Miércoles, 25 de mayo de 2016
Una
Revelacion Divina
del Infierno
by Mary Katherine Baxter
Queda Muy Poco Tiempo!
del Infierno
by Mary Katherine Baxter
Queda Muy Poco Tiempo!
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Capítulo
4
Más
fosas
La proxima noche, Jesús
y yo, regresamos a la pierna derecha del infierno. Vi, como antes, el amor que Jesús tenía por las
almas que estaban perdidas en el infierno. Y senti su amor por mí y por todos los que viven en
1a tierra.
“Hija,” me dijo, “No es
la voluntad de Dios que nadie perezca. Satanás engaña a muchos y ellos le siguen. Pero Dios es
perdonador. El es un Dios de amor. Si estos hubieran venido verdaderamente al Padre y se hubieran
arrepentido, El los hubiera perdonado.” Una gran ternura cubría el rostro de Jesús mientras El decia,
“Mi Padre, ten misericordia.” Otra vez pasamos por las
fosas en fuego y pasamos por medio de mucha gente como las que describí anteriormente.
Mi Señor, mi Señor, que horror es esto yo pensé. Caminamos y caminamos pasando por muchas almas
quemándose en el infierno. Durante todo el camino
se extenían manos ardientes hacia Jesús. Donde antes hubo carne, ahora solo habían huesos y una
masa gris con carne quemándose y pudriéndose y colgando en pedazos. Dentro del marco de la
forma de su esqueleto había un alma como vapor de un color gris y sucio dentro de un esqueleto
seco para siempre. Yo podía sentir, por sus gritos, que ellos percibían el fuego, los gusanos, el
dolor, y la falta de esperanza. Sus gritos llenaban mi alma con un dolor tan grande que no puedo
describirlo. Si solamente ellos
hubiera escuchado, yo pensé, no estarían en este lugar. Yo sabía que los que estaban perdidos en el
infierno tenían todos sus sentidos. Ellos se acuerdan de todo lo que se les dijo y sabían que no
había manera de escapar de las llamas y que estaban perdidos para siempre. Sin embargo, aunque sin
esperanza, todavía le pedían a Jesús misericordia. Nos paramos en la
proxima fosa. Era exactamente como todas las demás y adentro estaba la forma de una mujer (lo supe
por la voz). Ella gritó tras Jesús para ser librada de las llamas. Jesús miró a la mujer
con amor y dijo, “cuando estabas en la tierra, te llamé y te llamé para que
vinieras a mi. Yo te
rogué que arreglaras tu corazón conmigo antes que fuera muy tarde. Muchas veces te visite a media
noche para hablarte de mi amor. Yo te busque, te amé y te traje hacia mi por mi Espíritu.
‘Si Señor,’ dijiste, ‘yo
te seguiré,’ con tus labios dijiste que me amabas, pero tu corazón no lo decia. Yo sabía donde estaba tu
corazón. Yo muchas veces te envié mis mensajeros para que te dijeran que te arrepintieras de
tus pecados y vinieras a mi, pero no quisiste escucharme. Yo quería usarte para que le ministraras
a otros, para ayudar a otros a encontrarme. Pero tu querías más al mundo que a mi. Yo te llamé,
pero tu no me escuchaste, ni tampoco quisiste arrepentirte de tus pecados.”
La mujer le dijo a
Jesús, “tu te acuerdas Señor, como yo fui a la iglesia y era una mujer buena.
Yo me uní a la iglesia. Yo
fui miembro de tu iglesia. Yo sabia que tu llamamiento estaba sobre mi vida. Yo sabia que tenía que
obedecer a ese llamado a cualquier costo, y asi lo hice.”
Jesús dijo, “Mujer,
estás llena de mentiras y pecados. Yo te llamé, pero tu no me escuchaste! Es verdad, fuiste miembro
de una iglesia, pero ser miembro de una iglesia no te lleva al cielo. Tus pecados eran muchos y no
te arrepentiste. Tu causaste que otros tropezaran con mi palabra. Ya no perdonabas a los que te
herían. Tu pretendías amarme y servirme cuando estabas con los cristianos, pero cuando
estabas lejos de los cristianos tu mentiste, engañaste y robaste. Tu te entregaste a espíritus
de seducción y gozabas de tu doble vida. Tu conocias el camino recto y angosto.”
Jesús dijo, “También
tenías una doble lengua. Hablabas de tus hermanos y hermanos en Cristo. Tu los juzgabas y creías
que eras mejor que ellos, cuando en tu corazón había un gran pecado. Esto yo lo se, tu no escuchaste
mi dulce Espíritu de compasión. Tu juzgabas lo externo de una persona sin tener en cuenta que
muchos eran hijos de la fe. Tu eras bien dura. Si, decías que me amabas
con tus labios, pero tu corazón estaba lejos de mi. Tu conocias las cosas de Dios y las comprendías.
Tu jugaste con Dios, pero Dios todo to sabe. Si tu hubieras servido a Dios con sinceridad, no
estuvieras hoy en este lugar. No puedes servir a satanás y a Dios a la misma vez.”
Jesús se dio vuelta
hacia a mi y dijo, “muchos en los días postreros se apartaran de la fe, escuchando espíritus de
mentiras y servirán al pecado. Salid de en medio de ellos, apartense de esos caminos y no
caminen sus caminos.”Cuando nos alejamos, la mujer comenzó a maldecir a Jesús. Ella dió gritos
de ira. Nosotros seguimos caminando. Mi cuerpo estaba muy débil.
En La próxima fosa
estaba la forma de otro esqueleto. Yo sentía el olor de la muerte, aún antes de llegar allí. Este
esqueleto se parecía a los demás.
Yo deseaba saber lo que
esta alma había hecho para estar perdida y sin esperanza y sin futuro, y estar por la eternidad
en este terrible lugar. El infierno es eterno. Mientras escuchaba los llantos
de las almas en tormentos,
yo también lloré.
Yo escuchaba mientras
una mujer le hablaba a Jesús desde las llamas de la fosa. Esta estaba mencionando la Palabra
de Dios. Yo pregunte, “Querido Señor, qué hace ella aquí?”
“Escucha,” dijo Jesús. La mujer dijo,
“Jesús es el camino, la verdad y la vida. Nadie puede venir a Cristo sino es
por medio de El. Jesús es la
luz del mundo. Ven a Jesús, y El te salvará.” Cuando ella habló muchas de las almas perdidas a su
alrededor la escuchaban. Algunos le hablaban mal y la maldecian. Otros le pidieron que cesara y
otros decían, “ verdad que hay esperanza? o “Jesús, ayúdanos.” El aire estaba lleno de muchos
llantos de dolor.
Yo no entendía lo que
estaba pasando. Yo no sabía porque la mujer estaba predicando el evangelio aquí. El Señor conocia
mis pensamientos y me dijo: “Hija, yo llamé a esta mujer a la edad de treinta años para predicar mi
palabra y ser un testigo del evangelio. Yo Ilamo a diferentes personas a trabajar en mi cuerpo
con diferentes propósitos. Pero si una mujer, muchacho o muchacha no quiere mi Espíritu, yo me alejo.”
“Si, ella respondió a mi
llamado por muchos años, y creció en el conocimiento del Señor. Ella conocia mi voz e hizo
muchas cosas buenas para mi. Ella estudió la Palabra de Dios. Ella oraba con frecuencia, y muchas de
sus oraciones fueron contestadas. Ella le enseñó a mucha gente el camino de la santidad. Ella fue
fiel en su hogar.” “Los años pasaron hasta que un dia averiguó que su esposo le estaba siendo
infiel con otra mujer. Y aunque él le pidió perdón, ella se endureció y no quiso perdonarlo y tampoco
salvar su matrimonio. Es verdad, su esposo estaba mal y había cometido un gran
pecado.” “Pero esta mujer conocia
mi palabra. Ella sabía que tenía que perdonar y que con cada tentación hay un camino de escape.
Su esposo le pidió que lo perdonara. Ella rehusó a hacerlo. El resultado fue que su ira sembró
raíces. La rabia creció dentro de ella. Ella no quiso entregarme su ira. Ella cada día se volvió mas
amargada y dijo en su corazón, yo aqui estoy sirviéndole a Dios totalmente, y mi esposo está saliendo
con otra mujer! Tu crees que eso está bien? Ella me dijo.” “Yo le dije, ‘No, no
está correcto. Pero el vino a ti y se arrepintió y te dijo que jamás lo
volverla a hacer’.” “Yo le dije,
‘hija, mírate por dentro, y ve que tu misma has causado esto’.”
“No, yo no, Señor, ‘dijo
ella,’ yo soy la santa, y él es el pecador. ‘Ella no me quiso escuchar’.” “El tiempo pasó, y rehusó
orar o leer la biblia. Ella sentía ira, no solamente con su esposo, sino que también con los que
estaban a su alrededor. Ella citaba las Escrituras, pero no perdonaba a su esposo.”
“Ella no me escuchaba.
Su corazón se llenó de amargura y un gran pecado entró en él. En el corazón donde en un
tiempo hubo amor, creció el homicidio y un día en su ira, ella mató a su esposo y a la otra mujer.
Satanás se posesionó completamente de ella y ella se suicidó.”
Yo miré a aquella alma
perdida por haber dejado a Cristo y así se condenó para siempre en las llamas y en dolor. Yo
escuché cuando ella le respondió a Jesús.
Ella dijo, “Yo perdonaré
ahora, Señor, déjame salir. Yo te obedeceré ahora. Ves, Señor, estoy predicando tu palabra
ahora. En un par de horas vendrán demonios a atormentarme más severamente. Ellos me
torturarán durante horas ellos me torturarán porque yo he estado predicando tu palabra y por eso mi
tormento será peor. Por favor, Señor, te lo ruego, déjame salir.”
Lloré por la mujer en la
fosa y le pedí al Señor que me mantuviera de toda amargura de corazón. Yo dije, “Señor Jesús, no
permitas que el odio entre en mi corazón.” Jesús dijo, “Ven, sigamos adelante.”
En la proxima fosa
estaba el alma de un hombre envuelto en su forma de esqueleto y gritandole a Jesús. “Señor,” gritó
“Ayúdame a entender porque estoy en este lugar.” Jesús dijo, “Sea la paz. Tu sabes por qué estás
aqui.”
“Déjame salir y seré
bueno,” rogó el hombre. El Señor le dijo, “Aún en el infierno sigues
mintiendo.” Jesús se dirigió a mi y
dijo, “Este hombre tenía 23 años cuando llegó aquí. El no escuchará mi evangelio. El escuchó mi
palabra muchas veces y estuvo frecuentemente en mi iglesia. Yo lo traje con mi Espíritu para
salvarlo, pero el quería el mundo y sus deseos. Le gustaba tomar licor y no quería responder a mi
llamado. Un día me dijo, ‘Yo viviré mi vida para ti, un día, Jesús.’ Pero ese
dñia nunca llegó. Una noche
después de una fiesta se mató en un accidende automóvil. Satanás lo engañó hasta el final.” “El murió
instantáneamente. El no quiso escuchar mi llamado. Otros, también murieron en
el accidente. El trabajo de
satanás es matar, robar, y destruír. Si solamente este joven hubiera escuchado! la voluntad
del Padre es que ninguno perezca. Satanás quería el alma de este hombre y la destruyó por medio
del descuido, pecado y bebidas intoxicantes. Muchos hogares y vidas son destruídas todos los
años por el alcohol.”
Si la gente pudiera
darse cuenta que los deseos y concupiscencias de este mundo duran solamente por un tiempo! Si tu
vienes al Señor Jesús, El te librará del alcohol. El será tu amigo. Acuérdate,
El te ama, y El también
tiene el poder para perdonar tus pecados.
Cristianos casados,
Jesús les amonesta a no cometer adulterio. Y el desear a alguien del sexo opuesto, aún cuando no
cometan adulterio, puede ser adulterio en tu corazón.
Jóvenes, no se acerquen
a las drogas y a los pecados sexuales. Si has pecado, Dios te perdona.
Clama a El hoy, mientras
hay tiempo. Busquen a buenos cristianos adultos y pregúntenles si pueden hablar con ellos de sus
problemas. Se van a alegrar de haber tomado el tiempo ahora, mientras están en este mundo y
antes que sea muy tarde. Satanás viene como angel de luz para engañar al mundo. No es de
sorprendernos que los pecados de este mundo se veían tentadores para este joven, aun cuando él
conocia La Santa Palabra de Dios. Una fiesta más, el penso, Jesús lo comprenderá. Pero la
muerte no tiene misericordia. El esperó demasiado.
Yo contemplé el alma del
hombre y pense en mis propios niños que pronto tendrán 23 años. “ Dios, que ellos te sirvan!” Yo
se que muchos de ustedes que están leyendo este libro tienen seres amados, quizas niños,
que ustedes no quieren que se vayan al infierno. Háblenles de Jesús antes de que sea muy tarde.
Pídanles que se arrepientan de sus pecados y que Dios los perdonará y los santificará.
Los gritos del hombre
quedaron dentro de mi por muchos días. Yo jamás olvidaré sus clamores de pesar. Me acuerdo de su
carne colgando y quemándose en las llamas. Yo no me puedo olvidar de la pudredumbre, el olor a
muerte, agujeros donde hubieron ojos, almas grises y sucias y los gusanos que se arrastraban por
los huesos. Cuando salimos para la proxima fosa, la forma del joven extendió sus brazos hacia Jesús
en forma de ruego.
“Querido Señor,” yo ore,
“dame las fuerzas para seguir.” Yo escuché la voz de una mujer clamando desesperadamente. Los
gritos de muerte se escuchaban en todos los lugares. Pronto llegamos a la fosa donde estaba la
mujer. Ella estaba rogando con toda su alma para que Jesús la sacara de aquel lugar. Su ser
estaba conmovido por los sollozos y había un gran dolor en su voz. Yo sabía que estaba sufriendo mucho.
Yo dije, “Jesús, no hay
algo que tu puedas hacer?” Jesús entonces le habló a ella “Cuando estabas en la tierra” el dijo,
“yo te llamé y llamé para que tu vinieras a mi. Yo te rogue que arreglaras tu corazón conmigo, que
perdonaras a otros, que hicieras lo correcto y evitaras el pecado. Yo hasta te visité a media noche y
te traje por mi Espíritu de tiempo en tiempo. Con tus labios decías que me amabas, pero tu corazón
estaba lejos de mi. No sabías que de Dios nada se puede esconder? Tu engañaste a otros pero a
mi no me pudiste engañar. Envié a otros que te pidieran que te arrepintieras, pero tu
no los escuchaste. Tu no escuchaste, tu no viste, y en tu ira los despreciaste.
Te coloque donde podías
escuchar mi Palabra. Pero tu no me dabas tu corazón. Tu no estabas
arrepentida, ni te avergonzabas de lo que estabas hablando. Tu endureciste tu corazón y me rechazaste.
Ahora estás perdida para siempre. Debiste haberme escuchado.”
Al oir esto, miró a Jesús y lo
comenzó a insultar y maldecir. Yo sentí la presencia de malos espíritus y sabía que eran ellos los
que maldecian y hablaban de esa manera.
Que triste es estar
perdido para siempre en el infierno! Resistid al diablo, mientras puedan y el
huirá de vosotros.
Jesús dijo, “El mundo y
todo lo que en él hay pasará, pero mi Palabra no pasará.”
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