viernes, 26 de marzo de 2021

ANIMALES QUE SE AYUDAN ENTRE SÍ - EL VELO RASGADO

 EL CONCIERTO de aquella noche, en el cual tomaba parte una cantatriz de gran nombre, era el acontecimiento musical culminante de la temporada en una pequeña población universitaria de Nebraska. Una de las alumnas, que trabajaba para ganar con qué pagar su educación, sufrió un amargo contratiempo porque las obligaciones del empleo la retuvieron en el escritorio del hotel. Las horas pasaron lentas y pesadas. Al fin regresó al hotel la gran cantatriz, se acercó al escritorio y preguntó a la muchacha:
¿Asistió usted al concierto?
La pobre muchacha le explicó lo que había sucedido.
Entonces siguió un momento inolvidable. En el vestíbulo del hotel, sin acompañamiento, la contralto Marian Anderson cantó para ella el «Ave María.»
—De Star de Lincoln. , Nebraska
AYUDA DEL CIELO
DE REGRESO a tierra después de un día de navegación a vela, Harry Loucks y su esposa, de St. Thomas, en las Islas Vírgenes, fueron sorprendidos por una calma chicha. La marea era muy fuerte y empezaron a flotar hacia un escollo. El desastre parecía inevitable. De pronto se oyó un rugido lejano y apareció un helicóptero guardacostas que regresaba de maniobras con un grupo de la Marina.
Viendo las velas desinfladas y comprendiendo el grave peligro en que se encontraba el barco, el piloto Dan Fraser se le colocó detrás y fue inclinando el helicóptero hasta que la corriente de aire de sus hélices pegó en las velas. Al principio el barco casi se voltea de costado, pero en cuanto se halló la distancia adecuada, empezó a deslizarse a ras del agua con una facilidad y una rapidez que sus dueños jamás hubieran creído posibles.
Una vez que el barco llegó sano y salvo al muelle, el helicóptero, con un último resoplido amistoso, volvió a elevarse y regresó a sus deberes de rutina.
—J. JB -Selecciones del Reader´s Digest Octubre de 1952

Pues El dará órdenes a sus ángeles acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos.
.SALMOS 91.11

Un vistazo a la cooperacion y, la fraternidad de la fauna salvaje
ANIMALES QUE SE AYUDAN ENTRE SÍ  Por Alan Devoe
UN  RELAMPAGUEO de vívido azul entre el oscuro verdor del pinar atrajo la atención del biólogo Hilbert Siegler. A ese relampagueo siguió en breve otro, cuando un segundo azulejo detuvo el silencioso
vu elo en la rama donde se había posado el anterior. El recién llegado, que traía comida en el pico, se acercó al primero. Este levantó la crestada cabeza y engulló el regalo que el otro le echó en la boca. A Siegler le pareció inusitado lo que estaba viendo. En la época de la cría, Hasta los polluelos ya volantones suelen seguir pidiendo a sus padres que les den de comer; en la del celo, el macho enamora a su compañera ofreciéndole bocados. Pero ambas épocas habían pasado. Reinaba en el pinar el rigor del invierno. Siegler echó mano a los binóculos, y lo que vio entonces le explicó el caso. El azulejo' al cual daban de comer no sólo era adulto sino muy viejo pero tenía quebrada la mandíbula inferior casi a ras de la articulación. No podía valerse del pico para buscar el alimento.
El impulso de ayudar a los de su familia v de compartir con ellos lo que tienen suele ser común en los animales; pero lo que acababa de presenciar el biólogo guardaba cierta semejanza con el ideal de fraternidad de los Hombres.
La rivalidad y el deseo de imponerse sobre los demás se manifiestan con frecuencia entre los seres animados, pero en todo el vasto dominio de la creación sirve de contrapeso a ambos instintos un impulso de otro género. La Naturaleza no sólo dijo a sus criaturas: «Cuida de ti mismo,» sino que les dio también este mandato, tan universal como antiguo: «Uníos.» Y no cede en importancia a la vida misma. Para todo ser animado la compañía es biológicamente necesidad tan fundamental como las de satisfacer el hambre y la sed. Experimentos llevados a cabo con renacuajos demostraron a los zoólogos que aun en estas insignificantes criaturas influye hasta tal punto la sociabilidad que, al recibir lesión en alguna parte del cuerpo, sanan con gran lentitud cuando están aislados, pero con rapidez casi milagrosa al sentirse, aunque vagamente, en compañía de otros renacuajos. Se ha comprobado asimismo que los ratones que se crían en compañía de otros ratones se desarrollan más pronto que los que se crían aislados, aunque la alimentación sea igual.
Con frecuencia los animales se asocian para el logro de un fin común. R. M. Yerkes, autoridad en antropoides, dio a un chimpancé una pesada caja llena de fragantes golosinas, con una tapa de cerrojo muy complicado. El goloso chimpancé olfateó la caja y trató de llevársela a un sitio donde pudiera abrirla con comodidad. Viendo que pesaba demasiado, fue en busca de otro chimpancé, le dio unas pamaditas en el hombro y le hizo señas de que le ayudase. Entre los dos llevaron fácilmente la caja, la abrieron y se repartieron lo que contenía.
Otro chimpancé al cual dieron comida en tanto que a los monos de la jaula vecina los dejaron sin nada, pasó a éstos parte de su ración por entre los barrotes. El impulso de compartir se amplía en ocasiones al de prestar ayuda. Un mono al que se le ha clavado una espina en la mano acude al «médico» — otro mono — que lo atiende con tan celosa solicitud como un médico a su paciente.
En las selvas de Centro y Sudamérica, manadas de coatíes persiguen su presa saltando de copa en copa. Bocado preferido de esto; cuadrúpedos son las iguanas; pero como en la iguana halla el coatí un enemigo que le aventaja en tamaño, y al cual sería arriesgado acometer sin más punto de apoyo que una endeble rama, se junta para cazarla con otros coatíes, que forman dos grupos. Un grupo trepa a los árboles y espanta a las iguanas que duermen en, las ramas. El otro grupo, desplegado en tierra, se lanza apenas caen y las domina por la fuerza del número.
Ejemplo patente de unidad de acción es la manera de pescar de los alcatraces. Abatiendo el vuelo, forman amplio semicírculo frente a la orilla. En seguida, como obedeciendo a una señal, empiezan a nadar hacia tierra, ala con ala, apercibido el pico a ras de la superficie, formando una red viviente. A intervalos aletean al unísono y con gran estrépito para espantar a los peces e irlos acorralando en reducido espacio cercano a la costa. Esta maniobra envolvente ejecutada con tan limpia coordinación termina cuando los peces quedan aglomerados en aguas de escaso fondo inmediatas a la costa. Llega entonces para la bandada de alctraces el momento de gozar de un festín que ninguno de ellos habría podido procurarse por sí solo.
El coyote lanzado a la carrera alcanza en súbitos arranques de velocidad unos 55 kilómetros por hora pero la liebre llega casi a los 70 kiló metros. Para salvar esta desventaja los coyotes forman relevos. Cuando el coyote número uno empieza a sentirse cansado, hace que la liebro tuerza hacia el lugar donde aguarda escondido el coyote número dos, Este se lanza en persecución de la fugitiva, mientras el coyote númer uno, trotando sin cansarse demasiado repone los bríos y va a situar en otro punto para estar pronto a perseguir de nuevo a la liebre. Asl continúan los dos coyotes hasta que la liebre queda exhausta. .
Los chovas y los cuervos demuestran cuán cierto es que la unión hace la fuerza. Francés Pitt, naturalista inglesa, tenía un par de cuervo domesticados, Benito y Pepe, que sr las ingeniaban de manera muy suya para habérselas con cuanto gato asomara por la casa. Benito se paseaba frente al gato con fingida despreocupación. Fascinado por lo que al parecer era una presa fácil, el gato no advertía que Pepe aproximándosele por retaguardia.  Instantes después un pico negro apresaba como una pinza de acero la cola del gato. Maullando de sorpres y dolor, se revolvía éste contra  Pepe, mas sólo para verlo alejar con satisfecho contoneo, en tan que Benito, aprovechando la ocasión  que ahora le ofrecía la cola del gato, picaba a su vez. Atacando y retirándose por turnos, el par de cuervos ponían al micifú a dar más vueltas que una ruleta.
He visto a tres cuervos emplear con éxito esta misma táctica contra un buho gran duque, el más corpulento y feroz de esas rapaces, al cual acabaron por derribar de la rama en que estaba posado.
La alianza entre un número reducido de animales es origen de otras mayores. La cooperación de grupo lléga a manifestarse en forma tan sorprendente como la del caso que refiere el barón Georges Cuvier.
Una pareja de golondrinas había colgado su nido de barro bajo el alero de la casa del gran naturalista. Deseoso él de seguir paso a paso el desarrollo de la nidada, espiaba con frecuencia el nido, del cual vio adueñarse cierto día a un intruso gorrión. Haciéndose fuerte en el interior del nido y lanzando furiosos picotazos por entre la abertura de la entrada, el usurpador mantuvo a raya a los legítimos dueños. Acabaron éstos por alejarse, aunque no dándose por vencidos.
Volvieron a poco con una bandada de golondrinas que revolotearon chillando frente al usurpado nido. Todas llevaban en el pico porciones del barro con que fabrican sus habitaciones, y obrando de consumo con diligente destreza fueron tapiando la entrada del nido. Cuando al fin se retiraron, quedaba herméticamente cerrado y convertido en sepulcro del usurpador 
.Lo que acababa de presenciar dejó en el barón Cuvier la impresión de haber penetrado en lo íntimo de una de las verdades fundamentales de la vida misma.
Se sabía que el trabajo de grupo no es caso extraordinario entre individuos de una especie; los hombres de ciencia han descubierto últimamente que el sentido de confraternidad es susceptible de educación, mediante la cual llega a trascender de los individuos de una especie a los de otra diversa. Los elefantes del circo de Ringling fraternizan con un gato llamado Medianoche como si todos fuesen gatos o elefantes. Hace algunos años los guardas del parque zoológico de Filadelfia no sabían qué hacer con un rinoceronte agresivo e indómito, dispuesto siempre a acometer a todo ser viviente. Al fin resolvieron proporcionarle compañía, por si esto lo apaciguaba; y no queriendo arriesgar ninguno de los ejemplares del zoológico, echaron un chivo en la jaula del rinoceronte. Casi de la noche a la mañana cambió el carácter del rinoceronte. A los pocos días se prestaba el antes intratable animal a que el chivo le diese de topetadas y retozaba con él que era un contento. Se había despertado en el rinoceronte el sentimiento del compañerismo.
Ese innato sentimiento llega a salvar las barreras que separan a i ndividuos de especies entre las cual se da por sentado que media enemistad «inextinguible.» El doctor L. Tsai, biólogo chino, ha llevado cabo una serie de dramáticos experimentos con un gato y una rata a los cuales encierra en una jaula contigua al comedero, que es un coro partimiento de cierre trasparent Para abrir este cierre hay que apretar simultáneamente dos botones que hallan en la jaula. En repetidos casos se ha visto que gato y rata, puestos frente al común problema de abrir el cierre para procurarse el alimento, deponen su recíproca desconfianza y aprenden a resolver de consumo ese problema.
El impulso que lleva a la cooperación constructiva obra primero en el individuo, se extiende luego a la familia, abarca después el rebaño o la bandada; y por último, en lo que hace al ser humano, se sublima en el luminoso ideal de la fraternidad universal, cuyo mensaje alentador lleva fe y esperanza a todos los hombres. Siempre que los naturalistas han penetrado en los misterios de la Naturaleza, han descubierto ese mismo conmovedor mensaje. Nuestros ideales humanitarios no son quimeras ni están condenados al fracaso. Son, por el contrario, buena biología.
 

 No traspases el lindero antiguo, Ni entres en la heredad de los huérfanos; PROVERBIOS 23. Y en efecto, pregunta ahora a las bestias, y ellas te enseñarán;  A las aves de los cielos, y ellas te lo mostrarán;  12:8 O habla a la tierra, y ella te enseñará;  Los peces del mar te lo declararán también.
12:9 ¿Qué cosa de todas estas no entiende  Que la mano de Jehová la hizo?LIBRO DE JOB

Es mil veces más fácil no pronunciar las palabras que se nos vienen a la mente en momentos de ira, que tener que retractarnos después.
— A. M. S. en Loo

SELECCIONES DEL READER'S DIGEST


 EL VELO RASGADO
POR GULSHAN ESTHER
 Y THELMA SANGTER

¿Por qué Dios estaba tan lejos y tan silencioso? Tal vez mis antepasados habían cometido un pecado muy grave. Quizá Dios quería desarrollar una mayor medida de paciencia en mí,… pero ¿acaso no había sido paciente, y aun así estaba enferma? Si El no me .iba a ayudar, tendría que encontrar otra forma de librarme de este cuerpo desgastado. ¿Pero cómo? ¿Ahorcándome? Hacerlo con una sola mano sería imposible. ¿Envenenándome? ¿Dónde conseguiría elveneno? Si yo pudiera encontrar un cuchillo o unas tijeras...Pero estaban encerrados bajo llave. Aun cuando ese pensamiento me venía una y otra vez, había otro que enseguida ocupaba su lugar: Nunca estarás en el paraíso con tu padre y tu madre si te quitas la vida. En mi condición de Sayed tenía el derecho automático de entrar en el paraíso, aun si fallaba en cumplir con los cinco pilares del Islam; pero el suicidio bastaría para que ese derecho quedara cancelado .. Entonces, tal vez nunca sería sanada. Sentí como si mehubieran estrujado el corazón y no pude controlar las lágrimas. Fue entonces, al sentir tan absoluto desamparo, que comencé a hablar con Dios, de veras a hablar con El, no como lo hace un musulmán. Usando oraciones preparadas, aproximándose a El a través de un gran abismo. Impulsada por un enorme vacío interior, oré como si hablara con alguien que conocía mis circunstancias y mí necesidad.
~- Quiero; morir - dije -. No quiero vivir más. Esto es lo último. No lo puedo explicar, pero supe que había sido escuchada. Fue como si se hubiera corrido un velo entre mí y alguna fuente de paz. Acomodándome el chal alrededor para combatir el frío, pude expresarme más libremente en la oración.. ¿Qué pecado terrible he cometido, que me has hecho vivir así? _ dije entre sollozos -. Apenas nací te llevaste a mi madre, luego me hiciste paralítica y ahora te llevas a mi padre. Dime ¿por qué me has castigado tan duramente?
El silencio era tan profundo y quieto que podía escuchar los latidos de mi corazón.
"No te dejaré morir. Haré que vivas." Era una voz suave, amorosa, como la brisa del viento que
pasaba sobre mí Yo sé que había una voz, que me habló en mi idioma y que con ella recibí una nueva libertad para acercarme a Dios, el Ser supremo,
quien hasta entonces no me había dado ninguna indicación de que conocía algo sobre mi existencia.
"¿De qué servirá que yo viva? - pregunté Soy Inválida. Cuando mi padre estaba vivo podía compartir .todo con él. Ahora cada minuto de mi vida es como cien años. Tú te llevaste a mi padre y me dejaste sin esperanza, sin nada porlo cual vivir."
La voz vino de nuevo, vibrante y suave. "¿Quién le dio ojos al ciego, y quién hizo sano al enfermo, y quién curó-a los leprosos y quién resucitó al muerto? Yo soy Jesús, el hijo de María. Lee acerca de mí en el Corán. En el Sura Maryam
No sé cuanto duró ese intercambio. ¿Cinco minutos? ¿Media hora? De pronto sonó desde la mezquita el llamado para la oración matinal y abrí los ojos. Todo se veía normal en la habitación. ¿Por qué no había venido nadie con el agua para lavarme? Parecía que me habían garantizado un tiempo de paz y privacidad para este extraño encuentro.
A medida que transcurrió el día me fui convenciendo de que había estado soñando y entonces, junto con mis hermanas y otros miembros femeninos de la familia fui a visitar la tumba. Todo estaba tranquilo y en paz, y sobre el montón de tierra marrón habían depositado unas flores frescas. Miré la escena con horror. Mi padre, que estando vivo, jamás permitió que lo tocara una pizca de polvo, yacía ahora enterrado bajo aquel barro. Era demasiado horrible para contemplarlo.
No sé cuanto duró ese intercambio. ¿Cinco minutos? ¿Media
hora? De pronto sonó desde la mezquita el llamado para la oración matinal y abrí los ojos. Todo se veía normal en la habitación. ¿Por qué no había venido nadie con el agua para lavarme? Parecía que me habían garantizado un tiempo de
paz y privacidad para este extraño encuentro.
A medida que transcurrió el día me fui convenciendo de que había estado soñando y entonces, junto con mis hermanas y otros miembros femeninos de la familia fui a visitar la tumba. Todo estaba tranquilo y en paz, y sobre el montón de tierra marrón habían depositado unas flores frescas. Miré la escena con horror. Mi padre, que estando vivo, jamás permitió que lo tocara una pizca de polvo, yacía ahora enterrado bajo aquel barro. Era demasiado horrible para contemplarlo.

domingo, 27 de noviembre de 2016

MUSULMANA ENCUENTRA A JESUCRISTO- GULSHAN ESTHER

EL VELO RASGADO
POR GULSHAN ESTHER
Y THELMA SANGTER
----desenvolví la funda de seda verde y saqué el Corán en urdu. Sostuve el libro en mi mano por un momento. Ansiaba mucho oír de nuevo aquella voz, con su afirmación de que mis oraciones eran oídas y que había un camino de sanidad y esperanza. La forma oírlo de nuevo, supe instintivamente, era obedecer su instrucción de leer. Y entonces, llena de curiosidad y tristeza y sin la menor idea de cuán importante era este acto. Dije Bismillah. Abrí el libro y comencé a leer. Entonces los ángeles dijeron: "¡Oh María! En realidad,
Dios te anuncia la buena noticia de su Verbo. Su nombre es el Mesías Jesús, hijo de María, considerado en este mundo y en el otro, y hasta por aquellos que están inmediatos a Dios. El hablará a los hombres, tanto a los que están en la cuna como en la edad madura. Y será del número de los justos ... "
_________________________________
 Se fue de nuevo y cuando el silencio me envolvió, abrí mi Corán en urdu y leí nuevamente el pasaje del Sura "Los Imrans", que ahora era el foco de mi atención: "Con el permiso de Alá daré visto a los ciegos, sanaré
a1 leproso, y resucitaré los muertos a la vida .••
 Había bastante más que yo no entendía. Muchos eruditos inteligentes habían tratado de dar sus interpretaciones sobre el profeta Jesús quien, dice este Sura, fue un ser creado, hecho del polvo, como Adán y sin embargo uno que podía, por el poder de Alá, hacer todos esos milagros. Que él era importante, yo no lo podía dudar, pero ¿quién era ese profeta que conocía mi necesidad y que podía hablar conmigo desde
el cielo como si estuviera vivo? Yo había perdido mi compañera más querida, y delante de mí se extendía una vida vacía. Sin embargo, había brotado en mi corazón una semilla de búsqueda y de esperanza. Un día, algún día, lo sentí como algo seguro, descubriría el secreto de Jesús, el profeta misterioso, escondido tras un velo en las páginas del Santo Corán

domingo, 27 de noviembre de 2016

MARAVILLOSO JESUCRISTO SANA A MUSULMANA-

 EL VELO RASGADO
POR GULSHAN (FATIMA)ESTHER
Y THELMA SANGTER

“Mira que estás vivo en el cielo y el Santo Corán dice que sanaste, a las personas. Tú puedes sanarme y sin embargo sigo estando paralítica.” ¿Por qué no había respuesta, excepto ese silencio sepulcral en la habitación, como una burla a mis oraciones? Pronuncié de nuevo su nombre y abogué por mi causa, con desesperación. Con todo, no había respuesta. Luego clamé con una angustia febril: "Si puedes hacerlo, sáname; de lo contrario, dímelo." No podía dar un paso más en este camino. Lo que sucedió luego es algo que me resulta difícil describir en palabras. Lo que sé es que toda la habitación se llenó de Luz. Primero pensé que era la lámpara que tenía al lado de la cama. Pero vi que, en comparación su luz parecía oscura. ¿Sería tal vez el amanecer? Era demasiado temprano para eso. La luz iba creciendo, aumentando en brillo hasta que sobrepasó la luz del día. Me cubrí con mi chal. Sentía mucho miedo. Luego se me ocurrió que podía ser el jardinero, que había encendido la luz de afuera para alumbrar sobre los árboles. A veces hada eso para ahuyentar a los ladrones, cuando los mangos estaban maduros, o para ver el sistema de riego en el frío de la noche. Me corrí el chal para ver las puertas y las ventanas estaban firmemente cerradas, con las cortinas y las persianas corridas. Luego reconocí unas figuras con ropas largas, de pie en medio de la luz, algunos metros más allá de mi cama. Había doce figuras en fila y la figura central, la número trece, era más grande y brillante que las otras. ¡Oh Dios! clamé y el sudor brotó de mi frente. Incliné la cabeza y oré.
Oh Dios, ¿quiénes son esas personas y cómo han entrado aquí estando las ventanas y las puertas cerradas?- Levántate -me dijo de pronto una voz .
-Este es el camino que has estado buscando. Yo soy Jesús, el hijo de María, a quien has estado orando y ahora estoy de pie delante de ti.- -Levántate y ven a mí.- Comencé a llorar. - Oh Jesús, estoy paralítica. No puedo levantarme.- - Levántate y ven me dijo -. Yo soy Jesucristo.- Debido a que dudé, lo dijo por segunda vez. Luego, mientras continuaba aún con mis dudas, me lo dijo por tercera vez: - ¡Levántate!-Y yo, Gulshan Fátima, que había estado paralítica en mi cama por diecinueve años, sentí una nueva fuerza que fluía de mis piernas inútiles. Puse el pie en el piso y me levanté. Luego caminé algunos pasos y caí a los pies de la visión: Me estaba bañando en una luz tan pura que irradiaba un fulgor tan brillante como el del sol y de la luna juntos. La luz alumbró mi corazón y mi mente, y en ese momento se me aclararon muchas cosas. Jesús puso su mano sobre mi cabeza y vi que tenía un agujero a través del cual descendía un rayo de luz que se proyectaba sobre mi vestidura, de modo que el vestido verde parecía blanco. -Yo soy Jesucristo dijo El . Soy Emmanuel. Yo soy el camino, la verdad y la vida. Estoy vivo, y vengo pronto. Mira, desde hoy eres mi testigo. Lo que ahora viste con tus ojos debes llevarlo a mi pueblo. Mi pueblo es tu pueblo y debes permanecer fiel en llevárselo a mi pueblo. Ahora debes mantener inmaculada esta túnica y tu cuerpo. Dondequiera que vayas estaré contigo y a partir de hoy orarás así: "Padre nuestro que estás en los cielos, santificado tu nombre.. Venga tu reino Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén."
Me hizo repetir la oración y ésta penetró profundamente en mi corazón y en mi mente. En su hermosa sencillez, y a la en su gran profundidad, era muy diferente de las oraciones que había aprendido a recitar desde mi niñez.
Llamó a Dios "Padre"; ese era un nombre que cautivó mi  corazón Y que venía a llenar el vacío que había en él. Quería permanecer allí a los pies de Jesús, utilizando para orar ese nuevo nombre de Dios: "Padre nuestro," Pero la visión de Jesucristo tenía mucho más contenido para mí: - Lee en el Corán, yo estoy vivo y vengo otra vez.- Eso era algo que ya me habían enseñado, de modo que meinfundió fe en lo que estaba oyendo. Jesús dijo todavía mucho más. Sentía un gozo que llenabatodo mi ser. Es algo que resultó indescriptible. Me miré el brazo y la pierna. Estaban cubiertos de carne. Mi mano no estaba perfecta, sin embargo tenía fuerza y ya no colgaba seca e inútil.¿Por qué no la sanaste del todo? - pregunté. La respuesta fue expresada en tonos cariñosos: Quiero que seas mi testigo. Las imágenes subían alejándose de mi vista y esfumándose. Quería que Jesucristo se quedara un poco más y clamé con tristeza. Luego la luz se desvaneció y me encontré sola, de pie en medio de la habitación, llevando un vestido blanco y con mis ojos embargados por la luz deslumbrante Ahora hasta la débil lámpara que estaba al lado de mi cama me molestaba a los ojos y mis párpados caían pesadamente. Busqué a tientas un mueble que estaba contra la pared. Allí encontré un par de anteojos para el sol, que usaba en el jardín. Me los puse y me sentí cómoda, y pude abrir mis ojos y ver otra vez. Cerré la gaveta con cuidado, luego me volví y miré mi habitación. Estaba igual que cuando me levanté. El reloj que estaba sobre la mesa de noche repetía su tic tac, marcando que eran casi las cuatro de la madrugada. La puerta estaba cerrada con firmeza y las ventanas, con sus cortinas corridas; también estaban cerradas para proteger del frío. Sin duda, no se trataba de una escena imaginada por mí, pues tenía las pruebas en mi cuerpo, Di algunos pasos y luego algunos más. Caminé de pared a pared, a uno y otro lado, de una parte a la otra. Era evidente que mis piernas estaban sanadas de aquel lado que había sufrido la parálisis.¡Oh, qué alegría sentí!
"Padre nuestro clamé , que estás en los cielos." Era una nueva y maravillosa oración. De pronto tocaron a la puerta. Era mi tía. __Gulshan dijo en tono apremiante , ¿quién está caminando en tu habitación? - Soy yo tía..- Hubo un ligero jadeo y luego la voz de mi tía.- Oh, eso es imposible. No hay tratamiento eficaz para tu enfermedad. ¿Cómo puedes caminar? Estás diciendo mentiras.- Bueno, entra y mira .- La puerta se abrió con lentitud y la tía entró en la habitación llena de temor. Se detuvo apoyada contra la pared, con terror e incredulidad con los ojos abiertos de par en par y contemplando fijamente mi rostro radiante. Te vas a caer dijo. No me voy a caer -me reí, sintiendo el poder y la fuerza de una nueva vida que corría por mis venas. Mi tía se acercó paso a paso, con las manos extendidas, como una persona ciega que tantea su camino. Levantó la manga de mi túnica y miró mi brazo, regordete y saludable, tal como se veía ahora. Luego me pidió que me sentara en la cama y observó mi pierna enferma, que estaba tan sana como la otra.Parece extraño verte de pie. Me tendré que acostumbrar a esto dijo ella. Me pidió que le contara cómo había ocurrido. Entonces le relaté a la tía, desde el principio, primero acerca-de-la predicción de padre, luego; sobre la voz en mi habitación, la noche después que él murió. Después le conté de los tres años que estuve leyendo acerca de Jesús en el Corán, finalizando con su aparición delante de mí y mi sanidad. Cuando llegué a la parte en que Jesucristo me dijo que yo iba a ser su testigo, la tía me interrumpió. No hay cristianos en Paquistán para que les testifiques y no hay necesidad de que vayas a los Estados Unidos o a Inglaterra. Tu testimonio tendrá que consistir en dar limosnas a los pobres. Cuando esas personas vengan pedirte comida y dinero, ese será tu testimonio, Hasta entonces no había relacionado la comisión que me había dado Jesucristo con ir a Inglaterra o los Estados Unidos. Sin embargo, sus palabras eran verdaderas y mantenían su vigencia:
“Lo que viste con tus ojos debes llevarlo a mi pueblo. Mi pueblo es tu pueblo.” Comenzó a formarse en mi mente una oración: “Jesucristo, ¿dónde está tu pueblo?”

El Libro          ( La Biblia)
Tres semanas después de ser sanada, decidí poner en práctica un plan para conseguir una Biblia. Le dije a mi tía que iba a visitar a Razia. ¿Vas a llevar a Salima? preguntó mi tía, que no estaba acostumbrada, aún a la nueva manera en que tomaba las decisiones según mis deseos. No tía le respondí sonriendo . Creo que ya soy bastante grande como para arréglamelas sin alguien que me esté previniendo en cada cosa. Por favor, pídele a Munshi que me tenga listo el auto. La tía abrió la boca como para argumentar algo, pero en seguida la volvió a cerrar. Esta nueva Gulshan no tenía la tendencia, que caracterizaba a la anterior, de preocuparse demasiado por los pensamientos ociosos de la gente. Majeed trajo el Mercedes azul brillante y abrió la puerta de atrás con un gesto ceremonioso. Adentro, las cortinas cerradas me protegían de las miradas curiosas. Cada detalle de los modales de Majeed, mientras atravesábamos por la puerta principal haciendo rugir el motor, demostraba su satisfacción por el curso que estaban tomando los acontecimientos. Un sonriente chowkedar cerró la puerta detrás de nosotros y salimos. Razia estaba preparada para mi visita. Lo que ella no sabía era que le iba a hacer un pedido. Le dije a Majeed que se retirara y que volviera a buscarme después del almuerzo. Luego me volví hacia mi maestra, que estaba llena de alegría por verme tan bien de salud y quería hacerme un montón de preguntas. Se sintió desilusionada y con algo de curiosidad cuando le dije que tenía que ir con urgencia a ver a alguien que estaba en el otro lado de la ciudad. No, no necesito compañía le dije . Sólo se trata de un negocio que tengo que hacer. La dejé perpleja, de pie sobre su terraza, siguiéndome con la mirada mientras yo descendía de prisa por el pasillo y salía a la calle. Me sentí incómoda. Nunca antes en mi vida había tratado de engañar a nadie; pero esta era la única manera en que alguna vez llegaría a conseguir una Biblia. Cuando estuve afuera me di cuenta de que me había olvidado de mi burka. Eso me pareció algo simbólico de la libertad que estaba creciendo por dentro. Una tonga tirada por un caballo se dirigía hacia mí y saludé al anciano encargado de la tonga. - Estoy buscando a un cristiano que vive en la calle Kachary. ¿Por casualidad la conoce?- Miró fijamente hacia delante, entre las orejas de su viejo caballo, como si no hubiera escuchado. Tengo que hacer un trabajito allí agregué rápidamente. Hizo un ademán hacia el norte. Hay un lugar, un lugar muy antiguo que ya estaba antes que existiera el Paquistán. - No sé si vive allí algún cristiano; pero, si usted quiere, la puedo llevar. - Lléveme, por favor. Subí a la tonga. El encargado de la tonga fustigó su flaco caballo y partimos a paso sosegado. Durante la media hora de viaje tuve tiempo para reflexionar sobre lo que estaba haciendo. ¿Qué dirían mis hermanas si pudieran ver a su amada y querida Gulshan viajando sola, en la ruta abierta, en una tonga? En la historia de nuestra familia no había por cierto un precedente así. Pero no tenía otra opción. Era Jesucristo el que me había mandado hacer ese viaje, y confiaba en El en cuanto a su resultado. Llegamos a un edificio amplio. Más tarde supe que era una capilla cristiana. Junto a ella, detrás de un alto muro, había una gran casa campestre. La tonga se detuvo junto a una puerta abierta en el muro. Es aquí , dijo el encargado de la tonga. Le pagué y pasé por la puerta a un sector abierto lleno de árboles. Me dirigí hacia la casa y vi a un hombre sentado al sol con un montón de libros sobre una pequeña mesa que tenía a su lado. A medida que me aproximaba, el hombre levantaba la vista. Mi corazón latía asombrado. Era precisamente el rostro que había visto en mi visión. Jesucristo me había dicho: "Este hombre te dará una Biblia." El hombre me dirigió la palabra cortésmente, inclinándose un poco. Si usted viene para ver a mi esposa, siento decirle que no está. Se ha ido a Lahore. No vine a ver a su esposa le respondí sino a usted, para que me dé una Biblia. Lo he visto antes, en una visión.

viernes, 2 de diciembre de 2016

LA BIBLIA ANSIADA- Gulsham esther- EL VELO RASGADO

 EL VELO RASGADO

POR GULSHAM ESTEHR Y TELMA  SANGTER
 
El hombre miró sorprendido y me examinó tratando de traspasar con su mirada el dupatta que yo me había colocado sobre el rostro, instintivamente, mientas caminaba por el jardín. Entonces dejé que el pañuelo cayera de mi rostro y lo miré de nuevo. - ¿Quién es usted? ¿A qué religión pertenece? ¿De quién es hija)- - Vivo a quince kilómetros de aquí y provengo de una familia musulmana.- Noté que el hombre se alarmó. ¿Qué dificultad había en que esta extraña mujer musulmana llegara a donde él estaba y le pidiera una Biblia?-
- Si yo estuviera en su lugar - me dijo - iría casa y seguiría leyendo el Corán. Todo lo que dice allí es bueno para usted y todo lo que dice en mi Biblia es bueno para mí. No es algo por lo que debiera interesarse.- Se levantó para acompañarme afuera. Permanecí de pie, mientras mi corazón se apacigüaba a medida que disminuía la excitación. Me había imaginado que me daría la bienvenida y que tal vez estaba preparado para mi visita.
- Jesús Emmanuel me ordenó que viniera a verlo. Por favor, créame.-
Me estudió por un momento y luego me pidió que me sentara. Me sumergí en mi propia historia, al principio con timidez, luego en forma más vívida, describiéndole algo de lo que había sido mi vida durante esos diecinueve años en que estuve paralítica. Le conté sobre el viaje a la Meca y sobre las oraciones llenas de esperanza que quedaron frustradas allí. Me referí a la trágica muerte de mi padre con su resultado tan sorprendente: la visión de Jesucristo que me habló y me indicó que leyera el Corán, Se inclinó hacia adelante absorto, con sus ojos fijos en mi rostro. Nunca antes me había sentido examinada así por un hombre extraño, salvo que a mí no me parecía que era un extraño. Continué relatando la asombrosa revelación quetuve de Jesucristo en mi habitación y 1uego la forma en que fui sanada.Y después le dije  - lo vi a usted. Jesucristo me apareció de nuevo y me mostró su pueblo, y usted estaba entre ellos. El mismo me dijo que viniera a verlo para conseguir una Biblia. Y si todavía no me cree, escuche la oración que Jesucristo me enseñó a orar. Le repetí las palabras de la oración que comenzaba: "Padrenuestro... "--
Cuando terminé hubo un silencio. Mi amigo se sentó, con los brazos apoyados en los brazos de la silla y la cabeza inclinada sobre el pecho en seria meditación. ¿Será posible? dijo hablando más bien consigo mismo. Dio un suspiro profundo y se levantó. - Quédese aquí sentada por un momento. Tengo que ir y orar sobre este asunto. Darle una Biblia es una decisión importante para los dos. Entró en la casa y yo me senté al sol, mientras los pájaros canturreaban revoloteando entre los árboles, agitando tan rápido sus diminutas alas que parecían estar quietas en medio del aire. Después de un momento, que me pareció un tiempo largo, pero que tal vez no llegó a ser media hora, mi amigo salió de la casa y dijo: -He orado y pedido al Señor que me muestre lo que debo hacer y parece que El dice que debo darle lo que desea. Pero usted sabe que el camino que está pensando adoptar es difícil y podría significar que la echen de su familia. Tendrá que soportar mucho y que perder mucho, pero si permanece fiel recibirá la vida eterna.- Sé todo eso le dije . -Pero este es el Camino que debo tomar.-Quiero seguir a Jesús Emmanuel, que me sanó y me mostró-la senda del amor .. - Ahora, piénselo de nuevo dijo mientras sonreía.- Cuando abandone lo que tiene que abandonar para seguir a  obstáculos por delante. Habrá gran oposición. Es posible que hasta los mismos cristianos le pongan esos obstáculos en el camino. Mis ojos se llenaron de lágrimas. - No estoy pensando en esos impedimentos. Sólo lo que Jesús Emmanuel me mostró. El me levantó y me dio luz. Quiero saber más acerca de El, y El me envió a usted para recibir ayuda. Por favor, ayúdeme.-
Como respuesta me dio un Nuevo Testamento en urdu y un libro llamado Los Mártires de Cartago. Luego hizo unahermosa oración, cuyas palabras expresaron sentimientos tan simples como la hermandad y la bondad. Me sentí fortalecida.Al salir de su casa volví a tomar una tonga, para regresar a
casa de Razia y estar a tiempo para el almuerzo. No hablé sobre mi viaje y sólo dije:Conseguí lo que buscaba, pero el problema no está resuelto aún.Entonces cambié de tema y nos reímos y conversamos como si nada extraño hubiera sucedido. En eso llegó Majeed para llevarme a casa.

jueves, 8 de diciembre de 2016

EL VELO RASGADO- POR GULSHAM ESTHER

 EL VELO RASGADO
POR GULSHAN ESTHER Y THELMA SANGTER

Mis ojos se llenaron de lágrimas. No estoy pensando en esos impedimentos. Sólo lo que Jesús Emmanuel me mostró. El me levantó y me dio luz. Quiero saber más acerca de El, y El me envió a usted para recibir ayuda. Por favor, ayúdeme. Como respuesta me dio un Nuevo Testamento en urdu y un libro llamado Los Mártires de
Cartago. Luego hizo una hermosa oración, cuyas palabras expresaron sentimientos tan simples como la hermandad y la bondad. Me sentí fortalecida. Al salir de su casa volví a tomar una tonga, para regresar a casa de Razia y estar a tiempo para el almuerzo. No hablé sobre mi viaje y sólo dije: Conseguí lo que buscaba, pero el problema no está resuelto aún. Entonces cambié de tema y nos reímos y conversamos como si nada extraño hubiera sucedido. En eso llegó Majeed para llevarme a casa. La tía me había estado buscando. Me miró absorta, pero me volví, sintiendo como si lo que había experimentado estuviera escrito en mi rostro. ¿Cómo estaba Razia? preguntó. Bien, tiene algunos alumnos buenos y está contenta porque su hermana se ha casado. Es una lástima que no la hayan casado a ella, pero supongo que la familia no tiene dinero para la dote. Es cierto. Aún necesita tomar alumnos para ayudar a sus padres, pues el negocio que tienen es pequeño. En otros tiempos ese tipo de chismes nos hubiera entretenido por varias horas, -pero la nueva Gulshan tenía ahora temas mucho más interesantes. Me disculpé, fui a mi dormitorio y cerré la puerta. Después me tiré sobre la cama Y descansé. Me sentía físicamente agotada. Esa noche comencé a leer mi Nuevo Testamento en forma secreta. ¿A qué se parecía? Pregúntele a una persona sedienta a qué se parece el agua. Pregúntele a un bebé a qué se parece la leche de la madre. Yo, que había sido alimentada con cáscaras, ahora tenía pan para saciar el hambre, y así leí la verdad sobre la vida humana Y sobre el destino, según estaba escrita en aquellas páginas Jesucristo me dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida." Sus palabras registradas en los evangelios iluminaron mi entendimiento. Nunca había podido entender el Corán sin ser guiada. Este libro era distinto a todos abrió mis ojos espirituales. Sus historias cobraban vida a medida que las leía. En mi asombrosa visión encontré a los doce discípulos que habían acompañado a Jesucristo ..
Hallé, palabra por palabra, la oración que había aprendido a los pies de Jesús Emmanuel.
Descubrí el significado de ese nombre precioso que se me había dado en la visión:
Yo soy Jesucristo. Yo soy Emmanuel... Dios con nosotros."
Me habían enseñado a pensar acerca de Dios como un ser remoto e inalcanzable. Aquí estaba, por fin, la explicación del poder divino de Jesucristo y de su misión: El podía resucitar a los muertos porque era el Señor de la vida. Prometió venir otra vez, porque vive para siempre. Tiene poder por la eternidad, porque es Dios y no simplemente un profeta. "Yo soy el camino, la verdad y la vida." Ahora comprendía eso como la verdadera síntesis de la singular Persona que es Jesucristo. Al continuar mi lectura encontré pasajes referentes al bautismo. Leí en Marcos 1:9-11 que Jesús fue bautizado. En Romanos-6:4 leí: A fin de como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva." Vida nueva. Eso era lo que estaba experimentando, como si me hubiera sumergido en una fresca corriente de agua que brotaba, trayendo una vida estimulante a cada parte de mi ser. Ese bautismo era una señal y un sello de esa experiencia. Mientras meditaba en eso, se presentó delante de mí una figura, de una joven triste, sentada sobre un taburete, mientras sus criadas derramaban sobre ella el agua del pozo de Zamzam. Zamzam, el agua de vida, no había limpiado mis pecados ni había traído vida a mi carne muerta. Jesucristo me había dado el agua espiritual de la vida para mi cuerpo paralizado y para mi alma. Ahora quería ser sepultada con El en el bautismo. Pensé en eso, aunque no comprendía plenamente todo el poder de lo que estaba contemplando, ni tampoco qué cambios produciría en mi vida... He testificado me dije a mí misma . Entonces he hecho lo que Jesucristo me pidió. Puedo ser bautizada y luego volver aquí y vivir la vida nueva, ¿no es así? La pregunta flotaba en el aire, sin ninguna voz que la confirmara o la negara. Pero el rostro de mi padre se presentó delante de mí y sentí un dolor como si me hubieran clavado un cuchillo en el corazón. "Oh, padre, perdóname, pero tengo que seguir a Jesucristo, quien me ha sanado." En mi aflicción hablé en voz alta. De inmediato, una profunda paz vino sobre mí y di por cierto que ese era el Camino recto que debía seguir. Nada ni nadie podría detenerme ahora. El 12 de marzo había terminado de leer el Nuevo Testamento. También había leído de corrido Los Mártires de Cartago. Estaba lleno de historias sobre los primeros cristianos que fueron arrojados a los leones quemados en el fuego y tratados en formas indescriptibles y habían permanecido fieles. Comprendí el mensaje que me trasmitía. No cambié mi decisión
en lo más mínimo,

jueves, 8 de diciembre de 2016

EL VELO RASGADO- EL BAUTIZMO

 EL VELO RASGADO
 POR GULSHAM ESTER Y THELMA SANGTER

El día siguiente visité de nuevo a Razia y fui desde su casa a la casa de los Major como lo había hecho antes Esa vez la señora Major estaba en su casa. Les mostré las Escrituras que había encontrado.- Aquí le señalé me dice que debo bautizarme.Por favor, ¿podría usted bautizarme?-Se agarró la cabeza. - Hija mía, en nuestra denominación no practicamos el bautismo.-Me miró con una expresión extraña. - ¿Se da cuenta lo que podría suceder si se bautizara?Acaso, que no pueda volver otra vez a su casa. Su familia incluso trataría de matarla. Sí,una familia tan amorosa como la suya podría cambiar hasta tal punto si vieran que uno de sus miembros abandona la fe musulmana. Hubo un breve silencio. Traté de imaginar una situación como esa. Ser echada de mifamilia, tal vez asesinada.... Recordé el concilio de la familia ... El rostro de cada uno de ellos era como de halcones que se volvían contra mí Luego pensé en las últimas palabras de mi padre a mis hermanos: "Cuiden a su hermana." Con seguridad, en última instancia, ellos obedecerían ese mandamiento sagrado y final. Pero aun si no lo hicieran y realmente trataran de dañarme, aun así debía seguir este camino. Las palabras de Jesucristo habían echado raíces en mi vida y ahora había frescura, vitalidad y crecimiento donde antes estaba la esterilidad de una religión que miraba sólo al pasado. Entonces dije con firmeza, de modo que no pudiera quedar ninguna duda en cuanto a mi decisión:
-Jesús Emmanuel me ha dicho que debo ser su testigo y el bautismo es el próximo paso a dar. Debo obedecer, o perderé ese derecho a esta paz que ahora tengo. Será mejor morir con Cristo que vivir sin El.- 
El señor Major entrecruzó miradas con su esposa que asintió en forma suave con la cabeza. El se dirigió de nuevo hacia mí:
- Bueno, que así sea. Si Jesucristo le ha hablado en forma tan clara, no debe ir en contra de su voluntad. Sin embargo, no sería aconsejable que la vean ir a Lahore conmigo. Mi esposa la acompañará en el ómnibus. De todos modos, ella tiene que llevar a nuestra hija de regreso a la escuela. Yo iré en seguida. En realidad, la acompañaré con mucho gusto, Gulshan - dijo la señora Major inclinándose para tomar mis manos en las suyas.Fue un toque muy humano, dándome la bienvenida a la familia de mi nueva fe Así decidí mis planes, con muy poca emoci6n, como si estuviera disponiendo de la vida de alguna otra persona Con frecuencia se dice que el Islam nació en el desierto y sus seguidores aprendieron, en esa dura y cruel escuela, a obedecer fines más elevados que los propios. Los sentimientos personales no se consideraban nunca como una razón suficiente para desviarse de algo. Del mismo modo, para seguir a Jesucristo, yo podría aplicar hábitos de obediencia de largo alcance, en situaciones en que los sentimientos humanos podrían traicionarme No obstante, al hacer mis planes, no podía cerrar del todo la puerta a mi familia. Para ser sincera, esperaba que podría seguir adelante con el bautismo y luego volver a casa, a vivir mi propia vida. Como creyente no instruida, imaginaba que los pasos que estaba tomando eran todo lo que Jesucristo requería de mí: encontrar a creyentes cristianos y decirles de mi sanidad y luego ser bautizada. El señor Majar, en cambio, veía un poco más allá que yo: - No lleve ningún dinero ni tampoco joyas. Si lo hace, es posible que después del bautismo algunos quisieran pleitear con los cristianos.- Lo dijo con mucha seriedad y yo lo miré interpretando bien lo que quería decir. Hablaba de una ruptura clara, como si yo tuviera que dejarlo todo detrás de mi. ¿Todo? ¿Dinero, joyas, casa, tierras, familia, amor y sustento? ¿Quería Jesucristo de veras eso de mí? ¿Me habría dado ese don de sanidad sólo para Quitarme todo lo otro que hacía deseable esta vida? Aquel día, cuando volví a ver a Razia le dije: ¿Puedo venir a verte dentro de dos días? Por supuesto dijo Razia . Estaré aquí. En casa, le dije a la tía y al tío que iba a estar con Razia en dos días y que debíamos ir a Lahore. Firmaré un cheque por setenta y cinco mil rupias para que puedas pagar las cuentas mientras estoy ausente le dije a mi tío.
¿Dónde vas a alojarte en Lahore? dijo la tía frunciendo el ceño, mostrando que este plan no le agradaba. Pero no podía negarme el permiso. Yo era una persona libre ahora y, además, la que firmaba los cheques. Oh, debo estar con mi hermana y hermano dije sin pensarlo mucho , Escribiré una carta.  El día siguiente le pedía la tía que me acompañara a la tumba de mi padre. Esa señal de devoción le pareció bien. Tomamos flores del jardín y las deposité allí con sentimientos difíciles de describir. El respeto por su memoria, se mezclaba con la comprensión de que la eternidad no era un paraíso de comodidades materiales, como él me había enseñado, sino la presencia misma de Jesucristo. En mi última noche fui al jardín donde me había sentado tantas veces en mis años de desesperanza. De pie en el lugar donde había descansado el ataúd de mi padre, pensé de nuevo en él, con tristeza y por un largo rato. El sol se hundió en una hoguera roja, tiñendo las paredes de la casa campestre. Caminé entre las flores, frutas y hojas, oliendo las fragancias mezcladas de las rosas y de los naranjos florecidos. Una suave brisa nocturna hacía murmurar las hojas de los naranjos y de los mangos, mientras el cielo, encima de mí, era surcado por tintes púrpura y azul nocturno. Apareció la luna, grande como un melón, y las estrella; se veían salpicadas como pequeños diamantes en estuches de aterciopelada noche. Se habían encendido las luces en la casa campestre detrás de mí, de modo que todo brillaba cálido y seguro. Todavía vacilaba. Ahora que debía dejarlo, era como si lo estuviera viendo por primera vez y no permití que me atemorizaran ni siquiera las sombras horripilantes que se arrastraban debajo de los árboles.
¿Por qué bautizarme? Puedo ser una seguidora de Jesucristo sin hacerla. En cambio, si lo hago, puedo llegar a perderlo todo ..
Ese pensamiento volvía como a la deriva surgiendo de entre las sombras. Como si fuera en respuesta a eso, vino a mi mente como una voz suave un versículo que había leído:
"El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí ... el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí" (Mateo 10:37,38).

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