jueves, 16 de marzo de 2023

REVELACIÓN DEL INFIERNO- MARY BAXTER

Jueves, 26 de mayo de 2016

EL INFIERNO EXISTE- 

. 6by Mary Katherine Baxter

   Una Revelacion Divina del Infierno
by Mary Katherine Baxter
Queda Muy Poco Tiempo!
 Copyright Disclaimer Under Section 107 of the Copyright Act 1976, allowance is made for fair use for purposes such as criticism, comment, news reporting, teaching, scholarship, and research. Fair use is a use permitted by copyright statute that might otherwise be infringing. Non-profit, educational or personal use tips the balance in favor of fair us
Capítulo 6
La actividad del infierno

Delante de nosotros podía ver una luz amarilla y opaca. Jesús y yo habíamos salido del tunel del temor y ahora estábamos parados en un borde y mirábamos hacia el vientre del infierno. Hasta donde yo podía ver, no había mucha actividad en el centro (o vientre) del infierno. Nos detuvimos y Jesús habló.
“Yo te voy a llevar por el vientre del infierno y te voy a revelar muchas cosas. Ven y sigueme.” Los dos caminamos hacia adelante.
Jesús dijo, “delante de nosotros hay muchos terrores. No es La ficción de la imaginación de alguien—son reales. Asegúrate de contarle a tus lectores que los poderes demoníacos son reales. Diles también que satanás es real y los poderes de las tinieblas son reales, pero diles que no se  desesperen, porque si mi pueblo, que está llamado por mi nombre, se humilla, ora y se aparta de sus malos caminos, entonces los escucharé desde los cielos y sanaré su tierra y sus cuerpos. Así como el cielo es real, también el infierno lo es.
Dios quiere que tu sepas del infierno y El te quiere librar de ese lugar. Dios quiere que tu sepas que tienes una salida. Ese camino es Jesucristo, el Salvador de tu alma. Acuérdate, solamente los que tienen sus nombres escritos en el libro de la vida del cordero serán salvos.
Llegamos a la primera actividad en el vientre del infierno. Esta se encontraba a la derecha de donde habíamos entrado y sobre una pequeña colina en una esquina oscura del infierno.
Me acuerdo de las Palabras que me dijo el Señor, “en ocasiones sentirás como que te he abandonado, pero no lo haré.
Acuérdate que yo tengo todo poder en el cielo y en la tierra. En ocasiones los malos espíritus y las almas perdidas no nos verán o sabrán que estamos aquí. No temas, lo que estás por ver es real.
Estas cosas están aconteciendo ahora mismo y continuarán sucediendo hasta que la muerte y el infierno sean lanzados dentro del lago de fuego.
Queridos lectores, asegúrense que sus nombres estén escritos en el Libro de la vida del Cordero.
Delante mio se escuchaban voces y el grito de un alma en tormento. Caminamos hasta la pequeña colina y miramos sobre ella. Una luz llenaba el área, y podía ver claramente. El lugar estaba lleno de gritos que jamás uno cree poder escuchar alguna vez. Eran los gritos de un hombre. Escúchame,” me dijo Jesús, “Lo que estás por ver y escuchar es verdadero. Tomen esta advertencia predicadores del evangelio, porque esto son dichos fieles y verdaderos. Despertad, evangelistas, predicadores, y maestros de mi Palabra, todos los llamados a predicar el evangelio del Señor Jesucristo. Si estás pecando, arrepiéntete o perecerás igualmente.”
Caminamos hasta unos 15 pies de esta actividad. Yo vi unas criaturas vestidas de negro, marchando alrededor de un objeto parecido a una caja. Al examinarla de cerca pude ver que la caja era un ataúd y las criaturas marchando alrededor del ataúd eran demonios. Era un ataúd real, y doce demonios marchaban a su alrededor. Según marchaban estaban cantando y riéndose. Cada uno tenía una lanza aguda en su mano, la cual metían con violencia por unos agujeros de la parte externa del ataúd.
Había una sensación de gran temor en el aire, y yo temblaba delante de lo que veía. Jesús leyó mis pensamientos, pues me dijo, “Hija, hay muchas almas en tormento aquí y hay muchos tormentos diferentes para estas almas. Hay un castigo mas grande para aquellos que predicaron el evangelio y después regresaron al pecado, o para aquellos que no obedecieron el llamamiento de Dios para sus vidas.
De pronto escuché un grito tan desesperado que mi corazón se llenó de espanto. “No hay esperanza, no hay esperanza!”él decia. Este grito sin esperanza procedía del ataúd. Era un llanto interminable de pesar. “Oh, que terrible,” yo exclamé.“Ven,” dijo Jesús, “acerquémonos.” Al decir eso caminó hacia el ataúd y miró hacia adentro. Yo le seguí y también miré. Aparentemente los malos espíritus no nos podían ver.
Un vapor gris y sucio llenaba el interior del ataúd. Este era el alma de un hombre. Mientras miraba, los demonios metían sus lanzas dentro del alma del hombre que se hallaba en el ataúd. Yo jamás me olvidaré del sufrimiento de esta alma.
Yo le dije a Jesús, “Déjalo salir, Señor; déjalo salir. El tormento de esta alma era un espectáculo terrible, si solamente se pudiera liberar. Le jalé la mano a Jesús y le rogué que dejará salir al hombre del ataúd.
Jesús me dijo, “Mi hija, sea la paz.” Cuando Jesús habló, el hombre nos vío. El dijo, “Señor, Señor, déjame salir, ten misericordia.” Yo miré y vi mucha sangre. Delante de mis ojos había un alma, adentro del alma había un corazón humano del que salpicaba sangre. Las punzadas de las lanzas estaban literalmente traspasando su corazón.
“Yo te serviré ahora, Señor.” El rogó, “Por favor, déjame salir.” Yo sabía que este hombre estaba sintiendo cada lanza que traspasaba su corazón. El Señor dijo, Es atormentado día y noche. Satanás lo trajo aqui y es satanás quien lo atormenta.
El hombre exclamó, “Señor, estoy listo para predicar el verdadero evangelio. Yo contaré del pecado y del infierno. Pero por favor, sácarne de aqui.”
Jesús dijo, “Este hombre fue un predicador de la Palabra de Dios. Hubo un tiempo cuando me sirvió con todo su corazón y llevo a muchas personas a la salvación. Muchos de sus convertidos, aún después de haber pasado muchos años, todavía me sirven.
La concupiscencia de la carne y el engañó de las riquezas lo llevaron por el mal camino. El permitió que satanás reinará sobre él. El tenía una iglesia grande, un buen automóvil, y una buena entrada financiera. El comenzó a robar de las ofrendas de la iglesia y a enseñar mentiras. El habló mayormente mitad mentiras y mitad verdades. El no permitió que yo lo corrigiera. Yo envié a mis mensajeros para que le dijeran que se arrepintiera y predicara la verdad, pero él amaba los placeres de esta vida, más que la vida con Dios. El sabía que no debía de predicar o enseñar otra doctrina que no fuera la verdad que está revelada en la Biblia. Pero antes de morirse dijo que el bautismo con el Espíritu Santo era una mentira y que los que reclamaban tener el Espíritu Santo eran hipócritas. El dijo que se podía ser un borracho y todavía ir al cielo, aún sin arrepentirse.
El dijo que Dios no envia a nadie al infiernoque Dios era muy bueno para hacer eso. Hizo que mucha gente buena cayera de la gracia de Dios. Aún dijo que no me necesitaba, pues él era como un Dios. El ofreció hasta seminarios para enseñar esta doctrina falsa. El pisoteó mi Santa Palabra. Pero aún asi, yo lo continue amando.”
“Mi hija, es mejor no haberme conocido que haberse apartado de servirme,” dijo el Señor. “Solamente te hubiera escuchado, Señor!” yo lloré. “Si solamente le hubiera importado su alma y las almas de otros”.
“El no me quiso escuchar. Cuando lo llamé, él no me escuchó. El amaba la vida fácil. Lo llamé, y lo llamé al arrepentimiento, pero él no quiso regresar a mí. Un día murió y llegó inmediatamente a este lugar. Ahora satanás lo atormenta por haber predicado mi Palabra y haber salvado almas para mi reino. Este es su tormento.”
Yo miraba los demonios mientras estos continuaban marchando alrededor del ataúd. El corazón del hombre latía y de éste salía verdadera sangre. Jamás me olvidaré de sus gritos de dolor y tristeza.
Jesús miró al hombre en el ataúd con grande compasión y dijo, “La sangre de muchas almas perdidas están sobre las manos de este hombre. Muchas de ellas están en tormento ahora.”.
Jesús y yo continuamos el camino con corazónes adoloridos. Según nos alejabamos, ví a otro grupo de demonios acercarse al ataúd. Eran cerca de tres pies de alto, vestidos con ropas negras, con capuchas negras sobre sus rostros. Se turnaban para atormentar esta alma.
Yo pensé como el orgullo en todos nosotros a veces no nos deja admitir errores y pedir perdón.
Rehusamos arrepentirnos y humillarnos, y seguimos como si fuéramos los únicos que tenemos la razón. Pero escuchenme, almas, el infierno es real. Por favor no vayan a ese lugar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ENTRADA DESTACADA

¿POR QUÉ DEJÉ EL CATOLICISMO? POR LUIS PADROSA - 2-

  ¿POR QUÉ DEJÉ EL CATOLICISMO? POR LUIS PADROSA        Ex sacerdote católico Ex religioso de la Compañía de Jesús Director-fundad...