jueves, 23 de marzo de 2023

UN ANGEL Y LA TORMENTA DE FUEGO

Martes, 6 de febrero de 2018
DIOS-UN ANGEL Y LA TORMENTA DE FUEGO
Joe Stevenson

Hacía calor cuando regresé de la iglesia aquel domingo en una mañana del mes de agosto. El estruendo de una tormenta de truenos y chispas eléctricas estaban sobre los veinticinco mil acres del espacioso terreno virgen detrás de mi casa, que se encuentra a unos doscientos metros de la carretera Mount Rose, cerca de Reno, Nevada.
Yo había tenido una rnañana ocupada. Primero había ayudado a mi esposa Janice a cargar el auto para un viaje a Las Vegas, donde ella planeaba visitar a su hermana por una semana y llevar a los niños con ella. Esto significaba que rne quedaba solo con nuestra perra B.J. y nuestros dos gatos. Me sentía triste de  ver a la familia despedirse, pero al mismo tiempo estaba deseoso de disrutar una semana llena de paz y soltería. Cualquier esposo cornprendería rni sentir.
Después que se fueron, manejé el auto hasta el carnino de tierra que llega hasta la carretera principal y hacia la Iglesia Evangélica Libre deMount Rose donde yo enseñaba a un grupo. Recuerdo el tema de esa mañana, era I Corintios.
También recuerdo la sensación de satisfacción que tuve cuando regresé y vi nuestra casa en medio de un mar de arbustos y árboles, haciendo una silueta contra el cielo azul de Nevada. Nos había tomado diez años planearla y dos años construirla. Todos la amábamos. La considerábamos la última casa en la cual viviríamos.
Esa tarde larde,alrededor de las 2:30, un rayo provocó un fuego en un matorral,  a unos tres kilómetros de nuestra casa. Yo me preocupé _ cualquier fuego en agosto es en extremo peligroso porque la vegetación está muy seca- pero el viento estaba soplando del suroeste, cosa que significaba  que el fuego se estaría alejando de nosotros. . Mi vecino Tony Brayton vino a observarlo conmigo. Ambos nos sentimos seguros de que se apagaría antes de llegar a alcanzarnos.
Por, pura precaución, cargué  algunas pertenencias en el auto. Luego saque la manguera y comencé a mojar el techo y el piso nuevo de madera que había añadido atrás de la casa. Otras personas en el área estaban vigilando el fuego también.  Tres veces sonó el teléfono; eran personas llamando para decirme que estaban orando para que el fuego no nos alcanzara. Había Consuelo y animo en esto.
Pero  abruptamente, alrededor de las 4:45, el viento dio un viraje de 180 grados. Eel viento del suroeste cambió súbitamente hacía el noroeste. Las  llamas se dirigían súbitamente hacia nosotros.
Tony quien se había ido diez minutos antes, regresó corriendo. Nos quedamos allí,  medio paralizados con lo que veíamos. Lo que había sido un pequeño fuego de matorrales, era ahora una tormenta gigante de fuego rugiendo hacía nosotros, consumiendo todo a su paso en una pared de fuego de quince a treinta pies de alto y de un kilómetro de ancho.
Venía a una velocidad increíble, absorbiendo el oxígeno del aire al nivel de la tierra frente a ella y creando tornados de fuego que se lanzaban a cincuenta pies de altura hacía el cielo lleno de humo negro. El sonido del chisporroteo era aterrador. Era como si un demonio gigante se dirigiera a destruirnos y se materializaba de la nada. Bramaba por las colinas, brincando sobre el cañón, sesenta pies de profundidad y cien pies de años como si el cañón no hubiera estado allí. Su velocidad era impresionante. En segundos estaría sobre nosotros.
Abrí la  puerta y llamé a B.J., pero no había señales de ella y no había tiempo de buscarla. Tony y yo soltamos los caballos y corrimos para salvar nuestras vidas. Mientras corríamos, dije la oración más rápida que despierto y corriendo he dicho en los cuarenta y dos años de mi vida. Dije : “Señor, pongo mi casa y todo lo que hay en ella en tus manos”. Y luego recordando lo que San Pablo dijo sobre la importancia de dar gracias por todo, bueno o malo, me las arreglé para orar (aunque no me sentía con deseos), "Señor, no importa lo que suceda, te doy gracias por ello y te alabo".
Salté a mi pequeño Omni. Tony se tiró dentro de mi otro auto y manejamos por la carretera hacia la casa de Tony. Recogimos a su esposa, le avisamos a una familia en la tercera casa, y proseguimos la escapada hacia la carretera. Detrás de nosotros, el monstruo de fuego arrasaba; rugiendo, silbando, chisporroteando, envolviéndolo todo.
Ya en la carretera, salí de mi auto y me quedé mirando una pared de llamas y fuego. ¿Cómo reaccionas cuando todo por lo que has estado doce años soñando y trabajando, es destruido en diez segundos de fuego consumidor? ¿Maldices? ¿Gritas? ¿Lloras? Otros estaban haciendo esas cosas, pero yo no, porque el pensamiento más importante en mi mente en ese momento era  un cristiano Joe, así que actúa como tal. Recuerda: "Todas las cosas obran para bien para aquellos que aman a Díos". Alaba a Dios. Así que le alabé, en voz alta, aunque sé que algunas personas pensaron que estaba loco, o conmocionado o ambas cosas.
.Nos quedamos en la carretera durante otros diez minutos más o menos, observando como otras casas eran envueltas en llamas, estábamos muy aturdidos para hacer o decir algo. Luego las llamas alcanzaron la carretera donde estábamos  y la policía nos dijo que teníamos que movernos montaña abajo. Más tarde,supe  que   125 postes de la luz fueron consumidos ese día.
  Para ese entonces, algo pasó que resultó  ser muy extraño, aunque no nos pareció raro en el momento que sucedió. Mientras caminaba hacia mi auto, un joven con cabello obscuro.,vestido con una camiseta y pantalones de mezclilla azules me llamó: "Tú, el de la camisa blanca". Yo no conocía al joven, y en realidad yo tenía una camisa amarillo claro, aunque en ese momento no lo cuestioné. El me miró directamente y dijo: "Yo me subí sobre tu techo y le eché agua". Tony también le escuchó decir esto.
Yo estaba seguro de que se había equivocado de persona, ya que nadie hubiera podido acercarse a mi casa después que me fui. Le di las gracias de todas formas, y no pensé más sobre el asunto.
Luego, ya en el hogar de un amigo en el lago Tajo, pude comunicarme con Janice en casa de su hermana. El tener que decirle que la casa de nuestros sueños se había quemado totalmente era más difícil que el haber visto el fuego. Todo lo que dijo fue: "Gracias a Dios que tú estás bien".
La amenaza de fuego a lo largo de las hizo imposible el regresar a Reno esa noche. Llamé al departamento de bomberos repetidas veces, pero no pude conseguir información. En un momento dado llamé a una pareja de la iglesia Chauncey y Betty Fairchild que podían ver mi  casa a través del valle.
"Joe", Chauncey dijo: "Nosotros observamos todo con nuestros binoculares. Cuando vimos  las  llamas cambiar de dirección y dirigirse hacia tu casa, toda nuestra familia formó un  círculo de  de oración y oramos por tu seguridad  y la de tu casa. Y Joe, la casa está  en pie".
Le di las gracias, pero no le creí. Quizás, pensé, él podía ver todavía el caparazón de mi casa, pero yo sabia que nada había  podido sobre­vivir la tormenta de fuego. Mi casa estaba rodeada de  matorrales secos y maderas, lo cual mi espósa me había pedido  repetidas veces que recogiera y limpiara.
Cuando regresé a la casa un  poco después del amanecer de la mañana siguiente,  no podía creer lo que veían mis ojos.esto es lo que encontré: El fuego había quemado lo que había encontrado a escasos diez pies de distancia de la casa  y todo alrededor pero  nada había pasado adentro. La casa y su contenido estaban intactos.
La línea de electricidad que alimenta mi casa se había  derretido y había caído a tierra a treinta pies de la casa. Las líneas  telefónicas que estaban encima de dichos cables estaban fundidas.
 Mi jaula de pollos, a cuarenta pies de la casa, estaba chamuscada y caliente, pero los diez pollos estaban vivos.   
Ia perra y los dos gatos estaban sanos. Los gatos estaban afuera, uno en ele garaje y el otro en la escalera trasera. La perra estaba adentro, muy contenta de verme.
Un puente que queda a doscientas yardas de la casa y ni siquiera está en mi propiedad, no fue tocado,mientras que el  puente de mi vecino a sólo  quince pies de distancia, fue completamente destruido .
Solo los arbustos secos están entre ambos.
 De las siete casas en mi área , tres fueron completamente destruidas.
Todas las otras sufrieron daños, dos de ellas serios. ¿Cómo puedo explicar todo esto? ¿Cómo puedo explicar el hecho de que absolutamente nada de lo que poseo fue tocado por el fuego, ya estuviera en mi propiedad  o no? Lo único que puedo decirles es lo que creo
Yo he sido cristiano casi toda mi vida, pero sé que mi fe no es tan fuerte como debiera ser. Y esto puede que sea cierto para muchas personas que van a la iglesia , sabemos que somos cristianos y pensamos que es suficiente. Pero yo creo que hay momentos cuando  Dios desea probar nuestra -y reforzarnos-. También creo que no pretendo entenderlo todo- que en ocasiones cuando podemos darle gracias a Dios frente a lo que parece un desastre. y nos ponemos sin reservas en sus manos y no somos obstáculos en su camino, que El puede y hará cosas maravillosas por nosotros.
No hemos exagerado al referirnos  la intensidad  del fuego en la mañana del 9 de agosto de 1,981. En esa época  yo estaba trabajando para el sistema Telefónico Bell de Nevada. Así que conozco algo sobre cables. Tuvo que haber tomado 1,800 grados de  calor para derretir esas líneas eléctricas que estaban a treinta pies de  altura. Quizás 2000 grados. Y sin embargo, mi casa, a treinta pies de distancia, ni siquiera había sido marcada. Para mí esa fue la forma en la que Dios me habló  claramente y me dijo: “Estoy aquí, soy real. Yo te cuido”.
 El fortaleció mi fe, porque El sabía que necesitaba ser fortalecida.
Nunca más seré   negligente en cuanto  a mi fe ni dejaré de  darle importancia. Luego está el enigma del joven, a quien nunca más he visto. ¿Cómo sabía él quién yo era? ¿Cómo sabía que era mi casa?
 Cuando finalmente regresé a mi casa, la manguera que había dejado tirada al salir, sobre el piso de madera del patio, estaba en el techo. Sin embargo Tony y yo salimos por la única vía que no estaba en llamas. ¿Cómo pudo alguien llegar allí sin nosotros verlo? Y si alguien hubiera podido llegar allí, ¿,cómo se encaramó en el techo? No hay escalera. Usted simplemente no puede subir a él. Y sabiendo que las líneas eléctricas tuvieron que haber sido la primera cosa que fue destruida, ¿cómo podía fluir el agua a través de una manguera conectada a un pozo eléctrico?
 Yo no puedo contestar estas preguntas. Pero quizás –sólo quizás haya una respuesta en la Biblia. Busque Hebreos.l3 y lea el segundo verso. La frase "hospedaron ángeles" sustitúyala con las palabras fueron rescatados por ángeles". Entonces  puede que tenga una idea sobre lo que realmente   pasó ese  día de agosto cn la carretera Mount Rose.
Para mí es algo más que un indicio. Ceo que es la verdad.

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