TODOS PODEMOS ASPIRAR A UNA VEJEZ FELIZ
Por el doctor Martin Gumpert
Condensado de «Christian Herald»
EXISTEN
BUENAS probabilidades de que usted llegue a una edad avanzada, porque
la ciencia médica ha logrado aumentar en unos cuantos años la
expectativa de la vida humana. Según las estadísticas actuales, la
persona que haya cumplido 35 años puede aspirar a vivir 73; la que haya
arribado a los 45, probablemente llegará a los 74; y la que cuente 55,
se aproximará a los 76. No obstante, la supervivencia individual parece
depender de ciertas condiciones vitales que no son precisamente lo mismo
que la buena salud.
El hombre de mayor vitalidad que yo he conocido
es Eduardo Herriot, quien frisa en los 83 y ha estado hastante achacoso
durante los últimos 20 años. Padece de flebitis y soporta la carga
adicional de pesar 105 kilos. Con todo, al cumplir los 81 años,
presidía, en pleno uso de sus facultades, la Asamblea Nacional de
Francia, se mantenía firmemente en el primer puesto de dirección del
partido y era alcalde infatigable de la gran ciudad de Lyon. Además
Herriot escribió dos libros: su autobiografía y un estudio sobre el
escultor Rodin.
Conozco a muchas personas de edad provecta que
disfrutan todavía de una vida útil y provechosa y que, de acuerdo con
las reglas médicas, debían haber muerto desde hace mucho tiempo. Ocurre,
sin embargo, que las enfermedades, al obligar al cuerpo a fortalecer
sus defensas, suelen ser factor de incremento de la vitalidad. Hay
pruebas de que existe una fuerza misteriosa que ayuda a prolongar la
vida de ciertas personas más allá de la expectativa normal. Todo el mundo conoce a personas que por lo visto se mantienen vivas simplemente porque así lo quieren .. . personas gravemente enfermas que se niegan a morir y que sólo a fuerza de voluntad se mantienen aferradas a la vida. En una forma menos dramática, día tras día, cada uno de nosotros se fija la duración de su vida.
¿Se
interesa usted por algún pasatiempo o por algún plan de estudio? ¿Goza
con las actividades simples, tales como comer, conversar, hacer algún
deporte liviano, pasear a pie? Pues entonces con toda probabilidad usted
va a vivir mucho tiempo. Por otra parte, si usted padece de aburrimiento, haga cuenta de que lo está atacando una de las enfermedades más peligrosas, la que le agrava todos sus achaques y le debilita la voluntad de vivir.
Para resistir el asalto de los años hay que asumir actitudes emocionales apropiadas. Las historias clínicas de. mi archivo abundan en casos de personas que han hecho un esfuerzo supremo por prolongar la vida, canalizando
sus aptitudes hacia nuevos campos de actividad. Contestar con franqueza
las siguientes preguntas quizá ayude a comprender la propia situación:
¿Se
interesa usted continuamente por cosas nuevas? Una norteamericana de 65
años de edad, profesora de español, había contraído una neurosis a
consecuencia del temor que le producía el convencimiento de que su vida
estaba próxima a extinguirse. El médico le aconsejó que hiciese un viaje
a México «para cambiar de clima.» Lo hizo y visitó lugares de que ella
había estado hablando durante toda su vida, y conversó por primera vez
con los naturales del país en idioma español. Al año siguiente repitió
su visita a México -En la actualidad organiza y acompaña grupos de
turistas a la América Latina y se siente completamente feliz.
No
todos podemos viajar al exterior; no obstante, mucho antes de que
envejezcamos, todos podemos comenzar a aprender cosas nuevas, a buscar
entretenimientos y a cultivar nuestras aptitudes. Hay muchas maneras de
buscar nuevos motivos de interés: repasando los estantes de una biblioteca, asistiendo a conferencias, participando en actividades cívicas o benéficas.
El
examen de temas que son nuevos para uno estimula la mente y el corazón.
Luther Burbank, el gran naturalista estadounidense decía que al pasar por donde había una planta rara o al ver que un carpintero utilizaba una herramienta nueva, invariablemente se detenía a preguntar: «¿Qué es esto? ¿Cómo funciona?» Cierta vez hubo de agregar: «Ando ya en la vecindad de los 77 años y continúo siendo tan preguntón como cuando tenía ocho.»
¿Desea usted vivamente continuar viviendo?
El envejecimiento es un proceso durante el cual la mayoría de las
personas hace un mayor número de cosas por última vez, y un menor número
por vez primera. Invirtamos ese órden y habremos adquirido un remedio contra los efectos nocivos del envejecimiento.
Conocí a una mujer a quien una amiga le dijo pensativamente:
—
¡Cómo desearía envejecer con la gracia con que usted lo hace!— Mi
querida amiga -- replicó ella sonriendo — uno no envejece por grados.
Cuando dejamos de creer y desarrollarnos, ya estamos viejos.
Al recibir su jubilación como catedratica de la Universidad de Stanfford, a la edad de 65 años, la doctora Llilian Martín fundó la primera Clínica de Orientación Infantil en los Estados Unidos y abrió un Hogar para Ancianos en San Francisco. Después de los 70 años aprendió mecanografía y un idioma extranjero. A los 89 se puso a administrar una granja de 25 hectáreas, con ayuda de cuatro auxiliares de 60 años de edad. Vivió largos años porque tenía tareas interesantes en que ocuparse.
¿Es usted afectuoso?
El amor es uno de los estímulos más poderosos para la conservación de
una vida prolongada y feliz. Cierto empleado de una compañía de
servicios públicos se mantuvo triste y acongojado durante los primeros
meses que siguieron a la muerte de su mujer. Sus hijos lograron
convencerlo de que debía asistir a la reunión anual de sus antiguos
compañeros de curso. Allí renovó relaciones de amistad con una
condiscípula que ahora era viuda. Poco tiempo después se casaban. Hoy, a
la edad de 80 años, él espera vivir muchos años más en la grata
compañía que le ha proporcionado su connubio crepuscular.
El calor humano, naturalmente, no se limita al amor romántico; la dedicación al prójimo cumple igual función. Un mecánico jubilado holgazaneaba una tarde en el taller que tenía instalado en el sótano de su casa, en
una zona muy poblada de una gran ciudad, cuando de pronto vio que un
chicuelo lo observaba a través de la ventana. Lo invitó a entrar y le permitió que pasara una tabla por la máquina acepilladora. Al día siguiente por la tarde el muchacho volvió con dos amigos. El mecánico tiene a 20 chicuelos a quienes enseña el manejo de la sierra, el taladro y el torno.
La
inclinación a mostrarse verdaderamente preocupados por los demás
embellece la vida. Mientras más temprano adquiramos esa inclinación, mejor fortalecidos quedaremos para los años posteriores.
¿Se deja usted dominar por sus emociones? Encolerizarse es uno de los hábitos más malsanos. Basándome en razones exclusivamente médicas aconsejo vehementemente que se eviten las disputas acaloradas y los conflictos emocionales violentos.
Hace
ocho años un médico conocido mío padeció un grave ataque de trombosis
coronaria. Próximo ya a la muerte descubrió que existían valores
auténticos que contrastaban con otros inferiores. Ahora se muestra imperturbable cuantas veces alguien trata de molestarlo gritándole cuando pasa guiando su automóvil, o cuando no se le reconoce el mérito de haber realizado alguna labor favorable en su vecindario. «Todas esas son cosas triviales,» dice. El cambio de actitud determinó una liberaciónde las tensiones emocionales y le alargó indudablemente la vida.
¿Se preocupa usted demasiado? Dos damas pacientes mías viven en casi idénticas circunstancias de precaria situación económica. Una de ellas se ciñe a su presupuesto y vive feliz;
la otra vive en un estado de continua irritación, y como cree que su
problema económico es enorme, así le resulta en efecto. La preocupación
no es más que un mal hábito emocional y puede eliminarse mediante un
esfuerzo adecuado.
¿Hace usted amigos con facilidad? A medida
que envejecemos debemos irnos acostumbrando a la pérdida de antiguos
amigos y a prepararnos para hacer otros nuevos. A este fin, debemos
tener algo qué ofrecer. No es indispensable que sea dinero; ofrezcamos
cualquier cosa agradable y útil que poseamos. La mujer que en-
señe a sus jóvenes amigas a jugar con mayor perfección una partida de bridge, o a cultivar una dalia más grande, o que simplemente escuche con atención, hará muchas amigas. Un
antiguo dependiente de comercio se sintió tremendamente afectado cuando
lo jubilaron, hasta que un amigo le rogó que fuese a su tienda y diera a
sus empleados algunas indicaciones sobre el método mejor de aumentar
las ventas. Lo
hizo tan bien que otros propietarios de tiendas acudieron a él para que
los ayudara. El hecho de conquistar amigos entre los jóvenes a quienes
instruía le dio a su vida un entusiasmo inédito.
¿Posee usted fe religiosa?
Personas entendidas en cuestiones religiosas están de acuerdo en que el
auténtico alivio que produce la fe se manifiesta muy débilmente en las
personas de edad madura que la descuidaron anteriormente. La vida
adquiere mayor belleza para aquéllos que tienen en la fe un auxiliar constante en medio de los reveses y amarguras del diario vivir.
La esposa de un granjero de Míchigan dijo una vez:
— No creo que por el solo hecho de tener fe en Dios me vaya a ver libre de todo infortunio o tragedia.
— ¿Qué espera usted entonces? — le preguntaron.
— Espero que, venga lo que viniere, estaré en condiciones de aceptarlo — contestó.
Lo
probable es que toda persona que tenga fe en Dios, la tenga igualmente
en el prójimo y, lo que es más importante, también en sí misma. La fe en
nosotros nos proporciona paz y la seguridad de que sabremos dominar
tragedias y aflicciones hasta alcanzar la meta de la vida, pese a todo
lo que pueda ocurrir. Si el día se nos aumentara de pronto de 24 a 36
horas, lo probable es que dedicáramos las 12 horas adicionales a empeños
y actividades pare los cuales antes carecíamos de tiempo. Algo
semejante se ha producido en lo que respecta a la duración de la vida.
Para utilizar a plena capacidad nuestros años adicionales debemos
desarrollar las actitudes que dan valor la vida.
SELECCIONES DEL READER'S DIGEST-AGOSTO DE 1955
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