sábado, 10 de diciembre de 2022

ANGELES EN MISIONES ESPECIALES –Roland Buck (6)

 ANGELES EN MISIONES ESPECIALES –Roland Buck (6)

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«No hay ningún otro libro. EN EL REGISTRO DEL CIELO NO SE HALLAN LOS FRACASOS.» (Ver Hebreos 10:17,18.)
Este es un motivo de esperanza para la humanidad.
Los archivos de la eternidad no son como los que harían los hombres; son más completos, y todo se halla registrado meticulosamente en ellos. Estos son los registros que El pondrá a la vista cuando se abran los libros para el día del juicio de los creyentes. Este es el sistema de archivo de los cielos, totalmente diferente en sus dimensiones de los de este mundo: es un archivo sin fin.
Otra de las cosas emocionantes que hizo Dios fue llevarme en espíritu a visitar los hogares de varias familias de mi iglesia. Sin que pareciera mediar ningún transcurso de tiempo, Dios me llevó de un hogar a otro, como si fuéramos de puerta a puerta. Pude escuchar las conversaciones de la gente en sus casas, y me pareció extraño estar en una habitación con gente que hablaban sin saber que yo estaba allí. Podía verlos, pero parecía como si ellos me miraran al través sin verme. Luego me acordé del hecho que Cristo está en las casas, escuchando, mirando todo lo que ocurre, aun cuando nosotros no nos demos la menor cuenta de que El se halla allí.
Había numerosos ángeles por todas partes. Durante un momento vi mi propia iglesia llena de ángeles. Había más ángeles que personas. ¡Aleluya!
No hay manera de contar todas las cosas que se imprimieron en mi mente durante este tiempo de gozo perfecto. ¡Es por completo imposible! Sin embargo, quiero compartir alguna de las cosas que me hicieron más impresión.
Uno de los descubrimientos que me pareció más hermoso en el cielo fue la ausencia total de la unción y piedad que la gente quiere aplicar en sus vidas cuando piensan en Dios. ¡No había ninguna allí! Todos estaban alegres, felices, contentos, verdaderamente radian-
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tes. No me pareció que tenía que andar de puntillas de tanto cuidado para no pisar nada o nadie. No tenía que pensar las cosas dos veces por miedo de ofender a nadie, sino que tenía un sentimiento de franqueza total. Era hermoso, pero era una experiencia sorprendente que nunca olvidaré.
Dios me insistió en que debía dejar de preocuparme de las responsabilidades que le correspondían a El.  Me mostró incluso que hay gente que tratan de servirle tratando de conseguir que sus gentes estén sintonizadas con la de El, tratando de pensar lo que es exactamente correcto, o decir la palabra precisa en toda ocasión. Dios insistió: «Esto es cosa mía. Tú me adoras, andas conmigo, pones tu mano en la mía, pones tu corazón a tono con el mío, y yo te daré el privilegio de moverte conmigo.»
«Deja que yo me preocupe de mis cosas. Lo que yo he prometido es cosa mía y me preocupo de ello. No he fallado hasta el presente. Ninguna de mis palabras ha fallado.»
Conocí cosas que eran realmente asombrosas. Una de ellas es el hecho de que Dios me hizo saber que el dinero no va a tener mucha importancia excepto cuando se usa para su obra. A aquellos que dedican sus recursos a su obra, El les abrirá amplio cauce para su bendición y no pondrá límite a la misma. Incluso me dejó saber cuáles eran en mi propia iglesia aquellos a los que iba a bendecir económicamente. Estas eran personas que no tenían muchos recursos financieros en aquel tiempo, pero por el hecho de creer que lo más importante en el mundo era usar su talento para crear ingresos para las cosas de Dios, me dijo que los bendeciría en abundancia.
A partir de entonces he dado alguna mirada a los informes de ofrendas. Esto es algo que no suelo hacer, pero quería ver por mí mismo si Dios ya los estaba bendiciendo. Todos AQUELLOS A LOS CUALES SE
72          REFIRIÓ  EL SEÑOR habían pasado a dar ofrendas inmensamente mayores a las que daban antes.
Otra de las cosas en extremo interesantes que Dios me dijo cuando yo estaba con El fue acerca del espacio estelar más distante. Hablé con mi esposa acerca de esto y ella se quedó tan asombrada como yo.
Ha habido mucha especulación acerca de los espacios vacíos en el firmamento. Dios me explicó que la razón de que aparecieran oscuros y vacíos era que la atracción de la gravitación de las estrellas que había en ellos era tan grande que desviaba los rayos de luz otra vez dentro, de modo que las estrellas no dan sus rayos de luz. Los huecos negros no significan que no haya estrellas allí, sino simplemente que su luz es invisible. Los huecos negros son cementerios de estrellas. Dios dijo que cuando nuestros pensamientos se desvían hacia dentro son como las estrellas que han entrado en la oscuridad.
Un ingeniero espacial nos visitó una noche (julio, 1978) y discutimos con él. Cuando le dije lo que Dios me había dicho sobre estas estrellas se quedó atónito. Me contestó:
No lo creo. Es sorprendente que usted tenga todos estos conocimientos sobre estos puntos, cuando la mayoría de ministros ni tienen idea de que haya estrellas que hayan ido a parar a estos huecos negros.
Me dijo que todavía no era conocido del público este hecho. Mi esposa Charro se sonrió cuando lo dijo, porque yo ya le había hablado de ello dos meses antes.
Este ingeniero, más tarde, me escribió una carta diciendo:
«Me asombró en gran manera lo que usted me dijo de los espacios estelares más distantes. Me sorprendió cuando me explicó que el Señor hubiera comparado a algunas personas que antes habían sido cristianos y que habían vivido y testificado por el Señor, con algunas estrellas en los cielos que antes brillaban. No sólo han

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cesado de brillar estas estrellas, sino que incluso ni reflejan la luz que va en su dirección.
Para mí, éstos son los «huecos negros» del espacio estelar distante. Los ministros no conocen estas cosas. Sin duda esta información tenía que haberle sido dada por Dios.
El Señor me recordó también que la tierra es un lugar maravilloso, porque está llena de su gloria. Me dejó ver un número creciente de personas que se vuelven a El. No personas apartándose, no que la iglesia sucumba, no que tenía que funcionar de modo clandestino, sino una iglesia triunfante.
Me hallaba totalmente familiar y tranquilo con Dios. No tienes que hacer ningún esfuerzo para causarle buena impresión, porque te conoce por dentro y por fuera. Esta es la manera que tendrá que ser en el cielo.
Me dio la impresión que había estado con el Señor durante meses, incluso más tiempo. Todas las cosas que vi podrían llenar un gran libro de centenares de páginas, porque hay algo respecto a la dimensión de la eternidad que no se puede identificar con el tiempo. Estuve ausente de mi oficina menos de 5 minutos o sea menos tiempo del necesario para leer el papel que me había dado. La eternidad no se mide con relojes, porque no hay tiempo en ella para medir. El tiempo es sólo para esta tierra. La eternidad no será un modo de existir prolongado, arrastrado, aburrido. ¡No hay tiempo en absoluto! ¡Es sólo una gloriosa experiencia de ser!
Cuando empecé a compartir estas experiencias sobrenaturales con mi iglesia, dudaba un poco, porque temía que algunos pensarían que estaba mal de la cabeza. Al principio yo mismo pensaba si no estaría sufriendo alucinaciones. Cuando empecé a pensar de esta manera, Dios dio lugar a que ocurrieran las cosas tal como El las había escrito en el papel.
Cuando llegue el momento en que tengas que dejar esta tierra, no te preocupes, porque el cielo no es un lugar aburrido. Si las cosas no van bien aquí, no te preocupes tampoco. Dios quiere que saquemos el máximo partido de nuestras vidas mientras estamos aquí cn la tierra, que vivamos para El, que seamos felices. Dios no se preocupa tampoco mucho de un montón de cosas ante las cuales los hombres han puesto luces rojas, indicando peligro. Lo que pide es que andemos con El y que le amemos. Quiere que veamos lo que El hace, ¡porque la gracia de Dios y su gloria llenan toda la tierra!
Dios me permitió incluso ver a seres queridos que habían partido. Luego me dejó ver a creyentes que estaban partiendo de esta vida. Vi sus familias en el cielo y que los ángeles les advertían que un deudo suyo iba a regresar al hogar y que se prepararan para darle la bienvenida. Pablo se refirió a estas personas como teniendo cuerpos «celestiales». Esto amplificó y clarificó para mi otra dimensión eterna. Eran identificables y parecían exactamente de la forma en que se ven aquí, menos los cuidados, los duelos y otros problemas. Estaban experimentando constantemente un gran gozo, emoción y felicidad, porque el cielo es un lugar en que se 'está descubriendo constantemente la hermosura de Dios.
Dios me dejó ver algo más que no había entendido nunca. Hay un área entre nuestra estancia permanente en el cielo y esta tierra, de la cual podemos ser traídos otra vez. Las personas que han muerto y han sido restauradas a la vida por la prerrogativa de Dios, estaban en esta área. No habían llegado todavía a su lugar de morada permanente. Esto no significa que estas personas puedan todavía escoger, sino que Dios puede hacerlos volver si así lo desea. Sé que esta área existe porque la vi. ¡Yo estuve en ella!
Una de las cosas que vi era tan opuesta a mis ideas teológicas que fue difícil para mí el reajustar mi entendimiento a los hechos reales. Había predicado que cuan

 ANGELES EN MISIONES ESPECIALES

PASTOR ROLAND BUCK

do se deja de respirar, si no se está salvado, y no se conoce a Dios, se ha perdido la oportunidad de llegar al cielo. Pero Dios dijo que no tiene por qué ser así. Dijo que hay un lugar en que el espíritu de la humanidad puede demorarse por un tiempo antes de llegar a su morada permanente. Muchos que han sido considerados muertos clínicamente saben que han tenido esta experiencia. Algunos de ellos se han acercado a las puertas del infierno, incluso han dado una mirada, o han podido dar una mirada al cielo, y con todo han regresado. No quiso decírmelo de una manera formal, como está en un libro de texto, algo que se enseña, pero con todo es un hecho. Le hice notar a Dios que esto estaba en desacuerdo total con mis nociones teológicas, y El simplemente me dijo que no estaba tratando de hacer comparaciones con mi teología.
Vi una especie de pasillo que era algo como un corredor o un túnel entre la vida y la muerte, y una sala de espera, desde la cual los individuos entran en su morada final. Dios me dijo que una persona que ha muerto y regresa al mundo lo hace desde este corredor.
Yo estaba completamente tranquilo todo el tiempo que estuve en el Salón del Trono, pero todo terminó demasiado pronto. De repente me encontré de vuelta en mi oficina y me vi con la cabeza sobre el escritorio donde había estado orando. Hasta aquel momento yo creía que estaba en el Salón del Trono en micuerpo, ¡pero no era así!
El cielo no es un lugar triste. El Señor no quiere que lo sea e incluso tiene sentido del humor. Pude ver la parte posterior de mi cabeza y le dije: «¡Señor, no sabía que tenía tantas canas en el cogote!»
Me quedé atónito al hallarme otra vez en mi silla, porque TODAVIA TENIA EL PAPEL QUE DIOS ME HABIA DADO. No sabía qué, hacer con él, pero estaba allí, en mi mano. Sabía que no quería que lo leyera entonces y esto me dejó descorazonado. Lo puse cuida-
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dosamente encima de otros papeles en mi mesa despacho de modo que no le ocurriera nada y me fui a casa. Mi esposa me preguntó por qué estaba tan pálido y quieto. Le conté exactamente lo que me había ocurrido y hablamos de mi visita al Salón del Trono durante largo rato. Finalmente nos fuimos a la cama, y al levantarme el domingo por la mañana e ir a mi oficina para dar otra mirada al papel descubrí que SE HABIA VUELTO CENIZA.
Las cenizas parecían como una piel. Eran ligeras, finas de aspecto, e incluso el aliento las hacía mover como un encaje. Me daban la impresión de copos de nieve, excepto por el color que era muy diferente.
No sabía qué hacer con ellas. No podía decidirme a tirarlas, ni ponerlas en otro sitio, así que las dejé allí. Muchos vinieron a la oficina para verlas. Finalmente las recogí en un sobre, y esto las hizo condensar de modo que ya no tenían la misma consistencia. Todavía tengo el sobre como recuerdo de una serie de sucesos que me asombraron. Yo personalmente no intervine en nada para poner en marcha o en orden estos sucesos. Dios me dejó ver lo que El hacía, aumentando con ello mi fe en gran manera. Si no hubiera intervenido Dios en estos sucesos no sabría cómo explicar aquel papel y aquellas cenizas. Mucha gente han oido sobre este suceso y han venido de largas distancias para ver las cenizas que eran muy extrañas. Varios pastores han visto cómo se evaporaban cuando estaban en sus manos y las sostenían. En dos semanas y media ya no quedaba de ellas ni rastro.
Algunos me han preguntado cuál era el aspecto del papel. Tenía un grosor como un pedazo de piel, pero era blanco, ligeramente opaco. Aparecía como que hubiera sido rasgado por los cuatro costados en vez de cortado, y tenía cierta semejanza al pergamino.
Alguien me preguntó si me dio la impresión de sentirme vacío al regresar a las cosas temporales, pero no
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fue así, porque todo era parte de su plan sistemático para su reino eternal. Creo que Dios está tan cerca aquí como lo estaba allí.
Una de las cosas más tremendas que me ocurrió mientras estaba allí, fue cuando Dios mencionó que el propósito más elevado de la Biblia es revelar su carácter. Me citó Jeremías 9:23-24: «Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra: porque esas cosas quiero, dice Jehová».
Luego me refirió Exodo 34:6,7, donde dijo a Moisés que no podía verle, pero que le diría cómo era: «Jehová, Jehová, fuerte, misericordioso, y piadoso; tardo para la ira y grande en benignidad y verdad, que guarda la misericordia en millares, que perdona la iniquidad, y la rebelión y el pecado...» y luego, siguió diciendo: «Después, para los que rechazan, hay el otro lado».
Dios me dio una iluminación especial de más de 2.000 versículos de la Biblia. Al instante conocí estos versículos y sus referencias escriturales de memoria. No tengo manera de explicar cómo ocurrió esto. No tengo que hacer esfuerzo para recordarlos... están disponibles en todo momento.
Puede parecer extraño, pero nunca se me ocurrió la idea de cuál era el aspecto de Dios. Sólo me daba cuenta de su gloria radiante. Como dijo Pablo, las maravillas y las glorias de aquel lugar no encuentran descripción adecuada en las lenguas de la tierra.
 SECUELA AL SALON DEL TRONO

¿Considerarías que...... De entre cien predicciones el acertar treinta es algo fenomenal?
¿Qué dirías de 120 entre 120?
... Dios nunca se equivoca
. Por esto es que confiamos del todo en El.

... Dios me dijo que el papa no tenía más influencia en El que el temor de los creyentes, y, que no tenía mayores privilegios que ellos, pero considerando que su influencia es tan grande entre los hombres, su elección era cosa de Dios. Por tanto, a fin de contribuir a la restauración de su cuerpo fragmentado, Dios había escogido a un hombre llamado Karol Wojtyla, de Polonia. Fecha de predicción: 21 de enero de 1977.
Fecha del cumplimiento: 16 de octubre de 1978. Papa: Juan Pablo II.

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SECUELA AL SALON DEL TRONO
Uno tras otro, los 120 sucesos de la lista especial que Dios me había dado cuando estaba en el Salón del Trono empezaron a cumplirse, en el orden exacto de la lista. Dios me había dicho que estos hitos a lo largo del camino confirmarían mi visita al Salón del Trono.
Mientras estaba allí, Dios me llevó en una visión a mi oficina en la tierra y me dejó ver a una señora que se hallaba envuelta en brujería. No me dijo su nombre pero en un segundo vi claramente a esta mujer y noté los detalles de su apariencia. En la visión, Dios me dijo que atara a sus espíritus, los echara y la dejara libre, ¡y esto fue lo que hice!
El martes siguiente por la noche, entró en mi despacho una señora vestida exactamente como la que Dios me había mostrado en la visión, y fue liberada completamente tal como había ocurrido en la visión. Este era el número uno de la lista.
Mientras estaba en el cielo, el Señor me dejó ver a mí mismo ministrando en un lugar en que había verdadera necesidad. No vi la congregación como tal, sino
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 que vi a la gente con varios tipos de servidumbre, espiritual y física, y el Señor quería darles nueva vida y victoria. El nombre del lugar era «Centro de Vida Cristiana», pero, definitivamente no era nuestra iglesia.
El lunes siguiente, recibí una llamada telefónica de un pastor de una iglesia en una ciudad pequeña del estado de Washington. Dios le puso en el corazón llamarme y que ministrara en su iglesia. No sabía por qué, pero SABIA que tenía que llamarme. Comprobamos el calendario y mi esposa le llamó otra vez con algunas fechas precisas. Cuando el pastor contestó al teléfono mi esposa quedó asombrada al oír las palabras: «Centro de Vida Cristiana». ¡Era allí, exactamente lo que Dios me había mostrado! Esto era el punto número dos.
Una de las razones por la que esto me entusiasma es porque cuando Dios dice algo, no tenemos que ir recordándoselo y decir prácticamente: «Tengo que tenerte la vista encima, Dios, para asegurarme de hacer las cosas que dices». Dios me ha recordado varias veces: «Preocúpate de tus asuntos, yo me cuido de los míos.» Me refrescó la memoria varias veces cuando me lo repitió. Si El no hace lo que dice, no puedo hacer nada, pero sé que lo cumplirá. Confío en El y nunca me ha fallado. Si no lo hace hoy, lo tiene dispuesto para mañana. No hay que preocuparse: ¡lo hará!
El punto número cuatro de la lista se refiere a un hombre que había de aceptar a Cristo el 4 de febrero de 1977 y había de morir el 30 de mayo en un accidente de aviación. Dios le salvó el mismo día que dijo que lo haría.
Había estado en nuestro servicio el viernes antes de morir, y me pidió si yo quería comer con él, diciendo: «Tengo varias cosas de las que me gustaría hablar con usted.» Me dijo, mientras comíamos: «Pastor, tengo un extraño presentimiento de que voy a morir. ¿Puede decirme todo lo que sepa sobre el cielo?»
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Me mordí los labios para no decirle lo que iba a ocurrirle, porque lo SABIA, pero no podía decírselo. Dios me lo había prohibido a causa del impacto que podía tener en otras vidas. Sin embargo, le dije todo lo que pude sobre el cielo.
Exactamente tal como Dios había dicho cuatro meses antes, partió para estar con el Señor el día 30 de mayo de 1977, al morir en un accidente de aviación.
Otro suceso emocionante, el número 34, se refiere a un joven que había vendido su alma a Satanás como sacerdote satánico. El Señor me había dado su nombre y me había dejado verle. En la fecha designada por Dios, vino a la iglesia y le reconocí, le saludé y le dije que viniera a mi oficina. Dios le salvó, borró todo el mal que había en él y le dio nueva esperanza y nueva victoria.
A continuación transcribo una carta que recibí de él recientemente:
«Cuando le relaté mi vida el 9 de abril de 1977 me pareció que no se mostraba sorprendido por nada de lo que le decía. ¡Era como si ya lo supiera! Descubrí más tarde que era así, pues mi nombre estaba en la lista que recibió en el Salón del Trono de Dios Todopoderoso. Usted me había estado esperando y no tuvo ninguna sorpresa cuando acepté a Jesús como mi Señor y Salvador.
»Mi vida ha sido una serie de altibajos. Fui criado en una casa pastoral y había estado arrodillado ante el altar más de una vez, pero nunca me había entregado del todo. Vagué de un sitio a otro, sin disciplina, sin ningún propósito en la vida, hasta que finalmente terminé en un centro espiritista. Me hice medium y ministro, teniendo sesiones y dando conferencias. Controlado por los demonios me había hundido en lo más profundo que puede hacerlo un hombre. Verdaderamente "mi casa había sido dejada desierta" (Mateo 23:38).
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»Cuando intentaba salir de este modo de vida, mi casa fue infestada por ratas que no había modo de exterminar. Perdí mi casa, mi dignidad y finalmente la familia. No tenía lugar a donde ir. Llamé a mis padres en Idaho, y encontré que todavía me querían. Dejé mi centro espiritista y vine a Idaho, como un hijo pródigo, y fui recibido en el hogar. En corto tiempo el Señor me devolvió la familia y mi esposa y yo hicimos un viaje a Hawaii. Encontramos aquí un matrimonio de Boise que nos invitó a asistir a su iglesia. ¡ALABADO SEA EL SEÑOR!
»Hay una bandera blanca en mi oficina que proclama:
"¡ME HE RENDIDO!" »Suyo afectísimo,
                                                             JIM OLSON.»
El número 65 fue otro caso que Dios me permitió ver realmente y tener testimonio antes de que sucediera. Se refería una familia que habían tenido problemas matrimoniales serios. Mientras estaba en el cielo los vi venir a mi despacho; noté la fecha que había en el papel cuando esto iba a ocurrir.
Cuando llegó esta fecha, este matrimonio no compareció. Me pregunté qué es lo que había ocurrido, y decidí quedarme un rato más en la oficina. Un poco después de la hora normal de cerrar, sonó el teléfono y una persona que no dio su nombre me dijo:
—¿Pastor Buck, tendría inconveniente en quedarse en su oficina un rato?

Le contesté que no tenía inconveniente.
No me dijo quién era.
Cuando llegaron a la puerta los saludé llamándoles por SU NOMBRE. Esto fue una sorpresa mayúscula. Luego les pregunté:
—¿En qué puedo servirles?
Me dijeron que tenían graves problemas matrimonia-
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les y habían decidido ir a algún sitio, para clarear la atmósfera. No sabían por qué pero habían decidido venir a Boise, Idaho.
—Vinimos aquí, alquilamos una habitación en un motel, y cuando entramos en la habitación, notamos el listín telefónico abierto sobre la mesita, precisamente en el punto en que usted tiene su anuncio: «Consejero profesional. Pídase hora con antelación.»
Al instante me di cuenta que uno de aquellos ángeles había estado allí antes y había abierto el listín en el lugar apropiado, y que también había hecho arreglos en el registro del motel para que les dieran aquella habitación.
Mientras conversábamos, la señora dijo:
«Hemos disfrutado viniendo hacia aquí en el coche, las cosas pareccen ahora estar en regla y todo va a ir bien. De modo que no queremos hacerle perder el tiempo. Vamos a irnos ahora mismo.
Yo le dije:
—No, es mejor que se queden aquí, porque las cosas no están como dice. —Les dije que Dios me había dejado ver este suceso unos meses antes. Le dije a la señora—: Usted tiene un revólver en su bolso y tiene intención de matar a su esposo tan pronto como lleguen al motel.
El se alarmó extraordinariamente y dijo:
—¿Cómo puedes pensar en hacer esto? —Ella estaba temblando como un azogado.
Yo le dije:
¡Abra la bolsa y déme el revólver!
Ella abrió la bolsa y me entregó el revólver, exactamente como había visto la escena. Entonces su alma clamó pidiendo ayuda a Dios. Sabía que no había otra manera de que yo pudiera saber todas aquellas cosas a menos que Dios me las hubiera dicho, y El me lo había hecho conocer unos seis meses antes de que ocurriera.
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Los dos cayeron de rodillas inclinando su rostro ante Dios. El limpió sus pecados y al instante el matrimonio quedó junto. He recibido una hermosa carta de ellos desde entonces. Van a una buena iglesia en California, contentos y felices en el Señor y sirviéndole.
Dios me había dicho que no ponía en la lista todo lo que ocurriría. Dijo: «Quiero recoger algunas cosas para que tengas confirmación cuando ocurran de que has estado conmigo». Había sin duda centenares de otros sucesos entre estos acontecimientos, pero El sólo me dejó ver algunos, como hitos en el camino. Algunos me han preguntado qué va a ocurrir cuando los 120 sucesos hayan tenido lugar. Quisiera decir que los acontecimientos futuros han sido planeados de antemano, lo mismo que, los que ya han ocurrido, lo habían sido, pero no sé nada de ellos. Sólo Dios lo tiene todo en sus planes.
Un caso interesante de la lista se refiere a un judío que es propietario de una gran cadena de restaurantes. A través de una hermosa serie de circunstancias conoció y aceptó a Jesús como su Salvador. La evidencia de su experiencia ha sido mostrada por su deseo de que todos los centenares de empleados de sus restaurantes, en todo el país, tenga la misma oportunidad. Dijo:
—Sin duda, Dios tiene tanto interés en mis empleados como en mí. —Cuando me dijo quién era, mi espíritu dio un salto porque su nombre era el número 112.
El número 113 de los 120 sucesos que Dios enumeró en el papel sacados del libro del cielo el 21 de enero de 1977 fue la elección de un nuevo papa. Dios me dijo que el papa no tiene más influencia ante El que el menor de los creyentes, ni tiene tampoco más privilegios, pero que debido a su influencia con los hombres, su elección era cosa de Dios. Por tanto, a fin de contribuir a restaurar su cuerpo fragmentado, Dios había escogido a un hombre llamado Karol Wojtyla, de
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Polonia. Su profecía fue cumplida el 16 de octubre de 1978, cuando empezó su papado como Papa Juan Pablo 11.

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