ANGELES EN MISIONES ESPECIALES –Roland Buck-15
Me fui a la
cama el lunes pensando: ¡la he hecho buena! Me adelanté a Dios diciéndoles que
arreglaran un plan para mí. Dios quería realmente que fuera a ayudar a esta
tribu, y yo me pierdo la oportunidad. No puedo salirme ahora, porque las
reuniones ya han sido anunciadas.
Hacía mucho calor y era húmedo en aquel lugar, y no podía dormir, y en mi mente
todo estaba revuelto de tal forma, que tampoco habría podido dormir, de todas
maneras. Fui revolviéndome hasta que la sábana era todo
un nudo mientras iba dando vueltas al probleha hasta las dos de la madrugada,
y al fin me dormí.
Hacia las cuatro de la mañana apareció una luz en mi
habitación y abrí los ojos. La casa de invitados estaba amueblada de
modo sencillo. Había sólo dos camastros en una habitación. Yo estaba durmiendo
en uno, y cuando miré al otro, que estaba vacío, vi que Gabriel estaba sentado allí con Crioni,
el
ángel que viaja con él. Yo estaba
soñoliento y dije:
__ «¿Cómo me encontraste aquí?» __
Normalmente no
les habría hablado de aquella manera, pero estaba adormilado todavía y me olvidé que cuando Dios manda a alguien a una misión,
le representa a El, y no se hacen preguntas.
Gabriel me contestó:
__ «No tuvimos ninguna dificultad en encontrarte, porque fuimos nosotros quienes hicimos los arreglos para que estuvieras aquí. Teníamos motivo para ello. Queremos que te relaciones bien con esta gente para que puedan conseguir una buena comprensión del mensaje y llevarlo a su área».__
Esto me hizo sentir mejor, y entonces dijo:
__ «La razón
por la que hemos venido es que Dios ha visto la
preocupación en tu corazón de que quizá estás perdiendo el tiempo aquí en estas
iglesias y queremos decirte que no te preocupes de este programa, porque ha
sido ya ordenado y dispuesto que toda persona que encuentres esté divinamente seleccionada.
Han sido seleccionadas personalmente por Dios para oír lo que tienes que decir».__
Fue interesante para mí darme cuenta de que cualquiera que fuera el lugar en que me encontrara y cualquiera que
estuviera allí, iba a estar bajo la dirección divina, de modo que no tenía que
preocuparme más. Me pregunté a quién iba a traer Dios, de modo que
empecé a pensar con antelación. Estaba tentado de hacer
varias cosas por mi cuenta para que todo saliera bien, pero no lo hice.
Decidí que en vez de estar en alguna parte haciendo algo haría mejor esperando
y velando lo que Dios estaba haciendo.
Mientras estaba en Manila hablé en la Escuela de Teología de
Lejano Oriente, y comprendí que esto era también una orden de Dios. Los jóvenes que
asistían a esta Escuela Bíblica eran del Asia del Sudeste, y el impacto de esta
escuela cubre toda. esta parte del mundo.
Dios arregló las cosas de modo que sus mensajes empezaran desde las raíces en '
las islas Filipinas por medio de los obreros de Wycliff, y ahora había. hecho
arreglos para que fueran hacia los diferentes lugares de Asia. Había estudiantes de Birmania, que ahora estaba cerrada
para los misioneros occidentales.
Fui a Iloilo, donde los que me patrocinaban me hospedaron en el mejor
hotel disponible. Había varias millas de allí a la sección comercial de la
ciudad o mercado como lo llaman, y me pregunté qué, iba a ocurrir allí. Pensé:
«Bueno, si lo que me dijeron los ángeles es verdad (¿y quién duda de lo que
dicen los ángeles?), traerán a la gente aquí. No sé a quién traerán, pero por
lo menos sé que saben dónde estoy.»
No me quedé mucho tiempo en mi habitación, pues bajé al vestíbulo
y me senté allí mirándolo todo y a todo el mundo, porque quería estar en el
sitio oportuno en el momento oportuno. La primera
noche no ocurrió nada.
A la mañana siguiente bajé para desayunar y el
her-
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Había dos hombres de negocios a la mesa, y me dijeron:
__ «Le vimos anoche, y nos preguntamos qué puede estar
haciendo aquí. No nos da la impresión de ser un turista, de modo
que, ¿por qué no se sienta con nosotros y nos dice lo que hace aquí?»__
Me senté y empecé la conversación diciendo:
—Caballeros,
no conozco a ustedes de nada, de modo que no tengo ideas de si van a aceptar esto, pero
un ángel me dijo que todo aquel con quien hable ha sido seleccionado
especialmente por Dios para oír lo que tengo que decir, de modo que creo
que ustedes dos han sido seleccionados por Dios.__
Me miraron dando la impresión de que no podían creer lo que yo estaba diciendo,
así que continué:
—El hecho de que ustedes hayan sido
seleccionados es porque sus antecedentes o su profesión,
cualquieraque sea, ha sido dirigida por Dios, y Dios les está llamando a cuentas en este momento. El
no hace las cosas al tun-tun, y si les ha seleccionado
es por algo especial. No sé lo que es, pero sé que los ha seleccionado.
Es su plan y propósito. El quiere lo que ustedes
tienen, porque todo ello se lo ha dado Dios, tanto si lo saben como si
no.__
Los dos hombres se miraron el uno al otro, y uno de ellos dijo:
—Parece extraño, pero creemos lo que dice, y si
hemos sido seleccionados, ¿qué paso tenemos que dar ahora?__
Yo sabía cuál era el paso siguiente, pero pensé que tendría que discutir con
ellos un poco más, pero aquí estaban, listos
para la marcha. Les dije:
—Dios quiere que ustedes digan: «Muy bien, Dios,
aquí estoy. Estoy contento de que pienses en mí de tal forma que quieras tener
que ver con mi vida. Estoy dispuesto a hacer lo que quieres que haga,
y aquí está mi vida. Te acepto».__
Aquellos dos hombres, sin ninguna duda en su mente, creyeron
que lo que yo les estaba diciendo venía directamente de Dios, y sin la menor
vacilación, levantando la mano, dijeron:
«Dios, queremos ponernos en tus manos. Si, tenemos algo que Tú nos has dado y
que quieras usar, te lo ofrecemos. Queremos que nos uses».__
Hablé con ellos durante unos minutos, y luego hablamos a Dios. Le
adoramos y alabamos por lo sobrenatural de sus obras. Luego dijeron: «Estamos aquí para un negocio especial, y toda nuestra
experiencia es en el área de la política y del control gubernamental, y
damos el resto de nuestras vidas a Dios para ayudar a la gente».
Les mencioné que el ángel me había dicho
que mi ministerio sería en el área de la liberación. Les dije:
—Dios está sonriendo a las islas Filipinas, y está trayendo liberación para los
espíritus, almas y cuerpos. Está levantando pastores que van a liberar el
espíritu del pueblo. —Luego añadí—: Están
empobrecidos; están oprimidos; esta gente ha estado bajo opresores durante
centenares de años. Primero fueron los chinos, luego los españoles, los
americanos, los japoneses, luego los americanos otra vez; ahora el gobierno
filipino. Han estado bajo la planta del opresor y Dios quiere hacerles libres.
Los dos hombres dijeron:
__ «Nosotros estamos en la posición para conseguirlo. Vamos a poner en marcha algunas ruedas que van a hacerles libres».__
No pude por menos que decir: ¡Aleluya! No había hecho planes de decirlo, pero
sí sabía que Dios estaba preocupado por las necesidades y bienestar de esta
gente, y que los miraba sonriendo.
El lunes por la mañana, encontré a un hombre en
el vestíbulo del hotel. Estuvo un rato
mirándome, de modo que pensé ver y averiguar si había sido seleccionado por
Dios. Parecía norteamericano, por lo que me dirigí a él y le dije:
—Me parece que usted es norteamericano.__
Me contestó que era alemán. Le dije que gran número de norteamericanos eran de origen alemán. Entonces me preguntó:¡Aleluya! Dios me había dado la misma oportunidad que había tenido con los dos hombres de negocios. Empecé de la misma manera:
—No sé si creerá esto o no, pero un ángel me ha visitado y me ha dicho que todos aquellos con quienes hable en las Filipinas han sido seleccionados por Dios para una misión especial. No sé qué le va a parecer esto, pero creo que usted ha sido seleccionado para oír lo que tengo que decir.
Luego continué diciéndole lo mismo, que Dios podía usar su experiencia y antecedentes. Este hombre me abrió el corazón y dijo:
—Nunca habría creído que Dios se preocupara tanto de lo que hago, pero me gustaría tener más propósito en la vida.__
Le dije que Dios podía usar sus talentos, su entrenamiento, su habilidad y que quería que le entregara a El su vida. ¡Sin hacer una sola pregunta aceptó allí mismo al Señor! Entonces noté que estaba sollozando y hablando quedamente a Dios. Sus ojos estaban abiertos y estaba mirando hacia arriba con las dos manos en el aire, y decía:
—¡Dios, he estado sólo un día en las islas Filipinas y ya tengo un nuevo amo!
Le pregunté qué le había traído a las Filipinas. Había sido enviado a las islas, por el Comité Mundial de las Naciones Unidas para desarrollar los recursos de alimentos para la población empobrecida y desnutrida.
Le dije que las personas seleccionadas por Dios estaban implicadas en la liberación de esta pobre gente. Además, le dije: «Usted en su posición, ahora va
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a ayudarles a liberarse de la esclavitud del hambre». El me contestó:
—Es en esto que he sido entrenado y preparado, de modo que me entrego a Dios para hacerlo.
Desde lloilo fui a la isla de Negros por barco. Mi hotel se hallaba en el centro de la ciudad, y no dije a nadie, ni al pastor, lo que estaba haciendo durante el día. Estaba mirando a la gente, y mi corazón se iba tras ellos, pero no podía comunicarme con ellos, porque, aunque algunos hablan un poco de inglés chapurrado, dirigí la palabra a algunos pero no encontré ni unoque hablara realmente inglés. Finalmente encontré a un joven que podía hablarlo bastante bien. Tenía veintiún años, y estuvo conmigo todo el tiempo que yo estuve allí. Si salía del hotel a las 5.30 de la mañana él ya estaba al pie de las escaleras aguardándome. Dios lo puso allí como intérprete para permitirme comunicar con la gente, porque aquellos a quienes quería dirigirme no me entendían en absoluto.
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