EL LUGAR DE MUSSOLINI EN LA PROFECÍA
Por Gerald B. Winrod
KANSAS
1933
MUSSOLINI EN LA PROFECÍA *WINROD*1-6
EL LUGAR DE MUSSOLINI EN LA PROFECÍA
BENITO MUSSOLINI finge detestar a quienes escriben sobre él. Así lo afirma en el prefacio del volumen más fiable escrito hasta ahora sobre su vida. Fue escrito por una judía, esposa de un abogado italiano. Ella ha estado asociada a su movimiento revolucionario casi desde el principio. Antes de que se convirtiera en el mundialmente famoso dictador de su país, trabajó en su periódico en Milán. Su nombre es Margherita G. Sarfatti.
Mussolini dice: «Detesto a quienes me consideran objeto de sus escritos y discursos. No importa si hablan bien o mal de mí; los detesto a todos por igual». Pero aprueba la biografía de la señora Sarfatti: «En este libro se encuentra registrada mi vida, al menos la parte que se puede dar a conocer, pues todo hombre tiene secretos y rincones oscuros que no deben explorarse».
Por lo tanto, citaremos el volumen de Sarfatti cuando queramos información exacta sobre algún acontecimiento o característica importante de su vida.
Cada vez es más evidente que Mussolini ocupa un lugar destacado en el drama en constante desarrollo de las profecías cumplidas. Este es un hecho del que los estudiantes proféticos son conscientes.
Se requiere agudeza intelectual e intuición profética para seguir el ritmo de los acontecimientos, pues hombres y movimientos poderosos cambian rápidamente el escenario mundial.
Muchas mañanas he leído el periódico solo para leer sobre un acontecimiento revolucionario del día anterior, que había moldeado la historia actual según los moldes de alguna importante profecía bíblica. Gran parte del futuro está en manos de Mussolini. Él, más que cualquier otra persona, está moldeando el destino del mundo.
"REY DEL SUR"
En la primera parte de su libro, la señora Sarfatti afirma que la Guerra Mundial produjo dos hombres excepcionales en Europa.
Aunque el cataclismo fue de proporciones mundiales, solo dio origen a dos sistemas de gobierno claramente nuevos. Dice: "En el extremo norte del continente y en el extremo sur, dos hombres habían aparecido en escena y habían comenzado a dominarlo. Se diferenciaban entre sí como el frío y el calor, como la desolación de las estepas y la benevolencia del sol italiano, como las imponentes cúpulas del Kremlin y las clásicas columnas del Foro: Lenin, el asiático, y Mussolini, el europeo: uno viene a demoler, el otro a reconstruir. Y, sin embargo, a pesar de sus diferencias, ambos trabajaban, quizás sin darse cuenta, con el mismo fin".
En otras palabras, la guerra dio origen a dos sistemas colosales: el comunismo y el fascismo. Este es precisamente un desarrollo profético.
Las profecías de Ezequiel y Daniel dejan claro que dos gobernantes se alzarán sobre la humanidad al final de los tiempos. Uno se describe como proveniente del norte de Europa y el otro del sur de Europa.
Ezequiel habla del "Rey del Norte" y Daniel habla del "Rey del Sur". Tome un mapa de Europa. Seleccione los puntos norte y sur. Su mirada se posará en Rusia e Italia.
La descripción de Ezequiel implica la ferocidad y el carácter ateo del *comunismo. Daniel, a su vez, utiliza un lenguaje que enfatiza la tenaz fuerza impulsora del fascismo.
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