martes, 28 de febrero de 2023

INVITACION COMANDANCIA DE ARMAS HUEHUETENAGO 1816

 

Miércoles, 15 de junio de 2016

INCIDENTES DE VIAJE EN HUEHUETENANGO Por Mr.. JOHN L. STEPHENS -1

 INCIDENTES DE VIAJE EN CENTROAMERICA, CHIAPAS Y YUCATAN
OBRA ESCRITA EN INGLES HACE CIEN AÑOS
POR Mr. JOHN L. STEPHENS
TRADUCCION DIRECTA DE LA 1a. EDICION INGLESA
Por BENJAMIN MAZARIEGOS SANTIZO
REVISADA
Por PAUL BURGESS
QUETZALTENANGO
1940   
..Y miramos al fin de nuestra  jornada de ese día: la ciudad de Güegüetenango, situada en un extenso llano, con un clima suave, fecunda en producciones tropicales, circundada por inmensas montañas, y al frente de nosotros la gran Sierra Madre, el baluarte natural de Centro América, cuya grandiosa y magnífica perspectiva era perturbada solamente por la penosa consideración de que teníamos que atravesarla. Mi macho,acos.tumbrado a las llanuras de Costa Rica, hacía tiempo que parecía embrollado en saber para qué servirían las monta-fías; si él hubiera podido hablar, habría exclamado con angustia:
"Hills peep o'er bilis, and Alps on Alps arise." (1)    Nuestra jornada del día no fué sino de veintisiete  millas, pero fué más fatigosa para los hombres y las bestias que ninguna de a sesenta desde que salimos de Guatimala. Cabalgamos para el interior de la ciudad, plaza principal del último distrito de Centro América y del antiguo reino del Quiché. Estaba bien edificada, con una gran iglesia o plaza, y otra vez una turba de mestizos se hallaban empeñados en su ocupación favorita de la riña de gallos. 
 A medida que caminábamos atravesando la plaza, sonaba la campana para las oraciones vespertinas. El pueblo cayó de rodillas y nosotros nos quitamos los sombreros. Nos apeamos en casa de don Joaquín Monte,(Mont) un viejo español de alta consideración, por quien fuimos hospitalariamente recibidos, y que, aunque centralista, con motivo de cierto asunto de sus hijos, le habían saqueado su casa en Chiantla los soldados de Carrera. Sus hijas se vieron obligadas a refugiarse en la iglesia, y se le quitaron cuarenta o cincuenta mulas de su hacienda. A poco rato recibimos la visita del corregidor, quien había visto anunciado nuestro proyectado viaje en el periódico oficial, y nos trató con la consideración debida a personas especialmente recomendadas por el. gobierno.    Llegamos a Güegüetenango en una desastrada condición. Nuestras mulas de carga tenían el lomo tan desollado que era aflictivo el ocuparlas; y el caballo no estaba en mejores condiciones. Bobón, al andar descalzo sobre el camino pedregoso, se había magullado la planta de uno de sus pies de tal modo que estaba incapacitado, y esa noche la excesiva cena de Juan le provocó una indigestión. Era él un tremendo glotón; por el camino ningún comestible estaba seguro. Le teníamos rencor por el hurto de nuestro pan dejándonos atenidos a las tortillas, y no nos afligía el verlo boca arriba; pero él se rodaba sobre el piso del corredor, gritando ruidosamente, como para perturbar a todos los de la casa, "i Voy morir!" "¡voy morir!" Era un duro sujeto algo renuente para someterse a tratamiento; pero nosotros procedimos con energía y logramos hacerlo descargar.
(1) "Los montes se asoman sobre los montes, y los Alpes se elevan sobre los Alpes."
  
miércoles, 15 de junio de 2016
  INCIDENTES DE VIAJE EN CENTROAMERICA, CHIAPAS Y YUCATAN
OBRA ESCRITA EN INGLES HACE CIEN AÑOS
POR Mr. JOHN L. STEPHENS
TRADUCCION DIRECTA DE LA 1a. EDICION INGLESA
Por BENJAMIN MAZARIEGOS SANTIZO
REVISADA
Por PAUL BURGESS
QUETZALTENANGO
1940 
 A más de nuestras dificultades inmediatas, supimos de otras en perspectiva.
 A consecuencia de la muchedumbre de emigrantes de Guatimala para México, ninguno era admitido en ese territorio sin un pasaporte de Ciudad Real, lo capital de Chiapas, a cuatro o cinco días de camino de la frontera. La frontera era una larga línea de río en medio de un desierto, y había dos caminos, el más bajo muy poco transitado, por motivo de la dificultad de atravesar los ríos, mas en aquel tiempo pasable. Sin embargo, como nosotros intentábamos, de todos modos, detenernos en este lugar con el propósito de visitar las ruinas, pospusimos nuestra decisión hasta para el siguiente día.
 En la mañana siguiente don Joaquín nos contó del esqueleto de un enorme animal, que se suponía ser de un mastodonte,el cual había sido hallado en las inmediaciones. Algunos de los huesos se habían recogido, y estaban ahora en la ciudad, y habiéndolos visto, tomamos un guía y nos fuimos al sitio donde habían sido descubiertos, sobre las riberas del río Chinacá, como a media milla de distancia. En este tiempo el río estaba bajo, pero el año anterior, aumentado por las inmensas crecientes de la estación lluviosa, había `roto su cauce, arrastrado su borde izquierdo, y dejado al descubierto un lado del esqueleto. La orillla era perpendicular, como de treinta pies de elevación, y el animal había sido sepultado en posición vertical. A más de los huesos que estaban en la población, algunos habían sido arrastrados por la inundación y otros permanecían incrustados en la tierra; pero la impresión de todo el animal, de veinticinco a treinta pies de largo, era claramente visible. Se nos dijo que como a ocho leguas más arriba, a la orilla del mismo río, se había descubierto el esqueleto de un animal mucho más grande.
 
Viernes, 23 de septiembre de 2016

INVITACION COMANDANCIA DE ARMAS HUEHUETENAGO 1816- GENERAL AURELIO RECINOS-GENERAL JOAQUIN MONT- JUAN LÓPEZ AVILA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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