RHODESIA-Y EL ANHELO DE LOS MATASANOS

 MI HISTORIA DE LOS DÍAS SABADOS 

Cuento, Historia ficticia,  Imaginación del Escritor, quién se inspira en su gran amor por su ciudad natal

  Por.  Un apasionado por la historia huehueteca/Autor del Blog

QUIÉN DEDICA ESTA HISTORIA  AL PADRE ETERNO, A MI SALVADOR JESUCRISTO Y AL ESPIRITU SANTO

RHODESIA-Y EL ANHELO DE LOS MATASANOS

“Mi bella, mi amada princesa...eres tan bella...tan noble…tan especial"

Sabado 7 de Agosto del año 2021;Ciudad de Huehuetenango.  Sarah nuevamente, está de visita en casa de Susana. Están realizando  un trabajo  del colegio, y al terminar, esperan oír el cuento de los días sábados, a cargo del tío Daniel.

Daniel, comienza su narrativa.

Felipe, incipiente escritor, está sentado en su mesa de estudio. En su mente se dice: "A más tardar en Octubre,  tengo que publicar un libro sobre mis historias. Aún me faltan  bastantes. Hoy quiero escribir algo sobre unas frutas despreciadas, y cómo al final se les cumplio su mayor deseo."

Era una radiante mañana de Junio, donde los pájaros cantaban alegremente alegremente en un árbol de matasanos,  unas frutas del mismo, conversaban entre sí.

—¡Buenos días , queridos hermanitos matasanos!  no le deseamos ni le hacemos mal a nadie. Sin embargo hay algunos seres que hablan en contra nuestra.

Eran tres hermanos, eran despreciados. Se sentían “marcados” por su destino. Deseaban ser apreciados, sin embargo, estaban conscientes de su situación  y se decían en sus pláticas: 

—Así nacimos y tenemos que aceptarnos como tal—, dijo el Primero de los hermanos.

—Es cierto, pero como desearía conocer alguna chica bonita, y agradarla mucho—, Aquí hablo el menor

  — ¿Saben cuál es mi deseo?  Conocer a una muchacha muy inteligente, muy dulce de corazón, y pedirle un lindo beso—; intervino el otro hermano.

 Al oír esto, una  lagartija que se asoleaba en una piedra le dijo a otro reptil en voz alta:

—     Pobres matasanos ilusos, engañados van a morir. ¡Se sienten tan especiales , por estar allá arriba , eso no quiere decir nada.  pronto espero verlos en el suelo—

—     ¡Aquí los veremos!,  comidos por los cerdos, o bien pisoteados por algún altivo hombre  —, decía  otra lagartija

—     ¡Chish! *-Expresión guatemalteca que denota asco, desprecio, coraje-se creen de la “high life”, mentecatos, provincianos… pero nonmbre les deberían de nombrar ; ¡matasanos! , matagusanos—; así de esta forma, escupía amarga ponzoña, otro reptil feo que se había unido a sus escamosos compañeros.

En lo alto de las ramas,   los tres matasanos, al escuchar estos denuestos, casí lloraban, pero reponiéndose uno de ellos, habló:

—¡Calma hermanitos!, Nosotros somos” pobres pero honrados”; "remendaditos pero limpios" no nos metemos con nadie, ni deseamos , ni le hacemos mal a ninguna criatura del Señor. —

En este punto de la historia, “Angélica”;  una  linda mariposa de alas  azules intensamente iridiscentes; intervino en estas conversaciones de la naturaleza; abrió su diminuta boca para decir:

— ¡Mis niños!! Mis bebes!,  hace unos días yo era un negro gusano que se arrastraba en el suelo; hirsutos y urticantes pelos cubrían mi cuerpo; nadie quería acercarse a mí. Hoy en cambio soy una linda mariposa que inspira a los poetas—

—¡Fantástico! ¡Maravilloso!, exclamaron al unisonó los tres matasanos—

La mariposa, ya  más segura de sí misma,  siguió hablando:

¡Dejadme que continúe mi relato, os decía, que  tan solamente unos días atrás, me arrastraba dolorosamente por el suelo en busca de alimento, encontré unos matasanos muy maduros , nadie les hacía caso, me alimenté de ellos, y miren lo que salió, esta belleza que tienen enfrente. ¡Gracias ¡  ¡Amigos, bienhechores! ¡Os bendigo, mis amores!—

— ¡Gracias, por sus alentadoras palabras!, bella señorita mariposa—

—Aun no he terminado, amigos, ayer   un colibrí amigo, que vuela por todos lados me comentaba, que una noble paloma de plumas muy blancas, predicaba en una alta montaña, que todo deseo de las criaturas buenas del Señor, será concedido, siempre y cuando sea un deseo que este en armonía con la justicia, decencia, nobleza, verdad, integridad…

La tarde se había despedido, la noche había llegado. El bosque entero calló;  todas las criaturas y árboles del bosque de repente enmudecieron.

  Dos días después, los tres matasanos cayeron de su propio peso al suelo. Este era el momento que habían esperado las lagartijas y demás reptiles para vengarse de ellos. Los bellacos reptiles disponíanse para acercarse y escupirlos, cuando de pronto, una mano recogió los tres matasanos. ¿Qué estaba sucediendo? ¿De quién era aquella mano?

Era la  mano de María, una anciana campesina que pasaba por el  lugar, Se dirigía a casa de Ricardo. Ella llevaba por encargo unas semillas de frutas, y al ver los tres matasanos, decidió llevarlos y entregarlos en las manos del hombre.

Ricardo por su parte; era una persona que dedicaba parte de su tiempo a leer muchos libros, entre ellos la Sagrada Biblia. Un días antes le había llamado mucho la atención el siguiente versículo que se encuentra en segundo libro de Samuel cápitulo 23.15, y luego lo había anotado en su cuaderno de estudio. “Y David dijo con vehemencia: ¡Quién me diera a beber del agua del pozo de Belén que está junto a la puerta”

Al recibir Ricardo en sus manos, los tres matasanos maduros; la verdad; los colocó sobre una mesa, y pensó:

“los comeré después”;   “¡un momento, ya sé a quién se los daré, a mi amiga Rhodesia”

En seguida metió los matasanos en una bolsa, y colocó en ella una breve nota:

      “Y David dijo con vehemencia: ¡Quién me diera a beber del agua del pozo de Belén que está junto a la puerta

”Espero mi estimada amiga Rhodesia,  que te agraden estos matasanos-

Atentamente.  Ricardo”

 

Rhodesia , distinguida, bella, con esencia de azahares de naranjo; era  una   inteligente dama, escritora, poeta y soñadora. Con Ricardo hablaban de muchos temas: la segunda guerra mundial, historia y leyendas de su   entorno, en fin de tantas cosas

Se dirigió a casa de su amiga, tocó el timbre de la puerta; salió un familiar      y dijo que ella había salido a buscar algo al mercado. Nuestro amigo entrego la bolsa que llevaba y regresó a su casa.

 Ese mismo día, o al siguiente (la nebulosa del tiempo, se interpone entre los recuerdos) Ricardo regresó a casa de Rhodesia, y veamos lo que pasó; pero antes conozcamos el deseo cumplido de los despreciados matasanos.

 Los matasanos estuvieron dos horas encerrados en oscuridad dentro de una bolsa, se preguntaban qué pasaría con ellos. Alguien abre la bolsa y ven otra vez la luz del día. Son las  manos bonitas y blancas de una mujer joven que los toma, y luego les lava sus caritas. Ellos habían “leído” la nota que  los acompañaba, y dedujeron que la mujer que estaba frente a ellos se llamaba Rhodesia. Los matasanos encantados ante la belleza de la muchacha, inician entre ellos una conversación, no audible para Rhodesia.

—Hermanos, esta muchacha me ha enamorado a primera vista, ¿no ven su belleza?—

—Completamente de acuerdo, me encanta su cabello largo de color trigo dorado—

— ¡Miren  sus ojos!,; iguales al mismo cielo celeste que contemplábamos cuando la señorita mariposa  nos consolaba con sus palabras, y ahora hermanos se me cumplirá mi deseo de tan lindos labios besen mi carita lavada —dijo el más soñador y romántico de los matasanos.

De esta forma los despreciados matasanos no fueron escupidos por las envidiosas lagartijas, ni muchos menos aplastados por las pezuñas de algún buey, antes fueron “besados” por los labios y degustados alegremente por una hermosísima muchacha.

Regresemos al momento que Ricardo regresa a hablar con su amiga Rhodesia “la bella”.

Ella le cuenta que esa mañana, había sentido un  deseo vivo de comer unos matasanos, Recordaba Rhodesia que siendo niña  y adolescente, había comido matasanos en la finca de su abuelo Helmut, un anciano alemán, noble y de buenos sentimientos.  En la finca, había árboles de matasanos, pero casí nadie les hacía caso. Ella en su curiosidad de niña, los había probado. Y de ahí, esa nostalgia, o anhelo de volver a probar los matasanos.

Salió a buscar unos matasanos por las tiendas del barrio, y no había, fue al mercado y tampoco encontró. En el supermercado, no conocerían el nombre de matasanos, mucho menos venderlos. Ese era el motivo, por el cual,  Ricardo no pudo entregarle los matasanos de forma personal. Al Regresar Rodehsia a casa, cansada y triste, ¡0h, sorpresa! En su mesa estaban tres matasanos maduros y muy dulces,  esperando por ella.

Al final, Rhodesia dice a Ricardo:

—Gracias, por el regalo, me conoció el pensamiento, ¿y ahora qué?—

Ricardo, cuyo corazón desde aquel día; la primera vez que conoció a Rhodesia, latía fuertemente por ella, y quería creer que no era indiferente a tan linda muchacha, se atrevió a decir

—Rhodesia, Usted sabe cuánto la estimo, Usted es tan noble, una princesa,tan especial…

—Así concluyó de escribir su cuento; Felipe, mi amigo escritor—, dijo a su vez el tio Daniel.

—Tío, parte de esa  historia ¿es inventada o es cierta?—Preguntó la inteligente Susanita.

—Felipe me comentó una vez, que la parte del  versículo, y la entrega de los matasanos, es tan cierta como la luz del sol que brilla cada mañana, el resto obviamente es composición literaria de ensueño.

—Gracias por compartir sus cuentos — Fue la voz de Sarah Elizabeth, escuchándose.

—     ¡Y ahora, mis niñas!; ¡vamos a tomar jugo de mango!—la mañana está muy hermosa.

 

¡Matasanos!, vosotros que nunca estareís en las estantanterías junto a las uvas, melocotones, higos, dátiles y granadas. Que habeís sido menospreciados y despreciados hasta el cansancio, llegasteis directo al corazón de mi princesa amada, a su dulce boca y paladar y por ello recibí en recompensa los más dulces besos de su boca. !

Por eso os digo, en vosotros se ha venido a cumplir la palabra que dice:

  2:3 No multipliquéis palabras de grandeza y altanería;
Cesen las palabras arrogantes de vuestra boca;
Porque el Dios de todo saber es Jehová, 
Y a él toca el pesar las acciones.
2:4 Los arcos de los fuertes fueron quebrados,
Y los débiles se ciñeron de poder.
2:5 Los saciados se alquilaron por pan,
Y los hambrientos dejaron de tener hambre;
Hasta la estéril ha dado a luz siete,
Y la que tenía muchos hijos languidece.
2:6 Jehová mata, y él da vida;
El hace descender al Seol, y hace subir.
2:7 Jehová empobrece, y él enriquece;
Abate, y enaltece.
2:8 El levanta del polvo al pobre,
Y del muladar exalta al menesteroso,
Para hacerle sentarse con príncipes y heredar un sitio de honor

Libro de Samuel