ANGELA DAVIS, O LA FORJA DE UNA MÁRTIR
POR RALPH KINNEY BENNETT
Para los radicales de todo el mundo, el proceso seguido a la talentosa y desconcertante joven negra se ha convertido en escándalo y en centro de un movimiento propagandístico de alcance internacional.
POR RALPH KINNEY BENNETT Sellecciones del Reader´s Digest Mayo de 1971
UNA MULTITUD de 300 estudiantes de ideas radicales, izquierdistas y negros militantes se reúne en una ciudad de la costa oriental de los Estados Unidos para celebrar un bullicioso mitin y exigir la libertad de Angela Davis. En Italia y en Francia, los partidos comunistas distribuyen pliegos reclamando que los gobiernos se declaren oficialmente opuestos a la prisión de la joven negra. Durante una manifestación celebrada en Estados Unidos, se hacen circular volantes impresos en que se califica a Angela Davis de "brillante intelectual comunista" y se afirma que "sólo con una acción popular en masa se podrá obtener su libertad".
El campo radical se sustenta de mártires, y Angela Ivonne Davis (delgada y atractiva, a quien se acusa de cómplice en el secuestro y asesinato de un juez del Tribunal Superior y de otros tres hombres, ocurridos en agosto pasado en San Rafael, California) parece ser persona ideal para desempeñar ese papel. "Ningún individuo de raza negra", comenta el diario The Christian Science Monitor, "ha despertado mayor interés público, más indignación, desconcierto y piedad que esta joven, que se califica a sí misma de comunista". Angela Da-vis, a la vez digna intelectual y agitadora dada a la vituperación, aparece en la prensa como un enigma. Sin embargo, ella misma ésta muy lejos de mostrarse enigmática al explicar su posición: "Soy una revolucionaria comunis‑ "Soy una revolucionaria comunis‑ta de raza negra", declara, "y milito dentro de un movimiento revolucionario cuyo fin es la destrucción de las condiciones que nos impiden conseguir la libertad".
¿Quién, pues, es esta mujer, a quien cierto ministro de la iglesia Episcopal recuerda como dotada de "gracia, talento y discreción" y a quien el presidente de cierta universidad describe como una muchacha "henchida de odio"? ¿Cuál fue el camino que recorrió hasta convertirse en "causa célebre" para gran número de agrupaciones izquierdistas, y en centro de una ofensiva propagandística internacional?
Viaje hacia la izquierda. Angela Davis nació hace 27 años en una familia de la clase media de su raza (sus padres eran maestros de escuela) y llevó una existencia cómoda y tranquila en Birmingham (Alabama). Asistía a la iglesia, tomaba lecciones de piano y formaba parte de la asociación de Niñas Exploradoras. Pero también observaba que los de su raza debían beber agua de fuentes separadas y que en el centro de la ciudad había sitios adonde no se permitía a los negros entrar a comer. Y asimismo estallaban bombas y se enconaban las malignas heridas causadas por las diferencias raciales. Por el otoñó de 1963, cuando Angela era estudiante en la Universidad de Brandeis, en Massachusetts, una explosión de dinamita causó la muerte de cuatro niñas negras que asistían a la doctrina en los sótanos de una iglesia de Birmingham. Una de las víctimas había sido vecina de la familia Davis. Aquella explosión, diría Angela tiempo después, "me afectó, en sentido político, definitivamente".
La forma que aquel efecto "político" habría de tomar se iba moldeando ya bajo la dirección de Herbert Marcuse, filósofo marxista y catedrático en la Universidad de Brandeis. Angela, impresionada por
las teorías de barcuse, que defendían el cambiopor el ,cambio mis mo (y. que le han ganado el título de •'padrino de la rebelión estudiantil “)l, dejó de interesarse por la literatura francesa para dedicarse al estudio de los filósofos radicales, que le pareció más "pertinente". Tras de graduarse con honores en Brandeis, estudió durante dos años en la Universidad Johann Wolfgang Goethe, de Francfort (Alemania), en la clase de Theodore Adorno, marxista colaborador de Marcuse. La joven pasó algún tiempo en Francia, y allí, ha dicho Angela, la táctica de la violencia seguida por la revolución de Argelia "la armó de una idea concreta respecto a la dirección general que debería tomar el movimiento" de los negros norteamericanos. En 1968 regresó Angela a los Estados Unidos con objeto de prepararse para su doctorado, dirigida por Marcuse, quien en el ínterin había pasado a la Universidad de California en San Diego.
Angela se incorporó al partido comunista estadounidense, que entonces apresuraba sus esfuerzos para atraer a los negros a sus filas. La joven, hablando ante un grupo le estudiantes de San Diego, les dijó:
"A mi modo de ver, el capitalismo no ofrece solución a nuestros problemas. Debemos pensar en soluciones radicales". Se unió al Club Che-Lumumba, puñado de marxisstas de raza negra que chocaba consntantemente con el partido, por su indisciplina". En enero de 1968, segúni los libros donde en California se registran, las ventas de armas de fuego, AngeJa adquirió -una pistola automática Brownig en una casa empeños de Los Ángeles. El 7 de- abril de 1969 compró un arma más: una carabina Plainfield automática.
"Crímenes contra el pueblo". En mayo de 1969 Angela aceptó una plaza de profesora de filosofía en la Universidad de California en Los Ángeles. Antes de trascurridos cuatro meses, los directores del centro docente la destituyeron por su calidad de comunista declarada, si bien los tribunales anularon tal destitución. Convertida entonces en foco de un tormentoso debate sobre la "libertad académica", Angela afirmó, en el curso de su prirnera clase del otoño: "La primera condición de la libertad estriba en un franco acto de resistencia: de resistencia violenta". En un discurso que pronunció posteriormente fuera de la universidad y que había de provocar a los directores a destituirla definitivamente (en junio de 1970), la joven militante declaró: "Cuando la gente comienza a calificarnos de subversores, deberemos replicar: ¡Maldita sea! Sí, somos subversores. Así es, ¡maldita sea! y seguiremos siendo subversores hasta haber subvertido por completo este abominable sistema de opresión".
Angela asumió, en junio del año pasado, el
papel principal de lo que era por entonces la más reciente de las causas
radicales en California: obtener la
liberación de tres prisioneros de raza negra, acusados de haber
asesinado a un guardián blanco en la
prisión de Soledad, penal sacudido por conflictos raciales. A menudo,
en reuniones políticas y pi-quetes de huelga, se veía a Angela en compañía de jonathan Jackson,
de 17 años de edad, hermano de George Jackson convicto de robo), uno de los
tres cuya libertad se buscaba que se tenía por
líder.
El día 20 de junio de 1970, en una iglesia del barrio de Watts, en Los Angeles, la joven desempeñó las funciones de "juez" en un "tribunal de las masas populares". Este "tribunal" declaró a toda la maquinaria gubernamental, nacional, estatal v local, incluyendo a la judicial, "culpable" de diversos crímenes contra "el pueblo". A todos sus integrantes los condenó a muerte "por medio de la revolución". El 25 de julio acusaron a Angela de haber comprado otra carabina Plainfield "iunto con Jonathan Jackson".
Todavía está por establecerse legalmente una línea precisa en la enmarañada tela de las dos semanas inmediatamente anteriores al tiroteo ocurrido en San Rafael, pero se han descubierto ya algunos hilos. A George Jackson lo habían trasladado a la espaciosa prisión de San Quintín, situada a pocos kilómetros del pueblo de San Rafael, a principios de julio. Hacia la primera semana de agosto Jonathan Jackson se hospedaba en cierto "motel" de San Francisco (California), y en no menos de dos ocasiones Jonathan cruzó el puente "Golden Gate" para dirigirse a San Quintín y verse con su hermano. En tales ocasiones, al decir del fiscal, Angela lo acompañó aunque sin pasar de las puertas.del penal. En la acusación se in.dica también que el 5 de agosto la joven, acompañada por Jonathan, adquirió una escopeta calibre 12, de fabricación española, en una casa de empeños de San Francisco.
A continuación, por la mañana del 7 de agosto, Jonathan Jackson entró con un maletín en el Centro Cívico del Distrito de Marin, en San Rafael. Allí, en una sala de justicia, el juez Harold Haley.presidía la sesión en la causa seguida a James McCIaln, prisionero en la penitenciaria de San Quintín y acusado de haber matado a cuchilladas a uno de los guardias del penal. Jackson tomó asiento al fondo de la sala. Un guardia se dio cuenta de su presencia y se adelantó hacia él. Jackson se puso en pie, blandiendo una carabina Plainfield. "¡Esto va de veras!" gritó. "Aquí tengo un arma automática. ¡Que nadie se mueva!" Del maletín sacó otras tres armas de fuego, que pasó a McCIain y a otros dos presidiarios: William Christmas y Ruchell Magee, quienes debían prestar testimonio en el caso. Esas cuatro armas resultaron ser las que había comprado Angela Davis.
Batalla sangrienta. Con esparadrapo, los amotinados ataron al pecho del juez Haley la escopeta española, colocándole la boca de los cañones bajo la barbilla. En seguida hicieron salir de la habitación, en calidad de rehenes, al magistrado, al segundo fiscal del distrito, Gary Thomas, y a tres señoras que formaban parte del, jurado. "-Dejen en libertad a:,núe§trós" -hermanos de la prisión 'de .Soledad antes de las 12:30", ordenó Jackson cuando salía con los demás.
El grupo armado llevó a sus aturdidos rehenes hasta el vestíbulo, los hizo entrar en el ascensor y cruzó con ellos el patio de estacionamiento para llegar hasta un camión que Jonathan había alquilado el día anterior. Antes de que Jonathan y sus compañeros pudieran. escapar del lugar, dos automóviles (le la policía del distrito de Marín bloquearon la salida del estacionamiento. Empezaron a llover balas, parece ser que del camión. Una descarga de escopeta destrozó la cabeza al juez Haley, ,quien quedó muerto al instante. El fiscal Thomas le arrebató la pistola a uno de los fugitivos y comenzó a disparar, pero cayó herido en el corazón y la columna vertebral. Jackson, McCIalli. y Christmas quedaron allí sin vida, mientras Magee recibió una bala en el pecho. (Este último se ha recuperado ya, y Thomas, que ha quedado paralítico de la cintura abajo, está otra vez en su trabajo.)
Y Angela, ¿dónde andaba? ¿Estaba enterada de que Jonathan Jackson intentaría aquella locura? ¿O este había procedido por cuenta propia? Antes de que hubieran trascurrido tres horas desde aquel sangriento encuentro a tiros, Angela abandonó San Francisco y se dirigió en avión a Los Ángeles, donde no tardó en desaparecer.
Hacia el 12 de agosto, mientras la policía se ocupaba -todavía en indagar la procedencia de las ármas registradas nombre de la joven, Angela ya se había trasladado a Nueva York en compañía de David Poindexter, tipo con fama de playboy y cuyos nexos con los comunistas son bien conocidos de las autoridades federales. La pareja se dirigió de Nueva York a Chicago, y de allí a la Flt)r1da. Para entonces ya se había hecho pública la posible participación de Angela en los crímenes de San Rafael, y la FBI la había agregado a su lista de los diez fugitivos más peligrosos.
Todos los registros del órgano. Angela y Poindexter se instalaron en Miami (Florida). La FBI no sospechaba siquiera su paradero, mas, de pronto, la suerte comenzó a favorecer a los perseguidores de la pareja. Un delator informó a los agentes que alguien había visto a Poindexter en compañía de una esbelta muchacha muy parecida a Angela Da-vis. Los agentes hallaron huellas digitales de la joven en el apartamento de Chicago en que la pareja se había ocultado. Otro delator les hizo saber que Angela y Poindexter vivían en los lujosos apartamentos Golf Lake, en Miami. El día 7 de octubre los agentes de la FBI entraron en las habitaciones ocupadas por los fugitivos. Las encontraron abandonadas, pero descubrieron allí multitud de indicios. Detrás de un sofá hallaron un rollo de película. Los agentes lo revelaron sin tardanza y con asombro vieron que la Angela que aparecía en las fotografías había cambiado su habitual peinado a la tradición africana y sus anticuados lentes por unos anteojos de moda y una peluca de pelo corto. Asimismo, los agentes descubrieron el certificado de propiedad de un nuevo automóvil Toyota, y en un cesto de papeles, la envoltura de un jabón procedente de un "motel' de la cadena Howard Johnson_ Poco después se recibió la noticia de que los dos prófugos se hallaban en "algún punto" de la Ciudad de Nueva York. Los agentes iniciaron la busca en hosterías y "moteles", prestando especial atención a los establecimientos de Howard Johnson. El 13 de octubre los agentes encontraron el Toyota de Poindexter en un "motel' de Howard Johnson, situado en el centro de Nueva York. Hacia el anochecer del mismo día aprehendieron a la pareja cuando regresaba a sus habitaciones.
Al saber del arresto de Angela y su amigo, el partido comunista norteamericano se dio prisa a entrar en acción. Gus Hall, el jefe de la agrupación, lo denunció como producto de una conspiración. "Es indiscutible que la defensa de Angela Davis puede desencadenar un movimiento sin precedente en nuestra historia", declaró. El partido deslindó las zonas donde deberían reunirse los fondos necesarios: los barrios negros, las universidades, las agrupaciones dedicadas a la lucha por la liberación femenina. Angela calificó a los tribunales de "instrumentos represivos", y agregó: "Estoy segura de que acometer mi defensa desde un ángulo puramente legal. resultaría desastroso. Lo que debemos hacer es pensar en enjuiciar a los tribunales mismos".
Contando con la reacción emocional provocada por la aprehensión de la joven, los comunistas utilizaron todos los registros de su órgano de propaganda. En toda la extensión del país se emprendieron campañas en favor de la defensa. En la región de la bahía de San Francisco, una función "benéfica" pro Fondo para la Defensa de Angela Davis ofrecía a los que contribuyesen a él la oportunidad de elegir entre la exhibición de una película acerca del adiestramiento de las Panteras Negras o del filme titulado "La batalla de Argelia•, adoptado por la Nueva Izquierda como su fuente de inspiración revolucionaria". El director de cierta revista de la izquierda militante encomió a Angela Davis por su calidad de "causa confeccionada". Desde Moscú hasta Pyonyang (o Heijo, en Corea), el comunismo internacional se adhirió al movimiento. Una juvenil agrupación comunista soviética, la llamada "Jóvenes Precursores", envió una carta a la Davis en que le decía: "Cuenta con nuestro afecto" y también: "Conseguiremos tu libertad".
Será un tribunal quien declare a Angela Davis inocente o culpable de los cargos que se le hacen por los sucesos de San Rafael, pero en el mundo de espejos del movimiento y según la filosofía misma de Angela Davis, ella ha "ganado" ya al haberse convertido en la causa de una amalgama de izquierdistas que tienen necesidad de causas para poder sobrevivir.
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