miércoles, 21 de abril de 2021

SOLITARIA LUCHA CONTRA LOS HAMPONES SINDICALES

La empresa constructora de Ann Blackwell estaba al borde de la quibra, y su dueña en peligro de muerte, pero no se daba por vencida.

POR DONALD ROBINSON

SELECCIONES DEL READER'S DIGEST         Mayo    1986      

SOLITARIA LUCHA CONTRA LOS HAMPONES SINDICALES

ANN BLACKWELL, una de las pocas contratistas en Es­tados Unidos, no podrá ol­vidar jamás los cuatro años más aterradores de su vida, años de pe­sadilla durante los cuales vivió con un temor constante. En su bolsa llevaba una pistola a dondequiera que iba. Muchas noches se sintió tan asustada por las desconcertantes co­sas que le ocurrían, que se las pasaba caminando en su casa hasta el ama­necer. La mujer de 41 años, madre de dos hijos, se enfrentaba a una pandilla de hampones que controlaban la Sección Local 406 de Lake Charles, del Sindicato Internacional de Ingenieros de Operaciones, en el estado de Louisiana.

ANN NACIÓ en New London, Connecticut, y su familia se mudó a Texas cuando Ann tenía dos años. Su padre, Len Malinowsky, que tra­bajaba en un astillero, sólo tenía 500 dólares y una desvencijada ca­mioneta cuando estableció su propia compañía constructora, en 1964, que pronto creció hasta convertirse en un negocio muy próspero.

A los 18 años, Ann se había -casa­do con un joven oficial de la Ma­rina, con quien procreó dos hijos, Robert y Mari ( hoy de 26 y 23 años). La pareja se divorció en 1975.

Dos años después, Ann formó su propia compañía, la Maco Cons­truction Corporation, que al poco tiempo estaba en pleno florecimien­to construyendo caminos, parques e instalaciones industriales; y ella ha­bía adquirido fama de ser jefa com­petente y tenaz.

Los problemas de la señora Black­well con la Sección Local 406 em­pezaron en los primeros días de la primavera de 1981. Su padre había ganado un subcontrato de cinco mi­llones de dólares con la firma de Parsons-Gilbane, principal contra­tista de un proyecto de construcción del Departamento de Energía (DOE, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos en las vitales instalaciones de la Reserva Petrolera Estratégi­ca en West Hackberry, Louisiana. Cuando el superintendente general de la compañía de su padre sufrió un agudo ataque al corazón, Mali­nowsky pidió a su hija que lo susti­tuyera; ella aceptó que su compañía supervisara la obra.

Quedaba muy poco tiempo. El subcontrato de Malinowsky era para remplazar un sistema contra incen­dios que debería estar funcionando el 18 de diciembre de 1981. (Los contratistas tenían que apegarse es­trictamente a sus cotizaciones, de manera que podían quedar en la ruina si los costos escapaban a su control.)

Los problemas surgieron pronto. Ann contrató a James Smith, mon­tador de tuberías, como superinten­dente de la obra. Casi inmediata­mente recibió la visita de Mitchell "Mike" Scimemi, uno de los hom­bres violentos de la Sección Local 406. Lo habían asignado a la com­pañía de Len Malinowsky como maestro mecánico, o sea, supervisor de los ingenieros de operaciones de la sección West Hackberry. El sin­dicato tenía viejas cuentas pendien­tes con Smith porque este despidió a dos miembros de la Sección Local 406 en un trabajo anterior. Scimemi advirtió que debían echar a Smith.

El señor Malinowsky, de 69 años, recuerda: "Cuando Ann era niña, en la escuela, los varones solían mo­lestarla porque tenía el cabello rojo. Mi hija se les enfrentaba sin miedo, por grandes que estuvieran". Ann Blackwe1l se negó a ser intimídala y rechazó la advertencia de Mike Scimemi.

Feudos y extorsiones. Después la visitó Willard Carlock, de 54 años, agente comercial de la Sección Local 406, enviado por las oficinas centra­les del sindicato. Carlock ya había sido acusado por delitos violentos. En mayo de 1975, una chusma de rufianes golpeó salvajemente a los trabajadores no sindicalizados que prestaban sus servicios en la cons­trucción del nuevo Puente Ellender, cerca de Sulphur, Louisiana. Por esta agresión Carlock y Scimemi fue­ron acusados de conspiración crimi­nal. Los sometieron a juicio y que­daron absueltos.

Pocos meses después, 150 ru­fianes del sindicato, armados de pistolas, hachas y tubos de fierro, atacaron a los trabajadores que construían una planta de la Jupiter Chemical Company, en Sulphur. El resultado de este acto violento fue de un muerto a tiros y varios heri­dos graves. Carlock fue acusado de homicidio no premeditado, conspi­ración delictuosa y daños criminales en propiedad ajena, con agravantes. El fiscal acabó por retirar los cargos.

Carlock dirigía la Sección Local 406 como su feudo particular. Solía incluir a su hijo de 30 años, Wil­lard, entre los ingenieros de opera­ciones mejor pagados. Ponía en los trabajos de construcción a sus ami­gas íntimas sin que tuvieran expe­riencia en el trabajo, y amenazaba a otras con no asignarles ningún em­pleo si no le concedían favores se­xuales. También amenazaba con dar por concluidos los empleos de algu­nos trabajadores miembros del sindicato que no aceptaran hacer "apor­taciones" a su "fondo de defensa", aportaciones que por lo general eran de 50 dólares mensuales. Era un maestro de la extorsión. Y ahora or­denaba a Ann Blackwell que despi­diese a Smith, o se atuviera a las consecuencias. Ella volvió a negarse:

—Señor Carlock, esta compañía es mía, y yo decido quién es el su­perintendente de obras. Después regresó Scimemi y le advirtió: "Señora, usted no entiende:o despide a Smith o lo mataremos".Si me amenazaran de muerte, lesdiría: Muy bien; inténtenlo, pensó Ann Blackwell. Pero, ¿qué puedo hacer cuando se trata de uno de mis colaboradores que tiene esposa y familia?

A su pesar, trasfirió a Smith a otro trabajo y optó por hacerse car­go personalmente de los trabajos de superintendencia.

Entonces empezó el sabotaje. La banda de oruga de una motoconfor­madora no funcionaba (le habían quitado una pieza). Fallaron los fre­nos de una retroexcavadora. Se ave­riómisteriosamente una grúa que tenía agua en el motor de arranque, no obstante que en las últimas tres semanas no había llovido. Cada día fallaba algo. Y Carlock no dejó de aparecer. Cada vez, preguntaba: "¿Y cómo está trabajando, su equipo  señora?"

Ann no había comprendido el sig­nificado de la pregunta, hasta que habló con un amable vendedor de equipo que le preguntó:

?

—No tengo planes al respecto, ¿por qué?

—Si quiere usted trabajar en Lake Charles, tiene que obtener su equipo de Willard Carlock.

Comprendió que necesitaba se­guirles el juego. Aceptó alquilar una retroexcavadora Cat 225 de la Tri-Coast, compañía recomendada por Carlock padre, en 3000 dólares mensuales. Al mismo tiempo, Car­lock exigía y recibía pagos de Gar­land Davidson, uno de los dueños de la Tri-Coast.

La obligaron a usar en total seis piezas de maquinaria para construc­ción de la Tri-Coast, cuyo alqui­ler mensual le costaba de 2000 a 21,000 dólares.

Carlock y Scimemi la obligaron también a contratar a casi el doble de los ingenieros que necesitaba, lo que le costó cientos de miles de dó­lares. Carlock le propuso que, si aceptaba hacer con él un viaje a Houston, estaría dispuesto a hablar sobre reducciones en la cantidad de equipo y personal de la obra. Indig­nada, Ann rechazó la proposición.

Declaración de guerra. El 3 de noviembre de 1981, Scimemi abor­dó una retroexcavadora y la condujo hasta la orilla del sitio de la cons­trucción, donde estaba un cable que llevaba corriente eléctrica a todas las instalaciones. El lugar estaba lleno de señales de advertencia, pero Scimemi desenterró el cable y lo rompió. Las reparaciones costaron 60,000 dólares a Blackwell.

Ann despidió a Scimemi y confió entonces a un amigo: "Estoy po­niendo en peligro mi vida, pero he tomado la resolución de que él no volverá jamás a poner un pie aquí".

Una vez despedido Scimemi, los ingenieros de operaciones comenza­ron a hacer "tortuguismo". El pro­yecto se retrasó.

—¿Por qué están haciéndome esto? —preguntó la señora Black­well a Carlock—. Soy una buena contratista del sindicato.

—No sé de qué me habla —le contestó Carlock.

Para entonces su casa había sido allanada ocho veces. Le cortaron una y otra vez los neumáticos del automóvil y sus tres perros, uno tras otro, desaparecieron.

Lo peor de todo esto fue que na­die prestó oídos a Ann cuando re­unió pruebas y buscó ayuda. Se puso en contacto con ejecutivos de la Par­sons-Gilbane y personal del DOE en Nueva Orleáns, Louisiana y Wash­ington, D.C., con la esperanza de que se iniciara una investigación completa; pero no logró nada.

Por fin, en febrero de 1982, pre­sionó a Carlock para que le asignara un nuevo mecánico y los trabajos se reanudaron. Pero ya era demasiado tarde. No pudo terminar el proyec­to hasta julio, varios meses después de la fecha estipulada en el contrato.

La lucha con la Sección Local 406 le había costado más de tres millo­nes de dólares entre extorsiones, sanciones y honorarios de abogados. Pero nunca claudicó. Por el contra­rio, declaró la guerra al bandoleris­mo, a la falta de honradez y a la escoria humana de West Hackberry.

Consejo del "Padrino". Al prin­cipio, la señora Blackwell sólo sufrió derrotas. Seleccionó más de 2600 cartas, órdenes de trabajo, asientos de nóminas, cheques y otros docu­mentos relacionados con el proyec­to de West Hackberry. Obtuvo testimonios jurados de testigos res­pecto al reino del terror. Llevó un registro diario de amenazas, actos de sabotaje, cantidades pagadas. Formó 16 legajos con los documen­tos más incriminadores y los envió por correo a la Casa Blanca, al DOE, al Departamento de Justicia y a comités correspondientes del Con­greso. En un principio, todos sus esfuerzos fueron inútiles.

Ann Blackwell estaba corriendo serios peligros, y lo sabía. En mayo de 1983, recibió un aviso de que un poderoso personaje de los círculos laborales de Louisiana quería hablar con ella. La señora Blackwell recuer­da que en el mensaje se hacía refe­rencia al hombre como el "Padri­no". Se entrevistó con él en Lake Charles.

Era un hombre corpulento, de unos 60 años. Le dijo: "Lo sé todo sobre usted, señora Blackwell; le gusta combatir". Entonces habló con dureza: "No hay nada peor que un soplón, no sea soplona", le advirtíó. Pero Ann no se arredró.

Finalmente, empezaron a ocurrir cosas. El congresista John Dingell, presidente del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Dipu­tados, envió una carta escrita en tér­minos severos al secretario de Ener­gía, Donald Hodel, en la cual le aseguraba que se iba a hacer una investigación a fondo sobre las de­nuncias de la señora Blackwell.

El senador Orrin Hatch, presi­dente del Comité de Trabajo y Re­cursos Humanos del Senado, estaba investigando los fraudes sindicales. Jim Phillips, el jefe de los investiga­dores, preguntó a Ann Blackwell si estaría dispuesta a presentar testi­monio sobre sus penosas experien­cias con el sindicato. "No dejaba de pensar en la advertencia que me ha­bían hecho", recuerda, "pero resol­ví que tendría que optar por pasarme el resto de la vida temiéndoles, o por enfrentarme a ellos".

Testigo principal. Durante las audiencias, Ann Blackwell descri­bió la amenaza de asesinar a James Smith, los actos de sabotaje y las ex­torsiones. Testigo tras testigo, expu­sieron sus quejas sobre la Sección Local 406-Lake Charles.

En junio de 1984, un gran jura­do federal en Lafayette, Louisiana, investigó a la Sección Local 406, y Ann Blackwell fue uno de los testi­gos principales. El 17 de enero de 1985, el gran jurado enjuició a Wil­lard Carlock y su hijo Willard, así como a Mike Scimemi, por un to­tal de 58 cargos por extorsión y fraude organizado.

Carlock y los demás fueron a jui­cio el 24 de junio. Con gran aten­ción, el jurado escuchó a la señora Blackwell relatar la pesadilla que había vivido. Ninguno de los acu­sados habló para defenderse.

En agosto, el jurado declaró cul­pables a Willard Carlock padre, a Willard Carlock hijo y a Scimemi. El juez Earl Veron sentenció al pri­mero a 12 años de cárcel y le impu­so una multa de 50,000 dólares. Scimemi y Carlock hijo recibieron sentencias de ocho años y multas de 10,000 dólares cada uno.

Hoy, Ann Blackwell ha vuelto a la Maco Construction, donde tra­baja 16 horas diarias. El senador Hatch declaró: "Francamente, es­toy sorprendido de que aún esté viva. Es una gran mujer; muy va­liente. Pero más que nada, Ann Blackwell es una luchadora".

 

  Los periódicos y los noticiarios televisivos difunden a diario los actos de los maleantes. Con frecuencia olvidamos que también hay héroes; que toda población y ciudad tiene sus paradigmas de valor, bondad y decencia. He aquí cuatro de ellos.

HEROES ENTRE NOSOTROS SELECCIONES DEL READER'S DIGEST           julio de 1986

EL REGALO DE SARAH

EN DICIEMBRE de 1984, Sarah Kreinberg, naci­da hace siete años en Portland, Ore­gon, oyó hablar del hanbre que padecen los niños etíopes y decidió enviarles su pro­pio alimento. Cuando se enteró de que no era práctico hacerlo, vació su alcancía y donó todo lo que tenía al fondo que estableció su iglesia para ayudar a los etíopes.

Pero no se conformó con esto. Días después vio la foto de un bebé etíope, y supo que un banco de su localidad estaba aportando fondos iguales a las contribuciones de los ciudadanos para enviar por avión ayuda a los africános víctimas del hambre. Resuelta a conseguir más dinero para donar, Sarah se dio a la tarea de hacer y vender adornos para árboles de Navidad.

De puerta en puerta, ofrecía res­plandecientes "manzanas" rojas en­vueltas en seda y pegadas a un bar­quillo de helado. La chiquilla rubia, de mejillas chapeadas como manza­nas, que hacían juego con los ador­nos, se convirtió en una cautivadora y tenaz vendedora. Pasadas las va­caciones, continuó su campaña de recaudación de fondos vendiendo dulces.

Para la primavera de 1986, Sa­rah había dado a los niños de Etio­pía, contada la donación del banco, casi 6500 dólares. Esta es una cifra excepcional, si se considera que la pequeña pudo reunirla sin ayuda. Pero Sarah es una niña excepcional, con una sensibilidad especial por los niños que tienen problemas para subsistir. Desde que cumplió 15 meses, Sarah ha vivido con un tu­mor cerebral inoperable.

—Guideposts Magazine

Valor sin límites

EN LA ciudad norteamericana de St, Louis, tras saltar de su ca­mión, John Boo­ker ayudó a un vecino a enfren­tarse con un hombre y someterlo hasta que llegó la policía, después de que el sujeto ha­bía intentado arrebatarle la bolsa a una dama ya entrada en años.

John, de 41 años, no tiene pier­nas. Las perdió al pisar una mina en Vietnam.

¿Cómo pudo, entonces, realizar tal hazaña? Se desplazó casi 100 me­tros valiéndose únicamente de las manos.

El salto de un metro, desde el ca­mión, hizo que se agravara una vieja lesión que padece en el hombro. Pero John no se arrepiente de su acto. "No es correcto que alguien abuse de una dama", declara. '—AP

 

INFORME ESPECIAL

Desde hace varios años, los servicios de espionaje occidentales han estado reuniendo pruebas de la existencia de una fuerza militar clandestina de la URSS: un gran ejército secreto, brutalmente entrenado, cuya finalidad es enca­bezar invasión de Europa Occidental... o más allá. En este amplio infor­me se incluyen los impresionantes hechos recopilados para SELECCIONES DEL REAI)F,R's DIGEST por el columnista Dale Van Atta.

SPETSNAZ, SINIESTROS COMANDOS SOVIÉTICOS

Un autobús militar se detiene a la entrada de un centro de adiestra­miento del Ejército estadunidense en Alemania Occidental. Los centí- nelas, suponiendo que el vehículo está lleno de soldados norteamerica­nos que vuelven de la ciudad, se aproximan de modo rutinario y son acribillados a tiros de armas con si­lenciador. El autobús se interna en la base mientras los dos grupos de comandos que van dentro se ponen mascarillas antigás.

Dentro de las instalaciones, los norteamericanos, cuyo deber es vi­gilar los lanzadores de proyectiles nucleares Pershing II, mueren en cuestión de minutos bajo un invisi­ble manto de gas neurotóxico, y los lanzamisiles son inutilizados.

En Helbronn, otra base de pro­yectiles Pershing es tomada de igual manera. Al mismo tiempo se destru­yen cinco importantísimos centros de comunicaciones de la OTAN (en Maastricht, Holanda, y en las ciuda­des alemanas de Boerfink, Kinds­bach, Massweiler y Vogeliveh). La confusión reina en el alto mando de la OTAN, en Bruselas. Han desapa­recido oficiales de alta graduación y dirigentes políticos. A algunos los encuentran muertos en sus casas.

Mientras, hombres rana emergen de las heladas aguas próximas a Ke­flavik, Islandia, eslabón de vital importancia para las operaciones anti­submarinas de la OTAN. Con equipo depositado meses antes en el lecho marino, impiden el funcionamiento de estaciones de reconocimiento y comunicaciones.

Ningún país aliado —ni neu­tral— está a salvo. En Estocolmo, Suecia, un combate con ametralla­doras cerca del palacio termina  con el secuestro de la familia real por hombres rana que habían estado al acecho, en espera de una señal de los agentes infiltrados en la capital.

Los mejores comandos soviéticos, con la ayuda de agentes secretos es­tablecidos desde hace mucho tiem­po, han llevado de repente a la OTAN a una agudísima crisis. Con el de­rrumbe, de un solo golpe, de sus instalaciones nucleares, de sus redes de comunicación y de su dirección, ¿qué puede hacer Occidente para evitar una invasión soviética de Europa Occidental?

LOS ACONTECIMIENTOS anteriormente descritos son ficticios, pero el plan para llevarlos a cabo es real. El general Pyotr Iva­novich Ivashutin, medio calvo y de cuello robusto y corto, comandan­te del Glavnoye Razvedyvatelnoye Upravleniye (GRU), el servicio de espionaje de las fuerzas armadas so­viéticas, tiene a su disposición una fuerza compuesta de 30,000 hom­bres y mujeres adiestrados para cumplir estas misiones.

Los servicios de espionaje occi­dentales han tardado mucho en des­cubrir la existencia y composición de estos comandos, los cuales tienen ya en su haber operaciones tales como el asesinato, en 1979, del pre­sidente de Afganistán, y la supresión de actividades antisoviéticas en Bulgaria a mediados del decenio de los sesenta. Pero ahora ya se cono­ce la amenaza que representan, lo mismo que su nombre: Spetsnaz, forma abreviada de spetsalnaya naz­nacheniya, que significa comandos para objetivos especiales.

"La creación de los Spetsnaz es un aspecto particularmente amena­zador del aumento del poderío mi­litar soviético", dice Noel Koch, subsecretario adjunto de Defensa de Estados Unidos. "Su misión es des­truir la infraestructura de una na­ción y matar gente. Son parte inte­gral de las operaciones soviéticas de tiempos de paz, y en tiempos de guerra podrían representar una gra­ve amenaza de desorganización es­tratégica en la región de la OTAN, e incluso en Estados Unidos".

Exploraciones para sabotaje. Una unidad Spetsnaz típica se compone de un oficial superior y uno subal­terno, un encargado de las comuni­caciones, un médico y por lo menos dos especialistas en demolición y cuatro en reconocimiento. El equi­po que comúnmente emplean cons­ta de misiles tierra-aire, trasmisores de comunicación de "ráfaga" (que mandan breves "chorros" de seña­les en clave por satélite hacia el cuartel general) y una lista de obje­tivos, que pueden ser objeto de ata­que o sólo de vigilancia. Una briga­da Spetsnaz, compuesta de 100 de estos grupos, incluye díez unidades de oficiales de carrera, la crema y nata de la élite, cuya principal mi­sión es el asesinato de los altos di­rigentes enemigos. FIn conjunto, los servicios de espionaje norteamerica­nos calculan que el total de fuerzas para tiempos de guerra de los Spets­naz es de 20 brigadas, cada una inte­grada por 900 a 1200 hombres, ade­más de cuatro brigadas navales, por lo menos.

Es un gran honor ser selecciona­do para formar parte de una unidad Spetsnaz. "Sólo son aceptados los reclutas que pasan las rigurosas pruebas", dice un desertor del GPU que vive en Inglaterra bajo el seudó­nimo de Viktor Suvorov. Este hom­bre sostiene (y los servicios de es­pionaje están de acuerdo con ello) que muchos de los mejores atletas de la Unión Soviética, en particular miembros del equipo olímpico, es­tán en los Spetsnaz. Las competicio­nes deportivas internacionales les dan la doble ventaja de pulir sus ha­bilidades en tiro, esquí y natación, al tiempo que se familiarizan con los países a los cuales podrían retornar algún día como saboteadores.

Los soldados y oficiales de los Spetsnaz disfrutan de sueldos más altos, mejor comida, permisos más prolongados, ascensos más rá­pidos y un retiro a menor edad que el personal del Ejército regular. Sin embargo, se ganan a pulso tales pri­vilegios. En las prácticas de super­vivencia son lanzados en paracaídas sobre zonas inhóspitas y se les exige que pasen días o semanas valiéndose por sí mismos, sin llevar siquiera bolsas de dormir.

Pero en una misión típica, cada miembro de los Spetsnaz lleva con­sigo un rifle automático ligero Ka­lashníkov con 300 balas y una ba­yoneta que sirve de serrucho y corta alambre, una pistola P6 con silen­ciador, seis granadas de mano o un lanzador de granadas de mano, y un cuchillo estilo James Bond que, al apretar un botón, lanza silencio­samente su mortal hoja a diez me­tros de distancia.

La brutalidad es el distintivo de los métodos que siguen los Spets­naz. Uno de sus principales cen­tros de entrenamiento, en Zheltyye Vody, Ucrania, está cerca de cam­pos de concentración. Según Su­vorov, los internos del gulag son utilizados en prácticas de combate cuerpo a cuerpo, y se permite que los efectivos de los Spetsnaz los gol­peen y mutilen a su antojo: "Es mu­cho más realista que clavarle un cuchillo a un saco de arena".

Infiltrarse y asesinar. Los infor­mes de espionaje sobre una base se­creta de adiestramiento de los Spets­naz al oeste de los montes Urales demuestran que se entrenan para atacar objetivos de la OTAN y de Es­tados Unidos. Tienen modelos de tamaño real de aviones comerciales (para adiestrarse en técnicas de secuestro), de aviones de caza nor­teamericanos y franceses, de lanza­dores de misiles nucleares, de pro­yectiles Pershing y de misiles de crucero lanzados desde tierra. Iró­nicamente, el primer "misil" Pershng II instalado en Europa no fue en Alemania Occidental en 1983, sino en una fecha anterior, en la Unión Soviética, como modelo en el centro de adiestramiento.

En un conflicto armado real, los comandos Spetsnaz se infiltrarían en Europa Occidental y en Estados Unidos durante un periodo de ten­sión internacional, pero antes de que la URSS declarase la guerra. Además de la llegada clandestina de solda­dos en paracaídas, de hombres rana y de desembarcos de tropas en mi­nisubmarinos, se enviaría una gran cantidad, mayor de lo normal, de delegaciones deportivas y culturales a los países que se pensara atacar.

Se incrementaría el personal de las embajadas y consulados soviéti­cos con jóvenes de uno y otro sexos de excepcional capacidad física, que servirían como guardias, choferes y jardineros. Estos equipos activarían las redes de agentes "ocultos", que ya viven cerca de los centros de co­municación, las bases y los arsena­les. Tales agentes vigilan, proporcionan información y se encargan de mantener casas seguras en donde po­drían esconderse los Spetsnaz.

En el caso de un ataque por sor­presa, los equipos señalarían como blancos o atacarían las instalaciones de armas nucleares; destruirían sis­temas de mando y de control y neu­tralizarían bases militares; cortarían la energía eléctrica e interferirían las estaciones radiodifusoras; y asesina­rían a líderes políticos y militares.

El asesinato es vital en la plani­ficación de ataques relámpago de los

soviéticos. Como las órdenes para utilizar armas nucleares de la OTAN sólo pueden darlas los dirigentes po­líticos, al eliminarlos se retardaría la decisión de tomar represalias con armas nucleares. C. N. Donnelly, jefe del Centro de Investigación de Estudios Soviéticos, de la Real Aca­demia Militar británica, dice: "El objetivo que la URSS debe buscar es el derrumbe político total de los go­biernos clave de la OTAN en el me­nor tiempo posible".

Con esta audaz estrategia se apro­vecha la dificultad de maniobra de la intrincada estructura de la OTAN. En el caso de un inicio de hostilida­des, los estatutos de la alianza exi­gen la realización de consultas entre sus 16 países miembros, y se nece­sitan varios días para movilizar la defensa de avanzada de la OTAN. Por ejemplo, los camiones tienen que formarse ante los depósitos de Euro­pa Occidental para cargar las ojivas nucleares y, luego, trasportarías a sus respectivas unidades por cami­nos públicos, lo cual los convierte  en blancos ideales para los comandos Spetsnaz emboscados. Tal como lo advirtió en 1984 el Ministerio de Defensa inglés, "la principal ame­naza no es la invasión en gran es­cala, sino el sabotaje realizado por escuadrones de hombres especial­mente adiestrados".

Submarinos misteriosos. De acuerdo con los servicios de espio­naje norteamericanos, los Spetsnaz han estado operando desde hace años. En su libro Special Operations in U.S. Strategy ("Operaciones especiales en la estrategia de Estados Unidos"), John Dual(, especialista de la Agencia de Uspionaje del De­partamento de Defensa, escribe: "En 1968, en Checoslovaquia, la toma del aeropuerto de Praga por los soviéticos fue realizada por Co­mandos Spetsnaz bajo las órdenes de la KGB. Estas unidades detuvie­ron al dirigente del Partido, Alek­sandr Dubcek, y lo enviaron a Mos­cú. También se cumplieron misiones similares contra otros enemigos ins­critos en las listas de la KGB".

La invasión de Afganistán en la Navidad de 1979 fue una operación clásica de los Spetsnaz. Los oficia­les más importantes del Ejército af­gano fueron llevados con engaños a una recepción para celebrar la "amistad afgano-soviética". Citando estaban en pleno festejo, una uni­dad Spetsnaz los encerró en el salón y los hizo volar en pedazos.

Pero, según el comandante Vladi­mir Kuzichkin, desertor de la KGB, el principal objetivo de los varios cientos de hombres de los Spetsnaz aerotrasportados a Kabul era el asesinato del presidente Hafizullah Amin. El 27 de diciembre, elemen­tos de los Spetsnaz vestidos con uniformes afganos y bajo el mando de la KGB se introdujeron al Palacio Darulaman por tres flancos, se abrie­ron camino hasta Amin y lo ma­taron con su familia y su guardia.

Los servicios de espionaje de Oc­cidente, que dependen en gran me­dida de la interceptación de men­sajes radiados y de informes que proporcionan refugiados y deserto­

res, indican que hoy día la mayor intervención de los Spetsnaz es en Afganistán, en donde ayudan a 120,000 hombres del Ejército Rojo a combatir a los guerrilleros. Dziak afirma: "Aunque le resulta muy cos­toso, el alto mando militar soviético considera que Afganistán es el pri­mer laboratorio operacional verda­dero que han tenido sus fuerzas armadas desde la Segunda Guerra Mundial".

"Los Spetsnaz tienen influencia mucho más allá De la Unión Sovié­tica porque sus tácticas de guerra, nada tradicionales, hacen de ellos una excelente herramienta para ex­portar la revolución", declara el secretario del Ejército de Estados Unidos, John Marsh. No únicamen­te soldados afganos, sino también cubanos y de otros países del Ter­cer Mundo, han asistido a los cam­pos de entrenamiento de los Spets­naz en la URSS.

Para medir los reflejos militares y de espionaje de Occidente, perió­dicamente se despliegan unidades Spetsnaz. Uno de sus medios predi­lectos son los minisubmarinos, ca­paces de arrastrarse por el lecho ma­rino con ruedas de oruga semejantes a las de un tanque. Los minisubma­rinos espían las bases navales suecas y buscan playas idóneas para un po­sible desembarco de tropas de asal­to compuestas de nadadores. Se han arrastrado por debajo del agua has­ta estar a menos de 1600 metros del Palacio Real de Estocolmo. En marzo de 1984, el Ejército sueco repelió con fuego de ametralladoras y granadas de mano a los hombres rana de los Spetsnaz cerca de una gran base naval. Más recientemente, se han detectado dichos submarinos en el estrecho de Gibraltar, punto de enlace del mar Mediterráneo y el océano Atlántico, y también han dejado sus huellas en el fondo del océano cerca de bases navales de los japoneses.

Tras reflexionar sobre el audaz uso de los Spetsnaz que hace el Kremlin, Edward Luttwak, impor­tante analista militar del Centro de Estudios Estratégicos e Internacio­nales de la Universidad de George­town, comenta: "Es un indicio más de que la Unión Soviética está pla­neando seriamente sus ofensivas".

Los aliados occidentales han em­pezado a enfrentarse con la desagra­dable realidad de los Spetsnaz. Por ejemplo, Inglaterra está reforzando su Ejército Territorial y ha creado una Fuerza Civil Interna para la de­fensa y para mejorar los sistemas de protección de sus instalaciones vitales; y tiene una buena razón para bacerlo. El semanario Jane's De­lence Weekly informó en enero de 1986: "La Unión Soviética ha man­tenido un destacamento secreto de comandos Spetsnaz, integrado por mujeres, cerca de la Base Aérea de Greenham Common, desde el des­pliegue, en diciembre de 1983, de misiles de crucero Tomahawk con base en tierra, de la Fuerza Aérea norteamericana. Desertores soviéti­cos han revelado que varias agentes se infiltraron en grupos de protesta femeninos en Greenham Common y que estuvieron presentes en todo momento".

El Pentágono considera necesa­ria una reacción en diversos frentes para contrarrestar a los Spetsnaz. Se debe informar a aquellos grupos amenazados por dichas fuerzas de ataque, entre ellos a importantes funcionarios públicos, acerca de las capacidades de estas. Por último, se debe fomentar la recabación de in­formes secretos sobre los Spetsnaz ( para saber cómo, cuándo y dónde atacarán ).

"El desarrollo de los Spetsnaz ha sido rápido, y nosotros apenas aho­ra estamos reconociendo la magni­tud de la amenaza que representan", dice Koch, y concluye: "Debemos mejorar muchísimo nuestra seguri­dad en la retaguardia para hacer frente a esa amenaza".

 

"Más fácilmente que la leña"  SELECCIONES R.D  JUNIO DE 1986

EN SEP77EMBRE de 1984, un grupo de integrantes del Comité Norteamericano de Vigilancia de Helsinki se trasladó a la frontera afgana y entrevistó a más de 100 refu­giados afganos sobre las violaciones a los derechos humanos en Afganistán por parte de los soviéticos. "Casi cada afgano tiene una historia que relatar en este sentido -, informó el grupo; -nuestros intérpretes y guías, y personas que conocimos acciden- talmente, habían experimentado en carne propia atrocidades tan graves como las víctimas a las que habíamos entrevistado. Un médico afgano que nos sirvió de in­térprete en un hospital exclamó de pronto, cuando salíamos: ¿Para qué todo esto? La gente ya debería saberlo: no existen los derechos humanos en Afganistán. Queman gente más fácilmente que la leña". Los siguientes fragmentos de testimonios de las entrevistas del informe del Comité de Vigilancia de Helsinki presentan atisbos horri­pilantes de las atrocidades soviéticas en AfganútJn.

MOHAMMAD Eshaq, líder de la Resistencia en el valle de Panjsher, al describir la suerte que corrieron en su aldea ancestral de Mata dos hermanos ciegos de 90 y 91 años, respectivamente, que se quedaron rezagados cuando el resto de los aldeanos huyeron, durante una ofensiva: "Vinieron los rusos, les ataron dinamita a la espalda y los volaron. Eran personas muy respetadas".

UN COMBATIENTE de la Resistencia al que torturaron entre dos y cuatro horas diarias durante todo un año, detalla los métodos rusos de interrogación: "La tortura era siempre con bastones de descargas eléctricas. Aplicaban los toques entre los dedos de los pies y de las manos, y en la sien. Muchas veces caí desmayado. Un día me colgaron de una pared donde había ganchos enormes. No me permitieron dormir, comer ni beber durante 48 horas. Me extendieron los brazos al máximo, me ataron las manos a los ganchos y me pusieron grilletes en los tobillos. Esto me causó fuertes dolores de es­tómago y de riñones. A la mañana siguiente me bajaron y me trajeron un pedazo de pan y un poco de agua. Después, me tuvieron colgado de cabeza todo el día".

MOHAMMAD Amin Salim, ex profesor de Ley Islámica, oriundo de una aldea de Shomali: "Estaba yo en una aldea, cuando llegaron los soviéticos a registrar las casas: "encarcelaron a los siete más ancianos del pueblo y les preguntaron ¿En dónde están sus hijos? Los ancianos dijeron que no tenían hijos. En seguida, mataron a dos de ellos disparándoles con rifles automáticos. A un tercero lo pusieron contra un árbol y con un gran clavo [aparentemente era una bayoneta desmontada] un soldado lo apu­ñaló y lo clavó en el árbol. Otro ruso apuñaló a un cuarto anciano en la boca con un clavo grande, y le desarticuló la quijada".

UN MÉDICO francés relata cómo los rusos castigaron a toda una aldea por la defec­ción de parte de las tropas afganas: "Los amarraron y apilaron como leña; les echaron gasolina y los quemaron vivos. Entre ellos había viejos y jóvenes, hombres, mujeres y niños. Así asesinaron a 40 personas".

MiKE HOOVER, productor de televisión de la CBS (siglas en inglés de Red Radiodi­fusora de Columbia), filmó la entrevista con un afgano que había trabajado de tra­ductor en el Ejército soviético. El traductor estaba "sumamente alterado". Contó có­mo en una aldea los rusos sujetaron a un niño en la hoguera mientras lo interrogaban

sobre los mojahedin.  SELECCIONES R.D  JUNIO DE 1986

Una  Revelacion  Divina
del Infierno

Queda Muy Poco Tiempo!
por
Mary Katherine Baxter

Capítulo 9: Los horrores del infierno

Yo entiendo porque la gente en estas celdas del vientre del infierno eran diferentes a otras en otros lugares de tormento. Había muchas cosas que yo no entendía. Yo simplemente escuché a Jesús e hice un registro de todo ho que escuché y oí para la gloria de Dios.

Hasta donde podía ver, las celdas parecían estar en un círculo sin fin. En cada celda había un alma. Mientras pasabamos por las celdas salían gemidos, llantos, ayes y quejas.No habíamos caminado mucho cuando Jesús se detuvo al frente de otra celda. Cuando miramos adentro, se encendió una luz (Jesús creó la luz). Me pare y miré a un alma que yo sabía que estaba en gran tormento. Era otra mujer de un color azul-gris. Su carne estaba muerta y las partes que se habían podrido se caían de sus huesos. Sus huesos habían sido quemados en un color negro oscuro y tenía pedazos de ropas harapientas. De su carne y huesos salían gusanos y un olor sucio llenaba la celda. 
Como la mujer anterior, ella también estaba sentada en una mecedora. Estaba aguantando una muñeca de tela. Y mientras se mecia, lloraba y apretaba ha muñeca de tela sobre su pecho. Su cuerpo se estremecía por los grandes llantos y de su celda salían lamentos.
Jesús me dijo, “Ella también fue sierva de satanás. Ella le vendió su alma y mientras estuvo viva practicó todo tipo de mal. Jesús dijo , “la brujería es real. Está mujer enseñó y practicó la brujería y llevo a muchos a caminos de pecado. Los que eran maestros de la brujería recibían atención especial y satanas les otorgaba un poder mayor que aquellos que solo la practicaban. Ella fue una adivina y una espiritista para su señor
Ella, debido a la mucha maldad que cometió, ganó mucho favor con satanás. Ella sabía como usar los poderes de las tinieblas para sí misma y para satanás. Ella fue a servicios de adoración al diablo y alabó a satanás. Ella fue una mujer poderosa de satanás.”
Pensé en La cantidad de almas que ella había engañado para satanás. Yo vi a ese huesito de cascarón del alma, llorando por una muñeca de trapo , un simple pedazo de tela sucia. El dolor llenó mi corazón, y lágrimas inundaron mis ojos. Se agarraba fuerte de la muñeca de trapo como si ésta pudiera ayudarla, el olor a muerte llenaba el lugar.
Entonces la comencé a ver como se transformaba como a la otra mujer. Primero se volvió como una mujer anciana de la década de los treinta y después en una joven de hoy. En todo momento ella hacia esa transformación fantástica delante de nuestros ojos.

Esta mujer,” dijo Jesús, “fue el equivalente de un predocador para satanás. De la misma forma que el verdadero evangelio se nos es predicado por un verdadero ministro, así también, satanás tiene sus ministros falsificados. Ella tenía un tipo de poder satánico muy poderoso, que para recibirlo fue necesario que ella vendiese su alma. Los dones malignos de satanás son como el otro lado de la moneda de los dones Espírituales que Jesús otorga a los creyentes. Este es el poder de las tinieblas.

Estos trabajadores de satanás trabajan en lo oculto, las tiendas de brujería, leyendo las palmas de las manos y en muchas otras maneras. Un espiritista de satanás es un poderoso obrero satánico. Estos indivíduos son completamente engañados y se venden totalmente a satanás. Algunos obreros de las tinieblas no le pueden hablar a satanás a menos que no sea por medio del espiritista. Ellos ofrecen al diablo sacrificios humanos y de animales.

Muchas personas entregan sus almas a satanás. Ellos escogen servirle a él y no a mi. Su decisión significa la muerte, a menos de que se arrepientan de sus pecados y clamen a mi. Yo soy fiel y los salvaré de sus pecados. Muchos le venden sus almas a satanás creyendo que van a vivir para siempre. Pero sufrirán una muerte horrible.

Satanás todavía cree que él puede derrocar a Dios e interrumpir sus planes, pero él ya fue derrotado en la cruz. Yo le quite las llaves a satanás y tengo todo el poder en el cielo y en la tierra.

Después que esta mujer murió, se fue derecho al infierno. Los demonios la trajeron delante de satanás, donde muy airada preguntó el porque los demonios tenían poder sobre ella, pues en la tierra ella pensó que era ella quien los controlaba a ellos. Allí ellos hicieron lo que ella les pidió. Ella también le pidió a satanás el reino que él le había prometido.

Satanás le siguió mintiendo, aún después de su muerte en la tierra. El le dijo que la resucitaría y la usaría para sus propósitos otra vez. Con engaño, ella le había conseguido muchas almas, por lo tanto, sus mentiras le parecían razonables a ella.

Pero al final, satanás se burló y la despreció. El le dijo, ‘Yo te engañe y te usé durante esos años. Yo jamás te dare mi reino.’ El diablo batió sus manos delante de la mujer, y tal parecía que toda su carne estaba siendo arrancada de sus huesos. Ella grito de dolor cuando un libro negro y grande fue traído para satanás. El lo abrió y corrió sus dedos por las páginas hasta que encontró su nombre.

“‘Oh si,’ dijo satanás, ‘tu me serviste bien en la tierra. Tu me trajiste más de 500 almas.’ El le mintió y le dijo, ‘Tu castigo no será tan malo corno el de los demás.’
Se escucharon muchas carcajadas. Satanás se puso de pies y señaló con el dedo hacia la mujer y un viento fuerte se levantó y llenó el lugar. Un sonido como de un relámpago alborotado salió de él. ‘Ja, Ja,’ dijo: ‘toma tu reino si puedes.’ Entonces una fuerza invisible la aventó contra el suelo. ‘Me vas a servir aqui también’ Satanás se reía cuando ella trataba de levantarse. La mujer gritaba de dolor porque los demonios continuaban arrancando la carne de sus huesos.

Cuando se muere en la tierra, si usted ha nacido de nuevo por el Espíritu de Dios, su alma va al cielo. Si usted es un pecador cuando muere, va inmediatamente a un fuego ardiente. Su alma será arrastrada por demonios con cadenas inmensas por las puertas del infierno y donde será lanzado en las fosas y atormentado. Más tarde, serás tirado delante de satanás. Ud. conoce y siente todo lo que le pasa en el infierno.

Jesús me dijo que hay un lugar en el infierno llamado el “centro de placer.” Las almas asignadas a las fosas no pueden ser llevadas a ese lugar. El también me dijo que aunque los tormentos son diferentes para cada persona, todos son quemados con fuego.

El centro de placer tiene la forma del centro de un circo. Varias personas que van a servir como entretenimiento son traídas al medio del centro de placer. Estas son personas que concientemente sirvieron a satanás en la tierra. Esos son aquellos que por propia voluntad, escogieron seguir a satanás en vez de Dios. Alrededor del centro del circo están las otras almas, con excepciónn de las que están en las fosas.
Los que están en el centro del circo fueron líderes en el ocultismo antes de su muerte. Ellos fueron espiritistas, adivinadores, hechiceros, lectores de la mente, brujas y magos —todas las personas que concientemente escogieron servir a satanás.
Cuando vivían en la tierra engañaron a muchos y lograron que siguieran a satanás y pecaran. Los que fueron engañados y fueron causados a caer en pecado, vinieron y atormentaron a sus engañadores. Se le permitió torturarlos uno a uno.

En ese tipo de tormentos escondían huesos espírituales que habían sido cortados y enterrados en diferentes partes del infierno. El alma fué literalmente rasgada en pedazos y las partes esparcidas por todo el infierno era como un tipo de juego a las escondidas demoníaco. Las almas mutiladas sintieron dolores tremendos. Los espectadores les tiraban piedras a los que se encontraban en el centro.

Todo método de tortura imaginable era permitido. Las almas al ser atormentadas pedían la muerte pero ya estaban en muerte eterna. Satanás dió la orden para que todo esto se hiciera. Este es su centro de placer.

Jesús dijo, “Yo le quite la llave del infierno a satanás hace muchos años. Yo vine y abrí estas celdas y dejé salir a mi gente, pues en el tiempo del Antiguo Testamento, antes de haber dado mi vida en la cruz, el Paraíso estaba situado cerca del infierno. Estas celdas estaban en el Paraíso; pero ahora satanás las usa para sus malos propósitos y ha hecho más.

Oh lector, te arrepentirás de tu pecado antes que sea demasiado tarde? Pues todos vendrán delante de mí en el juicio. El Paraíso fue movido de su proximidad al infierno cuando yo morí y resucité otra vez por el poder de Dios, mi Padre.

Otra vez te dire, que estas celdas que son de 17 millas de alto, sirven como una prisión para aquellos que fueron obreros de satanás, aquellos envueltos con cualquier tipo de pecado que tiene que ver con los poderes de demonios, el ocultismo y La adoración a satanás.”
Jesús dijo, “Ven, te quiero enseñar algo.”
De momento estábamos cerca de media milla de alto en el aire, en el centro del vientre del infierno y en el centro del bloque de celdas de 17 millas de alto. Era semejante a estar en un pozo de agua donde ni la tapa o el fondo se veía debido a la oscuridad. Una luz amarilla comenzó a Llenar el lugar y yo me agarré de Jesús apretando su mano.
Amado Señor,” pregunté, “ Porqué estamos aqui?”
De momento vino un viento con la fuerza de un huracán y un sonido fuerte y unas olas de fuego grandes comenzaron a subir por los lados de las paredes, de las celdas, quemando todo lo que había en su camino. Las llamas entraron en cada celda y ocasionaron gritos penosos de dolor y ansiedad. Aunque Jesús y yo no fuimos tocados por las llamas, me llené de temor por dentro, cuando vi las almas de los perdidos corriendo hacia la parte de atrás de las celdas pequeñas, tratando de encontrar un lugar para esconderse.
Por nuestro lado izquierdo salió un sonido maligno. Yo miré, y era satanás parado de espaldas hacia nosotros y encendido en fuego. Pero no se quemaba sino, él fue el que causó el fuego. El se paraba envuelto en llamas, gozándose de los gritos de estas pobres almas perdidas. Cuando satanás movía sus brazos, salían de él inmensas bolas de fuego.

De las celdas salían gritos que quebrantaban el corazón, así como grandes gritos de dolor. Las almas encarceladas estaban siendo quemadas vivas por este lago de fuego más caliente, sin embargo no podían morir. Los demonios, también se unieron a las carcajadas cuando satanás iba de celda en celda torturando a los perdidos.

Jesús dijo, “Satanás se alimenta con la maldad. El se gloría en el dolor y el sufrimiento y gana poder con eso.

Yo observaba a satanás cuando una llama roja con borde color marrón creció a su alrededor y vino un viento silvestre fuerte que sopló sobre sus ropas, las que no se quemaron. Un olor a carne quemada llenaba la atmósfera y nuevamente me di cuenta que los horrores del infierno son reales. Satanás caminó entre las llamas y éstas no lo podían quemar. Aunque solamente le ví de espaldas, podía escuchar sus carcajadas malignas por todos los partes.

Yo ví cuando satanás ascendió en una nube de humo, llevando la corriente de fuego hacia la parte alta del vientre del infierno. Lo escuché cuando dió la vuelta y con una voz fuerte anunció que si todas las almas no lo adoraban, él les daría un turno en el centro de placer.

No, por favor, satanás, nosotros te adoraremos,” gritaron todos al unísono mientras se inclinaban en gesto de adoración al diablo, y mientras más le adoraban, mayor era su hambre para que lo adoraran. Los sonidos de adoración eran tan fuertes que hasta las vigas del infierno sonaban con dicho clamor.

Jesús dijo, “todos los que ocupan las celdas del infierno escucharon el verdadero evangelio cuando vivían en la tierra. Muchas veces les ofrecí mi salvación. Muchas veces mi Espíritu los atrajo, pero no me escucharon o vinieron a mi para ser salvos.”

Mientras Jesús hablaba, satanás le decia a sus súbditos, “Ja, ja, este es su reino, todo el reino que jamás podrán tener. Mi reino cubre toda la tierra y el mundo de abajo.” lo escuché gritar, “Esta es su vida por toda la eternidad.” Mientras gritos de arrepentimiento salían de las celdas ardientes.

Jesús dijo, “Mi salvación es gratis. El que quiera, que venga y será salvo de este lugar de castigo eterno. Yo no lo echaré fuera. Si has sido una bruja o un mago, aún si tienes un acuerdo escrito con el diablo, mi poder lo romperá y mi sangre derramada te salvará. Yo quitare la maldición maligna de tu vida y te salvaré del infierno. Dame tu corazón para poder quitarte las cadenas y ponerte en libertad.

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