ENCUENTRA Y UTILIZA TU PODER INTERIOR
EMMET FOX
AUTOR DEL SERMON DEL MONTE
DEDICADO
A todos los hombres y mujeres del mundo, que creen que la voluntad de Dios es la libertad, la salud y la armonía, y que estas cosas se pueden lograr aprendiendo las leyes de la vida y aplicándolas.
EL CONOCIMIENTO ES PODER.
UTILIZA TU PODER *FOX* 16-18
Eres un Ser Mental.
El hombre es un ser mental, y saber esto es el primer paso en el camino hacia la libertad y la prosperidad.
Mientras creas que eres principalmente físico ,si crees que eres una especie superior de animal, permanecerás en cautiverio; es decir, en cautiverio de tus propios hábitos de pensamiento, pues no hay otra esclavitud.
La mente es primordial, pero debe encarnarse, y la encarnación de tu mente se encuentra en tus condiciones visibles: tu salud, tu situación financiera, tus contactos profesionales, el tipo de hogar que tienes y las mil y una cosas que conforman tu entorno actual. Siendo así, verás lo insensato que es intentar, como la mayoría de la gente, mejorar tus condiciones alterando tu entorno sin alterar tu mente. Intentar esto es intentar lo imposible y condenarte al fracaso y la decepción.
La mente es causa, y la experiencia es efecto; Y así, mientras tu mente permanezca inalterada, seguirá produciendo precisamente esos efectos o experiencias que anhelas leer.
Si no te gusta la experiencia o el efecto que estás obteniendo, el remedio obvio es alterar la causa, y entonces el efecto también se alterará naturalmente.
PRACTICA LA HORA DE DIOS
La Hora de Dios del día. Puede consistir en treinta minutos o más, según la necesidad de cada persona, pero no debería ser menos si realmente te tomas en serio tu vida espiritual.
La hora de Dios es el momento en que lees la Biblia u otros libros espirituales, meditas y oras.
El secreto práctico de la salud, la felicidad y la prosperidad, y del crecimiento espiritual constante, es hacer de la hora de Dios el evento principal, es decir, el más importante de tu día.
Que ese sea el eje central, por así decirlo, alrededor del cual giren todas las demás actividades.
Deja que cualquier otra cosa se posponga u omita antes que descuidar la hora de Dios.
Que cualquier otro compromiso se cancele en favor de esto. Que cualquier otro trabajo quede sin hacer antes de que esto se pierda.
La hora de Dios no tiene por qué celebrarse a la misma hora todos los días, aunque sería útil si se pudiera hacer.
Lo esencial es que la hora de Dios sea el evento más importante de las veinticuatro horas, y que todo lo demás sea secundario. (La hora de Dios es el evento más importante)
No hay comentarios:
Publicar un comentario