martes, 1 de noviembre de 2022

EL CIELO ES TAN REAL CHOO THOMAS –Parte 017

EL CIELO ES TAN REAL

CHOO THOMAS –Parte 017

“Yo conozco todas tus necesidades antes que me pidas
, pero no deseo que mis hijos dejen de pedir cuando necesitan algo. »

Sus palabras me recordaron algo que había estado leyendo en la Biblia esa misma mañana: "Y no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis" (Mateo 6:7-8).

A través de este pasaje de la Biblia, donde tenemos un gran mode­lo de oración conocido como la oración del Padre Nuestro, Jesús nos enseña cómo orar. Nos da una guía efectiva para toda oración inter­cesora y personal, y yo uso sus principios siempre que voy delante del trono de gracia en adoración, intercesión y súplica. Siempre reclamo las promesas de Dios, tal como en Filipenses 4:19: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús". Y en esta mañana del mes de abril, el Maestro me estaba recordando estas preciosas verdades.

Luego de entregarme este mensaje acerca de la oración, el Señor se levantó y mi cuerpo transformado se paró a su lado. Vi al Señor tocar la cabeza de mi cuerpo transformado. Entonces Él partió, y mi cuerpo transformado desapareció. El temblor de mi cuerpo natural también cesó.

UNA VISIÓN DE MUCHOS LIBROS

Cuatro días más tarde, el 22 de abril, estuve con el Señor desde las 6:35 A.M. hasta las 8:18 A.M, Mi cuerpo tembló por veinticinco minutos, y entonces escuché la voz del Señor. Él tomó mi mano, y vi mi cuerpo transformado caminando con Él en la playa. El Señor me dijo: "Te amo, hija mía" *

"Yo también te amo, Señor."

Subimos a las rocas donde siempre nos sentamos mientras mira­mos el majestuoso Océano Pacífico. Cuando nos sentamos, comencé a cantar, y luego lloré de alegría. Yo sostenía el brazo del Señor, y Él cariñosamente le daba palmaditas a mi mano con su mano derecha.

"Hija, debo mostrarte algo. "

La inusual voz que acompaña las visiones sobrenaturales que el Señor me da brotó de mí. Entonces tuve una visión de una librería llena de libros, y me pregunté por qué había tantos libros allí. Mis ojos se sintieron atraídos a un libro en particular. La portada tenía un fondo color de oro y un castillo —un magnífico castillo como el que yo había visto en el cielo. En el medio de la portada aparecía el título —¡El cielo es tan real!— en letras muy llamativas. Debajo había una nube, suave y ondulada como las que había visto desde la montaña en el cielo.

Me sentí desconcertada por la visión. Y aún más sorprendente fue ver numerosos libros volando a través de los aires, y personas saltando y estirando sus brazos tratando de alcanzarlos.

La visión desapareció, y comencé a reflexionar en su importancia. El Señor me explicó: "Te dije que tendría cuidado de todo por ti, hija. Ya no te preocupes por nada"

Él me había mostrado el producto final del libro que estaba ocu­pando tanto de mi tiempo y atención. Era muy bonito, y la portada era muy atractiva. Y más importante aún, Él me había mostrado que hay muchas personas desesperadas por conocer la verdad acerca del cielo. Comprendí más enfáticamente que mi libro será el vehículo a través del cual ellos le conocerán.

"Señor, confío en todo lo que me has dicho", le dije, "pero no puedo evitar pensar en eso".

"Hija mía, el libro tiene que hacerse en mi tiempo, y por mi voluntad. Quiero que estés completamente tranquila en cuanto a esto. Sé que ahora no tienes vida propia porque estas muy preocupada con el libro, pero algu­nas cosas no pueden apresurarse, sino que tienen que ser completadas en el momento correcto. Quiero que aprendas a ser paciente. Quiero que todos mis hijos sean felices en esta tierra. "

"Señor, no importa lo difícil que sea, disfruto cada minuto del tiempo que invierto en tu libro. No es difícil escribir tus maravillosas palabras. El Espíritu Santo me dirige en cada palabra que escribo; nunca podría haberlo hecho sin su ayuda."

Lo más difícil para mí, debo admitir, era esperar. Sin embargo, el Señor era fiel a cada palabra que me había hablado. Su palabra es eter­namente veraz. Como Isaías testificó: "Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié" (55:11). Sabía que esto tam­bién era cierto en cuanto al libro que me había dado que escribiera para Él. No volverá a Él vacío, sino que prosperará y cumplirá los propósitos que tiene para que cumpla.

Su presencia, su voz, su toque, sus palabras, todo era muy alentador para mí, y me daba una gran paz. Yo sabía que era su libro, no mío, y que Él cuidaría de cada detalle, desde la escritura, hasta el diseño de la portada, y la impresión, mercadeo y distribución. Será un trabajo maravilloso, que atraerá la atención de las personas por su descripción de las glorias del cielo.

El Señor se levantó, y caminamos de regreso a la orilla del océano. Él me dijo: "Te amo, preciosa hija mía".

Esta vez Él no me abrazó, sino que se alejó caminando.

'ITODO ESTÁ IiSTO!"

En la mañana del 25 de abril, el Señor me visitó desde las 7:40 A.M. hasta las 9:13 A.M. Mi cuerpo tembló violentamente, y mis gemidos podían escucharse a través de toda la casa. Entonces, el Señor me dijo: "Soy tu Señor, preciosa hija mía, y debo hablar contigo".

Cuando tomó mi mano, mi cuerpo natural se estremecía y tembla­ba como si una corriente eléctrica hubiese sido desatada en mi sistema. Entonces vi mi cuerpo transformado caminando con el Señor en la playa. Nos sentamos en el lugar acostumbrado en las rocas, pero en esta ocasión, no canté.

En lugar de eso, me fijé especialmente en la vestimenta que llevába­mos puesta. Mientras observaba, el Señor me dijo: "Hija mía, realmente disfruto estar contigo'

"Señor, yo te amo, y quiero estar contigo todo el tiempo.

" `Muy pronto será, hija mía. ¿Has visto tus pies?»

No lo había notado antes, pero yo calzaba unas sandalias igual a las de Él, de color crema claro con bordes de oros. Puse mi pie derecho al lado del suyo, y noté que mis pies eran mucho más pequeños que los de Él. Esto fue motivo de risa entre nosotros.

Entonces palpé el material de mi túnica. Era increíblemente suave y brillante.

El Señor posó su mano sobre mi cabeza y tocó mis cabellos. "Tienes un hermoso cabello", me dijo.

El cabello de mi cuerpo transformado es como el de una muchacha joven: largo, lacio, suave y lustroso. Lucía tal como era en mi años de adolescencia. El Señor entonces vio mi rostro y dijo: "Eres hermosa, hija mía"

 Aquellas eran palabras que yo realmente necesitaba escuchar, porque nunca había tenido una buena autoestima en cuanto a mi apariencia o habilidades. Escuchar al Maestro hablar sobre mi belleza, hacía una gran diferencia, y comencé a llorar de alegría.

"No seas tímida, hija mía," me dijo el Señor para consolarme.

Entonces levantó mi rostro. Podía ver las facciones de mi rostro transformado y el brillo de mi cabello oscuro. Por primera vez en mi vida me sentía verdaderamente hermosa, y entonces recordé las pala­bras del salmista:

"Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas."

—SALMO 139:14-16

Pude entender que Dios me había creado. Él me formó para que fuera una persona muy especial, y esto era lo que trataba de mostrarme en este día. Él admiraba su creación, y deseaba que yo hiciera lo mismo.

Normalmente, el Señor no habla mucho cuando me visita, excepto cuando necesita comunicarme cosas importantes acerca de mi vida y ministerio. Él frecuentemente me repite las cosas importantes.

Por ejemplo, me ha dicho una y otra vez que viene pronto. Me ha repetido con frecuencia que su reino ya está preparado para sus hijos. Me ha dicho muchas veces que deje de preocuparme, que sea paciente y confíe en Él.

Constantemente, me ha dicho que este libro es importante porque convencerá a muchos que dudan que el cielo sea real. Mientras más lo Pienso, más comprendo que esta es una de las cosas más importantes que cualquier persona puede saber, el conocimiento del cielo hace que la vida sea más bella y maravillosa. Conocer que el cielo es nuestro hogar hace que el viaje a través de la vida sea más significante.

Así es exactamente como me siento. Habiendo estado en el cielo tantas veces, no puedo esperar para estar allí permanentemente. Alguien una vez dijo: "En la tierra sólo puedes ganar una cosa perma­nentemente: el cielo".

Es un gran privilegio para mí tener una parte en este libro. Sé que Dios lo usará para dirigir muchas almas a su reino. Ese es su deseo, y el mío también. En esta mañana particular del 25 de abril, el Señor parecía estar más jovial y comunicativo que de costumbre. Sus palabras y acciones me hacían reír, y Él también se reía. Fue un tiempo muy alegre. En muchas maneras, era muy parecido a cualquier persona normal, pero también era el Todopoderoso Dios. De seguro, estaba disfrutando ese momento conmigo.

Después de un rato, el tono de nuestra conversación cambió a uno más serio.

"Hija, gracias por estar disponible para este trabajo'; me dijo. Lo más importante para mí es que hagas el libro exactamente como te digo que lo hagas. Nunca cambies eso. Te he estado guiando paso a paso, tal como te dije que lo haría. Sabía que serías obediente en esto, y es por eso que te escogí.

"Otra vez te digo que todo en mi reino está listo para mis hijos. Quiero que todos los cristianos incrédulos y aquellos que dudan, entiendan que hay un cielo que es real. Quiero traer a todos mis hijos al reino, pero todo aquel que no viva conforme a mi Palabra, no entrará. Este libro será de ayuda a los que son infieles.

"Sé que estás orando por mucha gente, pero no puedo contestar todas tus oraciones, porque algunos que conocen mi Palabra siguen siendo egoístas y están viviendo para el mundo. No bendeciré a ninguna persona que viva de forma deshonesta y sin respeto a mi Palabra, aunque sean tus seres queridos.

"Hija, quiero que pienses en aquellos por los que has estado orando, esos que conoces, y quiero que pienses en cuales oraciones he contestado. Algunos nunca cambiarán sus corazones para ser puros, y nunca serán bendecidos.

`Muchos cristianos son pobres y tienen muchos problemas en sus vidas porque sus corazones no están correctos delante de mí, y no diezman. Todo cristiano que no diezme no será bendecido porque ellos aman al dinero más que a mi Palabra. Aquellos que aman al dinero más que a mi Palabra nunca verán mi reino. Ya sabes a donde irán al final.

"Si alguno viene a mí con un corazón rendido y trata de vivir por mi Palabra, este será bendecido de inmediato, y tendrá paz y gozo de continuo. Todo aquel que me ame y desee mi bendición tiene que tener un corazón correcto hacia mí, y ponerme siempre primero en toda área de su vida. También debe tener un corazón bondadoso para con los demás.

Amada quiero que estés feliz cada día de tu vida en la tierra. Eres mi hija especial para siempre. No habrá final para mis bendiciones mientras estés en la tierra.

"Te protegeré de todo lo que no me gusta en la tierra, y nunca me ale­jaré de tu lado. Siempre tendrás sorpresas inesperadas de mi parte. »

"Señor, ya me has sorprendido con tantas cosas. Nunca sé qué es lo próximo que vas a hacer."

Podía sentir que estaba sonriendo debido a mi respuesta. Entonces me dijo: Ys hora de regresar.             levantamos y comenzamos a caminarhacia el agua.

Nos abrazamos, y me dijo: "Te amo, hija mía':

 "Te amo, Señor."

OMNIPRESENTE Y OMNIPOTENTE

La siguiente visita del Señor tuvo lugar el 29 de abril. Estuve con Él desde las 6:05 A.M. hasta casi las 8:00 A.M. Mi cuerpo tembló por media hora. Luego escuché la voz del Señor decir: «Hija mía, Choo Nam, debo hablar contigo y mostrarte algunas cosas':

Cuando tomó mi mano, pude ver mi cuerpo transformado cami­nando con Él en la playa. Tan pronto nos sentamos sobre las rocas, agradecí al Señor por llevarme a este lugar especial para estar con Él.

Él gentilmente me recordó: "Té amo, hija':

"Te amo, Señor." Después, canté para Él. La voz sobrenatural vol­vió a brotar de mí. Pude ver la portada del libro otra vez. Después, el libro comenzó a volar por los aires y las personas en lugares áridos de la tierra brincaban y trataban de alcanzarlo.

Entonces, el libro voló hacia nosotros, y el Señor lo agarró. Me lo dio. Yo lo sostuve fuertemente con ambas manos, y lo apreté contra mi pecho con profundo aprecio. Las lágrimas de felicidad fluían libremen­te por mi rostro.

En visión sobrenatural, me mostró el santuario de una iglesia donde el Señor estaba parado detrás del púlpito. Él levantaba el libro con ambas manos, y las personas corrían hacia Él. ¡Era tan maravilloso emocionante ver tanta gente viniendo al Señor! Entonces entendí que Él  estaba usando el libro para atraer las personas hacia Él.

l.a visión se abrió a diferentes vistas a la vez. Pude ver al Señor en  diferentes iglesias alrededor del mundo, con personas de todas las nacionalidades presentes en varias iglesias. En cada casa de adoración, las personas corrían hacia Él. Mi Señor omnipresente y omnipotente era capaz de estar presente en todos lados, en diferentes iglesias a la misma vez.

Recordé el verso del libro de Apocalipsis: "Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestra Dios Todopoderoso reina! (Apocalipsis 19:6) Esto fue en la visión del cielo que el apóstol Juan recibió en la isla de Patmos, a donde él fue exiliado. Esto era lo que la gente en mi visión estaban haciendo—ello: estaban corriendo hacia el Señor para adorarlo, porque sabían que É era el todopoderoso Dios. Esto fue en respuesta a la verdad que Juan reveló en Apocalipsis "Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes." (Apocalipsis 19:5). Cuando los santos hicieron esto, ellos fueron llenos de gozo y gritaron: "Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; por que el lino fino es las acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llllamadosa la cena de las bodas del Cordero..." (Apocalipsis 19:7-9).

Como Juan, yo había sido llamada a escribir, y mi misión era la misma que la de él, decir a todo el mundo que la cena de las bodas del Cordero había sido preparada, y son bendecidos aquellos que son invitados a estar allí en el día final. La invitación está extendida hacia todos, pero sólo quienes estén dispuestos a escoger caminar en la Palabra de Dios podrán asistir. Es muy importante para nosotros vivir de acuerdo a la Palabra de Dios, orar de acuerdo a sus principios y creer todas sus promesas. Nosotros somos la novia de Cristo, y Él quiere que nosotros seamos santos, limpios y justos delante de Él. ¡Qué gran día de bodas será ese!

La visión terminó y el Señor me preguntó: «Hija mía, ¿viste todasc osas?':

"Sí, Señor. ¿Cómo puedes estar en todos lados?"

«Puedo estar en cualquier lugar en un abrir y cerrar de ojos.

"Señor, sé que algunos cristianos son muy fieles, pero todavía tienen viejos hábitos. ¿Por qué no los cambias?"

"Cualquiera que desee ser cambiado, recibirá mi ayuda. Si me piden cualquier cosa que deseen, yo se las daré, si veo que son sinceros y que per­severan. Yo responderé sus oraciones.

`Muchos de mis hijos, sin embargo, no oran con sinceridad ni persis­tencia. Si no tienen paciencia, no pueden recibir mi bendición.

"Hija mía, tú eres tan persistente. Tú nunca te rindes. Tú persistes en pedir lo que quieres en oración. Yo escucho cada una de tus oraciones. »

"Sí, Señor, yo no me rindo hasta que recibo, porque sé que tú tienes todas mis respuestas. Uno de mis maestros de la Biblia me dijo que nunca dejara de orar por algo que desee. Por eso es que soy tan persistente en mis oraciones, Señor.

"Yo sé que tú tienes las respuestas que necesito, especialmente en mis oraciones personales. Tú me has contestado más oraciones de las que esperaba. ¡Gracias, Señor!"

<Amo a mis hijos persistentes. La persistencia de las personas prueba su fidelidad, y en esto conozco que ellos creen que yo tengo la respuesta a todas sus oraciones. También quiero que mis hijos conozcan que aunque Yo contesto las oraciones, también puedo remover las respuestas si ellos no son fieles. "

"¿Qué cosa puede hacer una persona que ocasione que tú quites una bendición de su vida?"

"Hija, cuando algunos de mis hijos necesitan algo, ellos oran día y noche, y pasan tiempo conmigo. Ellos se esfuerzan por ser obedientes y vivir conformes a mi Palabra. Entonces, tan pronto los bendigo, ellos cambian, alejándose de mí y volviendo a su vieja manera de vivir. Ellos continúan haciendo las cosas que no me agradan. Es por eso que a veces quito mis bendiciones. "

Su visita, su presencia y su visión partieron, y me quedé con un conocimiento más claro de los caminos de Dios. "En cuanto a Dios, perfecto es su camino, y acrisolada la palabra de Jehová; escudo es a los que en él esperan" (Salmo 18:30).

 

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