lunes, 31 de octubre de 2022

31 DE OCTUBRE - HALLOWEEN VERSUS WITTENBERG”

 31 DE OCTUBRE - HALLOWEEN VERSUS WITTENBERG”

  31 DE OCTUBRE - HALLOWEEN VERSUS WITTENBERG”

1-Hoy  31 de Octubre hay inmensas multitudes que celebran el “Halloween”;  ríen, cantan, bailan, enseñan y disfrazan a sus niños de duendes, brujas, ogros, usan en su rostro mascarillas, redecillas negras al estilo “telaraña”. Multitud de comercios, especialmente restaurantes y bares  colocan figuras  tenebrosas y grotescas, horrorificas, en las puertas.

Infelices los hogares , en donde en lugar de leerles a los niños un salmo de la Biblia, en su lugar les visten de  vampiros, brujas…. ¿Cuantas personas se prestan, aún llamadas “cristianas”, a glorificar la noche, donde las verdaderas brujas y hechiceros hacen sus aquelarres, donde se practica el canibalismo. el beber sangre, el tener orgías sexuales , borracheras y gula…¿cuántos “inocentes cristianos”, se prestan para celebrar “inocentemente” el “Haloween”

2- En contraste, …¿cuántos cristianos,recuerdan y celebran que en la noche del 31 de Octubre de  1517, se sentaron las bases para un renacimiento verdadero de la fé en el Señor Jesucristo.

El desarrollo de naciones que hoy están en la cumbre del mundo, como Dinamarca, Noruega, Suecia, Suiza, Inglaterra, Estados Unidos y Alemania, se debe  a la reforma o transformación espiritual de sus ciudadanos, cuando hace siglos adoptaron los siguientes principios:

  • Sola Scriptura: La Palabra de Dios es la máxima autoridad en materia de fe y práctica.
  • Solus Christus: La salvación se encuentra solo en Cristo,
  • Sola Gratia: La salvación es un don de Dios.
  • Sola Fide: La salvación solo puede ser recibida cuando ponemos nuestra fe en Aquel que murió por nosotros,
  • Soli Deo Gloria: El propósito de la salvación que recibimos es glorificar a Dios
  • ¿Y tú, a quién recuerdas y glorificas esta noche del 31 de Octubre del 2022?
  • ¿Glorificas a Jesucristo, o las cosas de este mundo
  • A la medianoche , ¿estarás subyugándote al Haloween, o estarás cumpliendo".. Y NO SE HA SENTADO EN SILLA DE ESCARNECEDORES, SINO QUE  EN LA LEY DE JEHOVA ESTÁ SU DELICIA Y EN SU LEY MEDITA DE DIA Y DE NOCHE..."

domingo, 30 de octubre de 2022

HABIA UNA VEZ… Lunes, 23 de mayo de 2022

 Lunes, 23 de mayo de 2022

HABIA UNA VEZ… Lunes, 23 de mayo de 2022

 Madrugada de Insomnio/ una de la madrugada a seis de la mañana.Me convierto en escritor...

HABIA UNA VEZ…

Por el Autor  del blog

 Había una vez…muchos años ya , demasiados

Un hombre que  tenía una bellísima  y apreciada amiga,

Por algunos motivos, (quizás por celos) él por ser demasiado sensible,

Se retraía, se alejaba, montaba su corcel “de la indiferencia”," del orgullo"

Y galopaba  por  montañas, valles y ríos.

Transcurrían uno, dos…tres días, una semana;

El decía dentro de sí:

Hasta aquí llegó el sentimiento “, “con esto de no buscarla, no querrá mi amistad, se acabó todo…”

A la semana, sonaba el teléfono, y al contestar, se escuchaba una melodiosa voz.

Que decía:

“—Oíga, esto no es una competencia de ver quien aguanta más…”

Al verse en persona, él le decía entonces:

“—Pensé que ya no quería verme más…”

Ella, entonces le contestaba:

“Por favor, No piense por mí…”

Otras veces ella le decía:

“A usted una palabra se le dice…un gestoy construye …y vive todo un mundo…”

 Así son las cosas de la vida…

 Viernes 20 de Mayo de 2002 1.30 p.m.  4 calle del mercado central de  Huehuetenango

Una preciosa muchacha de cabello largo  iba con otra señorita,  al pasar junto a mí, su mirada fijó en mis ojos,  

   Imagenes de Video Siempre, Siempre Romina Powers esto me sucede a menudo, y me dejan pensativo…

 jueves, 23 de diciembre de 2021

MOMENTOS AGRADABLES E INOLVIDABLES EN LA ANTIGUA GUATEMALA DIC 2021 

 El domingo 19 de Diciembre del año de 2021, estaba paseando en la Ciudad colonial de Antigua Guatemala. Aproximadamente eran las 12 del medio día. Estaba caminando en un costado de la plaza principal de dicha ciudad. Enfrente de mi venía una hermosa mujer aproximándose. No le dí mucha atención al asunto. a unos pasos antes de llegar a mí, "clavó" su mirada fijamente en mis ojos, por reacción yo también la vi. 

Era una mujer con vestido blanco muy bonito,

 De cabello largo, rubio dorado. su mirada de color verde celeste, muy bella. Ella tenía aspecto de Italiana o alemana, , pero no de las extranjeras que andan con pantalones cortos y vestidas informalmente en la antigua. era una mujer con un vestido serio, sobrio y "decente"aprox. de unos 35 años de edad, Me agradó esa mirada que ella dirigió hacía mi. 

En la tarde, en una ceremonia de boda, cerca de mí, se situó una hermosa joven que estaba sola,  muy alta y muy hermosa, cabello largo.

Ambas mujeres aquí descrtas puedo describirlas de "impactantes" y dificiles de olvidar para la memoria.

EL CIELO ES TAN REAL CHOO THOMAS –Parte 016

 EL CIELO ES TAN REAL

CHOO THOMAS –Parte 016

fueron echados del paraíso terrenal para siempre, y aquellos que no obedezcan a Dios en esta vida, serán echados del paraíso celestial. El Señor me ha enfatizado esto una y otra vez.

Con frecuencia, me había preguntado a quien se refería Dios cuan­do dice "Hagamos" en Génesis 1:26. Ahora entiendo que se refería a la Santa Trinidad. Muchas personas, como yo, están teniendo experien­cias con ángeles en estos últimos días. Los ángeles nos están visitando de la misma manera que lo hicieron en los tiempos antiguos. Ellos están afirmando el amor de Dios por sus hijos, y están advirtiéndoles de cosas que están por suceder. Como Jesús me ha dicho tantas veces, realmente estamos en los últimos días.

Los ángeles son sus mensajeros. Yo conocí uno de ellos. Son seres maravillosos que irradian el amor y la gloria de Dios. Ellos disfrutan adorando al Padre en los cielos, y le obedecen compartiendo su mensaje con nosotros en la tierra.

Amo a los santos ángeles de Dios, y creo que ellos están conmigo aún mientras escribo. El Señor me ha dicho que tengo ángeles perso­nales rodeándome. No debemos olvidar la promesa de Dios: "Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra" (Salmo 91:11-12).

SOBRE LAS NUBES

La mañana del 8 de abril trajo consigo otro dulce encuentro con el Señor. Él me visitó desde las seis hasta las nueve de la mañana. Mi cuerpo tembló por cuarenta minutos, antes de escuchar su fuerte voz llamándome. Él tomó mi mano, y en mi cuerpo transformado fuimos a la playa, donde caminamos por un tiempo más largo de lo normal. Entonces volamos hacia el cielo.

Después de cambiar nuestras vestiduras, cruzamos el puente de oro y tomamos el mismo camino de otras veces. Eventualmente, doblamos a la izquierda y comenzamos a caminar por un camino ancho que esta­ba bordeado por una hilera de grandes y frondosos árboles, cuyas hojas eran color naranja brillante.

Recorrimos un largo trayecto y entonces tomamos un camino pedroso que zigzagueaba entre altas rocas. Llegamos a un puente alto que se extendía entre dos montañas. Después de cruzar el puente, ascen­dimos una montaña y desde allí observamos la escena frente a nosotros.

Estábamos por encima de las nubes. De hecho, dondequiera que miraba había nubes. El Señor me dijo: "Estamos sobre las nubes".

Las nubes tienen una importancia simbólica para el Señor. Las Escrituras nos dicen que cuando Él regrese "...los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras" (1 Tes. 4:16-18). El libro de Apocalipsis también menciona las nubes: "He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá..."; "Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre..." (Apocalipsis 1:7; 14:14).

Este fue otro momento en el cielo que me inspiró gran asombro. Me alegraba saber que hay nubes en el cielo, porque siempre las he encontrado pacíficas y lindas. Recuerdo que cuando era niña, me pre­guntaba cómo se sentiría estar sobre las nubes, y ahora lo sabía. Era una vista espectacular, y la estaba disfrutando junto al Señor.

Me preguntaba si íbamos a volar sobre las suaves y onduladas nubes que parecían estar tan lejos de donde estábamos parados. No sé realmente por qué Él me enseñó las nubes. Muchas personas me preguntan: "¿Por qué el Señor te muestra estas cosas?". Yo no conozco la respuesta a esa pregunta.

Todo lo que sé es que Él se deleita en mostrarme el reino celestial. Percibo que desea que nosotros conozcamos que el cielo es muy pare­cido a la tierra, sólo que mucho mejor.

Una cosa es cierta: Él es el Todopoderoso Dios, y sé que todo lo que me muestra es importante para Él. El sólo pensamiento de que dedique tiempo para escoltarme personalmente a través del reino, es algo impresionante para mí. Estas experiencias y los mensajes que me da son más importantes para mí que la vida misma.

Literalmente, ardo de pasión espiritual por compartir mis expe­riencias con los demás mortales que necesitan conocer y entender. Ser una representante de la humanidad me ayuda a convertirme en una vasija a través de la cual el Padre puede derramar su gran amor por sus hijos. Somos una generación privilegiada. Dios está a punto de moverse de forma espectacular. El Señor viene pronto.

CREE EN EL CIELO

Alguien escribió estas acertadas palabras: "El cielo es un lugar preparado para personas preparadas". Dios me ha dado estas experien­cias para que yo esté lista para ir al lugar que ya tiene preparado para mí, y para que ayude a otros a prepararse.

El mensaje central es este: "Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos..." (Mateo 5:12). La esperanza del cielo es el gozo de la tierra.

Después de nuestra visita a la montaña, sobre las nubes de gloria, el Señor me llevó de regreso al edificio blanco, donde nos cambiamos nuestras vestiduras. Abraham estaba allí para recibirnos, y él habló con el Señor por varios minutos mientras yo permanecía en silencio, reflexionando sobre mi reciente visita sobre las nubes.

Entonces, el Señor se fue al vestidor, y Abraham se me acercó. Puso su mano en mi espalda y me dijo: "El Señor te ha mostrado muchas cosas del reino". Abraham es un hombre muy alto, con una larga barba.

Yo asentí, y un hermoso ángel vino a escoltarme al vestidor. Vestida en mi túnica y mi corona celestial, caminé junto al Señor hasta el estan­que. Inmediatamente llegué, comencé a cantar.

El Señor se sentó sobre la roca, y yo comencé a danzar, pero no pude continuar. Una profunda tristeza vino sobre mí, y comencé a llorar. Sentía que el Señor no me volvería a traer al estanque después de esta visita, y esto me causaba un gran desconsuelo.

Lloraba profusamente, y el Señor, quien conoce todos nuestros pensamientos y sentimientos, me llamó a sentarme a su lado. Yo no quería obedecer, porque creía saber lo que me iba a decir, que no vol­veríamos al estanque.

Me llamó otra vez, y le obedecí con resistencia. Me senté a su lado, agarré su brazo y continúe llorando.

"Señor", le dije. "Siento que ya no volverás a traerme aquí. Por favor, no me dejes ir, porque te extrañaré mucho." Diciendo esto, apre­taba su brazo con fuerza.

“Mii preciosa hija, tienes razón. No quiero volver a traerte aquí hasta el día final. Sabes que eso será pronto, así que sé paciente hasta que llegue el tiempo. Te he mostrado lo suficiente del cielo para que lo digas al mundo, pero aún tengo cosas que mostrarte en la tierra.

"Te llevaré a la playa y hablaré contigo allí, así que no llores más. Estaré contigo en todo lugar. Siempre que desees verme, estaré allí y tú me verás. Te protegeré de todo mal en la tierra.

"Hija, sé que en tu corazón deseas ayudar a los necesitados. Te bendeciré abundantemente para que puedas ayudar a todo aquel que desees. "

"Gracias, Señor. Eso es algo que deseo tanto. Deseo ayudar a los necesitados."

«Esa es una de las razones por las que te amo tanto, hija mía. Cuando regreses al reino para siempre, te traeré a este estanque. Siempre serás mi hija especial No quiero que llores más. Quiero que estés feliz cada día mientras estés en la tierra.

"Gracias por ser paciente y hacer mi obra. Quiero que tú y tu esposo me sirvan hasta el final de los días. Termina este libro que estás escribiendo para mí, y te será dada dirección. No te preocupes por nada.

"Quiero que mis hijos lean este libro, porque muchos de ellos tienen dudas acerca del cielo. Quiero que ellos crean que hay un cielo y vivan vidas en pureza y obediencia para que puedan entrar en mi reino.

Este libro contiene todas mis palabras sobre el reino que he preparado para todo aquél que desee entrar en el. Ya todo está preparado.

"Este libro debe ser escrito por una persona llena del Espíritu. Hija MÍa, si no estuvieras bajo el poder especial de mi Espíritu Santo, no podría usarte para este trabajo. Como dije antes, teHbe estado preparando por largo tiempo para esta obra, porque vuelvo pronto, y deseo que mis hijos conoz­can que regresaré pronto por ellos. Mi hija preciosa, quiero que siempre recuerdes este estanque. »

Sus palabras me conmovieron profundamente. Mi corazón me dolía de amor por mi Señor. Él se levantó, y entendí que había llegado el momento de partir. Yo continuaba llorando, pero mi corazón estaba confiado en el conocimiento de que estaría con el Señor para siempre y que Él siempre estaría conmigo en la tierra.

En el vestidor, un ángel del Señor me abrazó. Me regocijaba estar en un lugar donde había tanto amor, compasión y comprensión siem­pre presentes. Cuando cambiaba mis vestidos, llegué a la conclusión que tanto Abraham como el ángel sabían que ésta sería mi última visita al cielo. Al salir del vestidor, el ángel me volvió a abrazar.

Este ángel vestía una vaporosa túnica blanca, tenía el cabello rubio y su rostro irradiaba cariño y ternura. El ángel me sonrió, y yo caminé hacia el Señor. Regresamos a la tierra, donde nos sentamos a la orilla del mar, y el Señor me recordó las cosas que me había dicho en el estanque del cielo. Me dijo que no me dejaría ni me desampararía, y que volveríamos a encontrarnos en la playa. Me recordó que escribiera todo lo que me había mostrado y hablado.

Cuando se fue, mi tristeza se disipó. Creía en sus palabras. Proclamé sus promesas. Un pasaje de las Escrituras habló a mi corazón: "Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:19-20).

Comprendí lo que los discípulos debieron sentir cuando entendie­ron que Jesús los dejaba para ir al cielo. Él les dio seguridad con estas mismas palabras que me dijo. Yo sabía que Él siempre estaría conmigo, y que sus ángeles cuidarían de mí mientras yo me esforzara en cumplir las palabras de su gran comisión.

"No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presen­cia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días."

—SALMO 23:4-6

Verdaderamente creo las palabras del Salmo 23.

PRECIOSAS MEMORIAS

A pesar de sentirme triste de saber que por ahora no volvería a visitar el cielo, sabía también que no cambiaría ni un sólo momento de mis experiencias celestiales por ninguna cosa que el mundo tuviera que ofrecer. Verdaderamente, nada se compara con la gloria del cielo.

Pasé la mayor parte de la mañana y la tarde del 8 de abril cantando canciones celestiales, meditando y tratando de orar más de lo normal, porque no sabía cuando podría ver al Señor otra vez. Hago esto cada mañana. Pero esa mañana en particular, pasé muchas horas de continua oración, adoración y meditación en la Palabra de Dios. Desde que me convertí al Señor, la oración ha sido parte de mi vida. De esta manera, el Señor es parte de mi vida cada minuto.

En esta ocasión, me sentía triste al pensar que no podría volver al cielo con mi Señor hasta el día final.

Esa tarde, a eso de la 1:00 P.m., comencé a sentirme triste otra vez. Estaba recordando que no estaría otra vez con el Señor en el cielo. Estar con el Señor fue la experiencia más feliz de mi vida. No existen palabras que puedan explicar el gozo que sentí durante esas visitas al cielo. A pesar de sentirme exhausta durante esos meses, me sentía espi­ritualmente rejuvenecida.

Comencé a llorar. La voz fuerte y firme del Señor captó mi aten­ción. Él me dijo: "Hija mía, te dije que no lloraras más por mí". Traté de controlar mis lágrimas pero no pude.

"Señor, lo siento. Sólo deseo que me lleves al cielo contigo.

Quería que Él me llevara en ese mismo instante, porque no me importaba ninguna otra cosa en el mundo. El pensar estar en el cielo con Jesús ocupaba todos mis pensamientos. Le expresé mi sentir abier­tamente al Señor.

"No quiero esperar", le dije.

Su reprensión golpeó mi corazón. 'Mi preciosa hija, ya te he dicho que necesito que hagas mi obra en la tierra. Sé paciente. "

El tono de su voz reflejaba enojo. Continuó diciéndome: "Volveré antes de lo que muchos piensan. Sólo recuerda que nunca te dejaré. Necesitas descansar".

Al decir esto, desapareció. Me quitó la carga que tenía, aunque todavía deseaba estar con el Señor en el cielo. Todo temor a la muerte se me había quitado, porque sabía que la muerte significaba el comienzo de la vida eterna en el cielo. Algunas veces deseé morir, pero ahora me he vuelto a comprometer a cumplir la misión que Jesús me ha dado.

Mientras tanto, tengo muchas memorias preciosas que recordar y revivir. Mi mente recuerda todo lo que vi en el cielo, cada camino que caminamos, los edificios que entramos, las montañas que escalamos, los ángeles, Abraham, las nubes, los ríos, los animales, las flores, los árboles, las aves, las rocas, el mar, el lago, los estanques, la gente, y la maravillosa paz y el gozo de todo ello.

Nunca más seré como era antes, cuando pensaba que deseaba dis­frutar la vida en la tierra tantos años como fuera posible, vivir hasta una edad madura y viajar aquí y allá. Sólo deseo estar con el Señor. Sé que el cielo es tan real, y lo que es más importante, sé que Jesús está por siempre allí. Lo amo más que a mi vida, y deseo que todos crean en Él  y conozcan que hay un cielo preparado para ellos. Estoy de acuerdo con el salmista cuando escribió:

"Porque mejor es tu misericordia que la vida; mis labios te alabarán.
Así te bendeciré en mi vida; en tu nombre alzaré mis manos. Cuando
me acuerde de ti en mi lecho, cuando medite en ti en las vigilias de
la noche. Porque has sido mi socorro, y así en la sombra de tus alas
me regocijaré. Está mi alma apegada a ti; tu diestra me ha sostenido."
—SALMO 63:3-8

Solía preguntarme sobre estas cosas, y muchas veces luché por creer, pero ahora sé que sé que sé. Hay un cielo, y ese es nuestro verda­dero hogar. El Señor me mostró los cuerpos de agua en el cielo muchas veces, y me dijo: "Cualquiera cuyo corazón no sea tan puro como el agua, y que no viva de acuerdo a mi Palabra, no podrá entrar en mi reino».

Me repitió esto una y otra vez, así que entiendo su importancia. También me dijo: "Muchos no entrarán en mi reino porque no viven de acuerdo a mi Palabra. Es por esto que te mostré aquellos que llevaban túnicas color arena y los que llevaban túnicas grises"

Yo sabía que no poseía ningún conocimiento en cuanto a escribir un libro, y sabía muy poco de la Palabra de Dios, excepto la impor­tancia de ser obediente y temer al Señor, pero Él me dijo que no me preocupara. Al fin estoy aprendiendo cómo rendir todas mis preocupa­ciones a Él, porque sé que tiene cuidado de mí. Quiero hacer lo mejor para agradar al Señor en todo tiempo.

¡EL CIELO ES TAN REAL!

Ocho días después de mi última visita al cielo, el Señor me visitó por casi dos horas. Esto fue en la mañana del 16 de abril. Mi cuerpo tembló por veinte minutos, mientras yo gemía y sudaba preparándome para la visitación del Señor. Él me dijo: "Hija mía, debo hablar contigo».

Como de costumbre, tomó mi mano, y entonces vi mi cuerpo transformado caminando con Él en la playa. Nos dirigimos hacia las rocas donde siempre nos sentamos.

Mientras caminábamos, le dije: "Extraño estar contigo, Señor. Hacen ya ocho días desde que me llevaste al cielo por última vez".

Él escuchaba, y yo sabía que me entendía, pero Él no habló palabra por algunos instantes. Continuamos caminando, y luego nos sentamos en las piedras. Entonces el Señor me dijo: Yo también te he extrañado':

Comencé a cantar en el Espíritu. Cuando estoy con el Señor, las canciones salen de mí y no tengo ningún control sobre ellas. Esto me hizo comprender que al Señor le gustan las canciones y la danza. Cuando canto, Él me observa y se ve muy feliz. Pero esta vez me interrumpió para decir: «Hija, debo hablar contigo".

Yo estaba inmersa en el cántico, así que me repitió: "Debo hablar contigo" '

"Lo siento mucho, Señor."

«Veo que a mi libro le va muy bien. ¿Escribiste el título del libro que te di?"

"Sí, Señor."

"Te dije que tendría cuidado de todo.

Tratar de conseguir un título apropiado para el libro no había sido tarea fácil. Tal parecía que no se podía encontrar un título correcto. Entonces, durante un tiempo de oración la semana anterior, le pregun­té al Señor por el título. Mientras oraba en el Espíritu, las palabras "el cielo es tan real" emanaron de mi espíritu una y otra vez, y no podía parar de decirlas.

Una gran paz vino sobre mí cuando comprendí que este era el título del Señor para su libro: ¡El cielo es tan real' No había un mejor título. Este es precisamente el mensaje, el tema y el argumento de este libro. Esto es lo que Jesús quiere que la gente conozca.

"Todo aquél que desee venir a mi reino, debe creer y prepararse para mi venida. " El Señor continuó diciendo: "Será mucho antes de lo que ellos piensan" '

Aún hay cristianos fieles que dudan que hay un reino de los cielos. Quiero que todos aquellos hijos que dudan, comiencen a creer que mi reino es real. Esto los llevará a ser más fieles, obedientes y puros de corazón, para que puedan entrar a mi reino. »

NO HAY CAMINO FÁCIL PARA EL CIELO

El Señor quiere que todos crean. El escritor de la epístola a los Hebreos enfatizó la importancia de creer, al decir que no podremos agradar al Señor si no creemos.

"Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonados de los que le buscan" (Hebreos 11:6).

La fe viene por el oír de la Palabra de Dios, como señala Pablo: "Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios" (Romanos 10:17). Dios quiere que nosotros creamos su Palabra, y su Palabra nos señala hacia el cielo.

Jesús dijo: "Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho" (Juan 15:7). La Palabra de Dios imparte fe a nuestros corazones para que, cuando ore­mos, podamos alcanzar y recibir por fe la respuesta a nuestras oraciones.

Esto fue lo que sucedió cuando le pedí a Dios el título para su libro. Él escuchó mi oración y la contestó. Él es un Dios grande y glo­rioso, ¡y su cielo es tan real!

El Señor continuó: Llevaré a mi reino a todo aquél que viva por mi Palabra, pero el camino hacia el reino no es un camino fácil.

"Hija, tú me sigues preguntando por qué te escogí para este trabajo. Te lo diré una vez más. Eres la hija adecuada para este libro. Sé que harás todo lo que yo diga, no importa cuán difícil sea.

"Serás una sorpresa para muchos, porque escogía una hija, en lugar de un hijo, para este trabajo de los últimos días. Me doy cuenta que hay muchas hijas que son más puras de corazón que algunos hijos, y que pro­curan agradarme. A través de ti, muchas hijas serán bendecidas. Planifico darles una unción especial a muchas hijas para el trabajo de los últimos días, y deben prepararse para recibirlo.

"Quiero que escribas exactamente lo que te muestro y digo. Nada más y nada menos. Después de esto, recibirás dones especiales para servirme, y serás una bendición para mi pueblo. También te bendeciré más de lo que deseas. "

"Señor, la única bendición que quiero es hacerte feliz. No necesito nada, porque tú me has dado todo lo que necesito o deseo aquí en la tierra. Pero si puedo servirte mejor, eso me hará sentir más feliz que ninguna otra cosa; y deseo que toda mi familia te sirva y que estén dispuestos a rendir sus vidas a ti."

`»Por eso es que te amo tanto, hija". me respondió, y añadió: `Asegúrate de usar las palabras proféticas del pastor Randolph en este libro. Y recuerda, volveré a traerte a este lugar otra vez»

Nos levantamos, y regresamos caminando por la arena, y miramos el Océano Pacífico. Antes de Él ascender me dijo: "Escribe lo que te he dicho"

Lo abracé fuertemente; no quería que Él se fuera, pero sabía que era necesario. Sabía que el cielo es muy real, y que no tenía nada de qué preocuparme. Pues estaría con Él por toda la eternidad.

Capítulo 14

CAMINAR EN LA PALABRA

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. Como el Padre me ha amado, así también yo os he amad; opermaneced en mi amor.

JUAN 15:7-9

M¡entras mantenía vigilia en oración y meditación en la mañana del 18 de abril, el Señor me llenó de una unción muy especial. Esto era señal de que Él estaría visitándome, y, tal como esperaba, después de unos quince minutos de espera, lo vi sentado en el lugar acostumbrado, frente a la ventada de mi habitación. También vi mi cuerpo transformado sentado junto a Él. En respuesta a su presencia, unos cánticos espirituales comenzaron a salir de lo profundo de mi espíritu.

Mientras cantaba, mi mano sostenía la del Maestro, y yo intentaba voltear su mano para poder mirar sus heridas, pero Él no me lo permi­tía. Él parecía estar particularmente feliz en esta ocasión, y me recordó: “Ya no quiero que llores más".

El Señor compartió varias cosas importantes conmigo ese día.

"Hija mía, no quiero que te preocupes por nada de lo relacionado a este trabajo", comenzó. "Tendré cuidado de todo. Alégrate, hija mía. Quiero que pongas tu retrato en la portada del libro. »

"Señor, tú siempre me sorprendes. Siempre me haces sentir tan feliz."

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