Miércoles, 15 de junio de 2016
INCIDENTES DE VIAJE EN HUEHUETENANGO Por Mr.. JOHN L. STEPHENS -1
INCIDENTES DE VIAJE EN CENTROAMERICA, CHIAPAS Y YUCATAN
OBRA ESCRITA EN INGLES HACE CIEN AÑOSPOR Mr. JOHN L. STEPHENS
TRADUCCION DIRECTA DE LA 1a. EDICION INGLESA
Por BENJAMIN MAZARIEGOS SANTIZO
REVISADA
Por PAUL BURGESS
QUETZALTENANGO
1940
..Y miramos al fin de nuestra jornada de ese día: la ciudad de Güegüetenango, situada en un extenso llano, con un clima suave, fecunda en producciones tropicales, circundada por inmensas montañas, y al frente de nosotros la gran Sierra Madre, el baluarte natural de Centro América, cuya grandiosa y magnífica perspectiva era perturbada solamente por la penosa consideración de que teníamos que atravesarla. Mi macho,acos.tumbrado a las llanuras de Costa Rica, hacía tiempo que parecía embrollado en saber para qué servirían las monta-fías; si él hubiera podido hablar, habría exclamado con angustia:
"Hills peep o'er bilis, and Alps on Alps arise." (1) Nuestra jornada del día no fué sino de veintisiete millas, pero fué más fatigosa para los hombres y las bestias que ninguna de a sesenta desde que salimos de Guatimala. Cabalgamos para el interior de la ciudad, plaza principal del último distrito de Centro América y del antiguo reino del Quiché. Estaba bien edificada, con una gran iglesia o plaza, y otra vez una turba de mestizos se hallaban empeñados en su ocupación favorita de la riña de gallos.
A medida que caminábamos atravesando la plaza, sonaba la campana para las oraciones vespertinas. El pueblo cayó de rodillas y nosotros nos quitamos los sombreros. Nos apeamos en casa de don Joaquín Monte,(Mont) un viejo español de alta consideración, por quien fuimos hospitalariamente recibidos,
y que, aunque centralista, con motivo de cierto asunto de sus hijos, le
habían saqueado su casa en Chiantla los soldados de Carrera. Sus hijas
se vieron obligadas a refugiarse en la iglesia, y se le quitaron cuarenta o cincuenta mulas de su hacienda. A poco rato recibimos la visita del corregidor, quien
había visto anunciado nuestro proyectado viaje en el periódico oficial,
y nos trató con la consideración debida a personas especialmente
recomendadas por el. gobierno. Llegamos a Güegüetenango en una desastrada condición.
Nuestras mulas de carga tenían el lomo tan desollado que era aflictivo
el ocuparlas; y el caballo no estaba en mejores condiciones. Bobón, al
andar descalzo sobre el camino pedregoso, se había magullado la planta
de uno de sus pies de tal modo que estaba incapacitado, y esa noche la
excesiva cena de Juan le provocó una indigestión. Era él un tremendo
glotón; por el camino ningún comestible estaba seguro. Le teníamos
rencor por el hurto de nuestro pan dejándonos atenidos a las tortillas,
y no nos afligía el verlo boca arriba; pero él se rodaba sobre el piso
del corredor, gritando ruidosamente, como para perturbar a todos los de
la casa, "i Voy morir!" "¡voy morir!" Era un duro sujeto algo renuente
para someterse a tratamiento; pero nosotros procedimos con energía y
logramos hacerlo descargar.
(1) "Los montes se asoman sobre los montes, y los Alpes se elevan sobre los Alpes."
(1) "Los montes se asoman sobre los montes, y los Alpes se elevan sobre los Alpes."
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