miércoles, 8 de marzo de 2023

REVELACIÓN DIVINA DEL CIELO -Hogar de almas redimidas

 24 de Febrero de 2021

  Una  Revelacion  Divina
del Cielo

por Mary Katherine Baxter
 
Después de treinta noches de experimentar las profundidades del infierno, a Mary Baxter le fueron mostradas algunas regiones del Cielo. He aquí una descripción de la belleza deslumbrante y del gozo que le espera a cada creyente en Jesucristo.

HOGAR DE ALMAS REDIMIDAS

El cielo es un lugar permanente. Ningún enemigo podrá conquistar jamás el paraíso de Dios.

No habrá desmoronamiento de sus edificios, decadencia de sus materiales, ni secamiento o muerte de su vegetación. Ninguna niebla o radiación contaminará jamás su atmósfera santa.

Esa morada permanente es una ciudad eterna y perdurable. Cantemos este himno escrito por Hattie Bueli:

Una tienda o una choza, ¿qué puede importarme? Me están construyendo un palacio allá arriba; Aun cuando me encuentre yo exiliado de Él, Todavía puedo cantar:

A Dios toda gloria, soy hijo del Rey.

En ese lugar incomparable, los santos encontrarán dulce liberación de todas sus decepciones, angustias, tragedias y desastres. Allí no habrá más pena ni aflicción. Allí no habrá más dolor. Allí no habrá más clamor:

(Apocalipsis 21:4)

“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos;y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor;porque las primeras cosas pasaron.

Parecía que los ciudadanos alegres a los que veía en el cielo habían provenido de muchas edades y países diferentes. Era obvio que habían diferentes nacionalidades. Entonces recordé otra cita bíblica que había leído:

(Apocalipsis 5:9)Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación.

 

OCUPADOS EN ALABAR A DIOS

¡Con emoción mi alma alabó la majestad de Dios! Las penas y la aflicción que yo había experimentado cuando vi la revelación del infierno ahora parecían muy lejanas. Ésta de ahora era una revelación del cielo.

Vi a familias enteras juntas. Todos estaban felices, yendo a algún sitio, haciendo algo, sonriendo. Una refulgencia agraciaba cada rostro que veía.

Parecía que todos los santos del cielo estaban ocupados. Jamás estaban ociosos. Empleaban su tiempo en alabar y engrandecer a Dios. Había cánticos en los labios de todos. El ambiente de la música era el tono dominante.

No pasaremos la eternidad en ocio y pereza, como algunos han equivocadamente representado nuestro destino final. Haremos más que flotar en una nube, tocar un arpa o menear los dedos de los pies en el río de la vida. Nuestro tiempo se empleará en servir a Dios. No sabemos cuál ha de ser la naturaleza de ese servicio, pero no puede haber duda de que su pueblo lo servirá.

 

DIAMANTES PARA LOS GANADORES DE ALMAS

¡Podía ver por todas partes exquisitos diamantes que brillaban y relucían! Algunos eran tan grandes como bloques de cemento.

Algunos de esos diamantes parecían ser para las mansiones de los que habían sido ganadores de almas en la tierra. Parecía que cada vez que alguien llevaba un alma a Cristo, el cielo le otorgaba un diamante a ese cristiano fiel. La Biblia dice:

(Proverbios 11:30) El fruto del justo es árbol de vida; Y el que gana almas es sabio.

(Daniel 12:3)Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento;y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad.

Según bebía del esplendor y la magnificencia de ese lugar glorioso, vi a un ángel inmenso y hermoso que venía bajando por una vereda. En sus manos sujetaba un rollo con bordes de oro.

El ángel puso el rollo en una mesa de pedestal, que era de un material plateado diferente a cualquier cosa que yo hubiera visto antes. La mesa oblonga literalmente refulgía con luz.

El rollo tenía un nombre escrito en él. Uno de los santos lo tomó y comenzó a leerlo.

“Jesús es el maestro de obra”, me dijo un santo del cielo. “Él determina quién merece los diamantes y a dónde han de ir. Este rollo que he tomado es un informe de la tierra de una persona que llevó a alguien a Jesús, que alimentó a los pobres, que vistió a los desnudos, que hizo grandes cosas para Dios.”

(Mateo 25:31-41, 46)31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.

Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?

38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?

40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. 41 Entonces dirá también a los de la izquierda: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.

46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

 

ESPACIO PARA TODOS

El ángel me repitió el mensaje de bienvenida: “Ven y mira la gloria de tu Dios.”

Conforme a la dirección del Señor, hago un registro de esta descripción del cielo tal y como lo ví. Necesitamos comprender que el enfoque de nuestras esperanzas y deseos debe estar en pasar toda la eternidad con nuestro Señor.

¡El cielo es la tierra de los sueños hecha realidad!

Me emociono en cuanto al cielo porque después de que terminen nuestra obra y trabajos sobre la tierra, nos iremos de este mundo e iremos allá. Dios ha preparado la ciudad, y Jesús está preparando un lugar allí para los que lo amamos.

 

COMUNIÓN PERFECTA

En el cielo se restablecerá totalmente una ininterrumpida comunión entre Dios y el hombre.

Cuando Adán y Eva estaban en el huerto del Edén, Dios visitaba esta tierra.

Después que la comunión con Él fuera arruinada por el pecado y la desobediencia, Dios continuó mostrando su deseo de tener comunión con la humanidad.

Su última expresión de amor por la humanidad fue dar a su propio Hijo para que sufriera una muerte inclemente en una cruz cruel. Mediante la muerte y resurrección de Cristo, la comunión entre Dios y el hombre se convirtió de nuevo en una posibilidad.

Incluso ahora, las circunstancias de la vida pueden impedir nuestra comunión íntima con Dios.

Pero allá en el cielo no habrá más impedimentos. Conoceremos la comunión verdadera con el Rey de reyes y Señor de señores. La comunión con Él será plena.

El cielo es la morada del Dios vivo. Está mucho más allá de los cielos atmosféricos y más allá de los planetas y las galaxias. Es la mansión perpetua de “los redimidos de Jehová” (Isaías 62:12). Es el destino eterno de todos los hijos de Dios mediante la fe en Cristo.

No necesitamos temer que nos ubiquen en un diminuto departamento en el cielo al que le hayan colocado el rótulo de “mansión”. Cuándo los redimidos de todos los tiempos seamos llevados a nuestro hogar en la gloria, allí habrá espacio suficiente para todos nosotros para que tengamos una de las muchas mansiones, de las muchas moradas, que Jesús dijo que estaba preparando para nosotros en la casa de su Padre:

(Juan 14:1-4)

1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.

El cielo seguramente tiene espacio para todos:

Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos;

(Apocalipsis 7:9-11)10 y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. 11 Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro seres vi vientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios.

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