Miércoles, 6 de abril de 2016
LIBRO I DE ADAN Y EVA Capítulo V
Eva hace una noble y emocional intercesión, sintiendo la culpa de todo lo sucedido.
1 Entonces Adán y Eva entraron en la cueva, y estaban rezando, en su propia lengua, que para
nosotros es desconocida, pero que ellos conocían bien.
2 Y cuando oraban, Adán levantó sus ojos y vio la piedra y el techo de la cueva que les cubría y
les impedía ver el cielo y a las criaturas de Dios; así que se puso a llorar y golpeando con fuerza
sobre su pecho, cayó al suelo como muerto.
3 Y Eva, se sentó llorando a su lado, porque ella creyó que estaba muerto.
4 Entonces levantándose, dirige sus manos hacia Dios, y apela a Él, pidiéndole misericordia y
piedad, diciendo: "Oh Dios, perdona mi pecado, el pecado que he cometido, y no te acuerdes de él
ni te pongas en mi contra.
5 Porque yo he sido la causante de que tu siervo caiga en el jardín, y que estemos condenados en
esta tierra; de que hayamos pasado de la luz, a esta oscuridad, y de la casa de alegría, a esta
prisión.
6 Oh Dios, mira a tu siervo, caído de esta manera, y llévalo de vuelta a la vida, que pueda llorar y arrepentirse de su transgresión que cometió a través mío.
7 No te lleves su alma en este momento, permítele vivir y que pueda arrepentirse y hacer tu
voluntad, como antes de su muerte.
8 Pero si no deseas devolverle la vida, entonces, Oh Señor y Dios, lleva mi alma también y no me
dejes en este calabozo, porque yo no podría estar sola, sin él, en este mundo.
9 porque tú, oh Dios, lo hiciste caer en un profundo sueño, y tomaste un hueso de su costado, y restableciste la carne en el lugar de ella, por tu poder divino,
10 Y me tomaste de su hueso, y me hiciste una mujer, brillante como él, con el corazón, la razón y el habla y en carne, igual que a él, y me hiciste después a la semejanza de su aspecto, por tu
misericordia y tu poder.
11 Oh Señor, él y yo somos uno, y tú, oh Dios, Creador nuestro, es Él que nos ha hecho en un día.
12 Por lo tanto, Oh Dios, devuélvele la vida, para que pueda estar conmigo en esta extraña tierra, por el tiempo que vivamos en ella, como castigo a nuestra transgresión.
13 Pero si no vas a darle vida, entonces llévame como a él; para que ambos podamos morir el
mismo día.
14 Y Eva lloró amargamente, y cayó sobre nuestro padre Adán; en su gran dolor.
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