miércoles, 6 de diciembre de 2023

RIOS MONTT "El proyecto David"

 SIERVO O DICTADOR RIOS MONTT

La Verdadera Historia del Controversial Presidente de Guatemala

 Por JOSEPH ANFUSO   Y   DAVID SCZEPANSKI

Sin embargo, la actitud comprensiva de Ríos Montt por suavizar un conflicto religioso potencial no fue siempre apreciada. Un teólogo de la ciudad de Guatemala hizo la siguiente 162      observación: "Algunos católicos están molestos porque él pertenece a una Iglesia que no es la Católica. Sin embargo, algunos Protestantes lo acusan de ser ecuménico —que entre los evangélicos en este país es un grave insulto—porque no toma partido contra los católicos. Aún más, algunos protestantes que no son Pentecostales se sienten mal porque él está en una Iglesia que cree en la manifestación de los dones espirituales. En verdad que está en una posición difícil".

Resumiendo lo que él creía que era la actitud necesaria para recorrer ese camino, declaró Ríos Montt: "Un Cristiano tiene respeto por los otros". Con este concepto también esperaba poder aumentar el respeto mutuo que debería existir entre los guatemaltecos, especialmente hacia lo que él creía ser raíz de una de las causas de muchos problemas en el país: la actitud indiferente, y a veces racista, hacia la población indígena. "Más de la mitad de la gente del país es indígena, sin embargo son ignorados o maltratados por el resto", dijo una vez.

Como resultado de esta preocupación, los principales esfuerzos de ayuda y desarrollo se concentraron en las áreas indígenas, especialmente en aquellas afectadas por la guerrilla. Esto se inició inmediatamente después del golpe del 23 de Marzo. Es más, miembros de la Iglesia "Verbo" empezaron a coordinar esfuerzos en algunos de estos proyectos pequeños de ayuda y eventualmente llegaron a organizar una fundación de ayuda y desarrollo que le denominó "Fundación para la Ayuda del
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Pueblo Indígena" (FUNDAPI), la que canalizó las contribuciones de los grupos cristianos de Estados Unidos
e inició numerosos proyectos de desarrollo en las áreas indígenas en conflicto.

En adición al trabajo de ayuda y desarrollo, con frecuencia Ríos Montt enfocó en sus discursos públicos y por televisión el tema del respeto por el pueblo indígena. Luego, en septiembre de 1982, hizo algo sin precedente en la historia de Guatemala: decidió que una tercera parte de los representantes en el Consejo de Estado deberían ser indígenas y que serían elegidos por su propia gente. Esto fue algo que asombró a los políticos.

Debido a la disolución del Congreso de la República y mientras se esperaba una reforma constitucional, el Consejo de Estado representaba la única alternativa de legislación para el país. Parte de sus funciones, como el cuerpo legislativo más importante e influyente del nuevo gobierno, era estudiar los problemas nacionales, recomendar las políticas y acciones del gobierno y elaborar las nuevas leyes. Por ejemplo, fue el Consejo de Estado quien propuso las nuevas leyes rigiendo la actividad política y las elecciones, hecho anunciado el 23 de marzo de 1983, con motivo del primer aniversario del golpe.

El haber nombrado a diez indígenas como Consejeros propietarios y a diez como suplentes trajo lo que Ríos Montt consideró un importante equilibrio para su gobierno. "Esta es una experiencia única en la vida de Guatemala", declaró Jorge Serrano, Presidente del Consejo, 164     al diario Los Angeles Times, "porque los indígenas que están aquí tienen un potencial humano que durante muchos años ha sido ignorado" (El Régimen dá un Nuevo Papel a los Indígenas, 12 de septiembre de 1982). Este hecho, más que único, era histórico. Los indígenas nunca antes habían tenido ninguna posición de importancia en el gobierno de Guatemala, su país.

Sin embargo y aunque esto no fue ninguna sorpresa, esta decisión también acarreó críticas de parte de los opositores al régimen. Los partidos políticos, que antes habían apoyado a Ríos Montt reaccionaron acremente. Un periódico de Guatemala desplegó un titular que decía "El Regreso a la Edad de Piedra". El Presidente Ríos Montt les respondió diciendo que los indígenas, que son la mayoría, "deberían ser quienes gobernaran Guatemala, no sus esclavos".

El llevar a indígenas al gobierno fue una manera franca de demostrarles a los políticos que la vieja imagen del gobierno de Guatemala tenía que cambiar. Pero también hubo otros cambios necesarios. El arresto y la destitución de muchos funcionarios públicos, inmediatamente después del golpe, fue un paso inicial para purgar la corrupción y cambiar la imagen deteriorada del gobierno. Pero era de esperarse que este cambio también tendría un efecto limitado y de corto plazo. En Guatemala se necesitaba algo mucho más profundo si su gobierno, históricamente corrupto y al servicio de intereses personales, se quería que cambiara hacia lo que Ríos Montt había

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soñado:    un cuerpo de dirigentes dedicados a servir al pueblo.

A finales de noviembre de 1982 se lanzó una campaña pública a nivel nacional para moralizar y lograr producir ese cambio. Privadamente se le denominó "Proyecto David", por el Rey David de la Biblia. Esta campaña de moralidad estaba simbolizada por una mano grande en color azul, con el dedo pulgar y los dos siguientes extendidos en señal de juramento. El lema de ese juramento era: "No robo, No miento, No abuso", escrito abajo.

Para mediados de noviembre este lema estaba en todas partes, en afiches, en anuncios, en periódicos, radio y televisión. El 17 de noviembre, en el Teatro Nacional, y ante las cámaras de televisión transmitiendo a todo el país, el Presidente Ríos Montt tomó juramento a 450 directores y gerentes de los Ministerios del Gobierno, que se comprometían públicamente a no mentir, no robar y no abusar. Esta misma ceremonia se repitió con todos los demás empleados públicos.

Al inaugurar el Proyecto David dijo el Presidente: "Yo me comprometo ante Dios y ante mi patria a dedicar todos mis actos para cambiar a Guatemala. Juro y me comprometo a que todos mis actos estarán dentro de la ley y que exigiré a todas aquellas personas bajo mi responsabilidad a que hagan lo mismo. Me declaro ante Dios y ante mi patria como enemigo de la corrupción y de la injusticia y juro en este momento mi determinación para que en este país la verdad, la honestidad y la justicia sean firmemente establecidas; juro también que seré un ejemplo para mis subordinados y 164   66         1         167
mis conciudadanos. Pido a Dios que me ayude a cumplir mi juramento".

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