miércoles, 8 de marzo de 2023

EL PRIMER LIBRO DE ADAN Y EVA

 24 de Febrero de 2021

LEE ESTE LIBRO A LA LUZ DE LA BIBLIA- ESTIMAREMOS MÁS NUESTRA SALVACIÓN-  EL PRIMER LIBRO DE ADAN Y EVA

 El primer libro de

’Âthâ´m (Adán) y Xauwâ´h (Eva)

אָדָם וְחַוָּה ב

(apócrifo)

  CAPITULO I

El mar de cristal, Dios expulsa a Adán y Eva del Edén, para vivir en la Cueva de Tesoros
1 En el tercer día de la Creación, Dios plantó el jardín del Edén en la parte oriental de la tierra, en la frontera del mundo hacia el este, más allá de donde sale el sol y donde se encuentra nada más que agua, que abarca todo el mundo, y llega a la fronteras de los cielos.
2 Y al norte del jardín hay un mar de agua, clara y pura para el paladar, a diferencia de cualquier otra cosa, a fin de que, a través de la claridad, uno pueda ver en las profundidades de la tierra.
3 Y cuando un hombre se lava a sí mismo en ella, se convierte en limpio en su limpieza, y blanco en su blancura, incluso si fuera oscuro.
4 Y Dios creó ese mar a su buen parecer, porque él sabía lo que el hombre haría, y así una vez salido del jardín, con motivo de su transgresión, los hombres deberían nacer en la tierra. Entre ellos se encontrarán los justos que va a morir, y cuyas almas irán a Dios, y regresarán en el último día y volverán a su carne, y se bañarán en las aguas de ese mar, y se arrepentirán de sus pecados.
5 Pero cuando Dios echó a Adán del jardín, Él no lo ubicó en la frontera norte del mismo, para que él y Eva no puedan acercarse al mar de agua donde pudieran lavarse en ella y ser limpiados de sus pecados, y así borrar la transgresión que habían cometido y luego no se acuerden de su castigo.
6 En cuanto a la parte sur del jardín, Dios no quiso que Adán viviera allí, porque, cuando el viento sople desde el norte, hacia el sur, Adán recibiría el grato olor de los árboles del jardín.
7 Por lo cual Dios no puso a Adán y a Eva, en el lado sur, para que no fueran capaces de oler su dulce aroma y olvidar a sí su transgresión y encuentren consuelo en el aroma y no se limpien de su pecado.
8 Una vez más, Dios, que es misericordioso y de gran lástima, y que gobierna todas las cosas de la manera que sólo él sabe; hizo que nuestro padre Adán viva en la frontera occidental del jardín, porque en ese lado de la tierra, hay un territorio amplio.
9 Y Dios los mandó a vivir allí, en una cueva, dentro de una gran roca, llamada la Cueva de los
Tesoros, que se encontraba por debajo del jardín.
Capítulo II
Adán y Eva, débiles cuando dejan el Jardín. Dios envía su Palabra para alentarlos.
1 Sin embargo, cuando nuestro padre Adán y Eva, salieron del jardín, caminaron la tierra con sus pies, sin saber que estaban caminando.
2 Y cuando llegaron a la apertura de la puerta del jardín, y vieron la amplia extensión de tierra ante ellos, cubierta con piedras grandes y pequeñas, y con arena, temían y temblaban, cayendo sobre sus rostros, por el temor que les sobrevino, y quedaron como muertos.
3 Dado que hasta este momento habían estado en la tierra del jardín, bellamente plantado con todo tipo de árboles, ahora veían a sí mismos, una tierra extraña, que no conocían y nunca habían visto.
4 Además se encontraban en el jardín, llenos de la gracia y de una brillante naturaleza, y no habían vuelto sus corazones hacia las cosas terrenales.
5 Por esto, Dios, tuvo piedad de ellos, y cuando los vio disminuidos ante la puerta del jardín, les envió Su Palabra a nuestro padre, Adán y a Eva, en su estado caído.
Capítulo III
En cuanto a la promesa de los grandes cinco días y medio.

1 Y Dios dijo a Adán, "he ordenado sobre esta tierra, días y años, y tú y tu descendencia vivirán en pie, en ella, hasta que los días y años se cumplan, cuando las Palabras que te crearon, y las que te hicieron salir del jardín, tras tu transgresión, sean pronunciadas,
2 Sí, cuando la Palabra se guarde de nuevo, pasados los cinco días y medio y se vean cumplidos".
3 Cuando Adán escuchó estas palabras de Dios, y de los grandes cinco días y medio, no pudo entender el significado de ellos.(Un día es igual a mil años delante de Dios)
4 Adán estaba pensando que solo habría, cinco días y medio desde él, hasta el fin del mundo.
5 Y Adán gritó, y oró a Dios para que se le explicara esto.
6 Entonces Dios en su misericordia para con Adán, que lo hizo a su propia imagen y semejanza, le explicó, que estos cinco días y medio, son realmente 5500 años, y cómo es que vendría y lo salvaría a El y a sus descendientes.
7 Pero antes de todo esto, Dios hizo un pacto con nuestro padre Adán, en los mismos términos,  antes de que saliera del jardín, en el árbol de donde Eva tomó del fruto y se lo dio a él para que coma.
8 Porque, cuando nuestro padre Adán salió del jardín, pasó por donde estaba este árbol, y vio cómo Dios le había cambiado la apariencia, dándole otra forma, una forma arrugada.
9 Y como Adán salió hacia donde temía, temblando cayó, y Dios en su misericordia le levantó, y luego hizo este pacto con él.
10 Y otra vez, cuando Adán fue por la puerta del jardín, y vio al querubín con una espada de fuego parpadeante en la mano, y que el querubín crecía enfadado y lo veía mal, tanto a Adán como a Eva, le tuvo mucho temor, y pensó si esto significaba la muerte. Así que cayeron sobre sus  rostros, temblando de miedo.
11 Pero en realidad, el ángel tenía pena por ellos y mostrando misericordia, subió al cielo y orando al Señor, dijo:
12 "Señor, me enviaste a ver la puerta del jardín, con una espada de fuego.
13 Pero cuando tus siervos, Adán y Eva, me vieron, cayeron sobre sus rostros, y estuvieron muertos de miedo. ¡Oh mi Señor! ¿qué vamos a hacer con tus siervos?
14 Entonces Dios tuvo piedad de ellos, y les mostró misericordia, y envió a su ángel para mantener el jardín.
15 Y la Palabra del Señor vino a Adán y Eva,
16 Y les dijo: Adán te dije que al final de los cinco días y medio, iba a enviar mi Palabra,
17 Fortalece tu corazón, por tanto, y permanece en la Cueva de los Tesoros, de la que te he hablado,
18 Cuando Adán escuchó esta Palabra de Dios, fue confortado por las palabras que Dios le había
dicho, también le dijo la forma en que lo salvaría.
Capítulo IV
Adán llora sobre el cambio de condiciones. Adán y Eva entran en la Cueva de Tesoros.
1 Sin embargo, Adán y Eva lloraron por haber salido del jardín, su primera casa.
2 Y de hecho, cuando Adán miró que su carne fue alterada, lloraba amargamente junto con Eva, por lo que habían hecho. Y ellos caminaron y se dirigieron suavemente hacia abajo en la Cueva
de Tesoros.
3 Y cuando la vieron, Adán gritó sobre sí mismo y dijo a Eva, ¡Mira esta cueva, parece una cárcel de castigo para nosotros en este mundo!
4 ¿Qué es esto en comparación con el jardín? ¿No hay aquí tanta estrechez comparándola con el espacio que tiene lo demás?
5 ¿Qué es esta piedra, por el lado de los huertos? ¿Cuál es la oscuridad de esta caverna, en comparación con la luz del jardín?
6 ¿Qué es esta cornisa de roca que protege a la vivienda, en comparación con la misericordia del  Señor que nos rodeaba?
7 ¿Cuál es el suelo de esta cueva en comparación con el jardín del Edén? Esta tierra, está llena de piedras, en cambio en el jardín estaban plantados todo tipo de árboles frutales deliciosos?
8 Y dijo Adán a Eva. Nuestros ojos antes miraban ángeles alabando en el cielo, y ellos también a nosotros, sin cesar.
9 Pero ahora no vemos como lo hacíamos; nuestros ojos se han vuelto de carne y no pueden ver como antes.
10 dice de nuevo Adán a Eva, ¿Cuál es nuestro cuerpo el día de hoy, en comparación con lo que fue en los antiguos días, cuando vivíamos en el jardín?"
11 Después de esto, Adán no quiso entrar en la cueva, mirando el marco de roca, no se atrevía cruzarlo para entrar.
12 Pero él plegado a las órdenes de Dios, se dice a sí mismo, Si no entro en la cueva, seré una vez más un transgresor.
Capítulo V
Eva hace una noble y emocional intercesión, sintiendo la culpa de todo lo sucedido.
1 Entonces Adán y Eva entraron en la cueva, y estaban rezando, en su propia lengua, que para nosotros es desconocida, pero que ellos conocían bien.
2 Y cuando oraban, Adán levantó sus ojos y vio la piedra y el techo de la cueva que les cubría y les impedía ver el cielo y a las criaturas de Dios; así que se puso a llorar y golpeando con fuerza sobre su pecho, cayó al suelo como muerto.
3 Y Eva, se sentó llorando a su lado, porque ella creyó que estaba muerto.
4 Entonces levantándose, dirige sus manos hacia Dios, y apela a Él, pidiéndole misericordia y piedad, diciendo: "Oh Dios, perdona mi pecado, el pecado que he cometido, y no te acuerdes de él ni te pongas en mi contra.
5 Porque yo he sido la causante de que tu siervo caiga en el jardín, y que estemos condenados en esta tierra; de que hayamos pasado de la luz, a esta oscuridad, y de la casa de alegría, a esta prisión.
6 Oh Dios, mira a tu siervo, caído de esta manera, y llévalo de vuelta a la vida, que pueda llorar y arrepentirse de su transgresión que cometió a través mío.
7 No te lleves su alma en este momento, permítele vivir y que pueda arrepentirse y hacer tu voluntad, como antes de su muerte.
8 Pero si no deseas devolverle la vida, entonces, Oh Señor y Dios, lleva mi alma también y no me dejes en este calabozo, porque yo no podría estar sola, sin él, en este mundo.
9 porque tú, oh Dios, lo hiciste caer en un profundo sueño, y tomaste un hueso de su costado, y restableciste la carne en el lugar de ella, por tu poder divino,
10 Y me tomaste de su hueso, y me hiciste una mujer, brillante como él, con el corazón, la razón y y el habla y en carne, igual que a él, y me hiciste después a la semejanza de su aspecto, por tu  misericordia y tu poder.
11 Oh Señor, él y yo somos uno, y tú, oh Dios, Creador nuestro, es Él que nos ha hecho en un día.
12 Por lo tanto, Oh Dios, devuélvele la vida, para que pueda estar conmigo en esta extraña tierra, por el tiempo que vivamos en ella, como castigo a nuestra transgresión.
13 Pero si no vas a darle vida, entonces llévame como a él; para que ambos podamos morir el   mismo día.
14 Y Eva lloró amargamente, y cayó sobre nuestro padre Adán; en su gran dolor.
Capítulo VI
Amonestación de Dios a Adán y a Eva en el que señala cómo y por qué pecaron.
1 Y Dios los miró, pues estaban tendidos en el suelo como muertos, debido a su gran dolor.
2 Y decidió aumentarles su comodidad.
3 Por lo tanto, envió Dios su Palabra; y les mandó que se pusieran de pié de inmediato.
4 Y el Señor dijo a Adán y a Eva: Ustedes han transgredido por su propia y libre voluntad, y   salieron del jardín en el que yo los había colocado.
5 Por su propia y libre voluntad han transgredido a través de su deseo por la divinidad, la grandeza, y un estado exaltado, como el que tengo, así que yo les privé de la naturaleza brillante, que entonces tenían, y los hice salir del jardín, a esta tierra, áspera y llena de problemas.
6 Si tan sólo no hubieran transgredido mi mandamiento y habrían guardado mi derecho, y no  hubieran comido del fruto del árbol que le dije que no comieran, pues habían árboles frutales en el jardín, unos mejores que otros.
7 Pero el malvado Satanás no mantuvo su fe y no tenía buenas intenciones hacia mí, y a pesar que yo lo había creado, me consideró inútil, y solicitó la Divinidad para sí mismo; por esto yo lo arrojé del cielo, pues ya no podía permanecer en su primera morada. El fue el que hizo el árbol agradable a sus ojos, hasta que comieron, creyendo en sus palabras.
8 Así fue transgredido Mi mandamiento, por lo tanto, he traído a usted todos estos dolores.
9 Porque yo soy Dios el Creador, que, cuando creé a mis criaturas, no tuve la intención de destruirlas. Sin embargo, después de haber despertado tanto mi enojo, los castigué con graves plagas, hasta que se arrepientan.
10 Pero, si por el contrario, siguen endureciendo su corazón, en su transgresión, estarán bajo maldición para siempre
Capítulo VII
Las bestias se aplacaron.

1 Cuando Adán y Eva escucharon estas palabras de Dios, lloraron y se entristecieron aún más, pero Dios trajo fortalecimiento a sus corazones, pues ahora sentían que el Señor era para ellos como  un padre y una madre, y por esta misma razón, lloraron ante Él, y le pidieron misericordia.
2 Entonces Dios tuvo piedad de ellos, y les dijo: "¡Oh Adán, he hecho mi pacto con ustedes, y no voy a cambiar, ni voy a dejar que vuelvan al jardín, hasta que mi pacto de los grandes cinco y medio días se cumpla! "
3 Entonces dijo Adán a Dios: Señor, nos creaste y nos hiciste aptos para estar en el jardín, y antes de que transgrediéramos tu mandamiento, hiciste que todas las bestias vengan a mí, para que les ponga nombre.
4 Tu gracia fue entonces sobre mí y nombré a cada uno de acuerdo a tu mente, e hiciste que todos ellos estén sujetos a mí.
5 Pero ahora, oh Señor Dios, que he transgredido tu mandamiento, todas las bestias se pondrán en contra mío y me van a devorar, y también a Eva tu sierva, y les cortaste la vida de la faz de la   tierra.
6 Por lo tanto, te ruego, oh Dios, que nos has hecho salir del jardín, y nos has hecho estar en esta tierra extraña, no dejes que las bestias nos ataquen.
7 Cuando el Señor escuchó estas palabras de Adán, sintió piedad de él, porque lo que Adán dijo respecto a que las bestias del campo los atacarían era cierto, debido a que Dios estaba enojado por la transgresión que ellos cometieron.
8 Entonces Dios mandó a las bestias, y a las aves, y a todo lo que se mueve sobre la tierra, que vengan a donde Adán y se familiaricen con él, y que no tengan problemas con él y con Eva, ni con ninguno de sus hijos buenos y justos.
9 Entonces todas las bestias rindieron homenaje a Adán, según el mandamiento de Dios, excepto la serpiente, contra la que Dios estaba enojado y no llegó a Adán, con las bestias

LIBRO DE LOS JUBILEOS
Expulsión del Edén
26 Luego les hizo vestidos de piel, se los puso y los echó del Jardín del Edén. 27 Y el día en que salió del Jardín, ofreció Adán un buen aroma, aroma de incienso, gálbano, mirra y nardo, por la mañana cuando salía el sol, el día en que cubrió sus vergüenzas. 28 En aquel día quedaron mudas las bocas de todas las bestias, animales, pájaros, sabandijas y reptiles, pues hablaban todos, unos con otros, en un mismo lenguaje e idioma.
29 Dios expulsó del Jardín del Edén a todo mortal que allí había: todos fueron dispersados, según sus especies y naturaleza, hacia el lugar que se les había creado. 30 Pero sólo a Adán permitió cubrir sus vergüenzas entre todas las bestias y animales. 31 Por eso fue ordenado en las tablas celestiales a cuantos conocen el temor de la ley que cubran sus vergüenzas y no se descubran, como hacen los gentiles.

 HE RECORDADO MUCHO LA SIGUIENTE  LECTURA QUE HICE DE NIÑO, deseaba con mucho anhelo volver a leerla. Al fin conseguí el libro ayer Sábado.Revela una gran verdad pero ignorada-  —Dios no nos abandona totalmente, puesto ;que nos ha dejado un buen amigo.-No aparece el nombre del autor que tan sabiamente escribiera.libro de lectura EL SEMBRADOR-ESPAÑA

             Hoy la comparto.

                                                      EL PRIMER AMIGO

Cuando Adán y Eva fueron arrojados del paraíso, todos los animales se dispersaron.La serpiente se escondió entre los matorrales y desapareció Las ovejas, los corzos y los ciervos se alejaron, medrosos. El toro, huraño, arisco, como si hubiese presentido el yugo, se escapaba mugiendo.El caballo, más tímido, se alejaba a galope. El león se volvió para desafiar con la mirada al hombre abandonado

.El tigre, el lobo ; todas las bestias más feroces, se pararon también, rechinaron los dientes y dando aullidos de odio se lanzaron sobre las otras presas.Ya el águila y el buitre se arrojaron buscando palomas.Una gota de sangre caída de lo alto se mezclaba a las lágrimas de Eva. Entonces, dijo Adán con amargura :—Hasta hace unos instantes, todos los animales nos amaban ; todos se sometían a mi voz ; ahora huyen y se alejan con terror, amenazando incluso algunos de ellos.
 ¿Es que todos los seres de la Tierra son ya enemigos nuestros?
 El hombre hablaba aún, cuando se sintió lamer las' manos y vio el perro a sus pies.Le había ido siguiendo paso a paso ; parece que sufría los dolores de su amo; estaban húmedos sus ojos, como si llorase también._Adán le dio palmadas en el lomo. Eva enjugó sus, lágrimas para hacerle caricias.El perro demostraba su sumisión y agradecimiento ; daba saltos, ladraba de alegría y echándose a los pies de Adán y Eva, se les quedó mirando con aquella mirada franca y fiel.
 Adán, emocionado, dijo al fin :—Dios no nos abandona totalmente, puesto que nos ha dejado un buen amigo. Por esto, desde el primer día, el perro fue llamado el amigo del hombre

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