LA BIBLIA VERIFICADA
Por el Rev. Andrew Archibald
1894
25- Lo raro de una obra es lo que constituye su valor, y en la edad apostólica, antes de los días de la imprenta, los libros eran raros, lo que no son hoy dia cuando por medio de estereotipos pueden ser producidos con facilidad y rapidez económicamente. No se conocía entonces la prensa con la cual reproducimos numerosas ediciones. Si se quería una copia, era menester escribirla laboriosamente á mano. Había quien hacía su ocupación distintiva el copiar á mano. Pablo tenía su amanuense, pues en Rom. 16 : 22 leemos : " Yo Tercio, que escribí la Epístola, os saludo en el Señor." El apóstol únicamente añade una posdata en su letra familiar como sabemos por la 1 Cor. 16 : 21 : " Salud. De mi mano, Pablo."
Se escribía sobre dos clases de material. De las cañas que crecían á orillas del Nilo, se hacia un artículo llamado papiro algo parecido á nuestro papel. Ademas las pieles de los antílopes pequeños y de otros animales se adobaban en una especie de vitela fina, mas duradera y por consecuencia mas cara que el papiro. Cuando Pablo mandó á por " los libros, especialmente
los pergaminos," era literalmente los rollos de papiro y de vitela, y estos últimos mas particularmente porque valían mas. Ademas no quería permitir que llegasen á extraviarse. Quizás temía que fueran echados de un lado y destruidos. Y si contenían alguna de sus Epístolas temía naturalmente por ella. Quizás había oido la historia de Aristóteles cuyas obras preciosísimas permanecieron largo tiempo en un sótano, donde por fortuna, después de dos siglos llegaron á ser descubiertas. El temor del apóstol fué
justificado, como lo podemos constatar nosotros en
LA BIBLIA EN MANUSCRITO. 27
estos tiempos modernos. ¡ Cuan sin número de obras casi se han perdido, que han llegado á ser providencialmente— ó como decimos nosotros accidentalmente —recobrados !
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