ANGELES EN MISIONES ESPECIALES –Roland Buck-12
En Mateo
25:35-40 Jesús enseña que cuando alimentamos a los hambrientos, damos agua a
los sedientos y hacemos UN servicio a los otros, se lo hacemos a El, también. Esto incluye una visita a un asilo para animar a una
persona deprimida, o cuidar de un niñito cuya madre está enferma. Cuando
estamos cansados, pero decimos: «Quiero ayudarte a llevar esta carga», sin
buscar galardón, lo hacemos como si se lo hí-
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ciéramos a Jesús. Estos hechos están registrados en
el Libro.
Haremos lo que hizo Jesús cuando nos mostramos
amables a otros, haciéndoles sentir valía, cuando están deprimidos, se sienten
inválidos y su autoestima ha sido magullada.
Dios se preocupa de las personas y la única manera en que la gente conocerá que
se preocupa es por medio de ti y de mí. Por esto es tan importante para
nosotros saber cómo es El. Dios dijo que no nos gloriáramos en las riquezas, o
la sabiduría, o el poder o las cosas de este mundo, sino en esto: que conocemos
a Dios, y que es un Dios de justicia y de amor.
La gente se confunde con facilidad. Creen que lo único que hacemos de valor
para Dios es lo que hacemos en el terreno espiritual. Cuando ministramos puede
ser difícil establecer relación con el espíritu de la persona, pero no es
difícil hacerlo con sus necesidades físicas, sus cuerpos y sus emociones. jesús
ministraba siempre a las necesidades espirituales y físicas.
Por ejemplo: Un día vino a mi despacho un hombre que se había envuelto en
actividades homosexuales, un modo de vida que
aborrezco. Tuve una verdadera batalla
conmigo mismo. El no quería orar y no quería incluso admitir que
necesitaba ser liberado de la homosexualidad, pero
estaba hambriento. No había comido desde hacía muchas horas. Me dije:
«¿Qué haría jesús en este caso?» Sé que Jesús habría hecho diferencia entre el
hombre y el pecado. Yo hice lo mismo, y al quitar la cáscara de su maldad,
hallé la marca de Dios. ¡Este hombre tenía hambre!
Jesús dijo: «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer.» Tengo que confesar que me costó bastante, porque pensaba
que había gente que necesitaba el alimento más que él, así que le dije:
—Sé lo que es su vida. No puede esconderlo, pero
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tiene hambre y esto me afecta. —Luego le
procuré comida.
No lo hice para que fuera registrado en el libro, pero estoy seguro de que la
bondad de Dios lo ha hecho registrar. No lo hacía sino porque sentía que el
Espíritu obraba en el corazón. El nos da amor a los otros y éste es el motivo.
Porque «el fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre, dominio propio» (Gálatas 5:22). Estos son los rasgos
de Dios que sirven para ponerse en contacto con las personas.
¡Ojalá que hubiera sabido desde antes lo que siente Dios por las personas y
cuánto las ama! Cuando Jesús andaba por la tierra, buscaba a las personas en
necesidad, y aún las busca. Tiene multitud de emisarios que andan alrededor y
les dice: «Quiero que vayas allí, donde hay necesidad.» Cuando hemos preparado
una comida por un enfermo, hemos alegrado el día de alguien; esto es lo que se
escribe en el libro.
El cuidar de aquellos que no pertenecen a la familia de Dios es importante
también. Mostramos este interés cuando cuidamos a los huérfanos y a las viudas
que no saben dónde acogerse, porque no hallan la dirección. Dios me dijo por
medio del ángel:
—Esta es la religión pura, y es sin mancha. Esto es lo que permanece y está
registrado en los archivos del cielo.
Recuerdo algunos de los antiguos sermones con los que a base del infierno,
fuego y azufre se ponía el pelo de punta a la gente y se les empujaba a
empellones hacia el cielo. Oí a uno que dijo: «Dios recuerda todos los pecados
que has cometido y los tiene a punto para echártelos en cara.» Y añadió:
«Tendrás que hacer frente al pecado porque está todo escrito en el libro y no
habrá misericordia. En el día del juicio Dios proyectará en una gran pantalla
todos los pecados de este mundo, incluidos los de tu familia y amigos.»
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Y luego siguió: «Los males que has hecho antes de ser salvado están perdonados,
pero todos los que has cometido después de ser salvo están guardados para ser
usados contra ti.» La gente se retorcía de miedo cuando,oía mensajes así, y al
parecer conmovían a algunos a ir a Dios, ¡pero alabado sea Dios, que esto no es
verdad!
El ángel me dio el mensaje de que esto está en conflicto con el carácter de
Dios y es contraído al mismo. Cuando confiesas
tu pecado, él lo destruye, lo borra, y dice que no habrá más recuerdo de él. Si
tú has sido engañado y crees que el glorioso día del juicio será un día de
condenación por lo mucho que se acumulará contra ti, ¡tengo buenas noticias!
Será de modo muy distinto. Será un día HERMOSO en que, en vez de oír
condenación, Dios dirá: «GRACIAS.»
Cristo es nuestro fundamento. Nada puede moverlo. Tu fe y tu confianza en Jesús
han sido puestas sobre este fundamento que no puede ser destruido. Dios dice
que todo lo que hemos hecho en el carácter de Jesús será permanente.
Lucas dice (Lucas 3:17) que Dios separará la paja del trigo en aquel día. Está
buscando el grano que permanece. El ángel mismo hizo la afirmación de que «Dios
no está interesado en la paja». No le sirve para nada; la está quitando de tu
vida, de modo que sólo lo que es perfecto, lo que es como Jesús, permanecerá.
Todo lo que El quiere es el grano, y quitará la paja y hallará la vida que está
dentro y que durará para siempre. ¡Aleluya!
En 1.a Corintios 3:12 el apóstol Pablo hace referencia al fundamento que ha de
permanecer para siempre. «Y si alguno edificare sobre este fundamento oro,
plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca; la obra de cada uno será
manifestada; porque el día la decidirá; porque por el fuego será manifestada; y
la obra de cada uno, cual sea, el fuego hará la prueba.»
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Se refiere al hecho de quitar y quemar la paja, revelando lo que permanece.
Las cosas de esta vida van a parar y desaparecer en aquel gran día del juicio,
pero para el creyente será el momento del galardón, porque Dios alabará a su
pueblo. No habrá nadie presente en el juicio de los creyentes que oiga una
palabra dura de condenación, porque Jesús ya ha pagado nuestra pena por medio
de la muerte.
Cuando la luz de los cielos empiece a resplandecer delante de nosotros, y las
cosas de esta tierra empiecen a desvanecerse, aparecerá un cuerpo de creyentes,
en todos los niveles diferentes de crecimiento espiritual y de vida espiritual.
Todas las cosas que son transitorias desaparecerán, y las que hayan complacido
a Dios permanecerán firmes sobre este fundamento a los ojos de Dios.
Este día es especial para Dios. Es el día que ha esperado durante tanto tiempo.
Es el día de que habla Pablo cuando dice que sabe que puede confiar en Dios
para que guarde las cosas que le ha entregado. Continúa en 1 a Corintios 4:5
diciendo: «Así que no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor,
el cual también aclarará lo oculto de las tinieblas, y manifestará los intentos
de los corazones; y entonces, cada uno tendrá de Dios la ALABANZA.» En este
punto Dios dará a cada uno la alabanza que le corresponda.
Cada uno va a oír estas palabras: «Gracias, gracias, hiciste una buena labor.»
Algunos la hacen más que otros, pero TODOS recibirán alabanza del
Señor.«Entonces cada uno tendrá de Dios la alabanza.»
El apóstol Pablo dijo que el día iba a declararlo. Todas las cosas hermosas que
Dios ha escrito sobre ti serán conocidas en aquel glorioso día. Dios no hace
cosas que no son importantes de modo que piensa lo
que significará para El cuando te mire y diga: «¡Gra-
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cias! ¡Gracias por todas las cosas que has hecho por mí!» Cada cristiano oirá
estas palabras: «Gracias, hiciste una buena labor.»
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