EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE
1955
Recopilado por Alan Devoe
ROLÁN, hermoso perro lobo, negro, estaba en casa desde cachorro. Por tres años lo habíamos tratado casi como a un niño .. hasta que alegró nuestro hogar el primer hijo.
Rolán se puso muy celoso. Cuando nos oía hablarle al nene a media lengua llegaba corriendo, como si aquello fuese con él, y notando que no era así, se alejaba, gachas las orejas y cariacontecido.
Un día dejé al niño durmiendo en su cuna y salí a trabajar un rato en el jardín. De pronto, al levantar los ojos de lo que estaba haciendo, me horrorizó el espectáculo más espantoso que he visto en mi vida. Nuestro perrazo lobo bajaba las escaleras de la cocina ¡y traía en la boca a mi nene! Lancé un grito y caí desmayada.
Al volver en mí, hallé al niño reposando en mi pecho, sano y salvo. A mi lado, lamiéndome la cara, estaba Rolán. En derredor nuestro se arremolinaba el humo. La casa estaba ardiendo.
En esa hora de peligro, el noble corazón del perro acalló todo resentimiento e impulsó a Rolán a salvar la vida al mismo ser que lo había privado de nuestro afecto. — sra. I H. R.
EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE
1955
Por Alan Devoe
VIAJANDO por el estado de Nuevo méxico escribí de antemano al Hotel Amador, de Las Cruces, preguntando si podrían darnos hospedaje a mí y a mi perro, un cocker spaniel. El administrador respondió a mi carta en los siguientes términos: «Llevo más de 3o años en el negocio de hotel. Nunca me he visto precisado a acudir a la policía para que saque a un perro por armar escándalo a altas horas de la noche. Nunca se ha dado el caso de que un perro prenda fuego a las sábanas por ponerse a fumar en la cama. Jamás se le ha ocurrido a un perro llevarse en la maleta las toallas o las mantas del hotel; ni ha habido perro que estropee el barniz de la cómoda con los redondeles que dejó la botella de whisky. Claro que tendremos mucho gusto en hospedar a su perro.
P.D. También le hospedaremos a usted, si el perro responde de su
buen comportamierito.» — hart S. Horn
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