Traducción libre para los investigadores de mente abierta y para los estudiantes de la Biblia en cuanto a profecías, eventos y demás.
VOYAGES DESS FLOTTES DE SALOMON ET D'HIRAN EN AMÉRIQUE
POSITION GÉOGRAPHIQUE DE PARVAIM, OPHIR & TARSCHISCH
VIAJES DEL FLOTAS DE SALOMÓN E HIRAM EN AMÉRICA POSICIÓN GEOGRÁFICA DE PARVAIM, OFIR Y TARSIS
ONFROY DE THORON
PUBLICADO EN 1868
FRANCIA
La découverte que nous avons faite de la route que suivaient les vaisseaux de Salomon et du roi de Tyr à travers l'Océan, pour se rendre en Amérique, est démontrée dans ce Mémoire par un ensemble de preuves qui appartiennent à deux catégories fort distinc-tes. L’une d'elles consiste à signaler l’existence, dans la Haute-Amazone, de noms que l’on retrouve dans le texte hébreu de la Bible.
El descubrimiento que hemos hecho de la ruta seguida por las naves de Salomón y el rey de Tiro a través del océano para llegar a América se demuestra en estas Memorias mediante un conjunto de evidencias que se dividen en dos categorías muy distintas.
Una de ellas consiste en observar la existencia en el Alto Amazonas de nombres que se encuentran en el texto hebreo de la Biblia.
Estos nombres, que aprendimos de los marineros de Salomón e Hiram, designaban las localidades que sus flotas visitaron y los objetos que trajeron de regreso: pertenecen únicamente al idioma quichua, que aún hablan los antis de Perú y Ecuador.
Incluso hemos llegado a la certeza de que la parte alta del río Amazonas llevaba antiguamente el nombre de Salomón.
A pesar de esta evidencia suficiente, que resuelve una cuestión histórica y geográfica, al observar el estado de la ciencia náutica de los fenicios, hemos introducido en nuestras Memorias una segunda categoría de evidencias menos serias que las anteriores, pero que pueden ser útiles, ya que tienden, en conjunto, considérer cette seconde catégorie de preuves comme une contre-partie de la pre-mière. à donner plus de force à notre opinion, et qu’on peut considérer cette seconde catégorie de preuves comme une contre-partie de la pre-mière Para reforzar nuestra opinión, podemos considerar esta segunda categoría de evidencia como contraparte de la primera.
Esto se debe a que, en efecto, hemos creído reconocer que, en los lugares frecuentados por los barcos de los dos reyes, los hebreos y los fenicios dejaron nombres y palabras pertenecientes a su lengua; varios de estos no son dudosos, pues pertenecen verdaderamente a la lengua semítica.
Algunos otros pueden ser objeto de controversia, pero esto no puede destruir los hechos principales que sirven de base a nuestro argumento. Lo esencial reside en los hechos en su conjunto, pues conllevan la historia.
Desde Moisés hasta Salomón, el idioma hebreo tuvo que sufrir la ley general de las transformaciones, al menos en su pronunciación; pero, desde Salomón, su declive fonético no puede dudarse, ya que el hebreo se ha convertido en una lengua muerta.
Los judíos, en su dispersión, pronto dejaron de entenderse; reinó una gran confusión en las sinagogas, donde la verdadera pronunciación del hebreo se había perdido gradualmente, y donde la interpretación de los Libros Sagrados ya era controvertida.
Para remediar esta situación, los doctores de la ley, escribas masoretas se propusieron corregir la pronunciación de las palabras en el idioma judío añadiendo signos o puntos vocálicos a las letras del alfabeto.
Pero los masoretas no lograron restaurar a todas las palabras de este idioma la pronunciación original, la única verdadera, que nunca conocieron.
Por eso, un gran número de hebraístas no admite la exactitud de los signos masoretas, que no se encuentran ni en las raíces del idioma ni en la Biblia verdadera.
Por lo tanto, cada uno es libre de pronunciar el hebreo a su antojo; y esto es, además, lo que ocurre de todos modos; porque la pronunciación de las vocales difiere en boca de ingleses, franceses, italianos y otros pueblos, y, a pesar de los signos masoretas, el hebreo, al igual que el latín, está sujeto a la ley de pronunciación propia de cada país.
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