martes, 1 de noviembre de 2022

EL CIELO ES TAN REAL CHOO THOMAS –Parte 018

EL CIELO ES TAN REAL

CHOO THOMAS –Parte 018

Capítulo 15

BENDICIONES CAÍDAS DEI, CIELO

Todo valle se rellenará, y se bajará todo monte y collado; los
caminos torcidos serán enderezados, y los caminos ásperos
allanados; y verá toda carne la salvación de Dios.

LUCAS 3:5-6

La mañana del 2 de mayo tuve un tiempo de oración de especial significado. La unción del Señor sobre mí era más intensa de lo usual, y el temblor de mi cuerpo, al concluir el tiempo de oración, era más fuerte que nunca. Parecía que el temblor no se detendría. Los gemidos de mi espíritu eran como convulsiones de lo profundo de mi interior. El calor de mi cuerpo aumentó, y sudaba copiosamente.

Era algo tan sobrecogedor, que fallé en mirar el reloj. Después de un tiempo, el Señor entró por la ventana de mi habitación y se sentó en su lugar de costumbre.

Su voz aquietó las manifestaciones físicas en mi cuerpo.

"Hija preciosa, vine a decirte y mostrarte algunas cosas. Tienes muchas cosas que hacer por mí antes de que regrese por mi pueblo. Debes ser pacien­te conmigo. Muchos de mis hijos no están listos para mi retorno. Mi reino está completamente listo para cualquiera que desee entrar.

"Cada creyente debe estar delante de mí al final, y muchos de los que no viven por mi Palabra serán engañados.

"Deseo que todos mis hijos vengan a mi reino. Deseo que todo el que lea este libro, crea y se dé cuenta de cómo tiene que vivir en el mundo para poder entrar a mi reino. ¡ "HIja, te bendeciré hasta que sobreabunde. Te bendeciré más de lo que has esperado o pedido. »

"Señor, la única cosa que deseo para ser bendecida es poder servirte y hacerte feliz.»

"Hija, ya tú me has hecho muy feliz. Es por eso que te escogí para este trabajo. Tú y tu esposo me servirán grandemente hasta el último día. Dile a tu esposo que me agrada el trabajo que está haciendo con este libro.

"Cuando todo se complete, quiero que edifiques mi iglesia."

Esta declaración hizo que comenzara a ver la misma iglesia que Él me había mostrado antes. Después de ver el interior y exterior del edificio de la iglesia, me sentí completamente relajada. No podía ver al Señor, ni sentir su presencia.

Esa mañana en particular y las mañanas siguientes, las visitas del Señor fueron completamente impredecibles, y no seguían el curso acostumbrado. Durante este tiempo, nunca sabía lo que iba a acontecer durante su visita porque cada una era diferente de las otras.

Una cosa pude entender con claridad: Él nunca aparecía el día que ya tenía planes. Sin embargo, en los días que no tenía nada planificado, Él frecuentemente aparecía y me llevaba a la playa en la tierra. En otros días, mi maravilloso Señor simplemente llegaba, se sentaba cerca de mi ventana y me hablaba en mi tiempo de oración. Él es muy considerado y amable. No hay palabras para expresar mi amor por Él.

Todavía me asombra saber cuánto sabe sobre mí. Él conoce mis pensamientos, sentimientos, planes, y motivos. Mi oración continua es la del Salmo 139:23-24: "Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame por el camino eterno".

COMO UN NIÑO

Mi fe continuó aumentando mientras crecía en mi relación con el Señor. Verdaderamente creo que nunca más tendré otra duda. He esta­do con el Señor, y Él me ha llevado al cielo muchas veces. Creo en su Palabra, y sé que el cielo es muy real.

"Dejada los niños venir a mí, y no se lo impidáis", dijo Jesús, "porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él" (Marcos 10:14-15).

El Señor desea que seamos como niños para que podamos disfrutar las bendiciones del reino de los cielos para siempre. Las cualidades de los niños son posibles en los adultos que rinden sus vidas totalmente y sin reservas a Jesucristo. La inocencia, la confianza, la pureza de corazón, la fascinación, el sentido de maravillarse, el creer, la alegría, la felicidad, el vivir el momento presente, todas éstas son algunas de las cualidades de la niñez que Dios desea que evidenciemos para ir al cielo.

El Maestro dijo: Tl que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él" (Marcos 10:15). Obviamente, Él desea que nosotros creamos en el cielo para que lo recibamos como un niño. Esta es la llave que abre la puerta de los cielos para todos aquellos que desean entrar en él.

Sin embargo, las cosas que vienen contra nosotros mientras crece­mos, nos hacen perder rápidamente nuestra inocencia, fe, confianza y pureza. Estos nos son restaurados cuando venimos al Señor en com­pleto rendimiento, y nuestra vida se convierte en una hermosa trans­formación: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas" (2 Co. 5:17).

Dios es nuestro Padre; nosotros somos sus hijos. Él quiere que nosotros seamos hijos que confían, aman y obedecen a su Padre. Jesús dijo: "Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis... En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos por los otros" (Juan 13:33, 35).

El Señor desea que todos sus hijos estén con Él en el cielo para siempre. Para poder llegar allí, para vivir en la montaña más alta en los cielos, necesitamos ser como niños. La verdadera demostración del cristianismo es que los adultos se convierten en pequeños niños que caminan en confianza, obediencia y amor.

Jesús me hizo ver muy claro que esto es lo que Él desea que cada uno de nosotros sea, que tengamos la fe de un niño pequeño. Él quiere que caminemos de acuerdo a su Palabra, que creamos totalmente en Él y que esperemos con expectación la realidad del cielo. Quienes no lo hagan, Él me indicó, en varias ocasiones, que estarán en las afueras del cielo, pero nunca podrán entrar al gozo del Señor.

UNA PRECIOSA CASA Y UN AUTO
En la mañana del 6 de mayo, estuve con el Señor desde las 6:17 A.M.
hasta las 8:14 A.M. Mi cuerpo tembló por veinte minutos, y yo estaba
sudando bajo una muy fuerte unción. Gemidos salían de lo profundo de mi espíritu. Entonces sentí la presencia del Señor en mi habitación...

"Ven, mi hija Chao Nam, debo llevarte a la playa", me dijo.

Noté que su mano se movía hacia mí. Lo próximo que vi fue mi cuerpo transformado caminando con el Señor por la playa. Estos eran momentos muy felices. Yo le sonreía al Señor como una pequeña niña que está disfrutando un momento especial con su padre. Mi ser entero se sentía feliz, y podía percibir que el Señor también estaba contento.

"Señor, te he extrañado. Te amo tanto."

"Te amo, hija, y es por eso que te he traído hasta aquí. »

Fuimos a la roca que servía como nuestro lugar de descanso en estos viajes a la playa. Yo siempre me siento a su izquierda, y tomo su mano o pongo mi mano bajo su brazo. Canté de alegría por algunos momentos antes que el Señor me dijera: "Hija mía, te voy a mostrar algo. Deseo que te sientas feliz':

La voz que salía de mí cuando tenía una visión, brotó de mi espí­ritu y se mantuvo por un largo tiempo.

Entonces vino la visión, y vi un enorme río que normalmente no era ancho. Había muchas casas localizadas cerca del río, pero estaban construidas por encima del nivel del agua, sobre magníficas rocas.

Una casa en particular llamó mi atención, pues era de una estruc­tura color blanco, de dos niveles, y rodeada con una pintoresca verja blanca. No había césped al frente de la casa, sino que el terreno estaba arreglado en la forma de un espectacular jardín de rocas. Las flores y los árboles proliferaban alrededor de la casa.

Un ancho portón servía de entrada al patio. Un flamante auto rojo estaba estacionado al lado izquierdo del garaje. Era un auto de lujo. En el frente de la casa, había par de escalones que llevaban a una hermosa puerta doble.

La visión continuó dentro de la casa, donde había una alfombra crema, y los bien construidos muebles estaban decorados en un arreglo de colores. La sala era muy grande, y cerca estaba el dormitorio prin­cipal. El dormitorio era enorme, y tenía una cama matrimonial extra grande, tocadores de madera color marrón rojizo,  mesas y guardarro­pas. El cubrecama era dorado, y las cortinas en combinación.

Pude mirar en la cocina donde vi gabinetes hechos de madera de cerezo. En el centro de la cocina, había un asador para barbacoa y elec­trodomésticos modernos por dondequiera.

Afuera de la cocina había una terraza, y en el patio trasero había árboles que bordeaban una atractiva verja. Esta era verdaderamente una mansión, y pensé: "Esto es muy bonito, pero, ¿por qué el Señor me lo estará mostrando a mí? Nosotros ya tenemos un buen auto y una buena casa que el Señor nos ha provisto. Realmente, ya no me interesan las cosas materiales':

La visión se evaporó, y el Señor me habló: "¿-Te gustó lo que viste?" "Era muy, hermoso, Señor."

«Será tuyo. »

Comencé a llorar. Todo era tan maravilloso. Era gracia que excedía todas mis expectativas, gracia inmerecida. Me preguntaba: "¿Por qué yo?" La gente a veces se hace esa pregunta cuando le sucede algo malo. Pero yo lo preguntaba por causa de las bendiciones, pues ya el Señor estaba derramando multitud de bendiciones sobre mí.

Verdaderamente, las bendiciones eran más de lo que yo podía con­tener. Era como si la profecía de Malaquías se convirtiera en realidad en mi vida, en el aquí y ahora, en esta tierra:

"Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde."

-MALAQUíAS 3:10

Por largo tiempo, Roger y yo hemos estado diezmando de nuestros ingresos, y ofrendando a varios ministerios. Siempre que puedo, ayudo a cada ministerio, pero nunca había esperado tales resultados por mi obediencia. Dios es tan maravilloso. Verdaderamente, no podía contener las bendiciones que Él derramaba sobre nosotros. Él ha abierto las ventanas de los cielos, y prepara aún más para nosotros.

"Pero Señor", le dije, "no necesito nada. Ya tengo todo lo que deseo."

«No llores, mi hija", me dijo para consolarme.

Tal parecía que al Señor le molestaba que yo llorara. Estoy segura que es porque Él desea verme feliz. De todas maneras, lloré aún más fuerte, porque la visión me había confundido. Me preguntaba si eso significaba que Él no volvería por sus hijos tan pronto como yo había creído. Si viene pronto por nosotros, ¿por qué quiere darme una casa tan grande y un auto tan caro?

Como siempre, Él conocía mis pensamientos.

"Hija, ¿estás preocupada pensando si yo no volveré pronto porque te estoy dando esta casa y el auto?"

Su pregunta conmovió mis más profundas emociones, y comencé a llorar más fuerte. El Señor levantó mi rostro y secó mis lágrimas. Entonces, en un tono tranquilizador, me dijo: Mi hija preciosa, volveré así como dije que lo haría, pero hasta entonces, deseo que tengas lo mejor".

"Señor, ya tú nos has dado una hermosa casa y un auto. Yo no necesito ni deseo nada más. Lo único que quiero es agradarte y servir a  otros hasta que tú vuelvas por nosotros. Tú dijiste que si te amamos, debemos ser bondadosos con los demás. Por eso quiero llevar tanta gente como pueda a ti, porque sé que eso es lo que tú deseas."

«No quiero que te preocupes más. Tú sólo deseas agradarme, y no estás esperando nada más. Es por eso que yo deseo darte más de lo que ahora tienes. No digas más; alégrate. »

Sus palabras me confortaron y llenaron de gozo y esperanza. Él regresará pronto, y no tengo nada de qué preocuparme. Mi mente se sintió atraída a un versículo que había escuchado en la iglesia. El pre­dicador nos había dicho que los verdaderos creyentes serán cabeza, y no cola (ver Deuteronomio 28:44). Esta es una bendición que viene a todos aquellos que sirven al Señor "con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas" (ver Deuteronomio 28:47).

El Señor me dijo: "Debemos regresar ahora», y entonces se levantó. Caminamos de regreso al lugar donde siempre comenzamos y termi­namos nuestras visitas a la playa. Mientras caminábamos, el Señor hizo algo que no había hecho antes. Él me tomó en sus brazos y comenzó a darme vueltas de la misma manera que un padre hace con su pequeño hijo. Comencé a reírme incontrolablemente, y noté que mi cuerpo natural casi se levanta de la cama. El poder del Señor era muy fuerte sobre mí.

Fue un momento precioso, de gozo indescriptible, que me permi­tió comprender a cabalidad el significado del pasaje que dice:

"Para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas."

—I PEDRO 1:7-9

Gozo inefable y glorioso! Mi fe había había sido fortalecida por la revelación personal de Jesucristo, a quien: amo tanto. Mis ojos le han visto. Fue algo glorioso, y continúo disfrutando un gozo inexplicable y lleno de gloria.

VOLAR COMO LAS AVES

Un evento milagroso acontecerá en un futuro cercano. A pesar de que la Biblia nunca usa la palabra rapto, el apóstol Pablo describe un evento cataclísmico en el cual el Señor Jesús regresará del cielo con sus santos para "raptar" a su Iglesia. Esta será una experiencia definitiva para aque­llos que conocen a Jesús.

"Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego noso­tros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras:'

—TESALONICENSES 4:15-18

Pero aquellos que no conocieron al Señor, comparecerán delante del trono de Cristo para juicio, y allí escucharán la sentencia que amerite su falta de fe, "porque la paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23). Aquellos que conocieron a Jesús, sin embargo, recibirán regalo de la gracia de Dios, "la dádiva de Dios (que es vida eterna en Cristo, Jesús Señor nuestro" (6:23).

La segunda venida de Jesucristo fue el tema de mi siguiente visitación del Señor, que tuvo lugar el 13 de mayo. Estuve con Él desde las 6:20 A.m. hasta las 9 A.M. Me desperté temblando intensamente. Micuerpo tembló por más de media hora, y entonces comencé a sentir una unción caliente, y gemidos comenzaron a salir de mi interior. El Señor se me acercó y dijo: "Hija mia, yo soy tu Señor. Debo hablar con‑ tigo y mostrarte algo»

Esta vez, al caminar con el Señor en mi cuerpo transformado, le sonreí y dije: "Te amo, Señor".

Pude percibir que Él me sonreía, a pesar de que no podía ver su rostro con claridad. "Te amo, mi preciosa hija ", me contestó.

Nos sentamos en las rocas, y el Señor me dijo: "Puedo ver que tu esposo está tomando tiempo libre de su trabajo para ayudarte con el libro. Ambos están haciendo un buen trabajo.

"Hija mía, debo decirte algo. Sé que te pedí que escribieras exactamen­te lo que te he mostrado y hablado. Mas he podido notar que no has estado aplicando todo lo que te he mostrado con suficiente claridad. »

"Señor, lo siento. Lo repasaré otra vez."

El Señor me había dicho en repetidas ocasiones que escribiera todo después de sus visitas, sin importar lo cansada que me sintiera. Hubo momentos en que mi mente estaba aturdida, pero inmediatamente tomaba papel y lápiz, y las palabras fluían con rapidez. Aprendí que esto era obra del Espíritu Santo, quien me guiaba. Eso es exactamente lo que estaba haciendo conmigo, y ahora sabía que Él encontraría otro escritor que me ayudara a reproducir las enseñanzas que acompañaran mis experiencias.

Sé que algunas personas hallarán difícil de entender cómo alguien puede tener las experiencias que yo he tenido el privilegio de disfrutar. Ellos dirán: "Eso no está en la Biblia".

La verdad, sin embargo, es que la mayoría de las cosas que Dios me ha mostrado están registradas en la Biblia. Creo que Él simplemente desea que este libro vuelva a enfatizar las verdades bíblicas acerca del cielo a todo cristiano. Él me ha escogido como un instrumento, y este libro es un vehículo para reiterar las verdades de las Escrituras a la Iglesia. También creo que el Señor desea que sus hijos conozcan que hay muchas cosas maravillosas acerca del cielo que no están registradas en la Biblia.

Él continuó: "Quiero que recuerdes cuán preciosa eres para mí, hija mía. Sólo así podré usarte. Vengo por mis hijos mucho antes de lo que ,Algunos esperan.

"Señor, cuando vayamos al cielo, ¿vivirán todos los cristianos en casas como la que tiene mi nombre en la puerta?"

Llevaré muchos de mis hijos a mi reino, pero no todos vivirán en mansiones como la que tiene tu nombre en la puerta. Esas mansiones son para hijos muy especiales. "

"¿Irán todos los cristianos contigo cuando tú vengas por nosotros?"
"7c voy a mostrar algo", me dijo el Señor. "Quiero que recuerdes todo
l
o que veas. Quiero que todo el mundo conozca lo que va a suceder en

 

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