UN POCO DE FELICIDAD
Selecciones Enero de 1972
JAMÁS conocí persona alguna que no me simpatizara", declaró Will Rogers en cierta ocasión, y probablemente ello se debiera a que eran poquísimas, si es que las había, las personas que no sintieran simpatía por el gran vaquero y humorista norteamericano. Un incidente ocurrido cuando Rogers era joven, ayuda a explicar ese fenómeno.
En el invierno de 1898, Rogers heredó un rancho. Ocurrió que, un día, un granjero vecino mató un novillo de Will, que había destrozado su cerca y le había comido el maíz tierno. De acuerdo con la costumbre establecida, el granjero debería, de haber informado de lo ocurrido al propietario de la res, pero no lo hizo, y cuando Will Rogers se enteró, se puso hecho una fiera. Furioso,llamó a uno de sus peones para que lo acompañara, y marchó a ajustarlelas cuentas al granjero.
Mientras cabalgaban, se desató una tormenta de nieve que materialmente convirtió en carámbanos a vaqueros y caballos. Cuando llegaron a la cabaña del granjero, resultó que él estaba ausenté, pero su mujer insistió en que ambos hombres entraran y lo aguardaran sentados junto al fuego. Mientras se calentaba, Rogers observó que la mujer estaba verdaderamente escuálida. También vio a cinco esqueléticos muchachitos que lo miraban curiosos, ocultos tras de algunos muebles.
Cuando llegó el granjero, su mujer dijo que Rogers y su compañero habían llegado a refugiarse de la tormenta. Will empezaba a reclamarle al hombre, pero cerró la boca y le tendió la mano. El granjero, que no sospechaba el objeto de la visita, aceptó la mano que se le tendía y los invitó a quedarse a cenar. "Se tendrán que conformar con frijoles", se excusó, "pues la tormenta me impidió destazar mi novillo".
Los visitantes aceptaron la invitación,
Durante la cena el peón se mantuvo alerta, esperando que Will mencionara por fin la muerte del novillo, pero su patrón se limitó a seguir riendo y bromeando con la familia, sin que se le pasara por alto la alegría que iluminaba los ojos de los chiquillos cada vez que hablaban de la carne que iban a comer al día siguiente y durante las próximas semanas.
Como la tormenta no amainaba,una vez terminada la cena el granjero y su mujer insistieron en que ambos hombres pernoctaran en la cabaña, y así lo hicieron.
Al día siguiente se marcharon después de haber desayunado café, frijoles y panecillos. Tampoco entonces mencionó Rogers el objeto de su visita. Una vez que emprendieron el regreso, el peón se desahogó:
—Yo pensaba que tenía usted la Intención de decirle a ese sinvergüenza cuántos son dos y dos —le reprochó, medio en serio, medio en broma.
Will guardó silencio unos instantes, y luego respondió:
—Esa era mi intención, pero luego me puse a pensar que, en realidad, no perdí el novillo: simplemente lo cambié por un poco de felicidad. Hay millones de novillos en el mundo, pero la felicidad es algo que no abunda. Condensado de "The Lion" (Mayo '71), (0 1971 por Li.c, n ter n a tic) n al, 209 N. Michigan ave.. Chicago, 111. 6,,611.
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