ANGELES EN MISIONES ESPECIALES –Roland Buck-8
Hay ángeles
del cielo alrededor de nosotros que nos guardan en todos los caminos, que nos
llevan en las manos, porque nuestro pie no tropiece en piedra (Salmo 91:11,12).
Dios no nos salvó para condenarnos después, sino para darnos vida. Su plan es
restaurarnos a un lugar de comunión y luego reunirnos con El. Este es el plan
de Dios. ¡Aleluya!
A causa de esto, la sangre expiatoria sigue fluyendo, para limpiarnos en todo
momento. No somos limpiados simplemente por una confesión verbal, porque
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nuestros labios pueden decir palabras que son distintas de nuestra intención.
Nuestra confesión verdadera viene del corazón cuando
tenemos el sincero deseo de agradarle. Dios nos ama tanto que quiere que no
tengamos que estar siempre en temor ante su presencia, asustados
por una palabra equivocada o un pensamiento o un hecho fuera de lugar.
Cuando las cosas pequeñas nos distraen o el mal
genio asoma la cabeza, y nos olvidamos de pedirle perdón por ello, El mira nuestro corazón y nuestras intenciones. Somos
justificados bajo la nueva ley, por lo que Cristo hizo al morir
por nosotros, y porque esta preciosa sangre continúa limpiándonos en tanto que nosotros QUEREMOS estar bajo la cubierta de
protección que Dios ha provisto;
y además nos ha provisto de señales guía con su Espíritu Santo, para tenernos
siempre bajo su protección.
En este día, el mensaje final antes de la llamada
de la trompeta que nos llevará arriba es el mensaje de expiación.
Esto sigue la pauta que Dios dio en su plan de salvación antes de que fundara
la tierra. Dios quiere que la gente entienda bien que están protegidos, y que
los pecadores deben saber lo que Dios quiere de ellos a fin de que puedan
acudir a El y estar en paz con El.
Aun si le rechazamos, nada nos puede separar de su amor. El ama a todos,
incluso a los impíos, pero como nos dice Exodo 34:7, aunque su misericordia y
su bondad alcanzan generación tras generación, no declarará libre al culpable; sólo la fe en el sacrificio lo conseguirá. El
ama a la personas que son culpables y alejadas de El, y estas personas están
bajo los efectos de su amor y empiezan a sentir el calor del mismo. Pero esto
sólo no nos da entrada en el cielo. Significa que Dios te ama y te da
oportunidad para que decidas estar con El, pero la única provisión para la
culpa es que aceptes lo que Jesús ha hecho.
Tenemos que recoerdar también que Dios no sólo es un Dios de amor, sino que es también un Dios de ira.
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ANGELES EN MISIONES ESPECIALES
Pastor Roland Buck
ira. A veces algunos buscan una excusa para el pecado .porque no tienen el
sincero deseo de volverse del mal. Con todo quieren tener la seguridad de la
protección y procuran cubrirse con ella. Dios quiere que todo el mundo sepa que
aunque ha provisto este lugar de seguridad, hay también un límite, más allá del
cual esta protección ya no llega.
Las cosas que dan a los creyentes los mayores problemas no son sus pecados
contra Dios, sino las faltas y actitudes del
hombre contra el hombre en sus vidas diarias. «Porque de dentro,
del corazón de los hombres salen los malos pensamientos, los adulterios, las
fornicaciones...» (Marcos 20,21.)
Un defecto continuado se convierte en pecado, que es la rebelión contra Dios, y
no está cubierta por la sangre.
Un defecto eliminado se vuelve obediencia a los deseos de Dios y está cubierto
por la sangre. «No sabéis que a quien os prestáis vosotros mismos por siervos
para obedecerse, sois siervos de aquél a quien obedecéis, o del pecado para
muerte o de la obediencia para justicia.» (Romanos 6:16.)
Moisés y Aarón vivieron con los hijos de Israel y mirándolos a nivel de lo
terreno vieron que había maldad en el campamento. Pero desde el punto de vista
de Dios, por encima de la protección, Dios vio su obediencia en vez de su
pecado.
«No ha notado iniquidad en Jacob, ni ha visto perversidad en Israel»...
(Números 23:21.)
Dios le dijo a Balaam que había mirado a Israel desde el punto de vista humano,
pero que ahora quería que lo viera a través de sus ojos. En el capítulo 24 de
Números, Balaam dijo que había visto algo totalmente diferente, ahora que sus
ojos habían sido abiertos para ver lo que veía Dios: «Dijo Balaam hijo de Beor,
y dijo el varón de los ojos abiertos: dijo el que oyó los dichos de Dios, en
que vio la visión del Omnipotente; caído, mas abiertos los ojos: ¡Cuán hermosas
son tus tiendas, ob. Jacob, tus habitaciones, oh Israel! Como arroyos
extendidas, como huertos junto al río, corno áloes plantados por Jehová, como
cedros junto a las aguas».
Dios no está creando un gran sistema de irrigación para que pueda abrir las
esclusas y regarlo todo a la vez, pero está cuidando y regando los individuos
uno a uno. Quiere que crezcamos y seamos sanos en El.
Cuando el Señor me habló de esto, yo le dije:
«Dios, ¿qué me dices de Israel si los has tenido protegidos durante este
tiempo, ¿por qué los castigaste una y otra vez entre aquellos sacrificios?»
Dios me explicó que la rebelión y la idolatría son las dos cosas que quitan al hombre la protección. No
es que Dios quite la protección, es que el mismo hombre la quita. Mira a la
vida de Israel y verás que siempre que Dios los castigó y los hirió fue a causa de la rebelión o la idolatría.
Cuando el pueblo pone su fe en otras cosas distintas de lo que Jesús ha hecho, escogen voluntariamente apartarse de la cubierta protectora.
Cuando toman esta decisión están expuestos a los ojos de Dios, el cual ve sus
pecados, faltas y fracasos.
Nuestros pecados fueron todos lavados por la sangre del. Cordero, y la única manera en que Dios nos mira es a través de la
sangre de Jesús que nos purifica. Entonces El ve:
Santidad en vez de pecado.
Inocencia en vez de faifa.
Inttachabilidad (perfección) en vez de fracaso. Entramos BAJO la protección
cuando nos arrepentimos de nuestros pecados.
Estamos DEBAJO de la cubierta, cuando procuramos agradar a Dios y le
obedecemos, incluso en los pensamientos e intentos del corazón.
141 Salimos de DEBAJO esta protección por la
rebelión o la idolatría.
«¡Y0 Y MI CASA SERVIREMOS A JEHOVA!» (Josué 24:15.)
... Ocurrió en pleno día,
el sábado antes de Navidad...
La puerta de mi oficina, en la iglesia,
se abrió, y una vez más el ángel más elevado
'de Dios llegó con un mensaje especial de Dios... Recuerda, si te
sientes frío y aterido por dentro y es una carga para cuando piensas,
«He aquí otro fin de semana y tengo que quiero defraudar a Dios,
,,a la iglesia. Noiquiero defraudar a Dios,
!pero es un deber, un trabajo pesado; no hay emoción o entusiasmo asmo en mi
!vida espiritual»,
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