Miércoles, 15 de junio de 2016
POR Mr. JOHN L. STEPHENS
TRADUCCION DIRECTA DE LA 1a. EDICION INGLESA
Por BENJAMIN MAZARIEGOS SANTIZO
REVISADA
Por PAUL BURGESS
QUETZALTENANGO
1940
INCIDENTES DE VIAJE EN CENTROAMERICA, CHIAPAS Y YUCATAN
OBRA ESCRITA EN INGLES HACE CIEN AÑOSPOR Mr. JOHN L. STEPHENS
TRADUCCION DIRECTA DE LA 1a. EDICION INGLESA
Por BENJAMIN MAZARIEGOS SANTIZO
REVISADA
Por PAUL BURGESS
QUETZALTENANGO
1940
Al pie de la
estructura había una bóveda, revestida con piedra tallada, en donde
fueron encontradas una colección de huesos y una vasija de terracota,
que ahora estaban en su poder. La bóveda no era del largo suficiente
para el cuerpo de un hombre extendido, y los huesos deben haber sido
separados antes de ser colocados allí. El dueño creía
que estas estructuras contenían aposentos interiores con tesoros
escondidos; y allí había varios montículos, que se suponía ser los
sepulcros de los antiguos habitantes, los cuales también, él no lo
dudaba, contenían tesoros. La situación del lugar era espléndida.
Nosotros nunca habíamos gozado de una tan buena oportunidad para
trabajar, y convenimos con él en llegar al día siguiente y hacer
excavaciones, prometiéndole que le daríamos a él todo el tesoro, y que
por mi parte tomaría sólo las calaveras, las vasijas y otras
curiosidades. A la mañana siguiente, antes de levantarnos, abrieron violentamente la puerta, y para nuestra sorpresa recibimos un saludo en inglés. El
vestido del extranjero era del país; su barba larga, y parecía como si
ya hubiera hecho una larga caminata de madrugada a caballo. Para mi gran sorpresa y alegría reconocí a Pawling, a quien el lector tal vez recuerda que yo había visto como superintendente en una hacienda de cochinilla en Amatitán. El había tenido noticia de nuestra salida para México, y, fastidiado de sus ocupaciones y del país, había montado su caballo, y con todo lo que poseía amarrado atrás de la silla, se había puesto en marcha para alcanzarnos.
En el camino había comprado una magnífica mula, y caminando de prisa, y
cambiándose de un animal a otro, nos había alcanzado en cuatro días. Se
hallaba en dificultad con respecto a pasaporte, y estaba ansioso de
participar del beneficio del mío para salir del país, ofreciendo
agregarse a mi en cualquier condición que fuese necesaria para ese
propósito. Por fortuna mi pasaporte era bastante amplio para protegerlo, e inmediatamente lo nombré administrador general de la expedición, cuyo material estaba ahora reducido a Juan enfermo y sólo una mula de carga sana. A las nueve de la
mañana, ayudados por tres hombres y un muchacho con machetes, que era
todo lo que pudimos conseguir con tan corto aviso, ya estábamos de nuevo
entre las ruinas; No éramos bastante fuertes para derribar una
pirámide, y se nos fue la mañana en tratar de abrir una brecha en uno de
los lados, pero no llevamos nada a cabo.
Por la tarde
abrimos uno de los montículos: El interior era una áspera capa de
piedras y cal,y después de una hora de excavación nos encontramos con
fragmentos de huesos y las dos vasijas de abajo en el grabado del
frente. La primera de las dos se hallaba entera cuando la descubrimos,
pero, desgraciadamente, se quebró al sacarla, aunque recogimos todos los
pedazos. Es de gracioso diseño, con la superficie pulida, y de muy buen
artificio.
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