jueves, 3 de abril de 2025

OLYMPIA *TURNBULL* 33-37

  OLYMPIA MORATA:

 SU VIDA Y ÉPOCA,

POR ROBERT TURNBULL.

Combinaba la gracia y belleza femeninas de una mujer con el intelecto y la erudición de una filósofa

. Perseguida por hereje en Italia, su tierra natal, se vio obligada a huir junto con su esposo, un alemán, y finalmente se estableció en Heidelberg.

 Sus extraordinarios conocimientos, su belleza, sus infortunios y su temprana muerte, proyectaron un singular interés sobre su tumba.

Manual de Murray para el continente.

Preparado para la Sociedad de la Escuela Sabática de Massachusetts y revisado por el Comité de Publicaciones.

BOSTON: SOCIEDAD DE LA ESCUELA SABÁTICA DE MASSACHUSETTS

1846

33-37

A sus trece años ocurrió un acontecimiento que ejercería una gran influencia en el destino de Olimpia y que desarrollaría aún más aquellos talentos que brillaron con tanta intensidad incluso en esa temprana etapa de su vida. Esta fue su introducción a la familia de Hércules, duque de Ferrara, como compañera de las hijas de la célebre René (Renata de Francia), cuya historia ha derramado tanto encanto sobre los primeros anales del protestantismo.

Su amigo Curión alude a este acontecimiento de la siguiente manera en una carta a un erudito contemporáneo, quien le había solicitado información sobre ella: «Ana de Este, siendo instruida en griego por el erudito Juan Sinapio, para tener a alguien que la inspirara en su honorable emulación, su madre (una princesa que bien merecía su exaltada reputación de valor y honor) consideró oportuno que Olimpia fuera llamada a la corte, donde residió durante muchos años con el mayor honor». Sin embargo, encontramos que se emplearon otros instructores, además del distinguido hombre que mencionan en este extracto, entre ellos Chilian Sinapius, hermano del mencionado, y el heroico mártir Aonio Paleario, quien, al ser preguntado un día cuál era el fundamento principal sobre el que los hombres debían basar su salvación, respondió: «Cristo»; al ser preguntado cuál era el segundo, respondió: «Cristo»; y al ser preguntado cuál era el tercero, respondió: «Cristo».*

**** Fue autor de la célebre obra "Beneficio de la Muerte de Cristo", de la cual se vendieron cuarenta mil ejemplares en seis años. Fue quemado vivo en Roma por orden del Papa Pío V.***

 Dado que Olympia mantuvo una estrecha relación durante varios años con la duquesa Renée y su familia, conviene en este punto ofrecer un breve resumen de su historia.

René de Francia, como se la suele llamar, fue la segunda hija de ( Rey)Luis XII. Su madre, quien había renunciado a toda esperanza de tener otro hijo, consideró su nacimiento como una bendición celestial; por ello, se le llamó, no inapropiadamente, Réné o Renata, que literalmente significa «renacida». Su educación estuvo en excelentes manos; pues además de su fortaleza y vivacidad mental, disfrutó de las juiciosas instrucciones de la célebre Madame de Soubise, quien posteriormente la acompañó a la corte de Ferrara. Esta dama era aficionada a las doctrinas de la Reforma y poseía gran prudencia y energía de carácter. Ana de Parthenai, su hija, educada con René, añadió «a su igual entusiasmo por el conocimiento clásico y teológico, una voz exquisita y una gran destreza musical». Indujo a su esposo, quien la acompañó a Ferrara, a brindar no solo protección, sino también su más cálido apoyo a la causa de la Reforma.

Fue de su prima, Margarita de Navarra, de quien Renée se empapó por primera vez de sus sentimientos religiosos; pero aquellos amigos a los que acabamos de referirnos eran idóneos para nutrir el germen de piedad que se sembró en su espíritu juvenil.

A los tres años perdió a su madre, Ana de Bretaña, viuda de Carlos VIII; y a los cinco, a su padre, uno de los mejores monarcas que Francia haya tenido, y aunque católico, favorable en general a la fe protestante. Instado a reanudar las Cruzadas contra los devotos valdenses en el Delfinado, se negó a hacerlo, alegando: «Son mejores cristianos que nosotros».

Por este acontecimiento, Renée quedó bajo el control de su cuñado, Francisco I, quien ascendió al trono en 1515. A temprana edad, se comprometió con varios príncipes, entre ellos Fernando de Austria, Carlos, posteriormente Carlos V, emperador de Alemania, y el rey de Inglaterra

Finalmente se casó con Ercolo, o Hércules, duque de Ferrara, en 1527, a la edad de veintidós años. Con dolor, abandonó su tierra natal para ir a la Corte, donde su protestantismo probablemente sería sometido a las más severas pruebas. Pero, inconscientemente, con este mismo medio cumplía los designios de la Providencia, que pretendía, a través de ella, brindar asilo a sus seguidores perseguidos. La deferencia que el pequeño soberano ( es decir en rango de nobleza, Duque y Princesa) de Ferrara le tributaba, como superiora suyo, le permitió extender una mano protectora a los numerosos exiliados protestantes que acudían en masa a aquella atractiva y refinada Corte.

Hércules, duque de Ferrara, esposo de Rennata, ha sido muy elogiado por la belleza de su persona, la gracia de su elocuencia y la energía de su carácter. Dominaba las lenguas antiguas y hablaba el latín con gran corrección y fluidez.

 Calcagnini, en una carta a Fulvio Morata, dejó un testimonio parcial y brillante de sus talentos y virtudes. Habla de él como el padre de su pueblo y elogia su agilidad, liberalidad, justicia, elocuencia y prudencia, sin poder decidir en qué destaca. «Aunque actúa», dice él, «como un príncipe según la dignidad de su posición, nunca olvida que es un hombre; ¿y quién no admira su moderación?». Aunque es muy indulgente con todos los hombres buenos, está lejos de serlo consigo mismo; y aunque siempre está dispuesto, gracias a las más principescas recompensas al verdadero genio, a promover la extensión de la ciencia y la literatura, sin embargo, nunca actúa, ni en público ni en privado, sin el consejo de sus consejeros más ilustrados. De hecho, en su juventud parece poseer toda la madurez de juicio que pertenece a esa edad.

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