“EL SAMARITANO LEPROSO” Año de 1987
Por el autor del blog
Un huehueteco apasionado por la historia
I
Señor! Antes fui joven aventurero,
A mi madre y hogar despreciaba,
Nunca conociendo un deleite duradero,
por más que a mi corazón de placer saciaba.
II
Estos vicios y grandes maldades,
En mi cuerpo dejaron horribles enfermedades,
Y en mi alma, esculpieron muchas infelicidades,
Sintiendo que rápidamente descendía al horrible hades.
III
Rechazado por la sociedad mundana,
En aquella tétrica cueva, vivía refugiado,
Y de cruel enfermedad contagiado,
Al arrepentimiento llegué de mi vida vana.
IV
En soledad y amargura, meditando,
Acerca de mi infructuosa y negra existencia,
Muchas noches y amaneceres, estuve llorando,
Sin tener consuelo del bien, ninguna herencia,
V
Mis compañeros de infortunio, nueve leprosos,
De familias, y vidas, miserablemente perdidas,
Maldicientes, blasfemos y cuerpos horrosos,
Y de ninguna persona, nunca bienvenidos y amados.
VI
¡Jesús! Yo soy aquel desgraciado,
Que vino a ti, lleno de fétidos olores,
Y ante tu santa presencia, postrado,
Rogaba que sanaras todos mis dolores.
VII
¡Jesucristo Señor de la Gloria,
Con tu poder y misericordia,
Tuviste de mí, gran memoria,
Sacándome de la vil escoria.
VIII
¡Ahora! volveré a vivir en mi casa,
¡Anhelo! Sentarme en el verde prado del jardín,
Contemplar el sol sobre las flores, desde mi terraza,
Y ver volar, las hojas y mariposas, sin fin.
IX
Postrado delante de ti, mi Dios sanador,
Yo quiero siempre tu rostro mirar,
Recibiendo así, tu bello amor,
Y eternamente tu nombre, quiero alabar.
11 En su camino a Jerusalén, pasó Jesús entre las regiones de Samaria y Galilea. 12 Y llegó a una aldea, donde le salieron al encuentro diez hombres enfermos de lepra, los cuales se quedaron lejos de él 13 gritando:
—¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!
14 Cuando Jesús los vio, les dijo:
—Vayan a presentarse a los sacerdotes.
Y mientras iban, quedaron limpios de su enfermedad. 15 Uno de ellos, al verse limpio, regresó alabando a Dios a grandes voces, 16 y se arrodilló delante de Jesús, inclinándose hasta el suelo para darle las gracias. Este hombre era de Samaria. 17 Jesús dijo:
—¿Acaso no eran diez los que quedaron limpios de su enfermedad? ¿Dónde están los otros nueve? 18 ¿Únicamente este extranjero ha vuelto para alabar a Dios?
19 Y le dijo al hombre:
—Levántate y vete; por tu fe has sido sanado. Versionm Dios Habla Hoy-
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