sábado, 18 de marzo de 2023

TIEMPOS FINALES

Si QUIERES ser hermosa, quédate un minuto ante el espejo, cinco ante tu alma y quince ante Dios.    R.M.A.

Una  Revelacion  Divina
del Infierno

Queda Muy Poco Tiempo!
por
Mary Katherine Baxter

CAP 23 EL RETORNO DE CRISTO

Yo ví la venida del Señor. Yo escuché su llamado como el sonido de una trompeta y la voz de un arcángel. Y toda la tierra se estremeció y de los sepulcros salieron los muertos justos para encontrarse con el Señor en el aire. Durante horas, parecía escucharse las cornetas tocando y la tierra y el mar dieron sus muertos. El Señor Jesucristo se paró sobre las nubes con vestiduras de fuego y contempló la gloriosa escena.

Escuché el sonido de trompetas otra vez y mientras miraba, los que estaban vivos y permanecian en la tierra ascendieron para encontrarse con ellos. Yo ví a los redimidos como millones de puntos de luz encontrándose en un lugar de reunión en el cielo. Allí los ángeles les dieron batas del blanco más puro. Había un gran regocijo.
A los ángeles se les dió el mantener orden y parecían estar en todo lugar dándole atención especial a los resucitados. A los redimidos les fué dado un cuerpo nuevo, y fueron transformados según pasaban por los aires. Gran gozo y felicidad llenaban los cielos y los angeles cantaron, “Gloria al Rey de los Reyes.”
Muy alto en los cielos contemplé un cuerpo Espíritual grande —este era el cuerpo de Cristo. Y el cuerpo estaba acostado de espalda sobre una cama y sangre goteaba hacia la tierra. Yo sabía que este era el cuerpo inmolado de nuestro Señor. Y entonces el cuerpo creció mas y más grande hasta que llenó los cielos. Entrando y saliendo del cuerpo estaban millones de los redimidos.
Yo miré pasmada cuando millones subieron por las escaleras al cuerpo y lo llenaron, comenzando por los pies y continuando por las piernas, los brazos, el estómago, el corazón y la cabeza. Y cuando estaba lleno, observé que estaba lleno de hombres y mujeres de muchas naciones, gente y lenguas de la tierra.

Millones fueron sentados delante de un trono y ví angeles que traían los libros de los cuales el juicio fue leído. Estaba el asiento de la misericordia y a muchos les fueron dadas recompensas.

Entonces, mientras miraba, una oscuridad cubrió la faz de la tierra, y fuerzas de demonios estaban por doquier. Incontables números de espíritus malos habían sido soltados de sus prisiones y lanzados sobre la tierra. Escuché al Señor decir, “Hay de los habitantes de la tierra, porque satanás ha venido a morar entre ellos.
Yo ví una bestia airada que derramó su veneno sobre toda la tierra. El infierno se estremeció en su furia y desde un abismo sin fondo salieron ejércitos en multitudes de espíritus malos para ennegrecer la tierra con su gran número. Hombres y mujeres corrieron llorando hacia las montañas, las cuevas y las colinas. Y hubieron guerras sobre la tierra, hambre y muerte.
Al fín ví caballos de fuegos y carrozas en los cielos. La tierra tembló y el sol se volvió rojo como la sangre. Y el ángel dijo, “Jesús escucha, Oh tierra, el Rey ya viene!”
Y apareció en los cielos el Rey de Reyes y Señor de Señores, y con El estaban los santos de todas las edades, vestidos en el blanco más puro. Y me acordé que todo ojo lo vera y que cada rodilla se doblará delante de El.
Entonces los ángeles metieron su hoz y cosecharon el grano maduro —que es el fin del mundo.
Jesús dijo, “Arrepentíos y sed salvos, porque el Reino de Dios está cerca. Mi voluntad y mi Palabra se cumplirán. Preparad el camino del Señor.”
Y yo pensé, “Nos tenemos que amar los unos a los otros. Tenemos que estar firmes en la verdad y corregir a nuestros hijos a la luz de la pronta venida de Cristo. Pues es seguro que, El Rey ya viene!”

  Capítulo 24: La llamada final de Dios

Jesús dijo, “Encarga a los que están en el mundo que no sean altaneros, ni confíen en falsas riquezas, sino que pongan su confianza en el Dios vivo, quien nos da realmente todas las cosas para nuestro placer. Caminen en el Espíritu y no caerán en la codicia de la carne.

No os engañéis, Dios no puede ser burlado. Porque todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Siembra para la carne y cosecharás corrupción. Siembra para el Espíritu y cosecharás vida eterna. Las obras de la carne son adulterio, fornicación, impiedad, idolatría, hechicería, íra, envidia, borracheras, orgías y tales cosas. Los que hacen estas cosas no heredarán el reino de Dios.

Estos son los frutos del Espíritu, amor, gozo, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, mansedumbre y auto control. Los que son de Cristo han crucificado la carne con sus deseos.

Cuando se cumpla la Palabra de Dios, entonces vendrá el fin. Nadie sabe el día, ni la hora, cuando el Hijo de Dios regresará a la tierra. Ni aún el Hijo, pues eso lo sabe solamente el Padre. La Palabra se está cumpliendo rápidamente. Vengan como un niño pequeno y déjenme limpiarles de las obras de la carne. Diganme, ‘Señor Jesús, ven a mi corazón y perdóname mis pecados. Yo se que soy pecador y me arrepiento de mis pecados. Lávame en tu sangre y hazme limpio. He pecado contra el cielo y contra ti y no soy digno de ser llamado tu hijo. Yo te recibo por la fe como mi Salvador.

Yo os dare pastores según mi corazón y yo seré vuestro Pastor. Ustedes serán mi pueblo, y yo seré vuestro Dios. Lean la Palabra y no dejen vuestras congregaciones.

Denme toda vuestra vida y yo os guardaré. Yo no los dejaré ni los desampararé.”
Pueblo, por el mismo Espíritu, tenemos acceso al Padre.
Es mi oración que todos ustedes vengan y entreguen sus corazónes al Señor.

 

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