LA PREFERIDA
Federico
Mistral
LIBRO QUINTO DE LECTURA
EL NUEVO SEMBRADOR
MADRID , ESPAÑA
Una vieja leyenda provenzal __que tuvo la
fortuna de ser recogida por la gloriosa pluma de Federico Mistral, el poeta de
aquella región de la dulce tierra de Francia__Cuenta que un día un joven pastor
dijo a la anciana madre de su madre, mujer llena de sabiduría y de
bondad:
-Abuela, querida abuela, estoy ya en edad y condición
de casarme; dígame qué clase de muchacha debo buscar para hacerla mi esposa.
-Según eso no amas a ninguna.
-No tengo predilección cierta, abuela, pero, si he de
decir la verdad entera, confieso que, en nuestro pueblo, hay tres a quienes por
igual estimo y distingo.
La abuela meditó brevemente, y luego dijo:
-Véndate un brazo, muchacho, y pasa esta noche por las
casas de estas tres niñas que te interesan. Diles que te has lastimado el
brazo, y que te he recetado, para curar pronto, emplastos hechos con los restos
de masa que suelen quedar en la batea después de amasar el pan. Y ven a verme
mañana, que yo sabré entonces decirte cuál es la novia que te conviene, mi
nieto.
Al día siguiente, la anciana sonreía oyendo, con la
vista baja, el relato que, de las visitas hechas por él a las casas de sus
jóvenes amigas, le hacía el obediente muchacho.
-Sí, señora –decíale el nieto-, anoche acudí a casa de
Blanca. Estaban de fiesta. Amigos y amigas bailaban y cantaban, Blanca escuchó
mi petición, y me despachó con esta respuesta:
“En casa no amasamos, nos evitamos trabajos y
preocupaciones comprándole al panadero”.
Fui en seguida, en busca de Magdalena, quien, muy
satisfecha de poder servirme, exclamó:
“¿Restos de masa? Corre a pedírselos a mi madre, que
es quien amasa aquí” y, sin hacerme mayor caso, volvió a enfrascarse en la
lectura de un libro que había dejado por un minuto en su falda. Le di las
gracias, pero, en vez de recurrir a la laboriosa madre de Magdalena, me
encaminé hacia la casa de mi amiguita Isabel. La pobrecilla me escuchó muy
afligida, pues no sabía cómo arreglárselas para ayudarme, y, casi a punto de
llorar, murmuró: “¡Pues sí que sí que es lástima, amigo mío! Casualmente hoy mismo he amasado, pero en seguida, según me ha enseñado
mi madre, dejé la batea limpia como un espejo. ¡Si lo hubiera
sabido!...”
La abuela sonrió, y dijo:
-Ya puedo darte el consejo que de mí esperas, mi
nieto.
Cásate con la que tiene la batea limpia como un
espejo. Será buena esposa.
AN
ENGLISH VERSION
(the original crowned by the French
Academy)
OF
FREDERIC MISTRAL'S
MIREIO
FROM THE
ORIGINAL PROVENCAL
UNDER THE AUTHOR's SANCTION
AVIGNON
J. ROUMANILLE , Libraire-Edileur.
MARSEILLE
GA.MOIN, Libraire.
PARIS
GALIGNANI ruedeRivoli.
NICE
VISCONTI, Libraire.
AVIGNON, DECEMBER,
1867
I-II
PREFACIO.
El original de esta obra fue publicado por el autor, el señor Frederic
Mistral, en septiembre de 1859, y su
cuarta edición apareció tres años después.
Desde
entonces ha estado ocupado en otra, titulada Calendau, que salió en enero
pasado, y ha sido reseñada por la prensa de París con quizás igual elogio,
aunque ciertamente no con el entusiasmo con el que fue recibido Mireio. El
Hevuc des deux mondes del 1 de abril de este año con referencia a Mireio dice:
« Nuestros lectores no habrán olvidado
la sensación que provocó hace unos ocho años Mireio del Sr. Frederic Mistral. ***
Fue
recibida con aplausos tumultuosos. ¡Era poesía primitiva! ¡Era inspiración de la fuente!
*** ¡Ah! Si
examinamos con atención la obra de Frederic Mistral, ¡cuántas combinaciones
hábiles, cuántos ingeniosos artificios no descubrimos! Sin
embargo, su originalidad no consiste en esto: es un hábil arreglista y un poeta filológico; pero además tiene un verdadero sentido de
las cosas primitivas, un gusto por lo simple y lo grandioso. La
naturaleza de la que bebió la leche era evidentemente fuerte *, y sus héroes que son
pastores, domadores de ganado y herreros, cuidadores de caballos salvajes (y
cosas por el estilo), adquieren bajo su mano proporciones verdaderamente épicas. Mireio,
Vincen (su amante), Ourrias, Alari, son
desde entonces tipos a los que el bardo artesiano ha puesto su sello
Aunque el traductor
no puede esperar que su versión de Mireio
proporcione el mismo grado de placer que el
que se deriva de leer al poeta en su propia lengua, aún así espera que proporcione placer del mismo tipo,
a pesar de cualquier inferioridad en fuerza y
espíritu de su inglés con respecto al provenzal.
On voit qu'il a sucé le lait d'une forte nature
DEDICACIÓN.
A Lamartine
A ti te dedico
Mireio:
'Es
mi corazón y mi alma;
La flor de mis años;
Es una corazonada de
uvas Crau,
Que con todas sus
hojas te trae un campesino.
Mistral. Maillane
(Bouclies-du-Rhône), S'*- Septiembre 1859
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