en su presencia. Esto continúo por al menos treinta minutos. Durante todo ese tiempo, estuve danzando y cantando. La unción era tan fuerte que en mi mente sólo deseaba que me llevara a mi hogar en ese preciso instante. Yo lloraba, pero también le sonreía a mi Señor, pues el gozo era indescriptible.

El tiempo es corto

Ei, SEÑOR ESPERA POR QUIENES ESTÁN PREPARADOS

La noche del Año Nuevo del 2000, tuve exactamente la misma experiencia con el Señor que compartimos en la Navidad de 1999. Pero ésta fue una experiencia más asombrosa que las Navidades y Año Nuevo de años anteriores. Algunas de las cosas que el Señor me dijo no Puedo escribirlas en este libro. Puedo decir, sin embargo, que el Señor está listo por quienes están preparados y esperando por Él.

El 6 de enero de 2000, después de orar para acostarme, el Señor me mostró una visión de nuestra iglesia, Church for All Nations (Iglesia para Todas las Naciones). Este es el nuevo nombre de la Iglesia Betel. Recibí esta visión durante un servicio de domingo, mientras hacía una danza de obrar milagros. En la visión, el Señor estaba parado en el púlpito y levantó su mano derecha. En respuesta, toda la congregación cayó al piso.

UNA UNCIÓN DE, PODER

Era el 8 de enero de 2000. Esa noche, en mi oración antes de acostar­me, el poder de la unción era tan fuerte que apenas podía mantenerme derecha. Mi cuerpo se debilitó, y mi lengua estaba muy pesada y no pude pronunciar palabra alguna mientras oraba. No podía emitir nin­gún sonido, y mi cuerpo cayó en el piso.

Al terminar el tiempo de oración, el Señor me dijo que me levanta­ra a las 5:00 A.M. el próximo domingo, y que alabara al Padre primero. Él quería que luego orara por todas sus promesas en otras lenguas, y por mi ministerio. Me dijo que me fuera a la iglesia temprano, pero no más tarde de las 9:30 A.M., y que orara y no permitiera que nadie me interrumpiera.

"Cuando comiences a orar, no hagas nada por ti misma hasta que termines la danza", me indicó. 'Debes conocer todos los procedimientos de esta danza. "

Al minuto de haber entrado al santuario, mi cuerpo se sintió en fuego, y comencé a llorar. Antes de comenzar a orar, alabé al Padre, y cuando comencé a orar, vi la presencia del Señor. Él estaba vestido con su corona y túnica doradas, y estaba parado en el púlpito, sonriéndome.

Él sólo dijo: “Estoy abriendo la puerta de tu ministerio para obrar milagros':

Comencé a danzar delante de la congregación. En mis primerosdías, cuando comencé a asistir a esta congregación, dancé sólo en cuatro ocasiones durante los servicios de las mañanas. Sin embargo, al pasar el tiempo, comencé a danzar en los servicios de avivamiento los viernes en la noche. Continué haciéndolo hasta que se mudaron a la nueva iglesia, Iglesia de Todas las Naciones. Allí, no realicé la danza para obrar milagros por alrededor de dos meses.

NO HAY TIEMPO QUE ESPERAR

El 13 de enero de 2000, después de mi oración matutina, el Señor comenzó a hablarme sobre mi trabajo y el libro, El cielo es tan real. Me dijo que ya no había tiempo que esperar, y me explicó que era tiempo para Él comenzar el proceso de publicación del libro.

Él también me recordó que le ha dado a la gente oportunidades para conocerlo, y les ha dado señales en un esfuerzo para ayudarles a comprender que Él es Dios. Continuó: "Pero la gente no me teme, y muchos de esos que conocen mi Palabra no me creen lo suficiente para vivir de acuerdo a mis mandamientos. Pero les daré otra oportunidad a través de tu libro y muchas otras señales”

Después que me habló estas palabras, un poder tan fuerte cayó sobre mí, que mis ojos se cerraron herméticamente y un sonido fuerte salió de mis adentros. Era tan fuerte el sonido, que podía ser escu­chado en toda la casa, y esto me hizo llorar. El Señor me mostró una rápida visión de la tierra. Vi muchos edificios caer por todo el mundo. Después de esto, vi nubes oscuras, viento y relámpagos alrededor de toda la tierra, seguidos de lluvia, inundaciones y tornados por doquier. Después de esto, Él me dijo: "Lee Isaías 64.-3" Este pasaje profético habla acerca de las montañas que tiemblan ante la presencia del Señor.

Entonces, el Señor me dijo: “Estoy advirtiendo a mi gente una vez  más, que regreso por ellos antes de lo que ellos esperan': Y continuó  explicando: "El que esté listo para mi regreso, escuchará el sonar de la trom­peta, y aquellos que no estén listos, atravesarán la tribulación, y muchos de ellos se volverán a Satanás. Les he dado suficientes oportunidades para que la gente se prepare para mi venida, pero ellos no ponen atención a mis palabras. No esperaré por ellos para siempre. Regresaré por quienes estén esperando por mí"

El Señor me repitió muchas cosas. Él desea que todos estén listos para su venida.

Capítulo 23

UN MINISTERIO DE
OBRAR MILAGROS

Y [Él/ se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.

MATEO 17:2

En la mañana del 15 de enero de 2000, el Señor me dijo: "Tengo una sorpresa para ti. Debes ir a la cama temprano". Después de haber orado para acostarme, mi cuerpo comenzó súbitamente a temblar muy fuerte. Sentí una poderosa unción y una fuerte voz salió de mí por unos instantes, seguida de la voz sobrenatural.

Vi al Señor con su corona y túnica doradas. Al momento de contemplar su presencia, mi voz se hizo más fuerte. Comencé a llorar mientras temblaba en reverencia delante de Él, al mismo tiempo que experimentaba un gozo indescriptible.

Había visto al Señor con su túnica dorada en otras ocasiones, pero la unción que acompañaba esta visión era mucho más fuerte. El Señor me dijo que todas sus promesas estaban siendo liberadas para el minis­terio final de obrar milagros para el cual Él me había preparado.

El Señor me repite las cosas con frecuencia. Estoy segura que esta ha sido su manera de asegurar que yo entienda y recuerde la importan­cia de las cosas que tiene guardadas para mí. Sin embargo, ha podido notar cuántas desilusiones he tenido que atravesar.

El Señor luego me indicó que extendiera mis manos hacia Él. Lo hice inmediatamente. Entonces levantó su mano derecha y dijo:

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