**16 años tenía de edad cuando leí por primera vez el libro de Jorge Otis "El Fantasma de Agar". Un libro que me cautivó de principio a fin. Como se dice "Me marco la vida".
Hoy después de muchos años tengo el privilegio de compartir sus páginas con aquellos que asi lo quieran.**
—Me refiero a qué documento trae consigo. Permítame ver su carnet de Periodista. ¡ Rápido ! No podemos pasar todo el día en esto. Mire la fila detrás de usted. Hay seiscientos corresponsales extranjeros con quienes tenemos que tratar aquí en Tel Aviv.
Cuando le contesté que no tenía, dijo:
—¿Qué es eso? ¿No tiene carnet de Periodista? ¿Qué está haciendo aquí entonces?
—No; no tengo carnet de Periodista. Mire, no soy corresponsal de ningún periódico. Soy escritor de libros. Hace pocos días estuve en Londres y sentí el impulso de venir acá para ir al frente de batalla. Ahora, ¿dónde debo llenar los formularios para obtener mi permiso?
El oficial saltó de su silla y su rostro se puso rojo.
—¡ Mire, Otis, o como se llame! —me dijo—. i No tiene carnet de Periodista! ¿Cómo puedo saber si usted ha escrito un libro en su vida? Muéstreme uno.
—Lo siento —le contesté—; pero no tengo conmigo ningún ejemplar. Tampoco sabía que ustedes iban a tener esta guerra y regalé los pocos ejemplares que generalmente llevo en mi portafolios. Pero tengo un catálogo viejo que contiene una lista de algunos de mis libros. ¿Le serviría de algo?
Se reclinó de nuevo en su silla, tratando de decidir qué hacer conmigo. Finalmente, dijo:
Mire, señor Otis, ¿tendría inconveniente en volver mañana?
EL FANTASMA DE AGAR
GEORGE OTIS
1974
27-39
--Preferiría no hacerlo, si a usted no le molesta —le contesté—. ¿No podríamos encargarnos de esto ahora? Si no me apresuroro, la guerra podría terminar antes de llegar al frente.
Cuando miré la expresión de su rostro, me di cuenta de que había dicho algo delicado que no contribuiría a mejorar mucho la situación.
—Lo siento —le dije.
Al parecer, se le ocurrió una idea. Parecía bastante buena, pero más tarde demostró ser sólo una manera disimulada de deshacerse de mí.
—Es amable de su parte, Otis, que haya venido de todos modos a Israel durante nuestro tiempo de prueba. Tenemos aprecio por ustedes, los escritores de todo tipo. Sin embargo, debe entender que nos crea problemas especiales por no tener carnet de Periodista. Y el hecho de no tener ni un solo libro que pruebe que usted es escritor lo pone en una categoría que sobrepasa mi autoridad. Le sugiero que vaya a la Oficina de Prensa Israelí en la Casa Sokolov . Quizá pueda ayudarle uno de los departamento de allí.
—Muchas gracias —le dije.
Muchos años de realizar trámites comerciales y gubernamentales me han enseñado a reconocer el ardid de pasar el bulto a otro. Pero la ingeniosa variedad que experimenté durante los días siguientes, yendo de un lugar a otro por todos los pisos de la Oficina de Prensa Israelí, era muy superior.
Seguía recordándome a mí mismo que era cristiano y, además, un visitante en su país. Esta gente estaba ocupada con una guerra y tenía problemas al tratar con centenares de reporteros curiosos y parlanchines que les habían caído encima. Pero después de vagar kilómetros por los salones de Sokolov y de pasar horas contestando preguntas, mi paciencia cristiana comenzó a minarse.
Por fin, creo que una tarde Dios puso un extraño espíritu en mí. ¡De repente, me enfurecí y comencé a contar a gritos mis frustraciones! M
e oí decir cosas como éstas:
"¡ Estoy aquí a trece mil kilómetros de mi casa y todos ustedes me contestan con evasivas! No soy enemigo de ustedes. Soy amigo del pueblo de Israel. Me encuentro aquí, porque deseo escribir un libro sobre los aspectos espirituales de esta guerra y ustedes me ponen toda clase de obstáculos. Ustedes mismos permiten que los engañen dejando que vayan al frente todos los periodistas. La mayoría de ellos presenta relatos destructivos sobre Israel a su regreso. ¡ Y ustedes les dan toda clase de facilidades!
"¡ Yo estoy aquí de parte de ustedes! i Estoy ansioso por presentar un buen informe! Ustedes debieran ayudarme a ir al frente y animarme a escribir. Encuentro difícil seguir siendo amigo de ustedes bajo estas circunstancias. Israel está perdiendo amigos rápidamente por todo el mundo. No creo que puedan darse el lujo de perder uno más. 0 me dan permiso para ir al frente o me voy al aeropuerto a tratar de conseguir un vuelo para regresar a mi país. No voy a pelear más con ustedes. i Saben que merezco un sí o un no y ahora
Por entonces la gente estaba mirando a hurtadillas desde sus oficinas hacia el pasillo. ¿Quién era este bullicioso norteamericano que perturbaba la paz? Mis ojos despedían llamas.
Unos minutos más tarde un teniente vino apresuradamente hacia mí y me tomó De un brazo. Y muy suavemente me dijo:
—Venga conmigo a hablar directamente con el Coronel Simons.
Todavía estaba furioso y retiré mi brazo.
—¿Quién es Simons?
Pero cuando miré al teniente, vi algo en la expresión de su rostro que me tranquilizó.
—El Coronel Simons es quien puede dar órdenes aquí —me dijo—. Usted ya ha dado suficientes vueltas. Arnie Simons es un hombre excelente.
Diez minutos después yo estaba de pie, con las manos en las caderas, mirando a un coronel de mediana estatura, que también estaba de pie y con las manos en las caderas.
—Señor Otis —me dijo él—, ya tengo conocimiento de su caso. ¿Puede estar otra vez aquí en la Casa Sokolov, mañana a las 6:15 de la mañana? Aquí hay alguien a quien quiero presentarle. Señor Otis, éste es el Mayor Nachman. He asignado a "Nachi" para que le sirva de Oficial de Escolta Militar. Estoy concediendo el permiso para que usted vaya al frente sirio mañana por la mañana.
—Coronel Simons —le dije—, nunca podré agradecerle lo suficiente por esta tremenda ayuda. Al fin y al cabo habrá un libro y usted tendrá el primer ejemplar que salga de la imprenta. Tendré cuidado de que no tenga que lamentar esta decisión. En realidad, soy amigo del pueblo de Israel, como lo es todo verdadero cristiano.
Mientras tanto, mi hijo George III había llegado a Tel Aviv y decidí, de repente,
SAGA SOKOLOV 31
sacar el máximo provecho de mi buena fortuna.
Le pregunté a Simons si podía incluir a George en el permiso.
—i Oh! Creo que sí —dijo el Coronel, suspirando.
Sucedió algo cruelmente chistoso cuando mi hijo y yo regresamos al Hilton. Dado que la guerra había comenzado cuando yo estaba ausente de mi casa, no traje mi cámara fotográfica. Pero ahora me daba cuenta de que ésta me sería esencial para el viaje que realizaríamos al día siguiente En la mañana. Cuando subimos a un taxi, le dije al conductor:
—Al Hilton de Tel Aviv, por favor.
El taxista asintió con la cabeza. Resultó ser que esas ésas eran algunas de las pocas palabras que realmente entendía en nuestro idioma.
Durante el recorrido me recliné en el asienio posterior y le dije que necesitaba una cámara. Me dirigió una mirada vaga. Hice un nuevo intento, usando diferentes palabras; pero sencillamente no entendía. Por último, cuando nos había había llevado casi hasta el hotel, comencé a preocuparme.Casì no nos quedaba tiempo para comprar. Todas las tiendas cerrarían dentro• de e unos veinte minutos y tenía que encontrar una cámara. Por fin me las arreglé para hacer que detuviera el taxi. Entonces comencé a hacer movimientos con las manos, como si estuviera sosteniendo una cámara y tomando fotografías. Tras un minuto, poco más o menos, de hacer estos ademanes, se le iluminó el rostro y nos fuimos de allí.
Me sentí desconcertado cuando pasamos dos tiendas de artículos fotográficos; pero por fin hizo rechinar los frenos frente a ... una barbería.
Lo seguimos al interior, creyendo que quizás el taxista sabía de alguna cámara usada que quisieran vender allí. En cambio, después de hablar un momento en hebreo con el propietario, abrieron un cajón inferior y sacaron una caja de ... i fotografías sucias!
De repente nos dimos cuenta del humor negro de todo el asunto y salimos de allí. Un poco más allá vi una tienda de artículos fotográficos y logramos entrar cuando sólo faltaban dos minutos para que cerraran.
Pasan cosas extrañas con las barreras idiomáticas. Esto era un tranquilizante después de un día lleno de frustraciones, pero de triunfo al fin.
Al día siguiente, muy de mañana, iríamos a la guerra ...
Cap 3
EL JEHOVÁ DE LA ERA DEL REACTOR
¡Los estampidos sónicos perturbaban la engañosa tranquilidad de Galilea!
Parecía extraño que tan potentísima energía proviniera de los diminutos aeroplanos que, veloces como una bala, maniobraban a doce mil metros de altura sobre la antigua cuenca.
__Son nuestros__ dijo Nachi__,
Creo que son Mirage.
Ahora hace casí dos días que los aviones de combate sirios no pueden pasar por Galilea.__
Nachi, como recordarán mis lectores, era el Oficial de Escolta Militar que me había asignado el Coronel Simons en la Oficina de Prensa de la Beit Sokolov. El Coronel le había ordenado que nos llevara al frente sirio, que estaba en las Cumbres de Golán.
¡Oh ! ¡ Ojalá no fuera peligroso eontarles más sobre el Oficial Nachman ! Como la mayoría de los judíos que hoy viven en Israel, su vida y antecedentes son muy intrigantes. Pero a cde ciertos proyectos en los que Nachi trabaja mes tras mes, hay una amenaza, no sólo para su vida, sino también contra los miembros de su familia, de parte de los terroristas palestinos.
Ahora bien, tanto como esto tenemos libertad de contar: Nachi es un de baja estatura, rechoncho y fuerte, de unos cuarenta y cinco años. Domina cinco idiomas: inglés, hebreo, francés, árabe y español. No sólo es un distinguido oficial de tanques israelí, sino también periodista.
Sin embargo, la más bella faceta de su carácter es su intenso amor por el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Su personalidad estaba encubierta, y es comprensible que así fuera, por el pesar que entonces sentía por algunos de sus íntimos amigos, miembros de su unidad de tanques, a quienes había perdido en los anteriores días de combate. Al fin y al cabo, los soldados como Nachi son seres humanos que viven y sienten. Y cuatro * guerras en rápida sucesión no infunden un aire descuidado con respecto a la matanza.
Los conductores
de tanques israelíes son considerados como los mejores del mundo por los militares. Han demostrado ser valerosos, rápidos para
pensar, hábiles e intrépidos. Sus
técnicas de combate han sido estudiadas por todos los expertos rnilitares.
Pero principalmente y sobre todo son un pueblo que trata de subsistir en la
tierra que Dios les dio por medio de una escritura irrevocable.
Traqueteando a lo largo de una estrecha carretera israelí,pasamos a cientos de camiones, autobuses, "jeeps",tanques, semitractores y casi toda clase de máquinas de guerra. Algunos, como nosotros, se dirigían hacia el frente de Golán, mientras que otros regresaban retumbando para someter sus máquinas a reparaciones o para ser asignados a una nueva misión.
¡Esparcidos aquí y allá vimos muchos de esos tanques auxiliares de combustible, semejantes a proyectiles, que habían sido soltados por los aviones de combate antes de sus violentas batallas aéreas.
Era especialmente emocionante ver los grandes camiones israelíes (diseñados para recuperar tanques) que regresaban del frente cargados de tanques abandonados por los árabes. Se informó que, en conjunto, Israel se apoderó más de mil millones de dólares en equipo nuevo, en su mayor parte fabricado en Rusia, equipo que ahora está entrando a formar parte de las unidades defensivas del ejército judío.
Pronto subíamos por las escarpadas colinas hacia la meseta que forman las Cumbres de Golán. Cuando hubimos llegado a ésta, aparecieron las imponentes ruinas de la vieja Aduana Británica.
Al mirar al cielo, vimos veintenas de aves de plumaje osuro que volaban en estrechos círculos a unos dos kilómetros detrás del edificio.
-Nachi -le dije-, ¿acaso
esas aves
significan lo que pienso?
-Sí -me contestó; me temo que sí.
-El avanee de la artillería siria no alcanzó a llegar a Galilea, ¿verdad?
__Lamento decirle -dijo Nachi-, que efectivamente lo hicieron. Tal vez
usted recuerde, señor Otis, que esta guerra empezó el sábado: nuestro "Sábado". Era casi
imposible detener a los árabes a causa de la sincronización de su artero
ataque y del hecho de atacar
simultáneamente en. los frentes de Suez y de Golán. Evidentemente, aquí
arriba no estabámos bastante preparados. Además, durante
los primeros dlas nos infligieron un terrible castigo al introducir
los nuevos proyectiles antitanque Sagar de fabricación rusa y
dirigidos por control remoto, ¡Su efecto era devastador ! "Permítarne contarle _Continuó diciendo Nachi
-cuán cerca de la derrota estuvimos en cierto momento de ese primer lunes. Personalmenté creo que si Dios no hubiera intervenido, ese día los tanques sirios habrían bajado directamente hasta Tiberias.
Mirando por allí, George, usted puede ver cómo las sinuosidades del terreno forman colinas y valles. No es fácíl ver los tanques del enemigo. Pero mucha veces podemos adivinar donde están, por los disparos de los cañones. Como le decía, esos dos primeros días recibimos une brutal palíza antes que pudiéramos determinar qué táctica deberíamos seguir y reaprovisionarnos de material.
"En el peor momento de la batalla quedaban solamente
tres, note usted,
tres tanques israelíes para bloquear el paso de esa terrible horda
acorazada que amenazaba descender hasta Tiberias, a sólo una hora de aquí. Los árabes habían avanzado, constantemente desde
Damasco hasta llegar eerca de este punto. Pero en cierta parte de
la Biblia dice: "Jehová, el Dios de Israel peleaba por Israel" (Josué
10).
¡Pudiera haber sucedido otra vez
aquí mismo ! En realidad se acercan
cada vez más.
Pero de repente al General sirio se le ocurrió una idea. Después de algunos minutos dio una orden por radio a sus tanques y tropas. El General habló en clave y dijo algo así: "Los israelíes han dejado de disparar casi por completo. No me gusta en absoluto lo que se siente en esta situación. (No podía saber que sólo.había tres tanques israelíes que todavía podían disparar,) Creo que los israelíes quieren atraernos hacia una trampa y tendernos una emboseada. ¡Deténganse inmediatamente donde están !" Echando una mirada a su reloj, continuó diciendo: "Creo que deberíamos detenernos para almorzar y reabastecernos de combustible."
"Esa pause de dos horas __continuó diciendo Nachi-__resultó para los árabes una táctica fatal.
Nos dio justamente el tiempo suficiente para que nuestros tres extraordinarios tanques fueran reforzados por un considerable número de nuevos tanque, tropas, artillería y municiones. La "pausa para almorzar" de los sirios fue el apogeo de su avanee.
En un
par de días, cambió todo el momento de la batalla. Hoy, si logramos
pasar, le mostraré hasta dónde
hemoss llegado desde entonces, con nuestra
contraofensiva, en nuestro avance hacia Damasco mismo.
"¡Oiga, George, fue inexplicable, y creo que puede haber sido la mano de Dios
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