viernes, 17 de febrero de 2023

REVELACION DIVINA DEL INFIERNO- CAP 4.

 Miércoles, 25 de mayo de 2016

Una Revelacion Divina
del Infierno

by Mary Katherine Baxter
Queda Muy Poco Tiempo!
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Capítulo 4
Más fosas
La proxima noche, Jesús y yo, regresamos a la pierna derecha del infierno. Vi, como antes, el amor que Jesús tenía por las almas que estaban perdidas en el infierno. Y senti su amor por mí y por todos los que viven en 1a tierra.
“Hija,” me dijo, “No es la voluntad de Dios que nadie perezca. Satanás engaña a muchos y ellos le siguen. Pero Dios es perdonador. El es un Dios de amor. Si estos hubieran venido verdaderamente al Padre y se hubieran arrepentido, El los hubiera perdonado.” Una gran ternura cubría el rostro de Jesús mientras El decia, “Mi Padre, ten misericordia.” Otra vez pasamos por las fosas en fuego y pasamos por medio de mucha gente como las que describí anteriormente. Mi Señor, mi Señor, que horror es esto yo pensé. Caminamos y caminamos pasando por muchas almas quemándose en el infierno. Durante todo el camino se extenían manos ardientes hacia Jesús. Donde antes hubo carne, ahora solo habían huesos y una masa gris con carne quemándose y pudriéndose y colgando en pedazos. Dentro del marco de la forma de su esqueleto había un alma como vapor de un color gris y sucio dentro de un esqueleto seco para siempre. Yo podía sentir, por sus gritos, que ellos percibían el fuego, los gusanos, el dolor, y la falta de esperanza. Sus gritos llenaban mi alma con un dolor tan grande que no puedo describirlo. Si solamente ellos hubiera escuchado, yo pensé, no estarían en este lugar. Yo sabía que los que estaban perdidos en el infierno tenían todos sus sentidos. Ellos se acuerdan de todo lo que se les dijo y sabían que no había manera de escapar de las llamas y que estaban perdidos para siempre. Sin embargo, aunque sin esperanza, todavía le pedían a Jesús misericordia. Nos paramos en la proxima fosa. Era exactamente como todas las demás y adentro estaba la forma de una mujer (lo supe por la voz). Ella gritó tras Jesús para ser librada de las llamas. Jesús miró a la mujer con amor y dijo, “cuando estabas en la tierra, te llamé y te llamé para que
vinieras a mi. Yo te rogué que arreglaras tu corazón conmigo antes que fuera muy tarde. Muchas veces te visite a media noche para hablarte de mi amor. Yo te busque, te amé y te traje hacia mi por mi Espíritu.
‘Si Señor,’ dijiste, ‘yo te seguiré,’ con tus labios dijiste que me amabas, pero tu corazón no lo decia. Yo sabía donde estaba tu corazón. Yo muchas veces te envié mis mensajeros para que te dijeran que te arrepintieras de tus pecados y vinieras a mi, pero no quisiste escucharme. Yo quería usarte para que le ministraras a otros, para ayudar a otros a encontrarme. Pero tu querías más al mundo que a mi. Yo te llamé, pero tu no me escuchaste, ni tampoco quisiste arrepentirte de tus pecados.”
La mujer le dijo a Jesús, “tu te acuerdas Señor, como yo fui a la iglesia y era una mujer buena. Yo me uní a la iglesia. Yo fui miembro de tu iglesia. Yo sabia que tu llamamiento estaba sobre mi vida. Yo sabia que tenía que obedecer a ese llamado a cualquier costo, y asi lo hice.”
Jesús dijo, “Mujer, estás llena de mentiras y pecados. Yo te llamé, pero tu no me escuchaste! Es verdad, fuiste miembro de una iglesia, pero ser miembro de una iglesia no te lleva al cielo. Tus pecados eran muchos y no te arrepentiste. Tu causaste que otros tropezaran con mi palabra. Ya no perdonabas a los que te herían. Tu pretendías amarme y servirme cuando estabas con los cristianos, pero cuando estabas lejos de los cristianos tu mentiste, engañaste y robaste. Tu te entregaste a espíritus de seducción y gozabas de tu doble vida. Tu conocias el camino recto y angosto.”
Jesús dijo, “También tenías una doble lengua. Hablabas de tus hermanos y hermanos en Cristo. Tu los juzgabas y creías que eras mejor que ellos, cuando en tu corazón había un gran pecado. Esto yo lo se, tu no escuchaste mi dulce Espíritu de compasión. Tu juzgabas lo externo de una persona sin tener en cuenta que muchos eran hijos de la fe. Tu eras bien dura. Si, decías que me amabas con tus labios, pero tu corazón estaba lejos de mi. Tu conocias las cosas de Dios y las comprendías. Tu jugaste con Dios, pero Dios todo to sabe. Si tu hubieras servido a Dios con sinceridad, no estuvieras hoy en este lugar. No puedes servir a satanás y a Dios a la misma vez.”
Jesús se dio vuelta hacia a mi y dijo, “muchos en los días postreros se apartaran de la fe, escuchando espíritus de mentiras y servirán al pecado. Salid de en medio de ellos, apartense de esos caminos y no caminen sus caminos.”Cuando nos alejamos, la mujer comenzó a maldecir a Jesús. Ella dió gritos de ira. Nosotros seguimos caminando. Mi cuerpo estaba muy débil.
En La próxima fosa estaba la forma de otro esqueleto. Yo sentía el olor de la muerte, aún antes de llegar allí. Este esqueleto se parecía a los demás.
Yo deseaba saber lo que esta alma había hecho para estar perdida y sin esperanza y sin futuro, y estar por la eternidad en este terrible lugar. El infierno es eterno. Mientras escuchaba los llantos de las almas en tormentos, yo también lloré.
Yo escuchaba mientras una mujer le hablaba a Jesús desde las llamas de la fosa. Esta estaba mencionando la Palabra de Dios. Yo pregunte, “Querido Señor, qué hace ella aquí?”
 “Escucha,” dijo Jesús. La mujer dijo, “Jesús es el camino, la verdad y la vida. Nadie puede venir a Cristo sino es por medio de El. Jesús es la luz del mundo. Ven a Jesús, y El te salvará.” Cuando ella habló muchas de  las almas perdidas a su alrededor la escuchaban. Algunos le hablaban mal y la maldecian. Otros le pidieron que cesara y otros decían, “ verdad que hay esperanza? o “Jesús, ayúdanos.” El aire estaba lleno de muchos llantos de dolor.
Yo no entendía lo que estaba pasando. Yo no sabía porque la mujer estaba predicando el evangelio aquí. El Señor conocia mis pensamientos y me dijo: “Hija, yo llamé a esta mujer a la edad de treinta años para predicar mi palabra y ser un testigo del evangelio. Yo Ilamo a diferentes personas a trabajar en mi cuerpo con diferentes propósitos. Pero si una mujer, muchacho o muchacha no quiere mi Espíritu, yo me alejo.”
“Si, ella respondió a mi llamado por muchos años, y creció en el conocimiento del Señor. Ella conocia mi voz e hizo muchas cosas buenas para mi. Ella estudió la Palabra de Dios. Ella oraba con frecuencia, y muchas de sus oraciones fueron contestadas. Ella le enseñó a mucha gente el camino de la santidad. Ella fue fiel en su hogar.” “Los años pasaron hasta que un dia averiguó que su esposo le estaba siendo infiel con otra mujer. Y aunque él le pidió perdón, ella se endureció y no quiso perdonarlo y tampoco salvar su matrimonio. Es verdad, su esposo estaba mal y había cometido un gran pecado.” “Pero esta mujer conocia mi palabra. Ella sabía que tenía que perdonar y que con cada tentación hay un camino de escape. Su esposo le pidió que lo perdonara. Ella rehusó a hacerlo. El resultado fue que su ira sembró raíces. La rabia creció dentro de ella. Ella no quiso entregarme su ira. Ella cada día se volvió mas amargada y dijo en su corazón, yo aqui estoy sirviéndole a Dios totalmente, y mi esposo está saliendo con otra mujer! Tu crees que eso está bien? Ella me dijo.” “Yo le dije, ‘No, no está correcto. Pero el vino a ti y se arrepintió y te dijo que jamás lo volverla a hacer’.” “Yo le dije, ‘hija, mírate por dentro, y ve que tu misma has causado esto’.”
“No, yo no, Señor, ‘dijo ella,’ yo soy la santa, y él es el pecador. ‘Ella no me quiso escuchar’.” “El tiempo pasó, y rehusó orar o leer la biblia. Ella sentía ira, no solamente con su esposo, sino que también con los que estaban a su alrededor. Ella citaba las Escrituras, pero no perdonaba a su esposo.”
“Ella no me escuchaba. Su corazón se llenó de amargura y un gran pecado entró en él. En el corazón donde en un tiempo hubo amor, creció el homicidio y un día en su ira, ella mató a su esposo y a la otra mujer. Satanás se posesionó completamente de ella y ella se suicidó.
Yo miré a aquella alma perdida por haber dejado a Cristo y así se condenó para siempre en las llamas y en dolor. Yo escuché cuando ella le respondió a Jesús.
Ella dijo, “Yo perdonaré ahora, Señor, déjame salir. Yo te obedeceré ahora. Ves, Señor, estoy predicando tu palabra ahora. En un par de horas vendrán demonios a atormentarme más severamente. Ellos me torturarán durante horas ellos me torturarán porque yo he estado predicando tu palabra y por eso mi tormento será peor. Por favor, Señor, te lo ruego, déjame salir.”
Lloré por la mujer en la fosa y le pedí al Señor que me mantuviera de toda amargura de corazón. Yo dije, “Señor Jesús, no permitas que el odio entre en mi corazón.” Jesús dijo, “Ven, sigamos adelante.”
En la proxima fosa estaba el alma de un hombre envuelto en su forma de esqueleto y gritandole a Jesús. “Señor,” gritó “Ayúdame a entender porque estoy en este lugar.” Jesús dijo, “Sea la paz. Tu sabes por qué estás aqui.”
“Déjame salir y seré bueno,” rogó el hombre. El Señor le dijo, “Aún en el infierno sigues mintiendo.” Jesús se dirigió a mi y dijo, “Este hombre tenía 23 años cuando llegó aquí. El no escuchará mi evangelio. El escuchó mi palabra muchas veces y estuvo frecuentemente en mi iglesia. Yo lo traje con mi Espíritu para salvarlo, pero el quería el mundo y sus deseos. Le gustaba tomar licor y no quería responder a mi llamado. Un día me dijo, ‘Yo viviré mi vida para ti, un día, Jesús.’ Pero ese dñia nunca llegó. Una noche después de una fiesta se mató en un accidende automóvil. Satanás lo engañó hasta el final.” “El murió instantáneamente. El no quiso escuchar mi llamado. Otros, también murieron en el accidente. El trabajo de satanás es matar, robar, y destruír. Si solamente este joven hubiera escuchado! la voluntad del Padre es que ninguno perezca. Satanás quería el alma de este hombre y la destruyó por medio del descuido, pecado y bebidas intoxicantes. Muchos hogares y vidas son destruídas todos los años por el alcohol.”
Si la gente pudiera darse cuenta que los deseos y concupiscencias de este mundo duran solamente por un tiempo! Si tu vienes al Señor Jesús, El te librará del alcohol. El será tu amigo. Acuérdate, El te ama, y El también tiene el poder para perdonar tus pecados.
Cristianos casados, Jesús les amonesta a no cometer adulterio. Y el desear a alguien del sexo opuesto, aún cuando no cometan adulterio, puede ser adulterio en tu corazón.
Jóvenes, no se acerquen a las drogas y a los pecados sexuales. Si has pecado, Dios te perdona.
Clama a El hoy, mientras hay tiempo. Busquen a buenos cristianos adultos y pregúntenles si pueden hablar con ellos de sus problemas. Se van a alegrar de haber tomado el tiempo ahora, mientras están en este mundo y antes que sea muy tarde. Satanás viene como angel de luz para engañar al mundo. No es de sorprendernos que los pecados de este mundo se veían tentadores para este joven, aun cuando él conocia La Santa Palabra de Dios. Una fiesta más, el penso, Jesús lo comprenderá. Pero la muerte no tiene misericordia. El esperó demasiado.
Yo contemplé el alma del hombre y pense en mis propios niños que pronto tendrán 23 años. “ Dios, que ellos te sirvan!” Yo se que muchos de ustedes que están leyendo este libro tienen seres amados, quizas niños, que ustedes no quieren que se vayan al infierno. Háblenles de Jesús antes de que sea muy tarde. Pídanles que se arrepientan de sus pecados y que Dios los perdonará y los santificará.
Los gritos del hombre quedaron dentro de mi por muchos días. Yo jamás olvidaré sus clamores de pesar. Me acuerdo de su carne colgando y quemándose en las llamas. Yo no me puedo olvidar de la pudredumbre, el olor a muerte, agujeros donde hubieron ojos, almas grises y sucias y los gusanos que se arrastraban por los huesos. Cuando salimos para la proxima fosa, la forma del joven extendió sus brazos hacia Jesús en forma de ruego.
“Querido Señor,” yo ore, “dame las fuerzas para seguir.” Yo escuché la voz de una mujer clamando desesperadamente. Los gritos de muerte se escuchaban en todos los lugares. Pronto llegamos a la fosa donde estaba la mujer. Ella estaba rogando con toda su alma para que Jesús la sacara de aquel lugar. Su ser estaba conmovido por los sollozos y había un gran dolor en su voz. Yo sabía que estaba sufriendo mucho.
Yo dije, “Jesús, no hay algo que tu puedas hacer?” Jesús entonces le habló a ella “Cuando estabas en la tierra” el dijo, “yo te llamé y llamé para que tu vinieras a mi. Yo te rogue que arreglaras tu corazón conmigo, que perdonaras a otros, que hicieras lo correcto y evitaras el pecado. Yo hasta te visité a media noche y te traje por mi Espíritu de tiempo en tiempo. Con tus labios decías que me amabas, pero tu corazón estaba lejos de mi. No sabías que de Dios nada se puede esconder? Tu engañaste a otros pero a mi no me pudiste engañar. Envié a otros que te pidieran que te arrepintieras, pero tu no los escuchaste. Tu no escuchaste, tu no viste, y en tu ira los despreciaste.
Te coloque donde podías escuchar mi Palabra. Pero tu no me dabas tu corazón. Tu no estabas arrepentida, ni te avergonzabas de lo que estabas hablando. Tu endureciste tu corazón y me rechazaste. Ahora estás perdida para siempre. Debiste haberme escuchado.”
Al oir esto, miró a Jesús y lo comenzó a insultar y maldecir. Yo sentí la presencia de malos espíritus y sabía que eran ellos los que maldecian y hablaban de esa manera.
Que triste es estar perdido para siempre en el infierno! Resistid al diablo, mientras puedan y el huirá de vosotros.
Jesús dijo, “El mundo y todo lo que en él hay pasará, pero mi Palabra no pasará.”

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