GANARSE AL ADVERSARIO
POR CHRISTOPHER MATTHEWS
Selecciones del Reader´s Digest Agosto de 1988
CHRISTOPHER MATTHEWS fue un destacado asistente de Thomas O'Neill, ex presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, y actualmente es corresponsal en Washington, D.C. para el Examiner de San Francisco, California.
LA BATALLA de Saratoga, Nueva York, fue una de las victorias decisivas en la Guerra de Independencia de Estados Unidos (1775-1783 ). Al finalizar esa acción bélica, el general Burgoyne, comandante del Ejército británico, entregó su espada de mando al general Gates, del Ejército Insurgente, y los oficiales de ambos bandos se sentaron juntos a cenar y a bebieron y sidra en abundancia.
Si yo hubiera leído esta escena en mis años de juventud, seguramente me habría parecido absurda. Allí estaba, después de todo, un grupo de arrojados guerreros que pocas horas antes, habían apuntado sus fusiles directo a los corazones, unos y otros. Pero he aquí que se reunían alrededor de una mesa a gozar de una agradable cena. Sin embargo, después de dos décadas de trabajar con políticos, hoy comprendo por qué los triunfadores sagaces se comportan de ese modo.
Desde el punto de vista de los insurgentes norteamericanos, aquel gesto en verdad era sensato. ¿Qué mejor manera de desalentar la pasión combativa de los soldados ingleses que enviar el mensaje, con ellos mismos, de que perder a manos de los norteamericanos no era tan malo, a fin de cuentas?
En 1968, el representante por Illinois Dan Rostenkowski estaba a punto de convertirse en presiden‑te de la Cámara. De apenas 40 años, era ya un político de gran influencia y popularidad; es decir, el arquetipo del congresista que asciende en la escala del poder como algo casi natural. No obstante, ese inteligente político acabó por ser víctima de un enemigo menor, pero dueño de una prodigiosa memoria.
Durante la tristemente célebre convención nacional demócrata de 1968, en Chicago, la oleada de las manifestaciones contra la guerra llegó al palacio de convenciones, y los líderes de ese partido aparecieron gritando y gesticulando unos contra otros frente a las cámaras de televisión. Fue palpable que el diminuto presidente de la convención, el jefe de la mayoría parlamentaria, Carl Albert, había perdido el control de los acontecimientos.
Tras observar aquella carnicería por televisión, furioso, el presidente Lyndon Johnson se comunicó en seguida con Rostenkowski, quien por entonces era el demócrata número cuatro en la jerarquía dentro de la Cámara y, además, protegido del alcalde de Chicago, Richard Da-ley. Rápidamente, Rostenkowski informó a sus colegas del disgusto del Presidente, y ocupó sin más la presidencia de la convención tomando el martillo de manos del desconcertado Albert.
Tres años después, Albert era presidente de la Cámara de Representantes. Cuando el nuevo jefe de la mayoría propuso a Rostenkowski como jefe de partido en la Cámara, el tercer puesto de importancia dentro del partido, el presidente Albert lo detuvo en seco. En su lugar, eligió al representante por Massachusetts, Thomas O'Neill, quien posteriormente habría de sucederlo en el cargo.
Pero Albert aún no había terminado. A los pocos días del incidente, Rostenkowski buscó la reelección en su puesto de presidente del comité demócrata de nombramientos en la Cámara. Fue derrotado por un inesperado rival tardío: un congresista propuesto por el presidente de la Cámara, Carl Albert.
Rostenkowski conquistó posteriormente la presidencia del poderoso Comité de Medios y Procedimientos de la Cámara. Reflexionando sobre aquel inolvidable momento de la convención nacional de 1968, años después, uno de los amigos de Dan Rostenkowski señaló: "Si hubiese conservado la boca cerrada, Danny sería ahora el presidente de la Cámara".
ESTA LECCIÓN es válida en todos los oficios. La persona que no sabe ganarse a sus adversarios desperdicia oportunidades preciosas. Un líder sagaz no olvida jamás que el adversario de hoy, a menudo, es el valioso aliado de mañana.
CONDENSADO DE 'HAROBALL—.
3( 1988 POR CHRISTOPHER MATTHEWS.
PUBLICADO POR SUMMIT
BOOKS/SIMON & SCHUSTER, INC., DE NUEVA YORK. NU¿VA YORK
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