lunes, 8 de enero de 2024

"ÁTALA" DE CHATEAUBRIAND 469-470

"ÁTALA"

DE CHATEAUBRIAND

EN LA VERSIÓN CASTELLANA DE SIMÓN RODRÍGUEZ, PUBLICADA EN PARÍS, 1801.

Por lo que toca a mí apenas comprendía al ermitaño: aquella caridad

OBRAS COMPLETAS - TOMO II 469

me parecía tan superior al hombre, que yo creía estar soñando. A la luz del farolito que traía el religioso, divisaba su barba y sus cabellos empapados en agua. Sus pies, sus manos y cara estaban ensangrentados con las picaduras de las zarzas. "Anciano, prorrumpí en fin, ¿qué corazón es el tuyo que no has temido te matara un rayo? ¡Temer! respondió el padre con cierto acaloramiento, ¡temer! ¡cuando hay hombres en peligro y que yo les puedo ser útil! sería entonces un siervo indigno de Jesucristo. ¿Pero sabes tú, le dije, que no soy Cristiano! Joven, respondió el ermitaño ¿os he preguntado yo vuestra religión? ¿Jesucristo ha dicho, mi sangre lavará a éste y no a aquél?

El murió por el judío y por el gentil, y no vio en todos los hombres sino hermanos, y desgraciados. Esto que yo hago aquí por vosotros es poca cosa, y en otra parte hallaréis otros muchos auxilios; pero la gloria no debe recaer sobre los sacerdotes. ¡ Qué somos nosotros, miserables solitarios, sino groseros instrumentos de una obra celestial! Y no obstante ¡ cuál será el soldado tan cobarde que vuelva atrás, cuando su jefe, con la cruz en la mano y la frente coronada de espinas, es el primero que marcha para socorrer a los hombres!"

"Estas palabras me penetraron el corazón: lágrimas de admiración y ternura cayeron de mis ojos. "Mis caros Neófitos; dijo el misionero, yo conduzco en estas selvas un pequeño rebaño de vuestros hermanos salvajes. Mi gruta está en la montaña bastante cerca de aquí: venid a calentaros conmigo: allí no hallaréis las comodidades de la vida, pero tendréis un abrigo; y con todo es necesario siempre dar gracias a la Bondad divina, porque hay hombres a quienes esto falta".

LOS LABRADORES

"Hay justos cuya conciencia está tan quieta que no puede uno acercarse a ellos sin participar de la paz que se exhala, por decirlo así, de sus corazones y de sus pensamientos: porque, a medida que el solitario hablaba, yo sentía apaciguarse en mi corazón las pasiones, y la tempestad misma en el cielo parecía alejarse a su voz. Las nubes se dispersaron luego, y nos permitieron dejar nuestro retiro. Salimos de la selva y comenzamos a subir la vuelta de una alta sierra. El perro iba delante, llevando en la punta de un palo la linterna apagada.

Yo daba la mano a Átala, y seguíamos al misionero. El se volvía con frecuencia para mirarnos, contemplando compasivamente nuestras desgracias y nuestra juventud. Un libro pendía de su cuello, y llevaba un báculo blanco en la mano derecha. Su talle era erguido, su

470 SIMÓN RODRÍGUEZ

rostro pálido y seco, su fisonomía simple y sincera. El no tenía las facciones desanimadas y amortecidas del hombre que nació sin pasiones.

Se conocía que había pasado malos días; las arrugas de su frente mostraban las cicatrices de las pasiones sofocadas por las virtudes, y por el amor de Dios y de los hombres. Cuando de pie e inmóvil

nos hablaba, sus ojos modestamente inclinados, su nariz aguileña, su barba larga, tenían no sé qué de sublime en su mesura; y su cuerpo naturalmente encorvado hacia la tierra parecía aspirar el sepulcro.

El que ha visto como yo al padre Aubry, caminando solo, con su bastón y su breviario en el desierto, tiene una verdadera idea del viajero cristiano sobre la tierra".

"Después de media hora de una marcha peligrosa por las veredas de la montaña, arribamos a la gruta del misionero, y entramos por encima de las yedras y giramontes húmedos, que el aguacero había desprendido de las rocas. No había en este lugar más que una estera de hojas de papaya, una calabaza para sacar agua, algunos vasos de madera, una pala, una culebra casera, y, sobre una piedra que servía de mesa, un crucifijo y el libro de los cristianos".

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ENTRADA DESTACADA

LOS AMOTINADOS DEL BOUNTY; *1-9- *1855*

  ALECK,   Y LOS AMOTINADOS DEL BOUNTY ; O, INCIDENTES EMOCIONANTES DE LA VIDA EN EL OCÉANO.   SIENDO LA HISTORIA DE LA ISLA ...