sábado, 3 de diciembre de 2022

ANGELES EN MISIONES ESPECIALES - ROLAND BUCK - (1)

 

Miércoles, 20 de mayo de 2020

ANGELES EN MISIONES ESPECIALES

  En la contraportada de este libro aparecen dos fotografias. Una donde aparecen el Pastor Buck y su esposa viendose frente a frente de forma muy amorosa, y la otra donde aparece el Pastor Buck al lado de su perra llamada "Queenie". Al respecto me impacta y me bendice sobremanera lo que relata el Pastor en la página 59 de su libro cuando narra que mientras el ángel Gabriel hablaba con él, otro ángel llamado Crioni jugaba con su perra Queenie," le hacia cosquillas tras la orejas y le pasaba la mano por el lomo. Queenie estaba muy contenta...


 ANGELES EN MISIONES ESPECIALES 

por Roland Buck, según su relato a
Charles Frances Hunter.
Originally published in the USA under the title ANGELS ON ASSIGNMENT. © 1979 by Roland H. Buck. Published under permission by Hunter Books, Houston, Texas.
© 1980 por CLIE para la versión española
Versión española: Eliseo Vila
Depósito Legal: B. 22.864 - 1989 ISBN 84-7228-559-6
Impreso en los Talleres Gráficos de la M.C.E. Horeb, E.R. n' 265 S.G. - Polígono Industrial Can Trias, calles 5 y 8 - VILADECAVALLS (Barcelona)
Printed in Spain

INDICE
Prólogo a la edición española    7
¿Quién es el pastor Roland Buck?    11
Unas palabras de la esposa del pastor Roland Buck    17
1. Encuentro .    23
2. Buenas nuevas para usted y su familia    31
3. Ministerio de ángeles    51
4. Mi visita al salón del Trono    67
5. Secuela al salón del Trono    81
6. Las prioridades de Dios    93
7. Sufrió la muerte    111
8. Estáis cubiertos y protegidos (la expiación)    131
9. Las señales del aviso de Dios    143
10. Cuando Dios dice "Gracias"    157
11. Misión en las Filipinas    173
12. Miguel y sus ángeles    191
13. Angeles en misiones especiales    201
14. Cristo vuelve otra vez .    215
15. Palabras de Charles y Frances Hunter    223
Palabras finales .    229

PROLOGO A LA EDICION ESPAÑOLA

Este volumen «Angeles en misiones especiales» es la traducción íntegra española de la 3.a edición de «Angels on Assignment», libro que ha sido el mayor best seller del siglo en los Estados Unidos, permaneciendo durante meses en cabeza en las listas de libros más vendidos, superando con creces el millón de ejemplares.
Qué hallaron en él los lectores norteamericanos que con avidez agotaron tres ediciones consecutivas? ¿Es justificada la enconada controversia que ha levantado y la oposición acérrima de algunos a este mensaje del pastor Buck?
El libro presenta dos aspectos sobresalientes por los que debe ser juzgado: su papel doctrinal y el objetivo de Buck al contar su experiencia personal.
La base doctrinal no es nada más que la «antigua historia» del conocido himno: el poder creador y el amor eterno de Dios Padre; el sacrificio en el Calvario de Jesús, que hace posible la redención del hombre, y las actividades presentes del Espíritu Santo, que hoy coordina los esfuerzos del cuerpo de Cristo según los designios del Padre, para la perfecta ejecución del plan divino, hasta que en la consumación de los tiempos, Cristo vuelva otra vez.
El libro tiene, pues, como base, el cañamazo histórico estricto del verdadero cristianismo tradicional. Fuera de esto o añadiéndose a esto, no se puede hablar deverdadera doctrina cristiana. El pastor Buck no se aparta ni un ápice de esta base doctrinal, no añade nada, no tergiversa nada. No trata de trazar nuevos derroteros cúlticos, sectarios o lo que sea. No hay que tenerles miedo a sus ideas. El pastor Buck se expresa con llaneza, al pan pan y al vino vino, y sin filigranas literarias hueras, nos vuelve a «decir la antigua historia» que todos amamos y deseamos «volver a escuchar».
Es el otro aspecto del libro lo que entusiasma a algunos y parece execrable a otros. ¿Qué hallamos bajo este aspecto? El pastor Buck, esencialmente, se limita a dar una referencia de cosas bien sabidas: los inumerables casos del relato bíblico en que hallamos a los ángeles (buenos y malos) incidiendo en la historia humana. Esto ocurrió muchas veces: en el Paraíso con el ángel blandiendo una espada a la, puerta, vienen luego entre otros, Abraham y sus huéspedes, Jacob y su lucha, Moisés, Josué, Manoa, Isaías, Zacarías, Jesús en el desierto, Pedro en la cárcel... En las visiones de Juan los ángeles revolotean por las páginas del Apocalipsis cumpliendo una misión tras otra. Es imposible leer varias páginas seguidas de la Biblia sin oír hablar de ángeles.
Lo verdaderamente «escandaloso» del libro es la tesis del pastor Buck de que esta larga serie de casos en que lo sobrenatural irrumpe en lo natural TODAVIA está en vigencia, porque el brazo de Jehová no se ha acortado. El lector de este libro sabrá que su Iglesia en Boise (Idaho) fue, en una ocasión, el cuartel general de Miguel, el gran príncipe, que se oponía a un ataque satánico, y que Gabriel y otros le visitaron en su casa pastoral y le hicieron ver más claro algunos aspectos del mensaje divino que Buck humildemente reconoce no haber comprendido bien antes. Otros los han comprendido sin la visita de ángeles, y suponemos que esto les hace reacios a considerar que sea necesaria su presencia para explicar estos puntos. Pero el viento del Espíritu sopla donde quiere, no donde queremos no-
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sotros. ¿Por qué ha de ser precisamente hacia el norte de modo constante?
La fe del pastor Buck es la de uh niño (aunque «de los tales es el Reino de los Cielos») y con los ojos y la fe de un niño se ven cosas invisibles al que carece de esta fe; creemos que es mucho más importante el hecho que no presenta nuevas doctrinas con «sabiduría de palabras para desvirtuar la luz de Cristo», sino que trata de acrecentar nuestro amor a El, con palabras sencillas y llenas de emoción. Si el lector quiere averiguar la veracidad y exactitud de cada uno de los detalles de las visiones del pastor Buck, le remitiremos a la lectura de las experiencias y visiones de los místicos, los cuales, empezando con Pablo, cuajan la historia de la iglesia, como las estrellas el firmamento; y aun le remitiremos a su propia experiencia cristiana, a su trato íntimo ardiente, a los instantes de fervor exaltado en que ha gozado espiritualmente de la presencia divina.
En estos momentos, los lindes entre lo natural y lo sobrenatural se borran, como tampoco se pueden distinguir en la realidad esencial de nuestro ser: somos criaturas de Dios (naturales) pero también somos hijos de Dios (espirituales): misterio insondable, del que no pueden darnos explicación las mentes de los sabios.
¿Por qué discutir si Gabriel llevaba su túnica bordada con hilo de oro o no cuando le vio el pastor Buck? Lo esencial es que admitamos que podía llevarla, lo cual no es difícil aceptar si, con la Biblia, aceptamos que hace dos mil años, Gabriel se apareció a una doncella asustada en Judea, y se había aparecido ya antes a otros.
Además, según vemos en Hebreos, algunos, sin saberlo, hemos hospedado nada menos que a ángeles. Quizás el mismo lector lo haya hecho, aunque no haya tenido el privilegio que el pastor Buck ha tenido de saberlo, según él, a ciencia cierta.
El traductor.
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¿QUIEN ES EL PASTOR
ROLAND BUCK?
Este libro es la historia real y verídica de un hombre normal y corriente, sin nada de extraordinario que no puedan poseer los demás, pero que experimentó en su vida una serie de acontecimientos extraordinarios.
La primera vez que oímos hablar de él fue cuando alguien nos hizo partícipes del hecho de que Dios había situado a nuestro alrededor a un ángel adiestrado de una forma especial para la lucha, con el propósito de protegernos de los fieros dardos del Maligno hasta el retorno de Cristo. La cosa vino a través de una pareja que nos preguntó: «¿No han oído ustedes hablar de un pastor en Boise, Idaho, que ha sido visitado personalmente por ángeles? Han hablado con él y le han llevado mensajes de Dios».
Pese a que somos conscientes de que en estos días difíciles que estamos viviendo el poder sobrenatural de Dios se hace patente en nuestro mundo de forma más evidente que nunca, debemos reconocer que tal declaración, así de pronto, nos dejó altamente sorprendidos. Fue un shock. Y más aún cuando Doug y Ruth, la pareja que nos transmitió la noticia, añadieron que uno
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 de los ángeles que había hablado con el pastor transmitiéndole los mensajes divinos era ¡nada menos que Gabriel! Por unos momentos nos inclinamos a pensar que era la afirmación más demencia que habíamos escuchado en nuestra vida. Mas de un modo u otro experimentamos la sensación extraña de que algo había en todo esto de verdad, creando en nuestros corazones el deseo de saber más y analizar más a fondo la cuestión.
Pese al interés que nos despertó la historia, lo apretado de nuestra agenda de trabajo y compromisos nos impidió por algún tiempo el ponernos en contacto con el pastor Buck para averiguar más detalles acerca de este suceso extraordinario. Mas Dios, en sus planes perfectos, repetidamente nos fue impulsando a que escribiéramos un libro sobre este suceso. Nosotros seguíamos absortos en nuestro trabajo, sin prestar mayor atención al asunto. Fue entonces, ante nuestro descuido, que Dios decidió tomar cartas más seriamente en el asunto. Trajo hasta Houston, procedentes de Sitga, Alaska, a un matrimonio que en su viaje se detuvo en Eugene, Oregón, y recogió una serie de grabaciones en cinta «angélicas», pidiéndonos que las escucháramos. Ellos estaban entusiasmados. Habían venido escuchando las cintas una y otra vez durante el camino desde Oregón hasta Texas, y nos repitieron una y otra vez con vehemencia: «Debéis escucharlas, debéis escucharlas».
Y así lo hicimos. Las escuchamos. Cada vez que subíamos al coche escuchábamos una de estas cintas angélicas. Por la noche, al acostarnos, escuchábamos otra de las cintas «angélicas», hasta que, por fin, un viernes por la noche, Charles dijo:
—Me siento constreñido a ponerme en contacto con el pastor Buck para ver si podemos tener una entrevista, con el propósito de escribir un libro. Estos mensajes angélicos son algo tan fantástico que el mundo entero necesita conocerlos.
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Frances estaba no menos entusiasmada con el hecho de aue ángeles pudieran ponerse en contacto con un individuo y hablar con él personalmente, y, en consecuencia, los dos fuimos al teléfono para llamarle.
El pastor Buck nos invitó al punto para que nos hiciéramos cargo de los cultos de su iglesia por las noches, añadiendo que durante el día le sería un verdadero privilegio el poder cooperar con nosotros en las entrevistas que habíamos proyectado. Pese a que, según nos dijo, la base principal de los mensajes angélicos eran las cintas que ya habíamos escuchado, quedaban aún algunos detalles que posiblemente serían de nuestro interés. ¡Y ya lo creo que lo eran! Se nos hacían largas las horas hasta poder encontrarnos con él.
Llegamos un domingo por la noche, poco antes de empezar el culto, y después salimos a comer un bocado con Roland y su esposa Charmian. Si algo de escepticismo había existido en nuestros corazones con anterioridad con respecto a sus relatos, debemos confesar que al oírle de viva voz contarnos con toda sencillez y franqueza algunas de las verdades maravillosas que los ángeles le habían revelado, directamente de Dios, se desvanecieron todas nuestras dudas.
A la charla que iniciamos aquella noche, siguieron dos días enteros de entrevistas intensas, durante las cuales llegamos a penetrar en el corazón de un hombre que nos dijo:
Mi deseo es que Dios sea objeto de toda la gloria, y que todo honor vaya dirigido a él. No quiero gloria alguna para mí mismo.
Le hicimos la clase de pregunta que le gustaría a usted preguntar, como por ejemplo:
—¿El día en que fue usted objeto de la primera visita por parte de los ángeles, había sido un día excepcional en algún sentido?
La respuesta fue:
—No, de ningún modo. Había sido un día corrien-
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te y vulgar hasta que fui a acostarme, como de costumbre. Creo que la última cosa en que se me hubiera ocurrido pensar cuando me metí en la cama hubiera sido en ángeles.
Quedamos asombrados por su conocimiento general de la Biblia, y en especial de referencias y citas bíblicas. Daba la impresión de que todas sus palabras procedían de la Palabra de Dios. Le preguntamos si antes de haber visitado el Salón del Trono gozaba ya de tan excelente memoria. Nos dijo:
—De ningún modo. Antes de esta experiencia me debía limitar a usar los pocos versículos que conocía de memoria, de modo que estudiaba y leía la Biblia una y otra vez para aumentar mis conocimientos. Llevo muchos años, muchísimos, en el ministerio. Y he de confesar que para encontrar los versículos en la Biblia siempre me había visto obligado a usar una concordancia. Pero en lo que respecta a los 2.000 versículos que Dios me dio, ya no necesito concordancia alguna para encontrarlos. Y no tan solamente encontrarlos, sino que ni siquiera necesito leerlos de la Biblia cuando hablo, porque, simplemente, ¡LOS CONOZCO!
Uno de los hechos que más nos convenció y que más nos llegó al corazón en lo que respecta a la sinceridad y autenticidad de esta experiencia fue el hecho de su base bíblica.
Cierta noche, Charles dijo:
—¿Te imaginas lo que tuvo que haber sido para la gente creer en la palabra del hijo de un carpintero judío, que de pronto, se presentó diciendo, yo soy el Camino, la Verdad y la Vida: nadie viene al Padre si no es por Mí? (Juan 14:6).
Es más fácil aceptar la historia de visitaciones angélicas en el siglo xx, de lo que fue para las gentes de Nazaret el creer y aceptar que un joven vulgar y corriente era nada menos que Jesús, el Hijo de Dios.
Algunos no aceptaron esta historia y jamás llegaron a creer en El. Otros sí. Hoy ocurrirá lo mismo. Algunos la aceptarán. Otros no. Nosotros, lo creemos. Pero, lector, lo creas o no, la lectura de este libro te proporcionará una visión mucho más amplia del amor de Dios, haciendo que Jesús se convierta para ti en algo vivo y real. Te hará experimentar la sensación de vivir, aquí y ahora, en la dimensión ilimitada de la eternidad.
CHARLES Y FRANCÉS HUNTER
    UNAS PALABRAS DE LA ESPOSA DEL PASTOR ROLAND BUCK
¡En qué época más maravillosa nos ha tocado vivir! Pese a que nos rodean por doquier las tinieblas y la maldad, que impregnan el aire y marcan a todos los vivientes, tenemos la seguridad y la certeza de que en los días en que nos ha tocado vivir, Dios está llevando a cabo un despertamiento sin precedentes.
Todo despertamiento espiritual se caracteriza siempre por los milagros de sanidad, muchas conversiones y vidas transformadas .
Parte de esta obra especial que Dios está realizando es una revelación más amplia de sí mismo a través de mensajes que nos han traído visitantes angélicos.
Considero que el que nuestra familia y nuestra iglesia pudiera participar en parte esta expresión de su amor va más allá de lo que yo puedo entender. Dos de las preguntas que la gente me formula con más frecuencia cuando saben que mi marido fue objeto de la visita de ngeles, son:
«¿Ha visto usted personalmente a un ángel?» y también, «¿por qué eligió Dios a su marido?»
Personalmente no ha tenido aún ningún encuentro angélico, pero en varias ocasiones, al acostarme, he experimentado de una forma tan abrumadora e irresistible el influjo de la presencia de Dios que no he tenido más remedio que levantarme, bajar las escaleras e ir inmediatamente a alabarle y adorarle. Me siento tranquila y en paz porque sé que Dios hace bien todas las cosas. Mi marido es el líder y el que tiene a su cargo ministrara los demás, y es por esta razón que Dios ha puesto su mano sobre él de una forma especial. ¿Quién soy yo para hacer preguntas a Dios? Nuestro amor es algo tan íntimo y nuestra participación en el ministerio algo tan unido que pese a que yo no he visto personalmente ningún ángel, he recibido bendiciones abundantes de todo aquello que mi marido me ha transmitido acerca de las verdades que Dios le ha revelado.
En respuesta a la segunda pregunta sobre por qué Dios eligió en especial a mi marido, hay que tener en cuenta que mi opinión y evaluaciones al respecto son pura y meramente humanas, puesto que no nos es dado el limitar e interpretar a Dios.
En primer lugar mi marido no se deja persuadir fácilmente. Hemos pastoreado por espacio de 29 años una iglesia en Boise, Idaho, USA. Y a través de los años he visto en él una seguridad y una confianza en Dios inconmovible, como el peñón de Gibraltar.
Ha mantenido un ministerio firme y estable, al margen de las modas teológicas, no dejándose llevar por «cualquier viento de doctrina», sino sopesando cuidadosamente todo aquello que pudiera considerarse como de naturaleza dudosa.
Siempre ha sido diligente en su estudio de la Palabra y durante su ministerio siempre ha sido un puente para el incrédulo, y no una barrera para el reino de Dios.
Estos encuentros angélicos no han sido la primera muestra de que Dios le había escogido para algo especial. En varias ocasiones se acostaba por la mañana, después de haberle revelado Dios durante las horas de la noche verdades acerca de su Palabra, hablando con
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él, e indicándole infinidad de pasajes relacionados con el mensaje particular que deseaba revelarle y transmitirle.
Su firmeza y estabilidad han creado tanto en mí como en nuestros cuatro hijos una confianza en Dios totalmente inconmovible. Ha sufrido tres infartos de miocardio y un paro cardíaco, pero, pese a todo, la Paz de Dios estuvo en todo momento con él y con toda la familia. Dios nos ha dado una herencia maravillosa.
Pese a que mi marido ha meditado larga e intensamente en la Palabra, no se puede decir que sea un místico, sino un hombre muy humano, una persona a la que he aprendido a querer y en quien he aprendido a confiar.
Dios puede actuar según su voluntad. ¿Acaso no visitó a muchos en los tiempos del Antiguo Testamento? Pues en nuestros días tiene el mismo poder para hacer lo mismo —Dios es Dios de lo sobrenatural—. ¿Acaso nos atreveremos a negarlo?
CHARMIAN BUCK
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ENCUENTRO
Posiblemente, las preguntas que más comúnmente se me hacen son:
«¿Cómo fue que Dios le eligió a usted?»
"¿Fue a causa de un deseo intenso por su parte?" 
"¿Acaso fue mediante oración y ayuno?»
A todo, sinceramente, no sé qué decir... . pues en todos estos aspectos  me encuentro pequeño e insuficiente.

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