TEOPNEUSTIA *GAUSSEN* viii-x

  TEOPNEUSTIA

LA INSPIRACÍON TOTAL DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS.

 POR  GAUSSEN, PROFESOR DE TEOLOGÍA EN GINEBRA, SUIZA.

 TRADUCIDO POR EDWARD NORRIS KIRK

 NUEVA YORK.

1845.

 TEOPNEUSTIA  *GAUSSEN* viii-x

Esta es precisamente la impresión que deseamos que la Biblia produzca en todos nuestros corazones. Cuando nuestros ojos se posen en su página, cuando sus palabras lleguen a nuestros oídos, recibámosla como la voz misma de Dios.

El propósito de nuestro libro es lograr ese efecto.

Y tanto el tema como la perspectiva que aquí se presenta compensarán al lector inquisitivo y curioso el tiempo y el esfuerzo de una lectura atenta.

Aquí está la roca de la fe cristiana: es comunicación inspirada, una revelación infalible. Aquí está la vida y el poder del ministerio cristiano: tienen una voz de Dios que hace eco, un infalible "así dice el Señor" que forma el alma de su oratoria y el poder de sus exhortaciones. Deseamos que el tema de la inspiración reciba una atención más seria en la educación de nuestros jóvenes, y especialmente de nuestros candidatos al santo ministerio. Todavía se depende demasiado de la mera autoridad en la formación de la mente.

Una consecuencia de esto es que los sutiles erróneos, al parecer apelar a la razón, pueden inducir al error a algunos de nuestros jóvenes, que no tienen nada más que el ipse dixit de los maestros, a oponerse a la INTRODUCCIÓN. IX posición o argumento. A este modo de instrucción se opone el de exhibir las razones que nos han convencido de que la Biblia es inspirada. Tratemos con justicia a la mente juvenil, llevándola a puntos de observación, desde donde pueda ver las hermosas e incuestionables señales y sellos de un origen divino en la Biblia. Las mejores y más fuertes de estas son, de hecho, invisibles para el hombre natural.

 Pero hay otras; y son suficientes para establecer la confianza, incluso de aquellos que no disciernen las cosas del Espíritu. Que una parte de la instrucción de la escuela común, la escuela dominical, la clase bíblica, la universidad y el púlpito sea la inspiración de los oráculos vivientes; Que se repita hasta que la evidencia sea clara y brillante para la mente. No sobreestimamos la importancia de este punto. Los efectos de una inculcación más seria y generalizada de este gran hecho pronto se harán evidentes de muchas maneras; de tal labor, bajo el suave rocío y el aliento vivificante del Espíritu, brotarán las flores más hermosas y fragantes, los frutos más ricos y refrescantes.

También se extirparán muchos gérmenes venenosos de error en sus primeros brotes. Algunos de los más imprudentes y blasfemos detractores de la palabra y las doctrinas de Dios estuvieron alguna vez bajo la cultura cristiana.

 ¿Cómo es que ahora se entregan a la constante contradicción de las claras declaraciones de esa palabra, al descarado y condenable desprecio de la teología y la lógica de la Biblia?

 Seguramente sus ojos nunca han visto en ese libro, ni siquiera lo que la "razón no bautizada" puede ver, la presencia y autoridad de aquel que habló desde la humeante cumbre del Sinaí, en medio de terribles glorias.

 Mucho se puede hacer, entonces, para prevenir este escepticismo fatal, mediante una exposición más completa y fiel, a quienes están bajo nuestra instrucción, del gran y glorioso hecho de la inspiración y de la evidencia de su realidad.

Mucho también se puede hacer para reprimir y frenar la arrolladora corriente de escepticismo, mediante una exposición fiel de todo este tema, incluyendo la incompetencia del hombre para prejuzgar una Revelación, prescindir de ella o proporcionar un sustituto de la Biblia. including the incompetence of man to prejudge a Revelation, to dispense with a Revelation, or to provide a substitute for the Bible.

Por un lado, se ha exaltado constantemente la razón humana hasta una posición que promete aliviarnos de la sensación de impotencia; y, por otro, una tendencia igualmente peligrosa a exaltar los escritos meramente humanos al nivel de las Escrituras. Para contrarrestar estos dos extremos, la ausencia de revelación y el exceso de revelación, nuestra doctrina debe presentarse con claridad y seriedad a la mente pública.

En este punto, aún queda una gran batalla por librar. Y entonces, cuando la batalla se agudice y el enemigo presione nuestras trincheras, no nos sorprenderá ver cómo se desvanecen todos los frutos de una inspiración diversa.

 No vemos cómo se puede atacar a Roma en su fortaleza de tradiciones y libros apócrifos si parte de nuestra Biblia estuviera compuesta por dichos no inspirados de Pablo y Pedro. De hecho, ustedes los llaman dichos supervisados. Pero, al usar ese término, pretenden expresar que el Espíritu Santo no dio estos pasajes a los apóstoles, como tampoco dio el libro de Tobías a su autor; que los dejó decir a su manera lo que sabían de antemano y lo que no le correspondía al Espíritu Santo impartirles. Si no quieres decir esto, te encuentras en la misma posición que nuestro autor, pues él cree plenamente en el libre ejercicio de cada facultad de los escritores sagrados, tal como tú lo crees y en la medida en que lo hagas. Él simplemente va un paso más allá y dice: «Dios quiso que dijeran exactamente lo que dijeron, y se aseguró de que lo dijeran a su manera, pero exactamente como debía ser, hasta la última jota y la última tilde».

 Esta es una inspiración plenaria. Y el libro, así dicho, es la palabra de Dios y vincula la conciencia del mundo; y nada más la vincula de esa manera, aunque fueran los escritos de Pablo o Pedro. Esta postura debe ser adoptada firmemente por la iglesia apóstata ( es decir la que no permaneció en la verdad)