Sábado, 16 de octubre de 2021
ESTANISLAO "SUEÑA" BAJO LA LUNA Y LAS FAROLAS
“…aun despierto pensé que era cierto
Y no quise despertar sin ti
Y me fui
caminado en la noche”
Anoche soñé y soñé…Soñaba…
Esta noche he soñado contigo
He soñado que tú me dejabas
Porque amabas a otra persona
Y a mi lado ya no eras feliz.
Te veía
vestida de blanco
Y bailabas feliz en sus brazos
Dabas
vueltas, y vueltas y vueltas
Y con él te alejabas de mi
Yo gritaba llorando de pena
Intentando que
tu me escucharas
Pero tu no podías oirme
Cuando yo te llamaba asi...
Bailarina, bailarina
No te vayas,
No te vayas de mi vida, vuelve a mi
no sabes lo
que yo he sufrido
Al sentir de tu amor, el olvido
que aun despierto pensé que era cierto
Y no quise despertar sin ti
Y me fui
caminado en la noche
Esperando
que llegara el día
BAILARINA
José Vélez -España
ESTANISLAO SUEÑA BAJO LA LUNA Y LAS FAROLAS
MI HISTORIA DE LOS DÍAS SABADOS
Ciudad de Huehuetenango-Guatemala-América del Centro
Por. Un apasionado por la historia huehueteca/Autor del Blog
QUIÉN DEDICA ESTA HISTORIA AL PADRE ETERNO, A MI SALVADOR JESUCRISTO Y AL ESPIRITU SANTO
Sábado, 16 de octubre del año del Señor 2021
Tío Daniel, Felipe el escritor, Susana del Mar y Cielo, su amiga Sara Elizabeth, Ricardo y Jorge, (Hermanos de Susanita), se disponen a escuchar a Estanislao “El soñador”, quién es el encargado de contar la historia de este sábado.
Estanislao comienza a decir:
Anoche soñé y soñé…
Eran los años de la primera guerra mundial. Me encontraba en una plaza berlinesa, esculturas diversas adornaban el lugar. Las farolas alegraban las tardes grises y frías del mes de Diciembre. Había recibido el llamado para partir al frente. Me sentía triste, nostálgico, melancólico…dejaría a mi patria, mi madre, casa, amigos, mi perro…en cuestión de muchachas, no tenía ningún compromiso…sin embargo; sentía una gran inquietud, que se convertía en desazón profunda, todo era a causa de amar y no sentirme correspondido por una bellísima joven.
Pero, ¿cómo había venido a enamorarme de tan especial dama?
Todas las tardes solía sentarme en una banca al pie de una farola, meditaba en cuestiones de la juventud, de la vida, y aún de la misma muerte. Veía pasar las ambulancias y las camillas, con jóvenes, que tan solo ayer, caminaban fuertes, erguidos, orgullosos; hoy pasaban exánimes, pálidos, cadavéricos. Algunos resistían valerosamente, otros se rendían pronto al llamado del jinete amarillo de la muerte.
Hace unos días me dedicaba todavía a mi profesión de escritor, periodista y literato .Siempre he amado la vida, las flores, la lluvia, el mar y la naturaleza. No estoy de acuerdo con ningún tipo de violencia y mucho menos de muerte, pero el llamado a las armas a llegado a mí y no puedo rehusarme.
Venía diciendo que hace semanas he observado pasar una linda joven de cabellos rubios y relucientes ojos verdes. Ella pasa todas las tardes rumbo al hospital que queda al otro lado de la plaza. Allí ejerce su profesión de enfermera o quizás sea tan solo otra de las damas voluntarias, que tan bondadosa y abnegadamente atienden y curan a los heridos.
Creo que tan solo su presencia bella, influye ya en el ánimo de los pacientes.
Cerca de aquí, he visto muchas tardes a una chica llamada Lily que paseaba con su novio, un soldado de nombre Hans. Hace más de quince días los ví acurrucados en la espesa neblina debajo de una de las muchas farolas de esta plaza. Ayer Lily recibió la noticia de que su amado Hans había muerto en combate.
En cuanto a la chica que cuida a los soldados heridos, supe que lo hace como voluntaria, antiguamente trabajaba en una galería de arte. Se llama Marleen, y me enamoré de ella a primera vista. Mañana temprano me presentaré al llamado del ejercito, y no se cuándo volveré, o si ya no lo haré. Sentado aquí sé que el dulce recuerdo de Marleen me acompañará en las noches frías y solitarias.
De esta forma, relata, Estanislao su sueño. Luego prosigue así:
—Amigo Felipe, Tío Daniel y demás oyentes; mi sueño se traslapaba, se fundía o mesclaba con este otro—
Soñaba que estaba en una plaza de algún lugar del mediterráneo.
No podría decirles si en algún lugar de Grecia, o en un pueblo de la romántica Italia. Era un lugar con muchos monumentos y jardines. Caía la tarde; y llegaban aromas exquisitos de azahares de naranjos. Del cercano mar, soplaba una brisa cálida que enervaba los sentidos. Al llegar la noche, se escuchaba magnifica música de orquesta clásica bajo la brillante luna llena. Se estaba celebrando un acontecimiento especial en la ciudad. Sin saber cómo, sin avisar, de pronto, a mis espaldas escuché una armoniosa y dulce voz femenina que me llamaba. Volteé a ver quién era la dueña de tan especial voz, y era Rhodesia. Muy emocionado avancé para saludarla, pues hacía meses que no la veía. Ella sonreía, al ver que en mis manos llevaba una flor, una rosa para ser más especifico. Era tanta mi emoción, que estaba a punto de entregarle la flor, cuando alrededor estallaron mil fuegos artificiales. La luna llena explotó en millones de fragmentos, y cada uno de ellos caían sobre las flores, sobre mi ropa y cabeza. No quemaban para nada. Iluminaban el corazón; el de Rhodesia y el mío.
La plaza, las bancas, las flores, las personas y las farolas parecían ser de un metal dorado. Parecía que todo quería prenderse en llamas.
Las escenas de este sueño, parecían como las capas que componen un trabajo de fotoshop, en cierta forma unas escenas se diluían, otras brillaban con un resplandor rojizo, para luego combinarse y fundirse en un todo. En medio de estas explosiones de colores, emociones y sentimientos, La bella Rhodesia, empezó a girar y a girar, como una muñequitas, como una bailarina. Daba vueltas alrededor de mí, y con cada vuelta aumentaba su velocidad, la plaza giraba juntamente. Yo quería abrazarla y estar junto a ella para siempre.
Danzando y girando, ella se alejó de mí, no pude darle la flor, y regresé muy triste en la noche a casa.
—Bien, Amigos, este fue mi sueño de anoche, y les agradezco su atención—finalizó Estanislao.
—Felipe, ¿Que dices al respecto—preguntó el tío Daniel
Felipe, el escritor, responde
—En mi forma de pensar, Estanislao, el Soñador, me ha dejado pensativo. Me imaginaba lo que soñaba, y me ha transportado a su mundo. Querer estar al lado de una persona apreciada y no poder hacerlo, es como para sentirse muy triste. Recordemos que la vida no es un jardín de rosas, y aún las mismas rosas con ser tan bellas y fragantes, pueden herirnos las manos con que pretendemos acariciarlas, y pueden herirnos también el corazón. —
Tío Daniel, interviene—
Recordad amigos míos, que la vida, como reconoce el mismo Estanislao, es un valle, que unos días está maravillosamente soleado, y otras veces está llena de neblina y escarcha. Hay caminos muy transitables, pero hay senderos con mucha dificultad para subir a las alturas. Flores y espinas, lluvia y sequía, alegría y soledad…
—Estaislao; ¡Que sueño tan surrealista!—Exclama la bella Susana del Mar y Cielo.
—Investigaré más acerca de la historia de la canción Lily Marlen— dice por su parte Sara Elizabeth,
El tío Daniel invita luego a todos a comer unos deliciosos sandwichs de cordero asado , y de tomar un delicioso jugo de rosa de Jamaica.
“había una farola,
y aún está allí.
Allí volveremos a encontrarnos,
bajo la farola estaremos.
Como antes, Lili Marleen.”
Hans Liepe - Alemania- Primera Guerra
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