Una
Revelacion Divina
del Infierno
Queda Muy Poco Tiempo!
por
Mary Katherine Baxter
Capítulo 13: El
brazo derecho del infierno
Después de la primera visión, Jesús y
yo fuimos a una parte diferente del infierno. Jesús dijo, “Estas cosas
que estás viendo son para el fin de los tiempos.” Otra visión apareció
delante de mi.
Caminamos por una colina alta y seca.
Yo miré desde lo alto de la colina hacia abajo y vi la corriente de
un río. No habían fosas de fuego, ni demonios o malos espíritus, solamente
el río grande fluyendo entre orillas escondidas. Jesús y yo nos acercamos
al río y vi que estaba lleno de sangre y fuego.
Al acercarme y mirar de cerca, vi muchas
almas, cada una encadenada con otra. El peso de las cadenas las arrastraba
hacia abajo de la superficie del lago de fuego. Las almas en el infierno
estaban en el fuego del infierno. También vi que estaban en formas de
esqueleto con almas de un color gris sucio.
“
Qué es esto?” Le pregunte al Señor. “Estas son las almas
de los incrédulos y de los impíos. Estos fueron mas amantes de su propia
carne que amantes de Dios. Ellos eran hombres amando hombres y mujeres
amando mujeres, que no quisieron arrepentirse y ser salvos de sus pecados.
Ellos se gozaron de su vida de pecado y despreciaron mi salvación.”
Me paré junto a Jesús y miré adentro
del lago de fuego.
De pronto, el fuego comenzó a rugir como
un gran horno, moviéndose y devorando todo lo que estaba en su camino.
En poco tiempo llenó casi todo el brazo derecho del infierno.
El fuego se acercó a nuestros pies, pero
no nos quemó. El río estaba devorando todo lo que había en su camino.
Miré el rostro de Jesús y se veía triste y tierno.
El todavía tenía escrito sobre su rostro
amor y compasión por estas almas perdidas. Comencé a llorar y deseaba
salir de ese lugar de tormento, el tener que continuar era casi insoportable.
Miré otra vez las almas en el fuego.
Eran de un color de fuego rojo y sus huesos estaban negros y quemados.
Escuché sus almas gritar de remordimiento.
El Señor dijo, “Este es su tormento;
amarrados juntos con cadenas tras cadenas. Estos deseaban la carne de
su propio sexo, hombres con hombres y mujeres con mujeres, haciendo
lo que no era natural. Ellos llevaron a muchos jovencitos y jovencitas
a actos de pecado. Ellos lo llamaban amor, pero al final era pecado
y muerte.”
“Yo
sé que muchos jovencitos y jovencitas, hombres y mujeres fueron obligados
en contra de su voluntad para cometer actos tan terribles, yo lo sé
y no cargaré este pecado contra ellos.” Acuérdense de esto, sin embargo,
dijo Jesús, “Yo conozco todas las cosas, y las personas que causaron
que estos jóvenes pecaran tienen el pecado mas grande. Yo juzgaré con
justicia. Al pecador Le digo, ‘Arrepiéntete, y tendré misericordia.
Clama a mi y te escucharé.’
En repetidas veces les pedí a estas almas
que se arrepintieran y que vinieran a mí. Yo los hubiera perdonado y
limpiado y en mi nombre podrían haber sido liberados. Pero ellos no
me escucharon y ellos deseaban la codicia de la carne antes que el amor
del Dios vivo. Porque yo soy santo tenéis que ser santos. No toquen
las cosas inmundas y los recibiré,” dice el Señor. Yo me sentí muy enferma
mientras veía las almas en el lago de fuego.
Jesús continuó, “Si solamente se hubieran
vuelto a mi antes que fuera muy tarde. Mi sangre fue derramada para
que todos vinieran a mi. Yo dí mi vida para que el peor de los pecadores
viviera.”
Multitudes de almas pasaron por el río
de llamas ardientes y sobre ellas pasaban las olas de fuego sin poder
salir y dejar de nadar en ese lago de fuego. Yo escuché gritos de remordimiento
cuando el río de sangre pasaba delante de nosotros.
Caminamos hacia arriba por un camino
cerca del río. Delante de nosotros, había una mujer grande sentada sobre
una colina. Se mecia para adelante y hacia atrás como si estuviera ebria.
Sobre ella estaban escritas las siguientes palabras “Misterio de Babilonia.”
Ahora sabía que la madre de las abominaciones en la tierra también venía
del infierno. De ella emanaba una fuerza maligna, y vi multitudes de
gente y lenguas debajo de ella. Ella tenía siete cabezas y diez cuernos.
En ella se encontraba la sangre de los profetas, y de los santos y de
todos los que fueron asesinados sobre la tierra.
“Salíd
de ella y sean separados,” dijo el Señor. “En su tiempo será destruida.”
Caminamos hacia adelante pasándo por
donde estaba la mujer mala con los cuernos sobre su cabeza. Todo se
comenzó a poner oscuro. Ahora Jesús era la única luz. Caminamos hasta
que llegamos a otra colina. En la distancia podía ver llamas calientes
en el aire. La atmósfera se calentó agobiantemente. Dimos la vuelta
alrededor de la colina y llegamos a una puerta grande con ranuras cortadas.
Esta estaba colocada al lado de la colina y una cadena grande se encontraba
sobre ella y de ella salían llamas. La puerta estaba cerrada con candados
grandes. Yo me preguntaba que es los que todo esto significaba.
De pronto, la figura oscura de un hombre
vestido con una capa larga y oscura larga, apareció delante de la puerta.
Su cara se veía muy vieja y muy cansada. La piel de su cara estaba jalada
bien apretada hacia los huesos de su calavera. Parecía que tenía muchos
años de edad. Jesús me dijo: “Detrás de esa puerta está el abismo sin
fondo. Mi Palabra es verdadera.” Las llamas detrás de la puerta alcanzaban
lo más alto hasta llegar a la puerta la cual se hinchaba con la presión
del calor. Yo dije, “Señor Jesús, yo me alegraré cuando satanás sea
lanzado en el abismo sin fondo, y todas estas cosas cesen por un tiempo
.”Por
lo cual su casa está inclinada a la muerte, Y sus veredas hacia los
muertos;Prov. 2.18 Sus pies descienden a la muerte; Sus pasos conducen
al Seol. Y no te acerques a la puerta de su casa; (Misterio de Babilonia- la gran prostituta religiosa) Camino al Seol es
su casa, Que conduce a las cámaras de la muerte Y no saben que allí están los muertos; Que sus convidados están en lo profundo del Seol.Libro de Proverbios
El respondio: “Ve, oye lo que el Espíritu
le dice a las iglesias. El fin está cerca y yo estoy llamando a los
pecadores a arrepentirse y ser salvos. Mira ahora.”
Estábamos parados en un lugar al aire
libre y estaba con el Señor en el Espíritu. Yo miré y contemplé una
visión abierta. En la visión vi una serpiente de fuego rozando que la
dejaron atacar el aire con su enorme cola. Yo miraba mientras esta serpiente
espíritual se movía con terrible poder. Entonces la ví regresar al brazo
izquierdo del infierno y esperar. Yo sabía que no podía atacar la tierra
todavía hasta que la Palabra de Dios se cumpliera.
Ví fuego y humo subir desde la tierra
y ví un velo extraño mientras éste se formaba sobre la tierra. Vi parches
de oscuridad aparecer por todas partes. Sobre la cabeza de la serpiente
de fuego comenzaron a crecer cuernos. Estos se esparcieron hasta que
cubrieron toda la tierra. Satanás le dió órdenes a la serpiente de fuego.
Espíritus malos y diablos se hallaban presentes. Entonces ví la serpiente
maligna de fuego salir del brazo derecho del infierno, y comenzar a
atacar la tierra con gran fuerza hiriendo y destruyendoa mucha gente.
Jesús dijo: “Esto sucederá al fin de
los tiempos. Ven más alto.” Lector, si estás cometiendo algunos de los
pecados de los cuales estoy hablando, por favor deja de pecar y clama
a Jesús que te salve. No tienes que ir al infierno. Clama al Señor mientras
está cercano, El te escuchará y te salvará. Todo el que clame en el
nombre del Señor será salvo.
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