19-1-21
Una
Revelacion Divina
del Infierno
Queda Muy Poco Tiempo!
por
Mary Katherine Baxter
Capítulo
20: El cielo
Estuve enferma por muchos días después
de haber sido dejada en la quijada del infierno y dejaba la luz prendida
cuando me iba a dormir. Necesitaba tener la Biblia conmigo todo el tiempo
y la leía constantemente. Mi alma se encontraba en un choque profundo.
Yo sabía ahora lo que padecerían los perdidos cuando iban a quedarse
al infierno. Jesús decía “Paz estad quieta” y la paz fluiría por mi
alma. Pero unos minutos después me despertaría con miedo gritando en
forma histérica. Durante este tiempo, yo sabía que nunca
estaba sola, Jesús siempre estaba conmigo. Pero aún así, algunas veces
no podía sentir su presencia. Yo estaba tan asustada de tener que regresar
al infierno y hasta algunas veces me entraba miedo cuando Jesús estaba
cerca mío. Traté de contarles a otros acerca de
mi experiencia en el infierno, pero no me escuchaban. Yo les rogaba
“Por favor arrepiéntanse de sus pecados antes que sea demasiado tarde”.
Era difícil para cualquiera el creer lo que les decía así como todo
por lo que había pasado y como Jesús me había dicho que escribiera sobre
el infierno.El Señor me aseguró que El fué el Señor
que me había curado y aunque yo pensaba que nunca me iba a recuperar,
sí me curé.
Y entonces sucedió de nuevo. Nuevamente
estuve en el espíritu con Jesús y salímos hacia lo alto en el cielo.
Jesús dijo: “Quiero enseñarte el amor y bondad de Dios así como algunas
partes del cielo. Quiero que veas los trabajos milagrosos de Dios que
son tan maravillosos.
Delante mío ví dos planetas gigantes,
bellos y gloriosos en todo su esplendor. Dios mismo era la luz allí.
De pronto un ángel, se acercó y me dijo:
“Mirad el poder, y la omnipotencia y la majestád del Señor tu Dios.
Su misericordia es perpetua. El habló con un intenso amor y ternura
que ya casi me iba a poner a llorar, cuando dijo: “Mira la fuerza y
gloria y majestad de Dios, déjame enseñarte el lugar que El ha creado
para los niños.”
De pronto se acercó a nosotros un planeta
grande y voluminoso, un planeta tan grande como la tierra y escuché
la voz del Padre que decía: “ El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo,
son todos uno. Yo envié a mi Hijo a morir en una cruz para que nadie
tenga necesidad de perderse.” “Pero,” dijo Dios con una sonrisa, “yo
estoy por enseñarte el lugar que hice para mis niños. A mí me importan
mucho todos los niños y siento cuando una madre pierde un niño —aún
cuando el fruto de tu vientre, mi hija, fue abortado antes de su tiempo.
Tu ves, yo conozco todas las cosas y me importa.
“Desde
el momento que existe vida en la matriz, yo lo sé. Yo se de los bebés
que son asesinados mientras están todavía en el cuerpo de su madre —las
vidas abortadas que son cortadas e indeseadas-. Yo se de los que nacen
muertos y de los niños que nacen con defectos que los dejan aislados.
Desde el momento de concepción ya existe el alma.
Mis angeles bajan y traen a los niños
a mi cuando mueren. Yo tengo un lugar donde pueden crecer, aprender
y ser amados. Yo les doy cuerpos completos y restauro cualquier parte
del cuerpo que les falte. Yo les doy cuerpos glorificados.”
En todo el planeta había un sensación
de ser amado, una sensación de que todo es perfección. Todo era perfecto.
En todas partes la yerba verde y los estanques de aguas cristalinas.
Habían parques de niños con asientos de marmol y bancos de madera bien
pulidos para sentarse.
Allí habían niños por todas partes. Dondequiera
que miraba habían niños haciendo toda clase de actividades. Cada niño
vestía con una bata blanca sin mancha y sandalias. Las túnicas blancas
eran tan brillantes que se veían luminosas ante la luz magnificente
del planeta. Una diversidad de colores por doquiera acentuaba lo blanco
de las túnicas de los niños. Angeles cuidaban las rejas y los nombres
de los niños estaban escritos en un libro.
Ví niños aprendiendo la Palabra de Dios
y se les enseñaban música de un libro dorado. Me sorprendí al ver toda
clase de animales acercarse a los niños o sentarse a su lado - ¡Aleluya¡ -mientras
estaban en esta escuela angelical.
No habían lágrimas ni llantos. Todo era
supremamente hermoso, y había gozo y felicidad en todos los lugares.
Entonces el angel me enseñó otro planeta
que brillaba como una gran luz delante de mi. La luz brillaba con el
fulgor de un millón de estrellas, y todo en el planeta era hermoso y
viviente.A la distancia ví dos montañas hechas
de oro puro. Mientras que cerca de mí habían dos puertas de oro, adornada
con diamantes y otras piedras preciosas. Yo sabía que ésta era la nueva
tierra y que la ciudad que estaba esplendorosa delante mio era la nueva
Jerusalén - La ciudad de Dios que bajará a la tierra.
Y después estaba de regreso en la vieja
tierra - la tierra como estaba antes del fuego final que la purificará
y la limpiará para el propósito glorioso de Dios. Y aquí también, estaba
una nueva Jerusalén —la ciudad. capital del Milenio. Y ví gente saliendo
de cuevas y de las montañas y caminando hacia esta ciudad.
Aquí Jesús era Rey y todas las naciones
de la tierra le trajeron regalos y le ofrecieron homenaje.Jesús me dió la interpretación de La
visión. El dijo, “Pronto regresaré y me llevaré al cielo, primero, los
muertos justos y después de ellos los que están vivos y perceberan serán
arrebatados para estar conmigo en el aire. Después de eso, el Anticristo
reinará en la tierra por un tiempo designado y habrán tribulaciones
como jamás han habido antes o volveran haber otra vez.”“Entonces
regresaré con mis santos y satanás será lanzado en el abismo sin fondo,
donde permanecerá por mil años. Durante esos mil años yo reinaré sobre
la tierra de Jerusalén. Cuando pase el milenio, satanás sera soltado
por un tiempo y yo lo derrotaré con el esplendor de mi venida. La vieja
tierra terminará.”“He
aqui, habrá una nueva tierra y una nueva Jerusalén vendrá sobre ella
—y yo reinaré para siempre y por siempre.”
Capítulo 21: La Religion falsa
Dios dijo: “Si la gente de la tierra
me escucha,” “y se arrepienten de sus pecados, yo detendré las obras
del anticristo y la bestia hasta que llegue un tiempo renovador. No
se arrepintió la gente de Nínive cuando Jonas les predicó? Yo soy el
mismo, ayer, hoy y por los siglos. Arrepiéntanse y yo enviaré un tiempo
de bendición.”
Entonces escuché a Jesús que dijo, “Mi
pueblo se debe de amar los unos a los otros y ayudarse los unos a los
otros. Debe de odiar el pecado y amar al pecador. Así todos sabrán que
ustedes son mis discípulos.”Según Jesús hablaba, la tierra se abrió
y estábamos de regreso en el infierno. Ví una colina llena de troncos
de árboles muertos y en todo su alrededor había una tierra gris. Yo
también ví pequeñas fosas en los lados de la colina, y las figuras grises
de gente caminando y hablando.
Yo seguí a Jesús por cada camino y vereda
sucia que llevaban al lado de la colina gris. Cuando nos acercamos,
ví que la gente estaba completa, pero muerta. Estaban compuesta de carne
gris muerta, y estaban amarradas juntas con una soga de esclavitud,
un tipo de cuerda de materia gris que se amarraba alrededor de toda
la gente en La colina.
Aunque no se veía fuego, yo sabía que
esto era parte del infierno, pues carne muerta caía de los huesos de
la gente allí y después volvía a crecer rápidamente. La muerte estaba
por doquier, pero parecía que la gente no se daba cuenta , estaba ofuscada
profundamente en su conversación.
Jesús dijo, “Escuchemos lo que ellos
están diciendo.”
Un hombre le dijo al otro, “ Has escuchado
del hombre llamado Jesús, que vino a quitar los pecados del mundo? Otro
respondió, “Yo conozco a Jesús. El lavó mis pecados. Es más, yo no sé
lo que estoy haciendo aquí.”
“Ni
yo,” dijo el primer hombre.
Otro dijo, “Yo traté de testificarle
a mi vecino de Jesús, pero él no me quiso escuchar. Cuando su esposa
murió, él vino donde mi a pedirme dinero prestado para su entierro,
pero me acordé que Jesús dijo que seamos sabios como serpientes y mansos
como palomas. Así fue que no se lo presté. Yo sabía que él iba a gastar
el dinero en otra cosa. Sabes, tenemos que ser buenos mayordormos de
nuestro dinero.”
El hombre que había hablado primeramente,
volvió a hablar. El dijo, “Si, hermano, un muchacho en nuestra iglesia
necesitaba ropa y zapatos, pero su padre se emborracha, así es, que
rehusé comprar algo para su hijo —verdaderamente que le enseñamos a
ese hombre una lección.”
“Bueno,”
dijo otro hombre, mientras aguantaba la soga de esclavitud en sus manos
y la torcia sobre sí muy nervioso, “siempre tenemos que enseñar a otros
a vivir como Jesús. Ese hombre no tenía derecho a beber. Déjenlo que
sufra.”
Jesús dijo, “Oh gente necia y de corazón
lento, despierten a la verdad, y ámense los unos a los otros con amor
ferviente. Ayúden a los indefensos. Denle a los necesitados sin pensar
que van a recibir algo en retorno.
Si ustedes se arrepienten, Oh tierra,
yo los bendeciré y no los maldeeciré. Despertad de vuestro sueño y venid
hacia mí. Humillensen e inclinen sus corazónes hacia mi y yo vendré
y moraré con ustedes. Ustedes serán mi pueblo y yo seré vuestro Dios.”
Capítulo 22: La marca
de la bestia
Escuché al Señor que dijo, “Mi Espíritu
no siempre contenderá con el hombre. Ven a ver a la bestia. Durante
los últimos días una bestia maligna se levantará y engañará a muchos
de todas las naciones de la tierra. El demandará que cada persona reciba
su marca, el número 666, puesto en sus manos o sobre su frente. Todo
el que reciba la marca pertenecerá a la bestia y serán lanzados con
él en el lago de fuego que arde con fuego y azufre.
La bestia se levantará bajo la aclamación
del mundo, pues él traerá paz y prosperidad como nadie podría acordarse
que hubo antes. Cuando halla alcanzado dominar el mundo, aquéllos sin
su marca sobre sus frentes o manos, no podrán comprar ni alimentos,
ropa, autos, casas o cualquier cosa que se tenga que comprar. Tampoco
podrán vender lo que es de ellos a otra persona a menos que tengan la
marca.
El Señor expresamente declara que los
que reciban la marca han afirmado su lealtad a la bestia y serán cortados
para siempre del Señor Dios. Ellos tendrán su lugar con los incrédulos
y obradores de iniquidad. La marca simplemente declara que aquellos
que la poseen han rechazado a Dios y se han volteado hacia la bestia
para su sostén.
La bestia y sus seguidores perseguirán
a los que rehusan ponerse la marca y matarán a muchos de ellos. Cualquier
presión que ellos puedan traer será usada para obligar a los creyentes
del Dios verdadero a ser marcados. Niños e infantes serán asesinados
delante de los ojos de los padres que rehusen tomar la marca. Habrá
un tiempo de grande luto.
Los que poseen la marca serán obligados
a entregar sus poseciones a la bestia a cambio de las promesa que la
bestia suplirá todas las necesidades de sus seguidores.
Algunos de ustedes se debilitarán y se
rendirán a la bestia y recibirán su marca en vuestras manos o frentes.
Ustedes dirán, ‘Dios me perdonará. Dios comprenderá.’ Pero yo no me
arrepentiré de mi Palabra. Yo os he amonestado repetidamente por la
boca de mis profetas y ministros del evangelio. Arrepiéntansen hoy,
mientras es de día, pues la noche viene cuando el juicio será establecido
para siempre.
Si ustedes no obedecen a la bestia y
rehusan recibir su marca, yo cuidaré de ustedes. Yo no digo que muchos
tendrán que morir por su fé en esos tiempos, porque muchos serán degollados
por confiar en Dios el Señor. Pero benditos son aquellos que mueren
en el Señor, porque grande será su recompensa.
Es verdad, que habrá un tiempo de paz
y prosperidad cuando la bestia ganará popularidad y grande estima. El
hará aparecer los problemas del mundo como si no fuesen nada —pero la
paz terminará con derramamiento de sangre y la prosperidad en una hambruna
por toda la tierra.
No teman lo que el hombre les pueda hacer,
pero teman a aquel que puede lanzar vuestra alma y cuerpo en el infierno.
Pues viene una gran persecución y aunque las tribulaciones sean multiplicadas,
yo los libraré de todas ellas.
Pero antes de ese día maligno yo levantaré
un ejército poderoso que me adorará en Espíritu y en verdad. Los ejércitos
del Señor harán grandes proezas y cosas maravillosas para mí. Por lo
tanto, vengan unidos y adórenme en Espíritu y en verdad. Traed el fruto
de la justicia, y demen lo que justamente me pertenece y yo os guardare
de la hora mala. Arrepiéntanse hoy y sean salvos de las cosas terribles
que le caerá a los rebeldes y a los que no son salvos.
La paga del pecado es muerte, pero la
dádiva de Dios es vida eterna. Clama a mi mientras puedas y yo te aceptare
y te perdonaré. Yo te amo y no deseo que te pierdas.
Cree en este reporte y vivirás. Escogeos
hoy a quien servir.”
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