miércoles, 24 de abril de 2024

DEL PARTIDO Y CORREGIMIENTO DE TOTONICAPA Y HUEHUETENANGO 44-45

 RECORDACIÓN FLORIDA

CAPITÁN ANTONIO DE FUENTES

LIBRO    OCTAVO
CAPITULO I

DEL PARTIDO Y CORREGIMIENTO DE TOTONICAPA Y HUEHUETENANGO, y las calidades y naturaleza de su temperamento.

 

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digo á este pueblo de Totonicapa y todos los más de la Sierra, mas no absolutamente á este partido, Corre de su país la situación por longitud de la parte de Noroeste al Sudeste, y por su latitud de Norte á Sur. La una que se dilata noventa leguas y la otra alguna cosa más de cincuenta; mirando sus líneas por confín desde Chahul, que linda con Verapaz, á San Gerónimo Motosíntle que confina con la jurisdicción de Soconusco, Y desde el rancho alto de Totonicapa, término de Tecpan atitlán, y el río de Aquezpala, que es la raya entre esta jurisdicción de Totonicapa y la de Chiapas mas como quiera que hayamos apuntado sus cuatro confines, es necesario el advertir, que por la parte del Sueste entra el Corregimiento de Quezaltenango por un ángulo á confinar con este de Totonicapa por el Oestesudeste, y este partido de que vamos tratando, por el Noroeste con tierra de frontera de los infieles de Lacandón, cuya estensión de territorio corre por su circunferencia doscientas y setenta leguas de utilísima tierra y deliciosa; que de su estampa por el todo podrá entenderse su confinanza y gran dilatación, donde en su sitio y su país están situados y erigidos desde la posesión del gentilismo cuarenta y nueve lugares, que los más de ellos se constituyen numerosos, con admirable y grande pueblo, desconocidos en su grandeza y vecindad de lo que fueron primero, de que daremos noticia en su lugar, procurando señir su narración por ser su número escesivo, ó dividirlo en los discursos de algunos capítulos, por no defraudar á los lectores de lo curioso y singular de algunos de ellos. Los montes y los bosques de el partido copiosos y poblados de arboleda, llevan muy útiles maderas para los edificios, en todas aquellas que se hallan y se producen en tierra fría; y entre ellas gran copia de pinabete que mucha manufactura ofrece á los indios con muchas utilidades, y fuera de esto mucho combustible para alimento del fuego, por donde son muy estimables á la conservación de los poblados; y las campiñas y los prados á los rebaños del ganado muy adecuados, y muy propios á su crianza, y procreación; por que sus pastos provechosos y la limpieza de sus llanuras ayuda mucho á su conservacíón, como las aguas que los regalan al beneficio y al riego de setenta y nueve ríos y arroyos que se conocen; por que atraviesan por las sendas y el viaje de unos pueblos á otros, sin los innumerables que se pierden en el provecho entre montañas y cordilleras; que estas que conocemos y señalamos no llevan la sanguijuela, que es tan nociva á los ganados, y solo se halla en los que más detenidos, y rebálsados de las llanuras se remansan en síeneguillas. Pero además de las escelencias que referimos de estos países, añade  su bondad naturaleza, la gran seguridad de sabandijas ponzoñosas, esto es en tierras frías, que en las que son más bajas y calientes, las hay muchas y venenosas, como si fuera en la tierra de la costa, y así en los altos de la sierra

los pastores y los arrieros duermen en medio de los campos sin recelo que los inquiete, ni por razón de los pastages peligran los ganados de estos países. Solo en las mulas y en los caballos se reconoce maleficio, por la yerba que

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llaman jaboneta, por que el activo tufo de su olor á la manera de jabón, que inficiona gran distrito de donde nace y se sitúa, los ataranta y embriaga de calidad que sin comer ni sosegar, gustando de ella quedan muertos por el campo; mas con instinto natural se apartan de ella y son pocas las bestias que peligran.

 

viernes, 19 de abril de 2024

LO QUE ROMA DEBE A LOS MÁRTIRES PROTESTANTES.

 LA HISTORIA DE GUIDO DE BRES

Lo que Roma debe a los mártires protestantes.

De haber razonado de este modo, los creyentes evangélicos del siglo XVI, habría fracasado

enteramente la Reforma, y hoy día (como reconocen los mejores teólogos aun del campo

católico) nadie sabe a que grado de corrupción y apostasía habría llegado la Iglesia Católico

Romana del siglo XVI, careciendo del estimulo y acicate de la oposición Protestante.

Pero los mártires de la gloriosa Reforma Evangélica Medieval pensaron totalmente de otro modo. Para ellos la Fe cristiana era tan preciosa; la Vida eterna tan segura; la Sagrada Escritura tan infaliblemente Palabra del Dios vivo; la Obra redentora de Cristo tan valiosa y portentosa, que todo lo que significara una disminución de tales valores espirituales o tendiera al desprestigio de los mismos, debía ser combatido a toda costa, y la Verdad de Dios vindicada y presentada al pueblo en toda su pureza, sin reparar en esfuerzos o sacrificios.

Y así en vez de excusarse con los Pasajes de Romanos 13, y I Pedro 2:13-17 acerca de la sumisión a las autoridades de su época, citaban una y otra vez el famoso discurso da S. Pedro ante el Sanedrín hebreo: «Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; estableciendo así el principio, hoy reconocido por todos, de la separación de la Iglesia y el Estado; preconizado ya por el mismo Salvador en su sagaz respuesta a los saduceos: «Dad a César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios».

 

jueves, 18 de abril de 2024

LA HISTORIA DE GUIDO DE BRES- 2-

 LA HISTORIA DE GUIDO DE BRES

¿Mártires o herejes?

Al entrar a ocuparnos de los mártires de la Fe Cristiana, surge inevitablemente una pregunta en esta Edad Ecuménica. ¿Debemos apreciar a los que dieron sus vidas por la disidencia religiosa del siglo XVI como verdaderos mártires, poniéndoles en un plano de igualdad con los que perdieron sus vidas en los circos romanos o los misioneros martirizados por el fanatismo pagano de los pueblos a los cuales trataron de evangelizar?

La respuesta, por extraña que parezca en estos días de contemporización y tolerancia, es que la fe, e inquebrantable entereza de los mártires de la Reforma es más, mucho más de valorar que la de los mártires del Paganismo. No porque fuera una fe de mejor calidad, sino por adquirir más mérito a causa de las especiales circunstancias que concurrieron a su manifestación.

Sabemos que los mártires de los primeros siglos, daban sus vidas por un Cristianismo vigoroso

que acababa de surgir de una revelación sobrenatural, .LAS COSAS QUE ENTRE NOSOTROS HAN SIDO CIERTISIMAS. podían afirmar los testigos oculares de la vida muerte y resurrección de Cristo. Sus inmediatos sucesores tenían también eficaces medios a su alcance, en aquellos primeros tiempos, para cerciorarse de la realidad histórica de tales hechos. Esta mayor medida de evidencia resta mérito a la calidad de la Fe, pues como dijo nuestro Señor: «¿Por qué viste Tomás creíste? Bienaventurados os que no vieron y creyeron".

La lucha de los primitivos cristianos era, además, contra Paganismo absurdo y desacreditado, del que se burlaban: a los filósofos escépticos de la época. Jesucristo había venido a llenar el vacío moral y espiritual sentido por los Sócrates, Platón, Platino, Filón y tantas otras mentes

privilegiadas de su época. No es extraño que un filósofo como Justino, después de haber vagado por muchos años en la incertidumbre espiritual, una vez cerciorado de las evidencias que dieron origen a la Fe Cristiana, osara exclamar, respondiendo a la irónica pregunta del procónsul Rufus acerca de su esperanza celestial:

«NO LO SUPONGO, LO SE, Y ESTOY ABSOLUTAMENTE SEGURO DE ELLO».

Pero era muy diferente el caso con los mártires oe la Reforma, los cuales se hallaban en lucha, no con un Paganismo ridículo, de dioses vulgares, y a todas luces inexistentes, sino con una Organización Cristiana históricamente procedente de la misma fuente de Verdad que ellos

defendían; aparentemente poseedora de una autoridad espiritual, dada -según ellos- por el propio Salvador igualmente adorado por todos. Se trataba de conservar o de perder la vida en medio de atroces martirios, por mera interpretación o puntos de vista acerca de las verdades proclamadas por el mismo Señor y Maestro. La tentación era, por tanto, mucho más fuerte en su tiempo para llevarles a dudar de su propia posición. Fácilmente podían preguntarse: ¿No estaré equivocado?

¿No será mi entereza un pecado de presunción y orgullo? ¡ Podría hallarme con un cruel desengaño tras la cortina de la muerte! ¿Voy a arriesgar lo más precioso para mi y para los míos, entregando mi cuerpo a las llamas y a mis amados al desespero y a la infamia, por cuestiones tan sutiles como: «Si es superior el mérito de la fe al de las obras; cuando todos convenimos en que la fe se muestra por las obras? ¿Dará Dios tanta importancia a ser adorado en un lugar desprovisto de imágenes, hasta el punto de condenar a los que tratan de adorarlo con la ayuda de alguna representación material? Y así en otras diferencias dogmáticas tales como la de la transubstanciación consubstanciación o representación del cuerpo de Cristo en la Cena del Señor; el mérito de las indulgencias, o limosnas, para la remisión de pecados, etc.

Tales consideraciones podían atormentar la mente y la conciencia de los mártires de la Reforma,

sobre todo después de sus agudas polémicas con teólogos sagaces de la Fe Católica-Romana, bien versados en la Sagrada Escritura y en literatura patrística. Podían además añadir en su propio beneficio o excusa: ¿«No es mi Dios, el mismo Dios de mis enemigos? Si les permite ser victoriosos y gobernantes ¿no será porque se agrada de ellos? De lo contrario, ¿no podré?

excusarme diciéndole al Señor que me he limitado a cumplir el precepto apostólico de obedecer a las autoridades constituidas, ordenadas por El mismo?

 

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DEL PARTIDO Y CORREGIMIENTO DE TOTONICAPA Y HUEHUETENANGO 44-45

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