La empresa constructora de Ann Blackwell estaba al borde de la quibra, y su dueña en peligro de muerte, pero no se daba por vencida.
POR DONALD ROBINSON
SELECCIONES DEL READER'S DIGEST Mayo 1986
SOLITARIA LUCHA CONTRA LOS HAMPONES SINDICALES
ANN BLACKWELL, una de las pocas contratistas en Estados Unidos, no podrá olvidar jamás los cuatro años más aterradores de su vida, años de pesadilla durante los cuales vivió con un temor constante. En su bolsa llevaba una pistola a dondequiera que iba. Muchas noches se sintió tan asustada por las desconcertantes cosas que le ocurrían, que se las pasaba caminando en su casa hasta el amanecer. La mujer de 41 años, madre de dos hijos, se enfrentaba a una pandilla de hampones que controlaban la Sección Local 406 de Lake Charles, del Sindicato Internacional de Ingenieros de Operaciones, en el estado de Louisiana.
ANN NACIÓ en New London, Connecticut, y su familia se mudó a Texas cuando Ann tenía dos años. Su padre, Len Malinowsky, que trabajaba en un astillero, sólo tenía 500 dólares y una desvencijada camioneta cuando estableció su propia compañía constructora, en 1964, que pronto creció hasta convertirse en un negocio muy próspero.
A los 18 años, Ann se había -casado con un joven oficial de la Marina, con quien procreó dos hijos, Robert y Mari ( hoy de 26 y 23 años). La pareja se divorció en 1975.
Dos años después, Ann formó su propia compañía, la Maco Construction Corporation, que al poco tiempo estaba en pleno florecimiento construyendo caminos, parques e instalaciones industriales; y ella había adquirido fama de ser jefa competente y tenaz.
Los problemas de la señora Blackwell con la Sección Local 406 empezaron en los primeros días de la primavera de 1981. Su padre había ganado un subcontrato de cinco millones de dólares con la firma de Parsons-Gilbane, principal contratista de un proyecto de construcción del Departamento de Energía (DOE, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos en las vitales instalaciones de la Reserva Petrolera Estratégica en West Hackberry, Louisiana. Cuando el superintendente general de la compañía de su padre sufrió un agudo ataque al corazón, Malinowsky pidió a su hija que lo sustituyera; ella aceptó que su compañía supervisara la obra.
Quedaba muy poco tiempo. El subcontrato de Malinowsky era para remplazar un sistema contra incendios que debería estar funcionando el 18 de diciembre de 1981. (Los contratistas tenían que apegarse estrictamente a sus cotizaciones, de manera que podían quedar en la ruina si los costos escapaban a su control.)
Los problemas surgieron pronto. Ann contrató a James Smith, montador de tuberías, como superintendente de la obra. Casi inmediatamente recibió la visita de Mitchell "Mike" Scimemi, uno de los hombres violentos de la Sección Local 406. Lo habían asignado a la compañía de Len Malinowsky como maestro mecánico, o sea, supervisor de los ingenieros de operaciones de la sección West Hackberry. El sindicato tenía viejas cuentas pendientes con Smith porque este despidió a dos miembros de la Sección Local 406 en un trabajo anterior. Scimemi advirtió que debían echar a Smith.
El señor Malinowsky, de 69 años, recuerda: "Cuando Ann era niña, en la escuela, los varones solían molestarla porque tenía el cabello rojo. Mi hija se les enfrentaba sin miedo, por grandes que estuvieran". Ann Blackwe1l se negó a ser intimídala y rechazó la advertencia de Mike Scimemi.
Feudos y extorsiones. Después la visitó Willard Carlock, de 54 años, agente comercial de la Sección Local 406, enviado por las oficinas centrales del sindicato. Carlock ya había sido acusado por delitos violentos. En mayo de 1975, una chusma de rufianes golpeó salvajemente a los trabajadores no sindicalizados que prestaban sus servicios en la construcción del nuevo Puente Ellender, cerca de Sulphur, Louisiana. Por esta agresión Carlock y Scimemi fueron acusados de conspiración criminal. Los sometieron a juicio y quedaron absueltos.
Pocos meses después, 150 rufianes del sindicato, armados de pistolas, hachas y tubos de fierro, atacaron a los trabajadores que construían una planta de la Jupiter Chemical Company, en Sulphur. El resultado de este acto violento fue de un muerto a tiros y varios heridos graves. Carlock fue acusado de homicidio no premeditado, conspiración delictuosa y daños criminales en propiedad ajena, con agravantes. El fiscal acabó por retirar los cargos.
Carlock dirigía la Sección Local 406 como su feudo particular. Solía incluir a su hijo de 30 años, Willard, entre los ingenieros de operaciones mejor pagados. Ponía en los trabajos de construcción a sus amigas íntimas sin que tuvieran experiencia en el trabajo, y amenazaba a otras con no asignarles ningún empleo si no le concedían favores sexuales. También amenazaba con dar por concluidos los empleos de algunos trabajadores miembros del sindicato que no aceptaran hacer "aportaciones" a su "fondo de defensa", aportaciones que por lo general eran de 50 dólares mensuales. Era un maestro de la extorsión. Y ahora ordenaba a Ann Blackwell que despidiese a Smith, o se atuviera a las consecuencias. Ella volvió a negarse:
—Señor Carlock, esta compañía es mía, y yo decido quién es el superintendente de obras. Después regresó Scimemi y le ad‑virtió: "Señora, usted no entiende:o despide a Smith o lo mataremos".Si me amenazaran de muerte, lesdiría: Muy bien; inténtenlo, pensó Ann Blackwell. Pero, ¿qué puedo hacer cuando se trata de uno de mis colaboradores que tiene esposa y familia?
A su pesar, trasfirió a Smith a otro trabajo y optó por hacerse cargo personalmente de los trabajos de superintendencia.
Entonces empezó el sabotaje. La banda de oruga de una motoconformadora no funcionaba (le habían quitado una pieza). Fallaron los frenos de una retroexcavadora. Se averiómisteriosamente una grúa que tenía agua en el motor de arranque, no obstante que en las últimas tres semanas no había llovido. Cada día fallaba algo. Y Carlock no dejó de aparecer. Cada vez, preguntaba: "¿Y cómo está trabajando, su equipo señora?"
Ann no había comprendido el significado de la pregunta, hasta que habló con un amable vendedor de equipo que le preguntó:
?
—No tengo planes al respecto, ¿por qué?
—Si quiere usted trabajar en Lake Charles, tiene que obtener su equipo de Willard Carlock.
Comprendió que necesitaba seguirles el juego. Aceptó alquilar una retroexcavadora Cat 225 de la Tri-Coast, compañía recomendada por Carlock padre, en 3000 dólares mensuales. Al mismo tiempo, Carlock exigía y recibía pagos de Garland Davidson, uno de los dueños de la Tri-Coast.
La obligaron a usar en total seis piezas de maquinaria para construcción de la Tri-Coast, cuyo alquiler mensual le costaba de 2000 a 21,000 dólares.
Carlock y Scimemi la obligaron también a contratar a casi el doble de los ingenieros que necesitaba, lo que le costó cientos de miles de dólares. Carlock le propuso que, si aceptaba hacer con él un viaje a Houston, estaría dispuesto a hablar sobre reducciones en la cantidad de equipo y personal de la obra. Indignada, Ann rechazó la proposición.
Declaración de guerra. El 3 de noviembre de 1981, Scimemi abordó una retroexcavadora y la condujo hasta la orilla del sitio de la construcción, donde estaba un cable que llevaba corriente eléctrica a todas las instalaciones. El lugar estaba lleno de señales de advertencia, pero Scimemi desenterró el cable y lo rompió. Las reparaciones costaron 60,000 dólares a Blackwell.
Ann despidió a Scimemi y confió entonces a un amigo: "Estoy poniendo en peligro mi vida, pero he tomado la resolución de que él no volverá jamás a poner un pie aquí".
Una vez despedido Scimemi, los ingenieros de operaciones comenzaron a hacer "tortuguismo". El proyecto se retrasó.
—¿Por qué están haciéndome esto? —preguntó la señora Blackwell a Carlock—. Soy una buena contratista del sindicato.
—No sé de qué me habla —le contestó Carlock.
Para entonces su casa había sido allanada ocho veces. Le cortaron una y otra vez los neumáticos del automóvil y sus tres perros, uno tras otro, desaparecieron.
Lo peor de todo esto fue que nadie prestó oídos a Ann cuando reunió pruebas y buscó ayuda. Se puso en contacto con ejecutivos de la Parsons-Gilbane y personal del DOE en Nueva Orleáns, Louisiana y Washington, D.C., con la esperanza de que se iniciara una investigación completa; pero no logró nada.
Por fin, en febrero de 1982, presionó a Carlock para que le asignara un nuevo mecánico y los trabajos se reanudaron. Pero ya era demasiado tarde. No pudo terminar el proyecto hasta julio, varios meses después de la fecha estipulada en el contrato.
La lucha con la Sección Local 406 le había costado más de tres millones de dólares entre extorsiones, sanciones y honorarios de abogados. Pero nunca claudicó. Por el contrario, declaró la guerra al bandolerismo, a la falta de honradez y a la escoria humana de West Hackberry.
Consejo del "Padrino". Al principio, la señora Blackwell sólo sufrió derrotas. Seleccionó más de 2600 cartas, órdenes de trabajo, asientos de nóminas, cheques y otros documentos relacionados con el proyecto de West Hackberry. Obtuvo testimonios jurados de testigos respecto al reino del terror. Llevó un registro diario de amenazas, actos de sabotaje, cantidades pagadas. Formó 16 legajos con los documentos más incriminadores y los envió por correo a la Casa Blanca, al DOE, al Departamento de Justicia y a comités correspondientes del Congreso. En un principio, todos sus esfuerzos fueron inútiles.
Ann Blackwell estaba corriendo serios peligros, y lo sabía. En mayo de 1983, recibió un aviso de que un poderoso personaje de los círculos laborales de Louisiana quería hablar con ella. La señora Blackwell recuerda que en el mensaje se hacía referencia al hombre como el "Padrino". Se entrevistó con él en Lake Charles.
Era un hombre corpulento, de unos 60 años. Le dijo: "Lo sé todo sobre usted, señora Blackwell; le gusta combatir". Entonces habló con dureza: "No hay nada peor que un soplón, no sea soplona", le advirtíó. Pero Ann no se arredró.
Finalmente, empezaron a ocurrir cosas. El congresista John Dingell, presidente del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Diputados, envió una carta escrita en términos severos al secretario de Energía, Donald Hodel, en la cual le aseguraba que se iba a hacer una investigación a fondo sobre las denuncias de la señora Blackwell.
El senador Orrin Hatch, presidente del Comité de Trabajo y Recursos Humanos del Senado, estaba investigando los fraudes sindicales. Jim Phillips, el jefe de los investigadores, preguntó a Ann Blackwell si estaría dispuesta a presentar testimonio sobre sus penosas experiencias con el sindicato. "No dejaba de pensar en la advertencia que me habían hecho", recuerda, "pero resolví que tendría que optar por pasarme el resto de la vida temiéndoles, o por enfrentarme a ellos".
Testigo principal. Durante las audiencias, Ann Blackwell describió la amenaza de asesinar a James Smith, los actos de sabotaje y las extorsiones. Testigo tras testigo, expusieron sus quejas sobre la Sección Local 406-Lake Charles.
En junio de 1984, un gran jurado federal en Lafayette, Louisiana, investigó a la Sección Local 406, y Ann Blackwell fue uno de los testigos principales. El 17 de enero de 1985, el gran jurado enjuició a Willard Carlock y su hijo Willard, así como a Mike Scimemi, por un total de 58 cargos por extorsión y fraude organizado.
Carlock y los demás fueron a juicio el 24 de junio. Con gran atención, el jurado escuchó a la señora Blackwell relatar la pesadilla que había vivido. Ninguno de los acusados habló para defenderse.
En agosto, el jurado declaró culpables a Willard Carlock padre, a Willard Carlock hijo y a Scimemi. El juez Earl Veron sentenció al primero a 12 años de cárcel y le impuso una multa de 50,000 dólares. Scimemi y Carlock hijo recibieron sentencias de ocho años y multas de 10,000 dólares cada uno.
Hoy, Ann Blackwell ha vuelto a la Maco Construction, donde trabaja 16 horas diarias. El senador Hatch declaró: "Francamente, estoy sorprendido de que aún esté viva. Es una gran mujer; muy valiente. Pero más que nada, Ann Blackwell es una luchadora".
Los periódicos y los noticiarios televisivos difunden a diario los actos de los maleantes. Con frecuencia olvidamos que también hay héroes; que toda población y ciudad tiene sus paradigmas de valor, bondad y decencia. He aquí cuatro de ellos.
HEROES ENTRE NOSOTROS SELECCIONES DEL READER'S DIGEST julio de 1986
EL REGALO DE SARAH
EN DICIEMBRE de 1984, Sarah Kreinberg, nacida hace siete años en Portland, Oregon, oyó hablar del hanbre que padecen los niños etíopes y decidió enviarles su propio alimento. Cuando se enteró de que no era práctico hacerlo, vació su alcancía y donó todo lo que tenía al fondo que estableció su iglesia para ayudar a los etíopes.
Pero no se conformó con esto. Días después vio la foto de un bebé etíope, y supo que un banco de su localidad estaba aportando fondos iguales a las contribuciones de los ciudadanos para enviar por avión ayuda a los africános víctimas del hambre. Resuelta a conseguir más dinero para donar, Sarah se dio a la tarea de hacer y vender adornos para árboles de Navidad.
De puerta en puerta, ofrecía resplandecientes "manzanas" rojas envueltas en seda y pegadas a un barquillo de helado. La chiquilla rubia, de mejillas chapeadas como manzanas, que hacían juego con los adornos, se convirtió en una cautivadora y tenaz vendedora. Pasadas las vacaciones, continuó su campaña de recaudación de fondos vendiendo dulces.
Para la primavera de 1986, Sarah había dado a los niños de Etiopía, contada la donación del banco, casi 6500 dólares. Esta es una cifra excepcional, si se considera que la pequeña pudo reunirla sin ayuda. Pero Sarah es una niña excepcional, con una sensibilidad especial por los niños que tienen problemas para subsistir. Desde que cumplió 15 meses, Sarah ha vivido con un tumor cerebral inoperable.
—Guideposts Magazine
Valor sin límites
EN LA ciudad norteamericana de St, Louis, tras saltar de su camión, John Booker ayudó a un vecino a enfrentarse con un hombre y someterlo hasta que llegó la policía, después de que el sujeto había intentado arrebatarle la bolsa a una dama ya entrada en años.
John, de 41 años, no tiene piernas. Las perdió al pisar una mina en Vietnam.
¿Cómo pudo, entonces, realizar tal hazaña? Se desplazó casi 100 metros valiéndose únicamente de las manos.
El salto de un metro, desde el camión, hizo que se agravara una vieja lesión que padece en el hombro. Pero John no se arrepiente de su acto. "No es correcto que alguien abuse de una dama", declara. '—AP
INFORME ESPECIAL
Desde hace varios años, los servicios de espionaje occidentales han estado reuniendo pruebas de la existencia de una fuerza militar clandestina de la URSS: un gran ejército secreto, brutalmente entrenado, cuya finalidad es encabezar invasión de Europa Occidental... o más allá. En este amplio informe se incluyen los impresionantes hechos recopilados para SELECCIONES DEL REAI)F,R's DIGEST por el columnista Dale Van Atta.
SPETSNAZ, SINIESTROS COMANDOS SOVIÉTICOS
Un autobús militar se detiene a la entrada de un centro de adiestramiento del Ejército estadunidense en Alemania Occidental. Los centí- nelas, suponiendo que el vehículo está lleno de soldados norteamericanos que vuelven de la ciudad, se aproximan de modo rutinario y son acribillados a tiros de armas con silenciador. El autobús se interna en la base mientras los dos grupos de comandos que van dentro se ponen mascarillas antigás.
Dentro de las instalaciones, los norteamericanos, cuyo deber es vigilar los lanzadores de proyectiles nucleares Pershing II, mueren en cuestión de minutos bajo un invisible manto de gas neurotóxico, y los lanzamisiles son inutilizados.
En Helbronn, otra base de proyectiles Pershing es tomada de igual manera. Al mismo tiempo se destruyen cinco importantísimos centros de comunicaciones de la OTAN (en Maastricht, Holanda, y en las ciudades alemanas de Boerfink, Kindsbach, Massweiler y Vogeliveh). La confusión reina en el alto mando de la OTAN, en Bruselas. Han desaparecido oficiales de alta graduación y dirigentes políticos. A algunos los encuentran muertos en sus casas.
Mientras, hombres rana emergen de las heladas aguas próximas a Keflavik, Islandia, eslabón de vital importancia para las operaciones antisubmarinas de la OTAN. Con equipo depositado meses antes en el lecho marino, impiden el funcionamiento de estaciones de reconocimiento y comunicaciones.
Ningún país aliado —ni neutral— está a salvo. En Estocolmo, Suecia, un combate con ametralladoras cerca del palacio termina con el secuestro de la familia real por hombres rana que habían estado al acecho, en espera de una señal de los agentes infiltrados en la capital.
Los mejores comandos soviéticos, con la ayuda de agentes secretos establecidos desde hace mucho tiempo, han llevado de repente a la OTAN a una agudísima crisis. Con el derrumbe, de un solo golpe, de sus instalaciones nucleares, de sus redes de comunicación y de su dirección, ¿qué puede hacer Occidente para evitar una invasión soviética de Europa Occidental?
LOS ACONTECIMIENTOS anteriormente descritos son ficticios, pero el plan para llevarlos a cabo es real. El general Pyotr Ivanovich Ivashutin, medio calvo y de cuello robusto y corto, comandante del Glavnoye Razvedyvatelnoye Upravleniye (GRU), el servicio de espionaje de las fuerzas armadas soviéticas, tiene a su disposición una fuerza compuesta de 30,000 hombres y mujeres adiestrados para cumplir estas misiones.
Los servicios de espionaje occidentales han tardado mucho en descubrir la existencia y composición de estos comandos, los cuales tienen ya en su haber operaciones tales como el asesinato, en 1979, del presidente de Afganistán, y la supresión de actividades antisoviéticas en Bulgaria a mediados del decenio de los sesenta. Pero ahora ya se conoce la amenaza que representan, lo mismo que su nombre: Spetsnaz, forma abreviada de spetsalnaya naznacheniya, que significa comandos para objetivos especiales.
"La creación de los Spetsnaz es un aspecto particularmente amenazador del aumento del poderío militar soviético", dice Noel Koch, subsecretario adjunto de Defensa de Estados Unidos. "Su misión es destruir la infraestructura de una nación y matar gente. Son parte integral de las operaciones soviéticas de tiempos de paz, y en tiempos de guerra podrían representar una grave amenaza de desorganización estratégica en la región de la OTAN, e incluso en Estados Unidos".
Exploraciones para sabotaje. Una unidad Spetsnaz típica se compone de un oficial superior y uno subalterno, un encargado de las comunicaciones, un médico y por lo menos dos especialistas en demolición y cuatro en reconocimiento. El equipo que comúnmente emplean consta de misiles tierra-aire, trasmisores de comunicación de "ráfaga" (que mandan breves "chorros" de señales en clave por satélite hacia el cuartel general) y una lista de objetivos, que pueden ser objeto de ataque o sólo de vigilancia. Una brigada Spetsnaz, compuesta de 100 de estos grupos, incluye díez unidades de oficiales de carrera, la crema y nata de la élite, cuya principal misión es el asesinato de los altos dirigentes enemigos. FIn conjunto, los servicios de espionaje norteamericanos calculan que el total de fuerzas para tiempos de guerra de los Spetsnaz es de 20 brigadas, cada una integrada por 900 a 1200 hombres, además de cuatro brigadas navales, por lo menos.
Es un gran honor ser seleccionado para formar parte de una unidad Spetsnaz. "Sólo son aceptados los reclutas que pasan las rigurosas pruebas", dice un desertor del GPU que vive en Inglaterra bajo el seudónimo de Viktor Suvorov. Este hombre sostiene (y los servicios de espionaje están de acuerdo con ello) que muchos de los mejores atletas de la Unión Soviética, en particular miembros del equipo olímpico, están en los Spetsnaz. Las competiciones deportivas internacionales les dan la doble ventaja de pulir sus habilidades en tiro, esquí y natación, al tiempo que se familiarizan con los países a los cuales podrían retornar algún día como saboteadores.
Los soldados y oficiales de los Spetsnaz disfrutan de sueldos más altos, mejor comida, permisos más prolongados, ascensos más rápidos y un retiro a menor edad que el personal del Ejército regular. Sin embargo, se ganan a pulso tales privilegios. En las prácticas de supervivencia son lanzados en paracaídas sobre zonas inhóspitas y se les exige que pasen días o semanas valiéndose por sí mismos, sin llevar siquiera bolsas de dormir.
Pero en una misión típica, cada miembro de los Spetsnaz lleva consigo un rifle automático ligero Kalashníkov con 300 balas y una bayoneta que sirve de serrucho y corta alambre, una pistola P6 con silenciador, seis granadas de mano o un lanzador de granadas de mano, y un cuchillo estilo James Bond que, al apretar un botón, lanza silenciosamente su mortal hoja a diez metros de distancia.
La brutalidad es el distintivo de los métodos que siguen los Spetsnaz. Uno de sus principales centros de entrenamiento, en Zheltyye Vody, Ucrania, está cerca de campos de concentración. Según Suvorov, los internos del gulag son utilizados en prácticas de combate cuerpo a cuerpo, y se permite que los efectivos de los Spetsnaz los golpeen y mutilen a su antojo: "Es mucho más realista que clavarle un cuchillo a un saco de arena".
Infiltrarse y asesinar. Los informes de espionaje sobre una base secreta de adiestramiento de los Spetsnaz al oeste de los montes Urales demuestran que se entrenan para atacar objetivos de la OTAN y de Estados Unidos. Tienen modelos de tamaño real de aviones comerciales (para adiestrarse en técnicas de secuestro), de aviones de caza norteamericanos y franceses, de lanzadores de misiles nucleares, de proyectiles Pershing y de misiles de crucero lanzados desde tierra. Irónicamente, el primer "misil" Pershng II instalado en Europa no fue en Alemania Occidental en 1983, sino en una fecha anterior, en la Unión Soviética, como modelo en el centro de adiestramiento.
En un conflicto armado real, los comandos Spetsnaz se infiltrarían en Europa Occidental y en Estados Unidos durante un periodo de tensión internacional, pero antes de que la URSS declarase la guerra. Además de la llegada clandestina de soldados en paracaídas, de hombres rana y de desembarcos de tropas en minisubmarinos, se enviaría una gran cantidad, mayor de lo normal, de delegaciones deportivas y culturales a los países que se pensara atacar.
Se incrementaría el personal de las embajadas y consulados soviéticos con jóvenes de uno y otro sexos de excepcional capacidad física, que servirían como guardias, choferes y jardineros. Estos equipos activarían las redes de agentes "ocultos", que ya viven cerca de los centros de comunicación, las bases y los arsenales. Tales agentes vigilan, proporcionan información y se encargan de mantener casas seguras en donde podrían esconderse los Spetsnaz.
En el caso de un ataque por sorpresa, los equipos señalarían como blancos o atacarían las instalaciones de armas nucleares; destruirían sistemas de mando y de control y neutralizarían bases militares; cortarían la energía eléctrica e interferirían las estaciones radiodifusoras; y asesinarían a líderes políticos y militares.
El asesinato es vital en la planificación de ataques relámpago de los
soviéticos. Como las órdenes para utilizar armas nucleares de la OTAN sólo pueden darlas los dirigentes políticos, al eliminarlos se retardaría la decisión de tomar represalias con armas nucleares. C. N. Donnelly, jefe del Centro de Investigación de Estudios Soviéticos, de la Real Academia Militar británica, dice: "El objetivo que la URSS debe buscar es el derrumbe político total de los gobiernos clave de la OTAN en el menor tiempo posible".
Con esta audaz estrategia se aprovecha la dificultad de maniobra de la intrincada estructura de la OTAN. En el caso de un inicio de hostilidades, los estatutos de la alianza exigen la realización de consultas entre sus 16 países miembros, y se necesitan varios días para movilizar la defensa de avanzada de la OTAN. Por ejemplo, los camiones tienen que formarse ante los depósitos de Europa Occidental para cargar las ojivas nucleares y, luego, trasportarías a sus respectivas unidades por caminos públicos, lo cual los convierte en blancos ideales para los comandos Spetsnaz emboscados. Tal como lo advirtió en 1984 el Ministerio de Defensa inglés, "la principal amenaza no es la invasión en gran escala, sino el sabotaje realizado por escuadrones de hombres especialmente adiestrados".
Submarinos misteriosos. De acuerdo con los servicios de espionaje norteamericanos, los Spetsnaz han estado operando desde hace años. En su libro Special Operations in U.S. Strategy ("Operaciones especiales en la estrategia de Estados Unidos"), John Dual(, especialista de la Agencia de Uspionaje del Departamento de Defensa, escribe: "En 1968, en Checoslovaquia, la toma del aeropuerto de Praga por los soviéticos fue realizada por Comandos Spetsnaz bajo las órdenes de la KGB. Estas unidades detuvieron al dirigente del Partido, Aleksandr Dubcek, y lo enviaron a Moscú. También se cumplieron misiones similares contra otros enemigos inscritos en las listas de la KGB".
La invasión de Afganistán en la Navidad de 1979 fue una operación clásica de los Spetsnaz. Los oficiales más importantes del Ejército afgano fueron llevados con engaños a una recepción para celebrar la "amistad afgano-soviética". Citando estaban en pleno festejo, una unidad Spetsnaz los encerró en el salón y los hizo volar en pedazos.
Pero, según el comandante Vladimir Kuzichkin, desertor de la KGB, el principal objetivo de los varios cientos de hombres de los Spetsnaz aerotrasportados a Kabul era el asesinato del presidente Hafizullah Amin. El 27 de diciembre, elementos de los Spetsnaz vestidos con uniformes afganos y bajo el mando de la KGB se introdujeron al Palacio Darulaman por tres flancos, se abrieron camino hasta Amin y lo mataron con su familia y su guardia.
Los servicios de espionaje de Occidente, que dependen en gran medida de la interceptación de mensajes radiados y de informes que proporcionan refugiados y deserto
res, indican que hoy día la mayor intervención de los Spetsnaz es en Afganistán, en donde ayudan a 120,000 hombres del Ejército Rojo a combatir a los guerrilleros. Dziak afirma: "Aunque le resulta muy costoso, el alto mando militar soviético considera que Afganistán es el primer laboratorio operacional verdadero que han tenido sus fuerzas armadas desde la Segunda Guerra Mundial".
"Los Spetsnaz tienen influencia mucho más allá De la Unión Soviética porque sus tácticas de guerra, nada tradicionales, hacen de ellos una excelente herramienta para exportar la revolución", declara el secretario del Ejército de Estados Unidos, John Marsh. No únicamente soldados afganos, sino también cubanos y de otros países del Tercer Mundo, han asistido a los campos de entrenamiento de los Spetsnaz en la URSS.
Para medir los reflejos militares y de espionaje de Occidente, periódicamente se despliegan unidades Spetsnaz. Uno de sus medios predilectos son los minisubmarinos, capaces de arrastrarse por el lecho marino con ruedas de oruga semejantes a las de un tanque. Los minisubmarinos espían las bases navales suecas y buscan playas idóneas para un posible desembarco de tropas de asalto compuestas de nadadores. Se han arrastrado por debajo del agua hasta estar a menos de 1600 metros del Palacio Real de Estocolmo. En marzo de 1984, el Ejército sueco repelió con fuego de ametralladoras y granadas de mano a los hombres rana de los Spetsnaz cerca de una gran base naval. Más recientemente, se han detectado dichos submarinos en el estrecho de Gibraltar, punto de enlace del mar Mediterráneo y el océano Atlántico, y también han dejado sus huellas en el fondo del océano cerca de bases navales de los japoneses.
Tras reflexionar sobre el audaz uso de los Spetsnaz que hace el Kremlin, Edward Luttwak, importante analista militar del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de la Universidad de Georgetown, comenta: "Es un indicio más de que la Unión Soviética está planeando seriamente sus ofensivas".
Los aliados occidentales han empezado a enfrentarse con la desagradable realidad de los Spetsnaz. Por ejemplo, Inglaterra está reforzando su Ejército Territorial y ha creado una Fuerza Civil Interna para la defensa y para mejorar los sistemas de protección de sus instalaciones vitales; y tiene una buena razón para bacerlo. El semanario Jane's Delence Weekly informó en enero de 1986: "La Unión Soviética ha mantenido un destacamento secreto de comandos Spetsnaz, integrado por mujeres, cerca de la Base Aérea de Greenham Common, desde el despliegue, en diciembre de 1983, de misiles de crucero Tomahawk con base en tierra, de la Fuerza Aérea norteamericana. Desertores soviéticos han revelado que varias agentes se infiltraron en grupos de protesta femeninos en Greenham Common y que estuvieron presentes en todo momento".
El Pentágono considera necesaria una reacción en diversos frentes para contrarrestar a los Spetsnaz. Se debe informar a aquellos grupos amenazados por dichas fuerzas de ataque, entre ellos a importantes funcionarios públicos, acerca de las capacidades de estas. Por último, se debe fomentar la recabación de informes secretos sobre los Spetsnaz ( para saber cómo, cuándo y dónde atacarán ).
"El desarrollo de los Spetsnaz ha sido rápido, y nosotros apenas ahora estamos reconociendo la magnitud de la amenaza que representan", dice Koch, y concluye: "Debemos mejorar muchísimo nuestra seguridad en la retaguardia para hacer frente a esa amenaza".
"Más fácilmente que la leña" SELECCIONES R.D JUNIO DE 1986
EN SEP77EMBRE de 1984, un grupo de integrantes del Comité Norteamericano de Vigilancia de Helsinki se trasladó a la frontera afgana y entrevistó a más de 100 refugiados afganos sobre las violaciones a los derechos humanos en Afganistán por parte de los soviéticos. "Casi cada afgano tiene una historia que relatar en este sentido -, informó el grupo; -nuestros intérpretes y guías, y personas que conocimos acciden- talmente, habían experimentado en carne propia atrocidades tan graves como las víctimas a las que habíamos entrevistado. Un médico afgano que nos sirvió de intérprete en un hospital exclamó de pronto, cuando salíamos: ¿Para qué todo esto? La gente ya debería saberlo: no existen los derechos humanos en Afganistán. Queman gente más fácilmente que la leña". Los siguientes fragmentos de testimonios de las entrevistas del informe del Comité de Vigilancia de Helsinki presentan atisbos horripilantes de las atrocidades soviéticas en AfganútJn.
MOHAMMAD Eshaq, líder de la Resistencia en el valle de Panjsher, al describir la suerte que corrieron en su aldea ancestral de Mata dos hermanos ciegos de 90 y 91 años, respectivamente, que se quedaron rezagados cuando el resto de los aldeanos huyeron, durante una ofensiva: "Vinieron los rusos, les ataron dinamita a la espalda y los volaron. Eran personas muy respetadas".
UN COMBATIENTE de la Resistencia al que torturaron entre dos y cuatro horas diarias durante todo un año, detalla los métodos rusos de interrogación: "La tortura era siempre con bastones de descargas eléctricas. Aplicaban los toques entre los dedos de los pies y de las manos, y en la sien. Muchas veces caí desmayado. Un día me colgaron de una pared donde había ganchos enormes. No me permitieron dormir, comer ni beber durante 48 horas. Me extendieron los brazos al máximo, me ataron las manos a los ganchos y me pusieron grilletes en los tobillos. Esto me causó fuertes dolores de estómago y de riñones. A la mañana siguiente me bajaron y me trajeron un pedazo de pan y un poco de agua. Después, me tuvieron colgado de cabeza todo el día".
MOHAMMAD Amin Salim, ex profesor de Ley Islámica, oriundo de una aldea de Shomali: "Estaba yo en una aldea, cuando llegaron los soviéticos a registrar las casas: "encarcelaron a los siete más ancianos del pueblo y les preguntaron ¿En dónde están sus hijos? Los ancianos dijeron que no tenían hijos. En seguida, mataron a dos de ellos disparándoles con rifles automáticos. A un tercero lo pusieron contra un árbol y con un gran clavo [aparentemente era una bayoneta desmontada] un soldado lo apuñaló y lo clavó en el árbol. Otro ruso apuñaló a un cuarto anciano en la boca con un clavo grande, y le desarticuló la quijada".
UN MÉDICO francés relata cómo los rusos castigaron a toda una aldea por la defección de parte de las tropas afganas: "Los amarraron y apilaron como leña; les echaron gasolina y los quemaron vivos. Entre ellos había viejos y jóvenes, hombres, mujeres y niños. Así asesinaron a 40 personas".
MiKE HOOVER, productor de televisión de la CBS (siglas en inglés de Red Radiodifusora de Columbia), filmó la entrevista con un afgano que había trabajado de traductor en el Ejército soviético. El traductor estaba "sumamente alterado". Contó cómo en una aldea los rusos sujetaron a un niño en la hoguera mientras lo interrogaban
sobre los mojahedin. SELECCIONES R.D JUNIO DE 1986
Una
Revelacion Divina
del Infierno
Queda Muy Poco Tiempo!
por
Mary Katherine Baxter
Capítulo 9: Los horrores del infierno
Yo entiendo porque la gente en estas celdas del vientre del infierno eran diferentes a otras en otros lugares de tormento. Había muchas cosas que yo no entendía. Yo simplemente escuché a Jesús e hice un registro de todo ho que escuché y oí para la gloria de Dios.
“Esta mujer,” dijo Jesús, “fue el equivalente de un predocador para satanás. De la misma forma que el verdadero evangelio se nos es predicado por un verdadero ministro, así también, satanás tiene sus ministros falsificados. Ella tenía un tipo de poder satánico muy poderoso, que para recibirlo fue necesario que ella vendiese su alma. Los dones malignos de satanás son como el otro lado de la moneda de los dones Espírituales que Jesús otorga a los creyentes. Este es el poder de las tinieblas.
Muchas personas entregan sus almas a satanás. Ellos escogen servirle a él y no a mi. Su decisión significa la muerte, a menos de que se arrepientan de sus pecados y clamen a mi. Yo soy fiel y los salvaré de sus pecados. Muchos le venden sus almas a satanás creyendo que van a vivir para siempre. Pero sufrirán una muerte horrible.
Después que esta mujer murió, se fue derecho al infierno. Los demonios la trajeron delante de satanás, donde muy airada preguntó el porque los demonios tenían poder sobre ella, pues en la tierra ella pensó que era ella quien los controlaba a ellos. Allí ellos hicieron lo que ella les pidió. Ella también le pidió a satanás el reino que él le había prometido.
Pero al final, satanás se burló y la despreció. El le dijo, ‘Yo te engañe y te usé durante esos años. Yo jamás te dare mi reino.’ El diablo batió sus manos delante de la mujer, y tal parecía que toda su carne estaba siendo arrancada de sus huesos. Ella grito de dolor cuando un libro negro y grande fue traído para satanás. El lo abrió y corrió sus dedos por las páginas hasta que encontró su nombre.
Cuando se muere en la tierra, si usted ha nacido de nuevo por el Espíritu de Dios, su alma va al cielo. Si usted es un pecador cuando muere, va inmediatamente a un fuego ardiente. Su alma será arrastrada por demonios con cadenas inmensas por las puertas del infierno y donde será lanzado en las fosas y atormentado. Más tarde, serás tirado delante de satanás. Ud. conoce y siente todo lo que le pasa en el infierno.
Jesús me dijo que hay un lugar en el infierno llamado el “centro de placer.” Las almas asignadas a las fosas no pueden ser llevadas a ese lugar. El también me dijo que aunque los tormentos son diferentes para cada persona, todos son quemados con fuego.
En ese tipo de tormentos escondían huesos espírituales que habían sido cortados y enterrados en diferentes partes del infierno. El alma fué literalmente rasgada en pedazos y las partes esparcidas por todo el infierno era como un tipo de juego a las escondidas demoníaco. Las almas mutiladas sintieron dolores tremendos. Los espectadores les tiraban piedras a los que se encontraban en el centro.
Jesús dijo, “Yo le quite la llave del infierno a satanás hace muchos años. Yo vine y abrí estas celdas y dejé salir a mi gente, pues en el tiempo del Antiguo Testamento, antes de haber dado mi vida en la cruz, el Paraíso estaba situado cerca del infierno. Estas celdas estaban en el Paraíso; pero ahora satanás las usa para sus malos propósitos y ha hecho más.
Oh lector, te arrepentirás de tu pecado antes que sea demasiado tarde? Pues todos vendrán delante de mí en el juicio. El Paraíso fue movido de su proximidad al infierno cuando yo morí y resucité otra vez por el poder de Dios, mi Padre.
De las celdas salían gritos que quebrantaban el corazón, así como grandes gritos de dolor. Las almas encarceladas estaban siendo quemadas vivas por este lago de fuego más caliente, sin embargo no podían morir. Los demonios, también se unieron a las carcajadas cuando satanás iba de celda en celda torturando a los perdidos.
Jesús dijo, “Satanás se alimenta con la maldad. El se gloría en el dolor y el sufrimiento y gana poder con eso.”
Yo ví cuando satanás ascendió en una nube de humo, llevando la corriente de fuego hacia la parte alta del vientre del infierno. Lo escuché cuando dió la vuelta y con una voz fuerte anunció que si todas las almas no lo adoraban, él les daría un turno en el centro de placer.
Jesús dijo, “todos los que ocupan las celdas del infierno escucharon el verdadero evangelio cuando vivían en la tierra. Muchas veces les ofrecí mi salvación. Muchas veces mi Espíritu los atrajo, pero no me escucharon o vinieron a mi para ser salvos.”
Jesús dijo, “Mi salvación es gratis. El que quiera, que venga y será salvo de este lugar de castigo eterno. Yo no lo echaré fuera. Si has sido una bruja o un mago, aún si tienes un acuerdo escrito con el diablo, mi poder lo romperá y mi sangre derramada te salvará. Yo quitare la maldición maligna de tu vida y te salvaré del infierno. Dame tu corazón para poder quitarte las cadenas y ponerte en libertad.
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