“POR TIERRAS SANTAS Y POR TIERRAS PROFANAS”
POR J. MOISÉS DELEON LETONA
(El escritor es tio abuelo del autor del blog- un huehueteco apasionado por lo de antaño.)
IMPRESIONES DE UN GUATEMALTECO EN SU VIAJE
ALREDEDOR DEL MUNDO DURANTE LOS AÑOS
DE
1922 A 1924.”
Es el libro que a continuación leeremos y es debidamente apreciado a nivel mundial. Se encuentra en las siguientes bibliotecas
Librería del Congreso de los Estados Unidos de América
Biblioteca Teológica "Lorenzo Boturini" de la Basílica de S.M. de Guadalupe. Ciudad de México
Bibliotheca Generalis Custodiae Terrae Sanctae-Ciudad de Jerúsalen
Libro que forma parte del Patrimonio Literario de España-. -Dedicación del autor a S.M. el Rey D. Alfonso XIII-XIV.
Las conversaciones en los diferentes grupos de viajeros eran animadísimas: se hablaba de Historia, de Arqueología, de Numismática.... y, sobre todo, se trataba del río en que navegábamos, el milenario río que se deslizaba ante nuestros ojos, siempre imperturbable. "Los ibis" cruzaban el espacio y descendían rápidamente de vez en cuando, para rozar las aguas con el pico y hacer presa en algún pez. El sol hundía en el confín del cielo su disco de fuego.
El Nilo, que en longitud es el segundo río del Mundo, pues sólo es superado por el Mississipi, tiene más de 6,000 kilómetros de largo. Un viaje en el Nilo es una de las excursiones más interesantes que pueden hacerse estando en Egipto. El río es fácilmente navegable para barcos de poco calado, pero a causa de las cataratas y de "los bajos," no es accesible a grandes embarcaciones.
Barcos llenos de excursionistas salen con regularidad de El Cairo para Assuán, que queda como a 500 millas de distancia, deteniéndose en todos los puntos que presentan interés. Tomamos un boleto de pasaje para un viaje de tres semanas, que es lo que se acostumbra por la mayoría de los turistas.
El segundo día de navegación fluvial recorrimos una distancia como de 70 millas y tuvimos oportunidad de desembar‑
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car para conocer la ciudad de Wasta, estación animada de los ferrocarriles egipcios y Beni Suef, una de las más grandes ciudades del país.
El tercer día recorrimos una distancia de 80 millas, habiendo llegado a Rodas. Hicimos dos estaciones que aprovechamos en conocer Minia y Beni-Hasan, dos ciudades en donde el espíritu árabe está intacto todavía, tanto en las costumbres y trajes de sus habitantes como en la arquitectura de sus edificios.
El cuarto día, después de 60 millas más de navegación, llegamos a Assiut, que es una animadísima ciudad con un comercio muy activo. Aquí tiene uno que defenderse de los vendedores de "antigüedades" (antigüedades fabricadas pocos meses ha) que se empeñan en que los viajeros lleven algún recuerdo de los monumentos de la región.
El quinto día arribamos a Sohag, que ya queda de El Cairo a la distancia un tanto respetable de 300 millas. Nada de especial interés pudimos ver en esta jornada, excepto la belleza escénica de los alrededores.
En el sexto día conocimos las poblaciones de Girga y Galiana. De esta última hicimos una excursión en los inevitables "ponies" que nos condujeron como en hora y media a las notabilísimas ruinas de Abydos, que fué el lugar de nacimiento del Rey Mena, el primero de los antiguos reyes egipcios. Ahí también, según creencia popular, yace sepultado el cuerpo del dios Osiris.
A Luxor, que ya queda de El Cairo a 450 millas, llegamos en la tarde del séptimo día de viaje. En esta jornada pudimos admirar después de internarnos un poco en tierra, el templo de "Dendera" (la Venus de los egipcios.) Este templo está asociado al recuerdo de la bella reina Cleopatra que lo adornó profusamente con bellísimas estatuas que, a pesar de los siglos, causan todavía la admiración del viajero.
Los días octavo, noveno y décimo de la excursión los empleamos en recorrer las suntuosas ruinas de Luxor, Tebas y Karnac que Forman el núcleo más importante de los gloriosos monumentos diseminados a lo largo del Nilo.
Luxor es actualmente uno de los centros de turismo más animados del Mundo; tiene cinco soberbios hoteles que causan sorpresa a los que los visitan, sobre todo si se toma en cuenta que estos flamantes centros de la vida moderna se alzan junto a los solemnes monumentos de edades muertas y sepultadas en la noche de los siglos, y no tan lejos del Desierto ...
El famoso templo de Luxor es uno de los sitios de más
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interés en esta zona. La entrada de este templo, que mira hacia el Norte, estaba precedida por una extensa valla de esfinges que llegaban hasta Karnac. Ya en la propia entrada habían seis estatuas de colores y dos obeliscos absolutamente iguales, ostentando magníficos jeroglíficos, repartidos todos a ambos lados. Los terremotos y las guerran han destruido gran parte de estos monumentos; pero todavía subsisten suficientes vestigios para darnos una idea de su belleza y grandiosidad. Solamente queda uno de los obeliscos, pues su hermano gemelo fué regalado por Mahomed Alí a la Nación Francesa y permanece en la Plaza de la Concordia de París desde el año de 1836, conocido con el nombre de "el obelisco de Luxor."
Karnac no es, como alguien pudiera creer, un templo, sino una ciudad de templos. Está situada como a una milla de la moderna ciudad de Luxor y se considera la parte más importante, desde el punto de vista arqueológico, de todas estas magníficas ruinas.
Una avenida de esfinges conduce hasta el pórtico de Ptolomeo Evergetes, edificado 247 años antes de Jesucristo, el cual precede al grandioso templo de Chensu. Este es una masa enorme, llena de columnas tan gigantescas, que el pensamiento se abisma en reflexiones respecto de la manera cómo pudieron los hombres, en aquellos tiempos en que se carecía de los recursos de la mecánica actual, proceder para llevar a cabo tan colosales construcciones.
El undécimo día el barco continuó su marcha hasta llegar a Edfú, ciudad en donde hicimos también escala para admirar uno de los más notables templos de la arquitectura primitiva egipcia que se encuentra muy bien preservado de las injurias del tiempo y es conocido bajo el nombre de templo de Edfú.
Por fin, el duodécimo día, después de pasar por "la garganta de Silsila," en donde hay a ambos lados enormes canteras con inscripciones que tienen miles de años de haber sido grabadas, llegamos a Assuán, término de nuestra jornada y la más importante ciudad del Alto Egipto, por su florecimiento agrícola e industrial. Esta población es muy pintoresca y está rodeada de palmeras y jardines. Son notables y se hallan frente a ella las islas de Elefantina y Filas, que guardan muchos monumentos faraónicos; pero la obra de mayor importancia es la famosa Presa de Assuán sobre el río Nilo, la más grande del Mundo, que en pocos años ha transformado completamente grandes ex. tensiones de terreno, antes estériles, convirtiéndolas en fértiles valles. Fué inaugurada en 1902 por el Duque de Connaught
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y se calcula que pasó de un millón de toneladas el material empleado en su construcción.
Para llegar al paraje en donde queda esta gigantesca obra de la ingeniería moderna hay que recorrer siete kilómetros, desde las orillas de Assuán. Tiene 1926 metros de longitud y más de 40 metros de alto. Las aberturas o surtidores por donde pasa el agua tienen aproximadamente 8 metros de altura por 2 de ancho y su costo ascendió a 84,000,000 de francos. De Julio a Noviembre las amplias compuertas dejan pasar el agua libremente; pero durante el Invierno se cierran y un "reservoir" (enorme depósito) de 185 millas de longitud guarda agua para los meses de sequía. Puede contener mil millones de metros cúbicos de agua. El nivel de las aguas sube a una considerable altura en la presa; y desde aquí se derrama sobre las comarcas de los alrededores llegando a muchas lejanas regiones que jamás habían tenido nada de humedad.
El barco regresó de Assuán hacia el Cairo, habiendo gozado nosotros mucho con las bellas praderas del Nilo. Llegamos el vigésimo día, es decir, con un día de anticipación.
Así concluyó aquella excursión, una de las más emocionantes que hicimos en nuestro viaje y de las que más vivos recuerdos han dejado en nuestra memoria
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